El signo distintivo del año
electoral en curso es la violencia. Hay una extendida sensación de
fragilidad a causa de la avanzada osteoporosis del aparato
institucional, de los delitos de sangre dirigidos a la franja política y
cívica, de la preminencia de los poderes criminales y de la
insuficiencia programática y operativa de las ofertas electorales
disponibles.
Es peor que en 1994, cuando los desajustes en las cúpulas de los
poderes (el político y el expresamente criminal, el del narcotráfico)
fueron el telón de fondo de la ejecución de Luis Donaldo Colosio. En
aquel año funesto, la obtención de la candidatura presidencial priísta
equivalía a un triunfo casi en automático. Lo que se disputaron en la
élite del poder fue la postulación priísta en sí, no el desenlace
electoral favorable, que daban por sentado. Hubo entonces un adelanto
ahora recuperado y potenciado: el voto del miedo. Luego de ver el
derramamiento de sangre y los reacomodos cupulares, muchos mexicanos se
refugiaron en el voto de supervivencia, en el sufragio que buscaba que
las cosas no se desbordaran, en que el sistema impidiera un posible caos.Enrique Peña Nieto no cuenta con la perversa habilidad efectiva que tuvo Carlos Salinas de Gortari en 1994, y José Antonio Meade Kuribreña nunca ha tenido garantizada, en automático, la victoria electoral: todo lo contrario, el pentasecretario de Estado cumple fatigosamente con una agenda electoral desvaída, que no convence ni estimula, asido de forma significativa a las mejores perspectivas propagandísticas de su esposa, la pintora Juana Cuevas, a quien la estrategia digital transferida de Los Pinos a la campaña priísta, con Alejandra Lagunes como enlace ejecutivo, ha pretendido convertir en estrella civil compensatoria.
A diferencia de 1994, los poderes truculentos están partiendo desde abajo, con un Pepe Mid que no levanta, un Ricardo Anaya en busca de que el sistema lo asuma como la opción B (que ya no pudo ser la desvaída Margarita Zavala, con todo y que consiga nebulosamente su candidatura independiente de segunda división) y, sobre todo, frente a un Andrés Manuel López Obrador contradictorio y autolesivo en temas ideológicos y en reciclamientos de chatarra de otros partidos pero, a pesar de todo (y eso da una medida de su peligrosa pujanza real, a menos de seis meses de la hora de las urnas), fuerte, enraizado y vigente en amplios segmentos de la población a los que no importa la absurdidad de ciertas declaraciones, de varias precandidaturas y de postulaciones a su eventual gabinete, sino la esencia antisistema que mantiene en lo alto el polémico personaje tabasqueño.
Los Pinos no pelea hoy con la esperanza de que determinados ajustes internos, por sangrientos que fueran, le reinstalen en una ruta victoriosa (como en 1994). De nada serviría cambiar a Meade por Aurelio Nuño, pues la figura del ex secretario de Educación podría resultar incluso más anémica y generaría una polarización que, al menos hasta ahora, Meade ha evitado. No hay, en el horizonte priísta, ningún personaje que pueda evitar una catástrofe electoral por vías más o menos naturales y pacíficas. Las marcas PRI y Peña afectan de manera insalvable a cualquiera que lleve los tres colores tradicionales en la boleta. El fondo del problema está en Los Pinos. Y también las formas de presunto salvamento desesperado.
Esta vez los poderes confabulados sólo pueden aspirar a
mantenerse en la Presidencia de la República mediante un fraude
electoral. Pero es previsible que éste deba ser más aplastante que
nunca, con el EdoMex-2017 como desbocado antecedente y con un descarado
uso de recursos militares (la Ley de Seguridad Interior), presupuestales
(los secretarios de Estado y directores como jefes de cuadrantes
electorales y Vanessa Rubio como probable sustituta de Luis Miranda en
la Sedesol electorera), criminales (los cárteles y la
delincuencia común como drásticos inhibidores de oposiciones y amables
financistas de campañas), mediáticos (el mayor doblegamiento de los
medios, con los convenios de publicidad como uno de los instrumentos
disponibles), judiciales (el tribunal electoral federal y el instituto
electoral plenamente dispuestos a la convalidación de lo fraudulento,
incluso la previa aceptación del uso de tarjetas para el reparto de
promesas o regalos) e internacionales (la grotesca administración Trump
como aliada contra el lopezobradorismo, incluso con un asesor de la Casa
Blanca advirtiendo ya de la injerencia del factor ruso para polarizar la elección mexicana).
