Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Si promediamos los resultados que arrojan las encuestas, Enrique Peña Nieto va a la cabeza de las preferencias ciudadanas como candidato de los partidos Revolucionario Institucional y Verde Ecologista, la rentable franquicia familiar, a la Presidencia de la República.
De la anterior manera puede resumirse la afirmación en boga y que explica buena parte de los especialistas en el tema, en público y en privado. Algunos se toman la molestia de subrayar que la estimación “es al día de hoy” y las encuestas son “una instantánea” del electorado.
Otros no tan expertos pero que pontifican sobre el tema, como Héctor Aguilar Camín, cuentan que la disparidad se asemeja a un aburrido juego de futbol entre dos equipos malos. A su juicio, la cuestión a dirimirse es si el partido de Peña tendrá mayoría absoluta en el Congreso (La hora de opinar, 16-IV-12). Olvida el historiador que desde 1997 el electorado niega mayoría absoluta a cualesquiera partidos y que éste es un hecho saludablemente democrático porque obliga al titular del Ejecutivo federal –desde Ernesto Zedillo, pasando por Vicente Fox y hasta Felipe Calderón–, a las dirigencias partidistas y legislativas a trabajar con el diálogo y la negociación política como instrumentos para articular consensos. Que sean hasta hoy incapaces y, por tanto, la “productividad legislativa” resulta insatisfactoria, es asunto de las pocas tablas dialoguistas y negociadoras de los gobernantes que siguen operando con reflejos de tlatoanis. Pero cada quien su prisa y el novelista sus razones tendrá, y no necesariamente intelectuales.
Además, los márgenes para prever la victoria de Peña hasta hoy –según las casas encuestadoras no consultadas por mí sino por los que tienen aptitud y disciplina para realizar este denso ejercicio, como Raymundo Riva Palacio, en Estrictamente personal–, varía de manera tan notable que las diferencias van del 30 al 51 por ciento de la intención de voto. Con una diferencia porcentual de sólo ¡21 puntos!
En tanto que por Josefina Vázquez Mota, todavía ubicada en el segundo lugar, las estimaciones de las encuestadoras en la intención de voto fluctúan entre 24 y 30 por ciento; mientras que por Andrés Manuel López Obrador están dispuestos a votar, hoy, entre 18 y 23 por ciento de los encuestados. Y el candidato del partido de Elba Esther Gordillo está entre 0 y 2 por ciento.
Correspondió a Demotecnia De las Heras la encuesta más cerrada, se aplicó en marzo y Andrés Alejandres Hernández, director de México en Síntesis, la compartió a Utopía: Peña Nieto, 37 por ciento; Vázquez Mota, 29 por ciento; López Obrador, 23 por ciento.
En la encuesta de María de las Heras no aparece el fenómeno de la aplanadora tan presente en otros encuestadores. Por otra parte, promediar porcentajes de encuestas tan dispares y de casas tan disímbolas no pareciera ser el mejor recurso, digamos, científico, aunque los estudiosos acudan con normalidad a tal mecanismo de trabajo y evaluación de las intensiones de voto.
Menos puede serlo cuando es público y documentable que las encuestas pasaron a formar parte del arsenal de recursos lícitos que tienen los candidatos presidenciales para influir en el electorado y pujar por desplazar al contrincante a una posición inferior de la que actualmente ocupa. También es conocido que los mismos candidatos, presidenciales o no, encargan y pagan las encuestas que los favorecen.
Tales prácticas mercantiles con fines políticos, ampliamente utilizadas por Felipe Calderón durante enero-junio de 2006, no contribuyen al desarrollo de la incertidumbre democrática, que no otra cosa son o debieran ser los procesos eleccionarios.
Acuse de recibo
La red Forum en Línea recibió mensajes para la familia Cisneros Lujan. Lilia Ana escribe al respecto: “Agradezco en toda su dimensión, las manifestaciones físicas, espirituales, telefónicas y virtuales que me han hecho con motivo del fallecimiento de mi madre”... Comentario de Fernando Carmona Bolaños en torno a Alerta sobre líderes de papel (18-IV-12): “Desde luego que el modelo latinoamericano que tenía en mente Calderón, es aquél donde todo se pone al servicio imperial y en el cual, las masas tienen el deber de acatar y sostener. Por lo pronto el campanazo lo ha dado doña Cristina y su pueblo”... Para Roberto Rodríguez Baños “En México, la burocracia federal y sus satélites, incluyendo a los tres candidatos del Prianal y la escoria financiera trasnacional reunida en Puerto Vallarta, se ha sumado al linchamiento de la presidenta Cristina Fernández aunque la inteligencia, el compromiso político real, opina de manera radicalmente distinta”... De Ramsés Ancira: “Hoy Calderón le otorgó a Rajoy el Águila Azteca. ¿Sabrá Felipe que para ganársela Plácido Domingo removió escombros en Tlatelolco y trabajó años donando todas sus ganancias de conciertos para la reconstrucción? ¿Cuál es el mérito de Rajoy además de cabildear para que las empresas españolas construyan segundos pisos, lo mismo en terrenos de Peña Nieto que de Ebrard?”
forum@forumenlinea.com
www.forumenlinea.com
Eduardo Ibarra Aguirre
Si promediamos los resultados que arrojan las encuestas, Enrique Peña Nieto va a la cabeza de las preferencias ciudadanas como candidato de los partidos Revolucionario Institucional y Verde Ecologista, la rentable franquicia familiar, a la Presidencia de la República.
