El tablero político y electoral se
mueve de manera inquietante. El propio jefe formal de las
instituciones gubernamentales, Enrique Peña Nieto, ha considerado
necesaria su intervención explícita en la batalla de Chihuahua, para así
confrontar los dichos y acciones del gobernador panista Javier Corral
Jurado, quien acusó al gobierno de la República de obstruir el flujo
presupuestal federal hacia aquella entidad en represalia por el manejo
del expediente de corrupción que involucra, a partir de declaraciones
ministeriales, a Luis Videgaray Caso, al entonces dirigente nacional del
Partido Revolucionario Institucional, Manlio Fabio Beltrones y, a fin
de cuentas, a Los Pinos como centro de mando.
Un enfrentamiento seco entre el eje priísta formado por Peña Nieto,
Videgaray y Meade y el integrado por Ricardo Anaya y Javier Corral, con
acusaciones mutuas de utilizar el instrumental judicial para fines
electorales. Peña Nieto subiéndose al ring, aunque hubiera bastado con
las declaraciones ya hechas sobre el tema por un subsecretario de
Hacienda, y aún a pesar de que el mismo ex gobernador del estado de
México consideró, ante reporteros con los que platicó por motivo de Año
Nuevo, que la conferencia de prensa antes ofrecida por el gobernador
Corral había parecido más un acto político, de tintes electorales.
Corral, por su parte, presentando ante la prensa de la capital del
país una denuncia, por el supuesto regateo o condicionamiento
politiquero de asignaciones presupuestales federales, no en rigurosos
términos de sobriedad republicana, con el gobernador por sí mismo, sino
en un formato de apoyos políticos selectivos con aires cercanos al
frentismo de Ricardo Anaya, quien libra una reyerta de circunstancias
con Los Pinos, todo en el contexto ya envenenado de la sucesión
presidencial.
El priísmo se dice agraviado e incluso asegura que ha sido torturado
el ex secretario adjunto a la presidencia del PRI nacional, el
coahuilense Alejandro Gutiérrez, que en aquellos momentos, ahora de
tanto interés judicial, ejercía el sonorense Beltrones, quien a su vez
ha optado por acogerse al recurso de la protección de la justicia
federal para no ser detenido, en el contexto del proceso chihuahuense en
curso, y para asomarse al expediente respectivo (aunque MFB asegura que
esto último fue su objetivo principal). Tiempos violentos han de ser,
para que el altivo y memorioso Manlio Fabio deba solicitar un amparo
judicial. Tiempos violentos en una Chihuahua donde se multiplican los
hechos de sangre, atribuidos a disputas relacionadas con el crimen
organizado, factor éste también utilizable para maniobras políticas y
electorales de diverso calado.
Más allá de las declaraciones, las vehemencias y los movimientos
teatrales de los involucrados en este episodio, está el nudo ciego de la
lucha seca por la Presidencia de la República. El PRI ha sido exhibido
por el panista Corral a partir de declaraciones que hablan de arreglos
delictivos para transferir fondos federales, asignados en un primer paso
a Chihuahua, Tamaulipas y Veracruz, a campañas locales priístas (y
mantiene, el mismo corral, la mira puesta sobre el ex gobernador César
Duarte, hasta ahora protegido por el gobierno peñista). El golpe alcanza
a Beltrones y a Luis Videgaray, directamente, pero también, en cuanto
engrane de la continuidad de esas complicidades, al propio (pre)
candidato Meade. El combo PRI-Gobierno, por su parte, considera que todo
obedece a una pretensión del panista Javier Corral de favorecer a su
actual aliado (antes fueron adversarios), Ricardo Anaya, en el camino
rumbo a Los Pinos.
A ese contexto titilante, Miguel Ángel Osorio Chong agrega una
sacudida menor: deja Bucareli, según aseguraban ayer diversas voces
gubernamentales, para enfilarse a una candidatura priísta al Senado,
donde tal vez sería el coordinador de la bancada de tres colores. Al
salir de la Secretaría de Gobernación, el hidalguense estará confirmando
el triunfo total del grupo con el que sostuvo una larga contienda
interna, el formado por Luis Videgaray (al inicio del sexenio en curso,
Osorio y Videgaray eran una especie de vicepresidentes, confrontados de
cara al futuro), Meade, Aurelio Nuño y Enrique Ochoa Reza.
Osorio Chong ya no era funcional en el cargo que debe coordinar la
política interior del país. Videgaray se convirtió en el virtual
vicepresidente único a partir de que tendió alfombra roja al entonces
candidato Donald Trump para que utilizara Los Pinos como estación de
paso, una especie de plataforma sometida, en su carrera hacia la Casa
Blanca. Mero fantasma fue a partir del destape de Meade, desprovisto de
poder operativo y de imán promisorio. El escaño, aceptado como salida
lateral, le permitirá a Osorio Chong, en todo caso, contar con fuero
sexenal, que siempre será útil para personajes densos como el
hidalguense.