De este coctel electoral ominoso están resaltando en estos días sus ingredientes de violencia física: ataques mortales a miembros de la clase política, hasta ahora en niveles de relevancia regional (que a la vez conllevan avisos para otros niveles) e impunidad creciente (que hace ver a los ciudadanos que cualquiera puede ser alcanzado por esa violencia: ejecuciones, masacres, asaltos en vía pública y, con el inicio de año, a tiendas departamentales).
Si este tren continúa avanzando como hoy es visto, la estación electoral del primer domingo de julio ha de verse como un espejismo. Meade debería desmarcarse con claridad de la transexenal pretensión caciquil de Los Pinos y plantear como propuesta algo que no sea la continuidad del esquema priísta socialmente repudiado (hasta en los dislates hay mimetismo). Anaya podrá seguir simulando una opción de cambio, pero la suma de sus factores partidistas negativos apenas le alcanzan para la maquinación propagandística. Y López Obrador tiene ante sí la evidente disposición institucional para el fraude, ante lo cual debería pasar del trasiego electoral a la organización de la resistencia ante el cantado intento de golpe democrático.
Y, mientras el ex gobernador de Puebla Rafael Moreno Valle ha declinado su sabidamente falsa pretensión de ser candidato presidencial panista, con la expectativa de que su esposa sea negociadamente postulada al mismo gobierno poblano, ¡hasta mañana, deseando a los lectores un año de trabajo, esperanza, lucha y bienestar!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
De este coctel electoral ominoso están resaltando en estos días sus ingredientes de violencia física: ataques mortales a miembros de la clase política, hasta ahora en niveles de relevancia regional (que a la vez conllevan avisos para otros niveles) e impunidad creciente (que hace ver a los ciudadanos que cualquiera puede ser alcanzado por esa violencia: ejecuciones, masacres, asaltos en vía pública y, con el inicio de año, a tiendas departamentales).
Si este tren continúa avanzando como hoy es visto, la estación electoral del primer domingo de julio ha de verse como un espejismo. Meade debería desmarcarse con claridad de la transexenal pretensión caciquil de Los Pinos y plantear como propuesta algo que no sea la continuidad del esquema priísta socialmente repudiado (hasta en los dislates hay mimetismo). Anaya podrá seguir simulando una opción de cambio, pero la suma de sus factores partidistas negativos apenas le alcanzan para la maquinación propagandística. Y López Obrador tiene ante sí la evidente disposición institucional para el fraude, ante lo cual debería pasar del trasiego electoral a la organización de la resistencia ante el cantado intento de golpe democrático.
Y, mientras el ex gobernador de Puebla Rafael Moreno Valle ha declinado su sabidamente falsa pretensión de ser candidato presidencial panista, con la expectativa de que su esposa sea negociadamente postulada al mismo gobierno poblano, ¡hasta mañana, deseando a los lectores un año de trabajo, esperanza, lucha y bienestar!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Inevitable, me someto al peso abrumador
de las costumbres, tradiciones, protocolos y, no me queda de otra que
iniciar la columneta, y 2018, con el improvisado y original: ¡feliz año!
