CRISTAL DE ROCA
Por: Cecilia Lavalle*
¡Vivan
los héroes que nos dieron patria! Gritan en los balcones. ¿Y las
mujeres? ¿Ellas no participaron en la Independencia de México?
Porque, no creo que hayan estado paseando en París mientras aquí se escenificaba una guerra civil.
Y menos creo que, aquellas que no podían darse el lujo de viajar, se
hayan quedado muy lindas en su casita esperando a que la guerra
terminara, como quien espera que deje de llover.
Entonces, ¿qué hicieron las mujeres durante la Guerra de Independencia?
Supongo que las guerras de todos los tiempos tienen elementos similares.
Cambia la geografía y la sofisticación de la crueldad. Pero, en esencia
ha de ser el mismo dolor, destrucción y muerte regado por doquier.
De modo que, acaso, sería suficiente mirar con atención lo que hacen las
mujeres que viven una guerra en nuestros días para inferir lo que
hicieron las mujeres de 1810.
Porque me parece que es preciso percatarse de los heroísmos de las
mujeres. Heroísmos en el día a día y heroísmos extraordinarios.
Heroísmos ambos que merecerían alcanzar la primera plana de los
periódicos o el horario estelar en los noticiarios televisivos.
Cuidar de la familia, de las hijas y los hijos, alimentarles, curarles,
consolarles, velar sus sueños, sostener la esperanza en un escenario en
guerra, es lo que yo llamo el heroísmo día a día.
¿Quién suele ocuparse de eso? Las mujeres, principalmente.
Pero también hay del otro. Del que implica participación directa, lo
mismo en el frente de batalla con un arma en la mano que como espía,
correo, enfermera y el largo etcétera que implica una guerra.
Y en ese terreno hay mujeres cuyo heroísmo no ha sido debidamente consignado o ha sido injustamente ignorado.
Porque Josefa Ortiz de Domínguez y Leona Vicario no fueron, ni con
mucho, las únicas. También podemos reconocer a Gertudris Bocanegra y
Mariana Rodríguez del Toro.
¿Alguien sabe de Manuela Medina? Con fusil en mano peleó contra los
realistas. La capitana, como la llamaban, dirigió una compañía de
insurgentes y participó en siete batallas. Murió a causa de las heridas
que recibió en una de las acciones de guerra.
¿En qué libro escolar se cuenta de María Fermina Rivera? Ella dio la
batalla hasta la muerte. O de María Herrera, que quemó su hacienda para
que no fuera utilizada como refugio por los realistas. O de Luisa
Martínez, que llevaba víveres, noticias, recursos a los insurgentes,
hasta que fue descubierta y fusilada.
Las mujeres que nos dieron patria lo hicieron de muchas maneras:
Lo hicieron sobreviviendo en las peores condiciones, cuidando a sus hijas e hijos, a sus familiares.
Lo hicieron escondiendo a líderes de la insurgencia, llevando recados o
pertrechos al frente de batalla, preparando comida para los insurgentes,
financiando la fábrica de armas, arriesgando la vida para buscar agua y
alimentos, curando heridos, dirigiendo batallones o participando como
una insurgente más.
Y lo hicieron también recogiendo escombros, levantando los pedazos de la
vida de su familia y de su comunidad, limpiando el tiradero de odio y
devastación, y volviendo a empezar.
Así que bien mirado, esta patria nuestra se la debemos a las mujeres y
también a los hombres. Y la historia oficial sigue en deuda con todas
las que participaron con sus heroísmos cotidianos y extraordinarios en
la lucha por la Independencia.
Hoy pienso en ellas y las honro. ¡Gracias! Gracias a las mujeres que me
dieron un México en el cual sembrar mis ideales. ¡Vivan las mujeres y
los hombres que nos dieron patria!
Apreciaría sus comentarios: cecilialavalle@hotmail.com.
*Periodista y feminista en Quintana Roo, México, e integrante de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género.
Cimacnoticias | Quintana Roo.-
Imagen retomada de viajandoandamos.wordpress.com
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