1/11/2018

Los periodistas pal cafe...

El más significativo de los cambios en el equipo peñista que fueron anunciados ayer fue el de Javier Lozano Alarcón, el panista de temporada que de un día al otro dejó su militancia blanquiazul para fichar en el equipo base de la campaña presidencial del Partido Revolucionario Institucional (en el que había militado durante largos años: subsecretario en dos distintas secretarías durante el zedillismo), con la misión expresa de combatir al virtual candidato presidencial panista, Ricardo Anaya, el épico llevador de hijos al colegio.
El vertiginoso saltimbanquismo partidista de Lozano Alarcón no merecería atención especial, a no ser porque constituye una confesión explícita de ánimos rijosos y truqueros en el círculo operativo del (pre)candidato José Antonio Meade Kuribreña (ya con los vociferantes y maquinadores Enrique Ochoa Reza y Aurelio Nuño parecería suficiente) y, además, porque confirma la proclividad de la franja calderonista a sumarse al abanderado tetracolor, el mencionado Meade que al verde, blanco y rojo agrega un desvaído azul de felipismo en desgracia.
El raudo cambio de camiseta de Lozano Alarcón (motivado por la pérdida de su esperanza de ser candidato del PAN a la gubernatura de Puebla, lo que le fue impedido por Rafael Moreno Valle, quien canjeó su finta de buscar la Presidencia de la República por la candidatura al gobierno de Puebla de su esposa, Martha Erika Alonso) tiene un ingrediente irónico, pues el citado Javier fue vocero de la campaña del primer priísta en perder su pase a Los Pinos, Francisco Labastida, y ahora será uno de los portavoces de Meade, que está en riesgo de no llegar a la máxima silla del poder político mexicano.
Respecto de los relevos en el gabinete de la administración federal, destaca la cuidadosa despedida oficial otorgada a Miguel Ángel Osorio Chong, el hidalguense que dejó la secretaría de Gobernación con una etiqueta de derrotado en la lucha por la postulación priísta (asignada a Meade) y a quien la retórica de Enrique Peña Nieto y Alfonso Navarrete Prida (el nuevo titular en Bucareli) pretendieron trocar, en sendas ceremonias oficiales, en todo un campeón sin corona. El hidalguense va por un escaño y un puñado de candidaturas para los suyos, entre ellos para Enrique Galindo Ochoa, el ex comisario de la Policía Federal que también pretende llegar al Senado, a pesar de las cuentas pendientes por diversos episodios de abusos criminales de la corporación que dirigió (Nochixtlán, por dar un ejemplo, caso que lo tumbó del cargo, con osorista promesa incumplida de investigación y castigo).
El esmero utilizado para despedir de Gobernación a Osorio Chong (al estilo de los funerales de mafiosos) intenta mantener a favor de Meade la presunta ascendencia del hidalguense en segmentos priístas (en las encuestas de opinión siempre fue el mejor posicionado a nombre de su partido). Además, en caso de naufragio de la opción Meade, Osorio Chong podría ser, desde el Senado, como coordinador de la bancada de tres colores en esa cámara, el personaje con más fuerza para sostener el estandarte priísta desde la oposición (una reedición del rol jugado por Manlio Fabio Beltrones durante el calderonismo, si la aritmética electoral así lo permitiera).
Los nuevos secretarios de Estado no ofrecen ninguna perspectiva de modificación de las tendencias peñistas tan sabidas. Alfonso Navarrete Prida es garantía de cumplimiento burocrático de las instrucciones de Los Pinos. Recuperada Gobernación para el bando mexiquense, esa oficina tratará de cruzar, con modos priístas clásicos, las agitadas aguas electorales y postelectorales. En la Secretaría del Trabajo, que ocupaba Navarrete Prida, fue nombrado Roberto Campa Cifrián, cuya especialidad en Gobernación ha sido la de jugar el papel del policía bueno, ahora comisionado para atender el ramo de los sindicatos y los patrones.
A la electoralmente estratégica Secretaría de Desarrollo Social no llegó Vanessa Rubio, la subsecretaria de Hacienda que ha sido parte del equipo central de Meade en diversas oficinas. El cargo fue asignado a Eviel Pérez Magaña, un oaxaqueño que forma parte destacada del grupo del ex gobernador Ulises Ruiz. Como representante del ulisismo, Eviel forcejeó con el grupo de los Murat a la hora de nombrar candidato al gobierno de aquella entidad. Hubo negociación: Eviel, senador con licencia, fue coordinador efímero de la campaña de Alejandro Murat Hinojosa y luego, en pago por haber dado vía libre a la imposición de este Murat, decidida desde Los Pinos, fue nombrado subsecretario de Desarrollo Social, con Meade como titular.
Ahora, ya como secretario, Pérez Magaña, priísta a la vieja usanza, dará seguridad de que los fondos asistenciales sean utilizados para los fines electorales deseados por quien lo ha puesto en tal cargo, tal como lo habría hecho Luis Miranda, el compadre de Peña Nieto que, en medio de un gran desgaste, cedió la Sedesol para ir también en busca de la comodidad sexenal del Senado.
Morena asignó en Sonora la virtual candidatura al Senado a la periodista Lilly Téllez, conductora de programas en Televisión Azteca. Además, en Ciudad de México postulará al actor y productor Sergio Mayer para una diputación federal por un distrito de Magdalena Contreras. Lilly es recordada por la polémica de lo que se mencionó como atentado en su contra, en el contexto de la acometida de esa televisora contra el gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas, con Samuel del Villar como procurador de Justicia, por la ejecución del comediante Paco Stanley. Mayer ha sido uno de los partícipes del espectáculo Sólo para mujeres y está casado con la actriz Issabela Camil.
