3/25/2012

¿Pisos de cemento? Ajá. Más de un millón de hogares sin agua potable, sin vías de acceso



Por: - marzo 25 de 2012 - 0:00


Felipe Calderón empeñó su palabra: aseguró que antes de acabar su mandato todas las viviendas del país tendrían pisos de cemento. A principios de este mes, al entregar el encementado dos millones y medio se vanaglorió de haber cumplido su misión. El problema es que su triunfalismo maneja cifras rasuradas: más de un millón de hogares mexicanos siguen careciendo de esa infraestructura elemental… y de otras, como agua potable o vías de acceso.

Por: Marcela Turati

MEXICO, DF, 24 de marzo (proceso).- Al entregar el piso de cemento número 2.5 millones, Felipe Calderón aseguró que con ese acto cumplió su palabra de dotar de suelo firme a las viviendas más pobres del país. La realidad es que todavía 1.2 millones de familias hacen su vida sobre tierra y que –dado el lento ritmo de construcción de obras– el sexenio concluirá sin que el presidente resuelva los problemas más elementales del combate a la miseria.

Por lo pronto, para empezar a bajar la ventanilla y entregar resultados, Calderón rasuró más de un millón de viviendas de la meta que se había fijado.

La Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) ni siquiera ha terminado de encementar la totalidad de las viviendas de los 125 municipios más pobres que, a inicios del sexenio, Calderón dijo que serían su prioridad; todavía más lejana quedó la promesa de dotarlos de agua potable, drenaje e infraestructura básica.

Los pisos de tierra aún no han sido erradicados de lugares como Mezquital, Durango, o El Nayar, Nayarit, los únicos norteños incluidos en la Estrategia 100×100, programa creado mejorar la vivienda y dotar de servicios básicos a los 125 municipios más pobres de México. Tampoco Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla o Veracruz –considerados también en la estrategia– han obtenido la “bandera blanca” (cobertura total) de piso de cemento.

Gerardo Albino González, secretario de Desarrollo Social y Humano de Oaxaca hace unas sumas y restas para explicar que el faltante de obras de la Sedesol en este momento en su estado es de 135 mil viviendas que necesitan piso firme.

Considera que a finales de este año, si la Sedesol cumple su promesa de poner 95 mil pisos de cemento (en 2011 puso 40 mil) y el gobierno del estado otros 5 mil, Oaxaca estaría cerca de cumplir la promesa de Calderón. “Estaríamos a unos 35 mil pisos firmes de cubrir el déficit del estado; no sería ‘bandera blanca’ pero estaríamos cerca”, dice el funcionario en entrevista con Proceso.

Uno de los lugares donde aún no se ha logrado la cobertura total es Coicoyán de las Flores, que además de haber sido enlistado entre los 125 prioritarios de Calderón al inicio del sexenio, encabezó la relación –elaborada por la ONU– de los municipios mexicanos con niveles de vida inferiores a los de países del África Subsahariana y aparece entre los 15 con mayor miseria en la lista del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.

Otro municipio prioritario donde aún no se erradican los pisos de tierra es Xochistlahuaca, en la Montaña de Guerrero, la zona más pobre del país. Ahí Calderón tiene otra deuda: En su primera gira como presidente ofreció construir la carretera de poco más de 100 kilómetros de Metlatónoc a Tlacoachistlahuaca, que conectaría la Costa Chica con La Montaña y que en el ocaso del sexenio sigue inacabada.

El 6 de diciembre de 2006, en Tlacoachistlahuaca, durante esa primera gira oficial que dedicó a los más pobres, Calderón dijo: “Quiero que no quede duda, amigas y amigos (…) doy mi palabra, por ejemplo, que el camino que comunica a Metlatónoc se va a hacer y se va a terminar durante mi gobierno; va mi palabra de por medio para que no quede ninguna duda a los guerrerenses”.

Pero el presidente municipal de Tlacoachistlahuaca, Oswaldo Sócrates Salmerón, estima que la obra no será concluida este sexenio: “A nosotros no nos informan, pero viendo físicamente la obra puedo decir que lleva quizás 70% de avance. Va a ser difícil que la terminen porque el presupuesto no salió, ya está repartido. Y aunque hay un compromiso presidencial no creo que la terminen”, dice entrevistado vía telefónica.

En cuanto a los pisos firmes, asegura, falta “un piquito” de casas para alcanzar la meta propuesta.

CIFRAS QUE NO CONCUERDAN

Piso Firme es la estrategia con el sello calderonista para el combate a la pobreza. La promesa gubernamental consistía en abatir los pisos de tierra, en una primera etapa, a lo que seguirían las mejoras de las viviendas con el reforzamiento de las paredes y la instalación de una estufa ecológica. Pero en el transcurso del sexenio dejó de hablarse de las siguientes etapas, al igual que quedó soslayada la Estrategia 100×100, que consistía en dotar a los municipios elegidos de agua potable, servicio sanitario y electricidad, pero de la que poco se habla.

A inicios del sexenio Calderón sólo se había comprometido a dotar de piso a 100, después a los 125 municipios más pobres, pero en 2010 extendió su promesa a encementar las viviendas de todos los mexicanos.