El deseo es tan sincero y
de a devis, como desconfiado, inseguro y azaroso. Si no fuera por la probada buena fe de la columneta, no dudo que algún insidioso llegara a propalar que mi fraternal rogativa por el bienestar, superación y prosperidad de todos ustedes, era una imperdonable cuchufleta, un sarcasmo de pésimo humor o una rociada de salecita de cayena en una herida transexenal. Juro que no es así. Mis íntimos y cristianos deseos (inseguros y tembleques, pero con un último y desesperado arrebato juvenil de los años 60), hacen una inusitada incursión en los terrenos del optimismo y se sumergen en el territorio irracional del wishful thinking. ¡Tomémonos de la mano, bailemos y saltemos en un círculo virtuoso, cantando nuestros más profundos y sinceros deseos, con fe profunda y confianza en el Altísimo y éstos se harán realidad…! ¡Sí, Chucha, sí!
¿Qué esperar de 2018 a un año de la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos?
El catálogo de barbaridades perpetradas por él durante los 12 meses
pasados es demasiado largo como para resumirlo en un breve comentario.
Vale por eso dar cuenta de dos eventos que pudieran afectar en mayor o
menor grado la relación de los mexicanos, de aquí y de allá, con ese
país. El primero, es la incierta situación de casi un millón de
ciudadanos que fueron llevados cuando eran menores de edad; el segundo
es la relación comercial, cuyo marco moderno es el Tratado de Libre
Comercio.
El caso de los llamados dreamers se ha convertido en una
excusa de Trump para negociar, con el Partido Republicano, la aprobación
del presupuesto para construir su muro. La pregunta es ¿por qué Trump
insiste en algo tan absurdo, costoso, innecesario y ofensivo? Todo mundo
sabe, incluido él mismo, que la migración indocumentada procedente de
nuestro país ha disminuido sensiblemente. Se antoja que la única razón
es reivindicar su promesa que al respecto hizo al grupo de xenófobos
delirantes que le dio el margen para ganar la presidencia. Por eso la
utiliza como un medio de negociación: ustedes legisladores aprueban el
presupuesto para el muro y yo doy mi consentimiento para legalizar la
situación de los dreamers. Es el quid pro quo.
De la
En gira por Aguascalientes, los colegas preguntaron a Meade: “¿Usted no es el padre de los gasolinazos?”, y el desmemoriado ex funcionario respondió: modernidady
valentíapor él presumida como secretario de Hacienda a la hora de anunciar la decisión, ya como precandidato tricolor, José Antonio Meade pasó a la amnesia total, pues ahora niega cualquier
paternidaden el megagasolinazo que, entre otras gracias, duplicó la inflación y deterioró, aún más, los bolsillos de los mexicanos.
Efectivamente, como dice el clásico, tú lo has dicho. Por donde se vea, un padre desobligado, negador de su criatura.
Y Meade defendió la tesis de que
el precio de la gasolina se determina internacionalmente y fluctúa con sus condiciones de costo. Bien, pero si esos son los parámetros, entonces ¿por qué los precios domésticos resultan casi 30 por ciento mayores a los prevalecientes en Estados Unidos? (de donde México importa el grueso de los combustibles que consume, y que en épocas no tan lejanas producía internamente).
El 27 de diciembre de 2016, cuando anunció el megagasolinazo que entró en vigor el 1° de enero de 2017, el entonces secretario de Hacienda (léase José Antonio Meade) dijo que el aumento en el precio de los combustibles
no debe asustar a los consumidores, porque, afirmó,
con el nuevo esquema se divorciará el precio del petróleo de razones tributarias o políticas.
Pero más allá de la aterrorizada respuesta ciudadana (pues el aumento a los combustibles desencadenó alzas en los precios de todo tipo de bienes y servicios), el citado
divorciofue por demás lucrativo para el gobierno federal, pues en 2017 (hasta noviembre) se embolsó cerca de 200 mil millones de pesos por el cobro del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) a gasolinas y diésel, todos provenientes de los bolsillos de esos mismos consumidores que no tenían (versión Meade) por qué
asustarse. Así es: 60 centavos de cada peso captado por dicho gravamen provinieron del aplicado a gasolinas y diésel. Pero no se
asusten.
