Zona de Reflexión
Por Lucía Lagunes Huerta*
México, DF, 19 abr 12 (CIMAC).- Su nombre es Clara, víctima de violencia de género. Tras años de humillaciones, un día por fin denunció la violencia perpetrada por su pareja sentimental. Bastaron unos minutos para dejar de ser víctima y convertirse en presunta culpable del homicidio de su hija y nieta.
Así, un día cualquiera fue citada por la autoridad para dar seguimiento a su caso, al solicitarle que pasara a una habitación. Los flashes la deslumbran, son los periodistas gráficos que toman los rostros de los “presuntos culpables”.
Clara no entiende qué pasa. ¿Cuándo dejó de ser víctima y se volvió victimaria? ¿De dónde salió todo eso? Su imagen está en todos los medios como responsable de asesinato.
Ella forma parte de la recomendación 03/12 que la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal emitió a la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, para detener la exhibición a medios de comunicación de presuntos culpables por considerar que violenta sus Derechos Humanos (DH) a un debido proceso, y a la presunción de inocencia. La recomendación fue rechazada por la PGJDF.
Clara forma parte de un expediente acumulado de 29 casos que representan el total de 50 personas agraviadas, quienes acudieron a la CDHDF por violación a sus DH. 42 de estas personas fueron exhibidas teniendo la calidad de probables responsables, de ellas, 21 fueron liberadas por distintas instancia del Poder Judicial.
Once aún siguen en proceso judicial, en tanto que sólo 10 han sido condenadas.
Ante un clima generalizado de violencia y linchamiento mediático colocar el tema no es sencillo. Años de exhibición de presuntos culpables ha normalizado la práctica, nos han hecho creer que esto nos pone a salvo, que los presuntos no tienen ningún derecho.
La exhibición en medios de comunicación de presuntos responsables de un delito, atenta contra la presunción de inocencia al tratarlos como culpables sin que medie resolución de un juez; es iniciar un juicio mediático que atenta contra un debido proceso.
¿Qué pasa con la reputación del presunto y su familia, con su imagen personal al ser colocado como asesino, traficante, delincuente? ¿Dónde quedaron sus Derechos Humanos?
Organizaciones de DH, de libertad de expresión e individuos respaldan la recomendación y señalan que al ser una acción involuntaria y coactiva, la exhibición constituye un trato cruel inhumano y degradante.
La reflexión sobre el tema no es menor, hay que hacerlo una prioridad en la agenda pública, fuera de dogmas y fundamentalismos. Es necesario mirarlo desde el enfoque de los DH y como una posibilidad de consolidación democrática de nuestro país.
Twitter @lagunes28
*Directora general de CIMAC.
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