Y, mientras el priísmo pinolero extiende un manto mediático sobre el fondo del conflicto con el gobierno de Chihuahua: las diligencias ministeriales que confirman el desvío de fondos públicos para anteriores campañas electorales priístas, y la protección federal complicitaria que se brinda al ex gobernador César Duarte, ¡hasta mañana!
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Facebook: Julio Astillero
El inquilino de Los Pinos anunció ayer cambios en su gabinetazo, y para ello recurrió a tres fichas quemadas, aunque, eso sí, priístas de toda la vida: Alfonso Navarrete Prida, Eviel Pérez Magaña y Roberto Campa Cifrián, quienes ahora despachan como secretarios de Gobernación, Desarrollo Social y Trabajo, respectivamente.
A Miguel Ángel Osorio Chong le dieron su premio de consolación (un escaño en la próxima legislatura del Senado de la República) y en su lugar el inquilino de Los Pinos puso a Alfonso Navarrete Prida, personaje con severos problemas visuales, pues como procurador mexiquense de Justicia (nombrado por el predecesor de Enrique Peña Nieto en el gobierno de esa entidad y ratificado por éste) no encontró elementos para encarcelar a Arturo Montiel por enriquecimiento ilícito. Algo similar a la paz laboral que tanto presumió como secretario peñanietista del Trabajo.
Como procurador mexiquense se encargó personalmente –según dijo– de la investigación por el asesinato de Enrique Salinas de Gortari (primeros días de diciembre de 2004), hermano del innombrable, y se comprometió a esclarecer el caso lo más pronto posible, pues, presumía, existen evidencias sólidas y se hará justicia. Pues bien, poco más de 13 años después el crimen se mantiene impune, nadie le dio seguimiento y oficialmente no hay culpables.
A partir de ayer despacha en Bucareli, y Peña Nieto le encargó fortalecer la gobernabilidad democrática en todo el país (lo que ello quiera decir), reforzar las labores que realice el gabinete de seguridad para combatir el crimen organizado, ampliar y fortalecer las acciones contra el robo de combustible y los ataques a la seguridad en las carreteras, y velar por el correcto desarrollo de los procesos electorales. Así, en un país con extrema violencia, a Navarrete Prida se le presenta una oportunidad similar a la del caso de Arturo Montiel: no hacer nada ni ver nada.
Otro que causó baja fue el folclórico Luis Miranda, compadre de Peña Nieto, quien dejó la oficina principal de la Secretaría de Desarrollo Social para protegerse con el fuero que le garantizará una curul en San Lázaro (plurinominal, desde luego). En su lugar el inquilino de Los Pinos designó a Eviel Pérez Magaña –hasta ayer subsecretario del ramo–, uno de los entenados del inenarrable ex gobernador de Oaxaca Ulises Ruiz, quien en 2010 lo hizo candidato a ese mismo cargo, pero perdió la elección ante otra lacra, Gabino Cué, priísta disfrazado de opositor y respaldado por PAN, PRD, Convergencia y PT.
Por cierto, aprovechando la salida de Miranda, el momento actual resulta por demás adecuado para deshacerse de otra joya de la alta burocracia; el oficial mayor de la Sedesol, Rodrigo Alejandro Nieto Enríquez, quien, además de presumirse falsamente como tío de Enrique Peña Nieto, registra un rosario de anomalías.
La denuncia que la lectoría hizo llegar a la redacción de México SA dice así: “¡cuidado con el ‘pariente’ del Presidente de la República! Hay un personaje en la Secretaría de Desarrollo Social, Rodrigo Alejandro Nieto Enríquez, que ha provocado diversos y cuantiosos desmanes en la institución; entre ellos, tiene representantes personales en todo el país, todas ellas jóvenes mujeres a su servicio, al tiempo que hace licitaciones en lo oscurito, concede adjudicaciones directas a sus amigos y se jacta de ser terrateniente en su estado (de México) por todas las propiedades que tiene, que son muchas, y serán más si lo dejan en el puesto. Todo ello, oficialmente, con el raquítico sueldo que gana. Ver para creer. ¿Sabe alguien dónde está la Secretaría de la Función Pública? ¿Dónde el Órgano Interno de Control? (allí les hablan, Arely Gómez y Jacobo Mischne Bass, respectivamente). Por el bien de la institución, ni siquiera se les ocurra ratificarlo; por el contrario, la lupa debe estar encima de él”.
Otra ficha quemada, Roberto Campa Cifrián (priísta, después aliancista y a estas alturas quién sabe), fue premiado con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, a pesar de su ineficiencia y falta de resultados en el cargo que hasta ayer ocupó, es decir, subsecretario de Derechos Humanos en Gobernación. Y ostentaba el puesto en un país en el que la violación de los derechos humanos avanza contundentemente y ya es cosa de todos los días, al igual que la violencia en contra de las mujeres –feminicidios incluidos– y la persecución y asesinato de periodistas (39 en el transcurso del sexenio peñanietista). ¿Y dónde estaba el hoy titular de la STPS? (quien, como José Antonio Meade, también sirvió en el gobierno de Felipe Calderón, en el Sistema Nacional de Seguridad Pública).