Usando como punto de referencia al
Derecho Especial de Giro (DEG) –la unidad de cuenta que calcula
diariamente el Fondo Monetario Internacional (FMI) a partir de las
cotizaciones de las cinco divisas que integran su canasta– en 2017 se
revalorizaron: el euro 6.89%, la libra esterlina 0.74; y el yuan 0.74;
y, compensando, se desvalorizaron: el dólar -5.94 y el yen -2.40%
(Gráfico 1).
Tras tres años de claro fortalecimiento, en 2017 el dólar muestra una
inflexión al debilitamiento respecto al resto de las principales
monedas.
Referencia dólar
En 2017 el dólar se devaluó -14.73% frente al euro, -10.25% con la libra, -3.30 con el yen, y -6.37 con el yuan (Gráfico 2).
Frente a otras monedas, el dólar se devaluó respecto al peso chileno
-8.59, al peso mexicano -4.84, al rublo -4.43, y a la rupia india
-6.16%; se revaluó 16.58% frente al peso argentino y 0.93% frente al
real brasileño.
A la distancia de una década, sin embargo, el dólar muestra una
revaluación de 18.53% frente al euro, de 32.56% con la libra, de 523%
con el peso argentino, de 24.08 con el chileno, de 80.13 con el
mexicano, de 86.81 con el real, de 134.66 con el rublo, y de 62.21 con
la rupia. Con el yen de hace una década el dólar presenta una
devaluación marginal de -0.96%, y con el yuan de -10.86%
Fue un año espantosamente
horrible (perdón, se necesitan ambas palabras juntas para intentar
capturar un tantito de esta realidad) en Estados Unidos. Fue una burla
de todo lo más o menos decente, un asalto contra la belleza y lo noble,
un ataque contra lo más delicado y vulnerable. Fue un año en el que no
sólo se agotaron los adjetivos, sino hasta las mentadas de madre (y de
padre –es la era de la igualdad de género). Hasta las mismas palabras
fueron atacadas para anular su sentido, borrar la verdad, lograr que no
importara la diferencia entre lo falso y lo verdadero.
No se necesita otro resumen de todos los atropellos, asaltos, abusos y
ataques, y mentiras oficiales del año pasado incluyendo el apoyo
presidencial a supremacistas blancos con suásticas amenazando a latinos,
negros y judíos, los ataques contra los medios y ni hablar de la guerra
contra los inmigrantes. Casi todos en el planeta saben de la vergonzosa
realidad política estadunidense con el payaso peligroso y, según cada
vez más expertos, loco, en esa casa muy blanca, y casi toda la cúpula
política como cómplice.
El Instituto Nacional Electoral
investiga cómo y por qué las administraciones municipales de Tijuana,
Tecate y Ensenada entregaron al Partido Revolucionario Institucional
(PRI) de Baja California 9.7 millones de pesos durante 2015 y tres meses
de 2016, por supuestas
aportaciones de los trabajadores. En el proceso abierto de oficio por la autoridad electoral están involucrados los ex alcaldes Jorge Astiazarán Orcí, de Tijuana; Gilberto Hirata, de Ensenada, y César Moreno, de Tecate, así como los ex dirigentes Nancy Sánchéz y Chris López.
Los ex alcaldes no sabían –según ha dicho Chris López, ahijado de
Manlio Fabio Beltrones– que estaba prohibido que los ayuntamientos (en
este caso priístas, pues la gubernatura está en manos del Partido Acción
Nacional, así como los municipios de Mexicali y Rosarito) aplicaran
descuentos en la nómina a sus funcionarios para hacerlos llegar al tricolor, como se estilaba antaño.
El asunto está por resolverse, pero si nos atenemos al principio de que
a confesión de parte, relevo de pruebas, el PRI recibirá una buena multa por culpa de López y compañía. En un comentario para el semanario Zeta, dijo que los funcionarios priístas que trabajan en la administración pública firmaron un documento en el que cedían un porcentaje para aportaciones, aceptaban las retenciones vía nómina, la Secretaría de Finanzas las concentraba y las entregaba directamente.
