Samuel Schmidt
La Procuraduría General de Justicia dice que vigilará que se cumpla la ley en las elecciones. ¡Bravo! Pero por qué nos dicen que van a cumplir con su trabajo, ¿acaso antes no cumplían?
Tienen una tarea ardua, porque las elecciones empezaron hace rato, los candidatos hacen su interpretación de la ley para violarla, y no sucede nada. La procuraduría mantiene un silencio ignominioso. El Instituto Federal Electoral, responsable de vigilar el proceso electoral, está totalmente desbordado y no saben qué hacer con las violaciones, ni los candidatos respetaron el período de silencio que la ley les impone, y la última fue que ningún partido respeto la cuota de género, así que mejor les dieron otra oportunidad.
Pero la procuraduría debe empezar por vigilar muy de cerca a su jefe. Que no haya duda, el jefe de la procuradora es el presidente de la república y en estos años ha demostrado, que si hay algo que no lo acongoja es el respeto a la ley y la ética. En las elecciones de Michoacán los delegados federales intervinieron cínicamente y la Procuraduría si se acongojó, para la elección de candidata del PAN el gobierno metió no solo las manos sino hasta los brazos, y la Procuraduría no se enteró. En estos próximos tres meses, ¿se van a enterar?
Calderón se apresuró la semana pasada a dar un informe de gobierno, que ya se ha interpretado como su despedida, lo que en su lenguaje, puede ser el despegarse de las normas de decencia para volcar todo el peso del gobierno a favor de la candidata de su partido. Si ya lo hizo con su hermana ¿por qué no habrá de hacerlo en la elección presidencial?
Calderón ha violentado la norma de neutralidad que se le exige a un gobernante. Especialmente por lo que toca al manejo de recursos públicos para el manejo de una elección. No se entiende que hacen sus funcionarios grabando conversaciones telefónicas y filtrándoselas a los medios, o el presidente lo autorizó, o no se da cuenta de lo que sucede en su entorno. En ese sentido Calderón se parece más a Hugo Chávez, que cualquier otro candidato. Pero los manejos turbios de las elecciones parece ser la señal de los tiempos: aventar porquería hacia arriba aunque el ventilador le pegue a los de casa, o tal vez, especialmente a los de casa, porque los otros estamos de la porquería hasta el cuello.
Calderón aprovechó la visita del Papa para quedar bien con la ultraderecha de su partido. Le regaló al pontífice una historia de la guerra cristera, esa guerra inspirada por la iglesia católica en contra del régimen laico. Esa guerra que el gobernador ultraderechista de Jalisco, preservó en la conciencia de los mexicanos al donarle a la iglesia cientos de millones de pesos para la construcción del santuario de los mártires cristeros en Guadalajara y hoy la Ciudad de México está llena de anuncios agradeciéndole al Papa la defensa de los mártires cristeros. Afirma de esta manera el presidente sus inclinaciones ideológicas y con ellas su influencia en la elección. Recientemente se promovió hasta las alturas políticas del PAN al gobernador de Guanajuato, una de las voces más autorizadas de la ultra derecha, personificada en El Yunque, y esto, con la anuencia de la candidata presidencial del partido.
Valga decir de paso, que nadie en el gobierno o la curia, hizo el intento por romper el silencio del Papa sobre las víctimas de los curas pederastas, especialmente de Maciel, el líder de los legionarios de Cristo. ¿Será ese también uno de los mártires del panismo en el futuro?
Calderón en cambio llevó ante al Papa a “sus” víctimas de la guerra insensata que inició y en la que nos dejará inmersos. Ya se maneja la cifra de 150,000 muertos, más los desaparecidos, y falta sumar a los desplazados. Pero en lugar de pacificar la país, el anda promoviendo inauguraciones a destiempo y tratando de convencer a la gente que no es tan malo, vamos ya dice que él no robó. Hasta ahora se le había acusado de alcohólico, de imprudente, pero no de ladrón, ¿por qué entonces la explicación no pedida.
Si fuera estadista se hubiera reservado las inauguraciones para despedirse en los últimos meses, pero es un político mezquino, que quiere comprar protección en el futuro, cuyo compromiso no está ni con la constitución que juró obedecer, ni con el interés del pueblo, esta con su puro egoísmo.
Así que esas declaraciones de dependencias oficiales, simplemente hacen que no se entienda nada.
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