De la anterior manera puede resumirse la afirmación en boga y que explica buena parte de los especialistas en el tema, en público y en privado. Algunos se toman la molestia de subrayar que la estimación “es al día de hoy” y las encuestas son “una instantánea” del electorado.
Otros no tan expertos pero que pontifican sobre el tema, como Héctor Aguilar Camín, cuentan que la disparidad se asemeja a un aburrido juego de futbol entre dos equipos malos. A su juicio, la cuestión a dirimirse es si el partido de Peña tendrá mayoría absoluta en el Congreso (La hora de opinar, 16-IV-12). Olvida el historiador que desde 1997 el electorado niega mayoría absoluta a cualesquiera partidos y que éste es un hecho saludablemente democrático porque obliga al titular del Ejecutivo federal –desde Ernesto Zedillo, pasando por Vicente Fox y hasta Felipe Calderón–, a las dirigencias partidistas y legislativas a trabajar con el diálogo y la negociación política como instrumentos para articular consensos. Que sean hasta hoy incapaces y, por tanto, la “productividad legislativa” resulta insatisfactoria, es asunto de las pocas tablas dialoguistas y negociadoras de los gobernantes que siguen operando con reflejos de tlatoanis. Pero cada quien su prisa y el novelista sus razones tendrá, y no necesariamente intelectuales.
Además, los márgenes para prever la victoria de Peña hasta hoy –según las casas encuestadoras no consultadas por mí sino por los que tienen aptitud y disciplina para realizar este denso ejercicio, como Raymundo Riva Palacio, en Estrictamente personal–, varía de manera tan notable que las diferencias van del 30 al 51 por ciento de la intención de voto. Con una diferencia porcentual de sólo ¡21 puntos!
En tanto que por Josefina Vázquez Mota, todavía ubicada en el segundo lugar, las estimaciones de las encuestadoras en la intención de voto fluctúan entre 24 y 30 por ciento; mientras que por Andrés Manuel López Obrador están dispuestos a votar, hoy, entre 18 y 23 por ciento de los encuestados. Y el candidato del partido de Elba Esther Gordillo está entre 0 y 2 por ciento.
Correspondió a Demotecnia De las Heras la encuesta más cerrada, se aplicó en marzo y Andrés Alejandres Hernández, director de México en Síntesis, la compartió a Utopía: Peña Nieto, 37 por ciento; Vázquez Mota, 29 por ciento; López Obrador, 23 por ciento.
En la encuesta de María de las Heras no aparece el fenómeno de la aplanadora tan presente en otros encuestadores. Por otra parte, promediar porcentajes de encuestas tan dispares y de casas tan disímbolas no pareciera ser el mejor recurso, digamos, científico, aunque los estudiosos acudan con normalidad a tal mecanismo de trabajo y evaluación de las intensiones de voto.
Menos puede serlo cuando es público y documentable que las encuestas pasaron a formar parte del arsenal de recursos lícitos que tienen los candidatos presidenciales para influir en el electorado y pujar por desplazar al contrincante a una posición inferior de la que actualmente ocupa. También es conocido que los mismos candidatos, presidenciales o no, encargan y pagan las encuestas que los favorecen.
Tales prácticas mercantiles con fines políticos, ampliamente utilizadas por Felipe Calderón durante enero-junio de 2006, no contribuyen al desarrollo de la incertidumbre democrática, que no otra cosa son o debieran ser los procesos eleccionarios.
Acuse de recibo
La red Forum en Línea recibió mensajes para la familia Cisneros Lujan. Lilia Ana escribe al respecto: “Agradezco en toda su dimensión, las manifestaciones físicas, espirituales, telefónicas y virtuales que me han hecho con motivo del fallecimiento de mi madre”... Comentario de Fernando Carmona Bolaños en torno a Alerta sobre líderes de papel (18-IV-12): “Desde luego que el modelo latinoamericano que tenía en mente Calderón, es aquél donde todo se pone al servicio imperial y en el cual, las masas tienen el deber de acatar y sostener. Por lo pronto el campanazo lo ha dado doña Cristina y su pueblo”... Para Roberto Rodríguez Baños “En México, la burocracia federal y sus satélites, incluyendo a los tres candidatos del Prianal y la escoria financiera trasnacional reunida en Puerto Vallarta, se ha sumado al linchamiento de la presidenta Cristina Fernández aunque la inteligencia, el compromiso político real, opina de manera radicalmente distinta”... De Ramsés Ancira: “Hoy Calderón le otorgó a Rajoy el Águila Azteca. ¿Sabrá Felipe que para ganársela Plácido Domingo removió escombros en Tlatelolco y trabajó años donando todas sus ganancias de conciertos para la reconstrucción? ¿Cuál es el mérito de Rajoy además de cabildear para que las empresas españolas construyan segundos pisos, lo mismo en terrenos de Peña Nieto que de Ebrard?”
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