Si alguien supone que la lealtad no tiene límites, y que en política puede llegar hasta el suicidio, sólo necesita asomarse a la campaña, o como se llamen los mítines a los que ha asistido Alejandra Barrales en Coyoacán, a los que la acompaña Mauricio Toledo, El Tomate.
En su trayectoria política, Alejandra Barrales ha tenido que soportar horrores de todo tipo, seguramente, pero hasta la fecha ninguno que la pudiera marcar para siempre y para mal, como la de hacer saber a la gente que ella está de acuerdo y solapa la violencia con que Toledo ha dominado la delegación Coyoacán.
Para decirlo de otra manera: Barrales está prometiendo a los habitantes de Coyoacán, y a todos los de la Ciudad de México, que en caso de llegar a convertirse en jefa de Gobierno la deshonestidad, la violencia y la impunidad serán las directrices en su mandato, y un horizonte así no parece ser la mejor idea para colectar los votos que requiere con el fin de gobernar la ciudad.


Donald Trump dio un viraje inesperado en su política xenofóbica al reconocer por primera vez la posibilidad de que partes del muro en la frontera mexicana, que ha sido su principal bandera propagandística de campaña y de gobierno, sean virtuales y no físicas; al reunirse con legisladores de ambos partidos para encontrar una solución al problema de los dreamers, y ante todo al señalar la posibilidad de una reforma migratoria integral, algo que ha sido anatema para el conservadurismo por décadas.

Fallas en servidor de la UNAM para inscripción a concurso de ingreso
Mi hijo ha estado tratando de inscribirse al concurso de ingreso a nivel licenciatura de la UNAM 2018. Hemos estado intentando el registro desde que abrió la convocatoria, día y noche. Sin embargo, cuando logramos el acceso a tu sitio de registro, invariablemente se rompe la conexión con el servidor servicios.dgae.unam.mx, porque no responde. Como mamá me preocupa que mi hijo no pueda participar en el concurso.