La cultura, entendida como la creación
humana y como forma de vida, está de luto, y la cultura de México, o
lo que se le parezca, ya podría elaborar un esmerado duelo por quien
dedicó su vida a expandir la propia consciencia y la de sus semejantes
en 60 años de generosa y fructífera labor creadora como erudito y ameno
maestro en la UNAM, el IPN, la Ibero o en la Escuela Nacional de
Antropología e Historia, y como incansable viajero, conversador y autor,
ya como prolífico escritor, imaginativo narrador, agudo ensayista,
sensible poeta, entusiasta editor, elocuente presentador de libros y
convencido animador cultural: Raymundo Ramos Gómez (Piedras Negras,
Coahuila, 2 de noviembre de 1934-Ciudad de México, 31 de diciembre de
2017).
Hay edades en que los amigos suelen hacernos un involuntario y
silencioso pero convincente guiño de despedida, a pesar de añejas
negligencias mutuas, al percibir esa infranqueable línea luego de
fecunda vida sin lugar para las inmovilidades. ¿El maestro Ramos? ¿De
parte de quién? Sí, bueno, el maestro falleció ayer… Son maneras poco
convencionales de irse, sin estridencias, a veces tras lenta y penosa
dolencia, siempre con la discreción de su generosidad inmensa y de su
encanto diseminado.
Ala ingenuidad apocalíptica que
afirma que los discos físicos están al borde de la extinción, habrá que
platicarles que en tan sólo cuatro años, Daniel Wong ha grabado,
presentado y promovido 13 discos compactos; ya como solista, ya en
diferentes dúos, o bien en sendos triunviratos de gran factura.
La capacidad instrumental de este pianista (Ciudad de México, 1965)
había sido conocida y reconocida a través de los años, como parte de
diferentes combos o como profesor de la Escuela Superior de Música. En
2001 se empleó como maestro de piano en la Universidad de Texas y poco
después una compañía de cruceros lo contrató para recorrer el mundo
tocando clásicos ligeros, jazz y algunos temas pop.
Por fortuna, en 2003 el pianista decidió regresar a México para dar
rienda suelta a una intensa y cervantina actividad en los estudios de
grabación. Y por fortuna también, el maestro ha accedido a comentar
brevemente cada uno de estos discos para esta columna.
Amás de tres meses de
un conflicto que en su momento crítico dejó casi 6 mil personas
desplazadas, todavía no existen condiciones para que retornen a sus
hogares mil 165 pobladores del municipio chiapaneco de Chalchihuitán,
mientras muchos de quienes han regresado para cuidar sus cosechas e
intentar rescatar sus bienes, lo han hecho conscientes de que se
encuentran bajo amenaza de grupos paramilitares que efectúan disparos
contra sus comunidades.
Exigen aplicar la ley contra agresores en mítines de Claudia Sheinbaum
Los integrantes del Colectivo
Morena Chilangos rechazamos con firmeza y de manera enérgica las
agresiones y actos de violencia y barbarie que se han cometido durante
las actividades de precampaña de Claudia Sheinbaum, candidata a jefa de
Gobierno, documentados en la delegación Coyoacán, y en los que por
desgracia falleció Martha Patricia Reyes.
Rumbo a la contienda de julio,
más allá de los proyectos de nación y las propuestas específicas de
los precandidatos y más tarde candidatos a la Presidencia de la
República, es muy importante que el país conserve su condición de
espacio geopolítico y social propicio para la inversión productiva y la
generación de empleos, para no perder lo ganado en estos rubros vitales
para el desarrollo de cualquier nación.
Desde luego, está justificado el
escándalo de la opinión pública por el asesinato de funcionarios
públicos, el cual hoy llena las planas de los periódicos nacionales:
diputados, presidentes municipales, delegados, alcaldes o precandidatos a
las alcaldías, fiscales, responsables de la seguridad de los estados y
muchos etcéteras más que hoy son motivo de preocupación y reflexión de
muchos mexicanos.