La campaña publicitaria del programa indica: “El piso de tierra es un grave riesgo para la salud de las familias, sobre todo de las menos favorecidas. Durante el quehacer de todos los días la tierra y el polvo ensucian la ropa, los muebles, el agua y, por supuesto, la comida. Esto hace que las personas se enfermen muy seguido de la garganta, los pulmones, el estómago y la piel.

“Tener piso firme es una necesidad básica para el bienestar y la salud familiar. Por ello, durante el gobierno del presidente de la República, la Sedesol ha cambiado más de millón y medio de pisos de tierra por pisos firmes de concreto en todo el país y trabaja para cambiarlos todos antes de terminar la actual administración”.

El 4 de agosto de 2011, en Parácuaro, Michoacán, Calderón reiteró: “Nos hemos propuesto (…) que todas las casas de México, no sólo de Michoacán, por supuesto, que vamos a meterle Piso Firme. Cuando yo termine la Presidencia de la República ésta es la meta: Todas las casas del país, todas las casas de todas las familias mexicanas van a tener un piso firme, un piso de cemento, en lugar de piso de tierra”.

El titular de la Sedesol y los subsecretarios le hicieron eco. Todavía en el boletín 147, emitido por la dependencia el 27 de enero de este año, se reiteró la promesa: “A finales de año todos los mexicanos vivirán en hogares con piso firme, con lo cual se cumplirá la meta comprometida por la Sedesol al inicio de la presente administración para dotar de concreto hidráulico a los viviendas de las comunidades más marginadas del país y, principalmente, las indígenas”.

El pasado viernes 9, en una gira por Chilón, Chiapas, donde colocó piso a la casa de una mujer llamada Jerónima, Calderón ya había ajustado su propia promesa y anunció que con los 2.5 millones había finiquitado su promesa con los más pobres.

“Hace muchos años –dijo en el acto–, cuando llegué a la Presidencia de la República, se decía que hacían falta dos millones y medio de pisos firmes; o en otras palabras, que había, según el censo en 2005, dos y medio millones de casas en México cuyas familias vivían sobre piso de tierra. Y yo me comprometí a que, por lo menos, esos dos millones de pisos de tierra los iba a convertir en pisos de cemento. Sé que cada familia nueva que se forma a lo mejor tiene otra casita. Sé que cada familia que llega a lo mejor le hace falta piso. Pero, por lo pronto, la palabra que yo di, de dar dos y medio millones de pisos firmes, hoy vengo a cumplirla a Chilón, y a decir: misión cumplida, palabra cumplida”.

El comunicado de prensa emitido por la Sedesol ese día festejaba en su titular: “2.5 Millones de Piso Firmes, Superada la Meta Sexenal” y corregía las cifras que dio el presidente al mencionar que el dato del Inegi era de 2.4 millones de pisos faltantes, por lo que tenían un excedente de 100 mil pisos.

Pero las sumas de la Sedesol se contradicen con las del Inegi, que en los resultados del censo de 2010 había arrojado que 1 millón 730 mil mexicanos vivían sobre pisos de tierra, lo cual, según dijo el presidente, significa que en esas casas “los niños se enferman de diarrea, les pican los alacranes y las arañas; la gente se enferma, la gente no vive como seres humanos”.

En 2011 la Sedesol anunció que había colocado 500 mil pisos. Para este año, en diversas entrevistas el titular de la secretaría, Heriberto Félix Guerra, prometió 600 mil. De llegar a cumplirse dicha promesa, al final del sexenio, 600 mil mexicanos seguirán viviendo sobre pisos insalubres, expuestos a accidentes, enfermedades y muertes. Esa será una de las herencias de Calderón.

Los avances de las promesas, sin embargo, no pueden ser verificados ya que los padrones de los beneficiarios de este programa no son públicos. Sólo la Sedesol sabe en qué casas se puso el cemento.

Este semanario ha documentado que en Guerrero y el Estado de México se anunció la colocación de pisos, lo que no se cumplió; otros tenían mala calidad o los delegados pedían “diezmo” a las empresas contratadas y las licitaciones estuvieron amañadas (Proceso 1711, 1714 y 1748). Otros medios han documentado irregularidades por corrupción en Veracruz, Puebla, Hidalgo y Tamaulipas.

En los resultados de la cuenta pública 2010, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) señala que en los estados revisados –Michoacán y Oaxaca– se cometieron ilícitos, el más grave en este último estado donde se documentó que la delegación de la Sedesol reportó que había cumplido 100% de su meta anual cuando las obras iban a la mitad, que pagó por adelantado a los constructores la totalidad de los pisos sin verificar los avances realizados y que no aplicó multas por 16.9 millones de pesos a las empresas incumplidas. Además, por el pésimo levantamiento del padrón del programa es difícil constatar la hechura de los pisos ya que algunos folios no mencionan nombres ni apellidos de los supuestos beneficiarios.

La ASF señala: “(La Sedesol) no cumplió con las disposiciones normativas aplicables al manejo, control, ejercicio, comprobación y registro de los subsidios del Programa (…) donde destacan los siguientes: se reportaron como ejecutadas al 100% obras por 201.2 millones de pesos, con el propósito de no reintegrar los recursos que no se habían devengado al 31 de diciembre de 2010. A la fecha, aún hay obras inconclusas”.

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