Cuando el presidente Miguel Alemán llegaba a una reunión pública era frecuente que lo recibiera un conjunto musical veracruzano que al son del arpa y el guitarrín, entonaba una versión modificada de La Bamba. En lugar de cantar “Para subir al cielo se necesita…”, arrancaba con “Para ser presidente se necesita…”. Entonces daba rienda suelta a su creatividad para halagar a Alemán, y sustituía el estribillo un poquito de gracia, con alguna de sus virtudes. La verdad es que de los presidentes de la segunda mitad del siglo XX, este veracruzano es de los que más gracia tenía, también era más frívolo, pero no por eso su presidencia fue intrascendente, ni mucho menos. Otros ha habido que han aparentado gravedad y han sido en realidad sólo intrascendentes.
Con amistad y afecto le robo a Carmen Aristegui el título y algunas ideas muy sugerentes de su artículo en Reforma del 5 de enero.
Han transcurrido tres meses cabales desde la más reciente elección general en la nación líder de la Unión Europea, tres meses cabales en los que ha sido imposible integrar un gobierno que aglutine una mayoría estable a partir de las fracciones minoritarias resultantes de los comicios de otoño. Hay que decir, de entrada, que el gobierno provisional que maneja Angela Merkel ha provocado que sean pocos los que en Alemania extrañan la ausencia de un gobierno constituido y menos los que la advierten en Europa y otros espacios geopolíticos. La inercia derivada de un liderazgo en general exitoso a lo largo de tres periodos dio aire definitivo a lo apenas provisional. Con el nuevo año llegó, sin embargo, el momento de extraer las inevitables conclusiones políticas de una elección para nada concluyente.
Las concentraciones de gases de invernadero han alcanzado niveles nunca antes detectados. Como resultado, las temperaturas en los océanos y la tierra son ~ 1°C más altas que en la era preindustrial, y las precipitaciones se hacen más variables y más extremas. Estos cambios ya ejercen impactos tangibles sobre varios procesos biofísicos planetarios (acidificación de los océanos, extinción de miles de especies, escasez de agua fresca, etcétera) y también pone en jaque la producción agrícola, en especial los grandes monocultivos industriales, que son parte del problema pero que siguen expandiéndose a pesar de estarse autodestruyendo al minar las condiciones ecológicas de la producción: producen 30 por ciento de los gases de invernadero y dada su homegeneidad genética son extremadamente vulnerables al cambio climático.
El escenario de riesgos económicos para el año que se inicia sigue encabezado por la posible ruptura del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Un segundo asunto se concentra en los efectos de la reforma fiscal aprobada en Estados Unidos. En tercer lugar está la normalización de la política monetaria de la Fed. Le siguen los asuntos internos: la inflación y, por supuesto, la elección presidencial. Estos riesgos producen incertidumbre que, a su vez, puede provocar que la inversión se detenga y afecte el dinamismo de la economía. Consecuentemente se espera que en 2018 el producto interno bruto (PIB) crezca ligeramente por arriba de 2 por ciento, lo que significa que el promedio sexenal será de 2.1 por ciento, muy lejos de lo que comprometió el gobierno de Enrique Peña Nieto a su llegada en diciembre de 2012.

Dice un proverbio chino que para emprender un largo camino lo más importante es dar el primer paso. Hace unas semanas parecía que la situación en la península coreana evolucionaba sin freno hacia una catástrofe de magnitud incalculable. Sin embargo, la rama de olivo tendida a Corea del Sur por Kim Yong-un, líder de Corea del Norte, a principios de año, tuvo una rápida y positiva acogida de su homólogo Moon Jae-in, y la reunión propuesta para discutir los pormenores de la participación de una delegación del norte en los Juegos Olímpicos de invierno, organizados por Seúl, tuvo lugar a nivel de ministros exactamente en la fecha y lugar propuestos: 9 de enero en la aldea de Panmunjom, dentro de la zona desmilitarizada que divide a las dos Coreas.
Aunque Andrés Manuel López Obrador sólo ha presentado su programa de gobierno, Proyecto 18, los grupos de presión están empezando a tomar posición en el debate sobre la salud. Así el presidente ejecutivo de la fundación privada Funsalud y el rector de TecSalud ya se han manifestado. Es significativo que básicamente vuelven a proponer la profundización del esquema de universalización de los servicios de salud de la reforma que llevó al establecimiento del Seguro Popular a finales de 2003. El argumento es el mismo que respecto de las otras reformas neoliberales, o sea, no es que sean malas, sino que fueron frenadas. Su crítica al actual sistema público en la materia es que no ha tenido el impacto esperado en las condiciones de salud de la población; no tiene suficientes recursos financieros, materiales y humanos, y no ha incorporado adecuadamente al sector privado.

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