Terminó 2017 con malas noticias sobre
el medio ambiente y se inicia 2018 con muchas nada positivas. La
megaurbe lleva meses cubierta con una densa capa de humo y partículas.
Especialmente quienes viven o visitan las colonias Hipódromo-Condesa y
Roma padecen por la pésima calidad del aire debido a las obras para
rehacer calles, avenidas y banquetas, sin que las autoridades y las
constructoras tomen las mínimas medidas que eviten daños a la salud.
Montones de tierra al aire libre que el viento se encarga de esparcir
por doquier. Si las autoridades realizaran un estudio sobre partículas
en esta parte de la ciudad, encontrarían que rebasan, por mucho, las
permitidas por la legislación vigente. Pero la prioridad son los
negocios y el futuro político de la alta burocracia.
No se llevan; chocan. El dinero
pervierte a la democracia porque provoca desigualdades, y la
democracia tiene como pilar imprescindible la igualdad; los promotores
del cooperativismo sostenían:
Un hombre, un voto, expresión de la democracia en el mundo de la economía y del trabajo. En cambio, las grandes corporaciones modernas, las sociedades por acciones tienen como principio básico un hombre, todos los votos que pueda acumular según su paquete accionario, según el monto de su capital.
Los jerarcas de la SEP le apostaron
todo con su propuesta de reforma educativa al caballo equivocado; éste
ha sido pretender evaluar todos los componentes del sistema. La medida
no ha sido viable para el desarrollo del país por dos motivos claves.
Mal empieza la semana al
que ahorcan en lunes. Por extensión podría decirse que mal comienza el
año cuando los precios aceleran su ritmo de crecimiento en enero.
Después del horrendo remake del
sismo, el 19 de septiembre, los aniversarios graves comienzan a dar
cosa. Al poco, en el 20 aniversario de la masacre de Acteal asomó el
riesgo de su repetición mortífera en las mismas montañas de Chiapas. Así
que podemos ver con cierta aflicción los aniversarios estelares de
2018: la insurrección electoral cardenista y el consecutivo fraude del
salinismo emergente cumplen 30 años, y el trascendental movimiento
estudiantil de 1968 llega al medio siglo. Dos hitos en la vida política,
social y mental del país. Que el despojo al movimiento neocardenista se
conmemore en caliente año electoral podría mover a cierta esperanza
pero el proceso se percibe ominoso, incierto y, lo que es peor, insulso y
fársico.
Hace 50 años, un viento de protesta
y deseos de barrer con lo establecido sacudía las ideas fijas del
Oriente al Occidente. De la primavera de Praga y el mayo del 68 en
Francia al trágico 2 de octubre en México, los movimientos estudiantiles
se sucedieron atravesando fronteras ante la impotencia de los gobiernos
para dispersarlos dentro de los márgenes de la democracia. Impotencia y
prepotencia condujeron a represiones policiacas y militares: los
tanques soviéticos en Praga, los CRS (Compañía Republicana de Seguridad)
en Francia, grupos paramilitares y Ejército en México, donde se bañó en
sangre la plaza de las Tres Culturas.
La Plaza México prácticamente vacía
vio partir plaza a Jerónimo, Juan Pablo Llaguno y al hijo de Antonio
Lomelí, quien recibía la alternativa. La sensación de la plaza, vacía y
congelada. La tristeza se me escapó y el dolor adquirió voz, poder decir
mi locura en la magia de ese exceso; entre más allá del más allá, el
vértigo de la nostalgia encontró el lenguaje de la música como aliento
de esos derechazos interminables del desaprovechado Jerónimo, con ritmo
de flores mexicanas. El torero en su ausencia se volvió presencia y no
se permitió lo que debió haber sido una de las máximas figuras de
nuestra torería.
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