De confirmarse que el sucesor de Osorio Chong será Alfonso Navarrete
Prida, el control mexiquense del aparato federal será más evidente. El
actual secretario del Trabajo acentuará el trabajo burocrático del ex
gobernador de Hidalgo, ya sin las licencias de mala retórica que se
concedió éste mientras pareció que podría ser candidato presidencial.
Navarrete Prida no ofrece nada distinto a lo visto hasta ahora: una
Secretaría de Gobernación que sobrelleva la creciente conflictividad
nacional con declaraciones demagógicas, himnos al estado de derecho y
simulaciones operativas. Peña Nieto ha dicho que podría haber otros
cambios en su gabinete y mucho se habla del paso de Vanessa Rubio, de
una subsecretaría de Hacienda a la Sedesol, para que ella (absolutamente
ligada en términos de trabajo a Meade), administre los fondos
asistenciales conforme a los planes electorales del PRI.
Y, mientras Peña Nieto trata de sacar a los mexicanos del equívoco
tan arraigado de que él no lee, como se dedujo de su famoso tropezón de
la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, cuando no atinó a
nombrar tres textos que hubieran influido en su vida, ¡hasta mañana!
La cultura del seguro
en México está en pañales. Mientras en Europa y Estados Unidos la
mayoría de la población se protege, en nuestro país todo se lo dejamos
al gobierno y a la diosa fortuna. Pensamos que no nos pasará nada en el
futuro cercano y, por tanto, dejamos de lado la protección ante las
contingencias de la vida.
En el caso del seguro médico y del retiro, creemos que es una
responsabilidad del gobierno o de la familia. El único bien que
aseguramos de manera masiva es el automóvil, porque es parte sustancial
del patrimonio familiar promedio y está expuesto a robos y accidentes.
Incluso protegemos más este bien que la vivienda, pues creemos que es
poco probable que nuestra casa sufra daños, aunque vivimos en un país
donde los huracanes y los temblores siempre están presentes.
Las estadísticas sobre las pérdidas que se generaron en 2017 por
catástrofes naturales son contundentes sobre los riesgos que
enfrentamos. De 710 catástrofes relevantes en el mundo durante el año,
83 por cieno se concentraron en América del Norte, incluyendo a México.
Por supuesto, en Canadá y Estados Unidos la contratación de seguros
ayudó a recuperar gran parte de la riqueza destruida; sin embargo, en
nuestro caso la protección fue baja, por lo que tardaremos décadas para
que se recupere lo perdido por el sismo de septiembre y los huracanes
que afectaron a nuestro país.
¿Será que México a
punto está de ser atacado por una superpotencia y por lo mismo su
gobierno se vio obligado a comprar misiles y torpedos a Estados Unidos
en aras de la seguridad nacional? ¿O tal vez la estrategia contra el
crimen organizado incluye la posibilidad de acabar con el narco a punta de misilazos?
Quién sabe, pero el hecho es que por primera vez en la historia el
gobierno mexicano decidió adquirir armas de primer mundo y no tuvo mejor
idea que comprárselas al vecino del norte, cuyo inquilino de la Casa
Blanca tiene entre sus objetivos acabar con su vecino del sur, es decir,
con el cliente de dicho armamento (casi 100 millones de dólares de por
medio, o si se prefiere alrededor de 2 mil millones de pesos).
La información respectiva dice así: “El Departamento estadunidense de
Estado anunció que está decidido a aprobar una nueva venta militar a
México. La venta incluye misiles de superficie RGM-84L Harpoon Block II,
misiles tácticos Block II RAM y torpedos ligeros MK 54 Mod 0, entre
otros, así como elementos relacionados de apoyo logístico y de programa,
con un valor estimado de 98.4 millones de dólares.
Esta venta propuesta respaldará la política exterior y la seguridad nacional de Estados Unidos ayudando a mejorar la seguridad de un socio estratégico, señaló el Departamento de Estado, agregando que México ha sido un socio firme en la lucha contra el crimen organizado y las organizaciones del narcotráfico. La venta de estos sistemas aumentarán y fortalecerán significativamente las capacidades marítimas mexicanas, ya que México pretende utilizar estos artículos y servicios de defensa para modernizar sus fuerzas armadas y expandir su apoyo naval y marítimo a la seguridad nacional y los esfuerzos para combatir las organizaciones delictivas(La Jornada).
A lo largo de poco más de una década –que involucra a los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto– la
estrategia de combateal crimen organizado ha sido un rotundo fracaso y ninguno de los planes puestos en marcha ha sido efectivo, porque el crimen organizado, especialmente el narcotráfico, goza de cabal salud. Tal estrategia ha sido por demás costosísima, en especial en lo que a pérdidas humanas se refiere (alrededor de 240 mil en el periodo), aunque no se puede obviar el creciente costo económico.
Pero al gobierno peñanietista se le ocurrió una maravillosa idea: si
algunos creen positivo matar moscas a escopetazos, entonces sería
brillante acabar con el narcotráfico a golpe de misilazos y
torpedazos, armas vendidos por los gringos, es decir, por el país con el
mayor mercado de drogas y número de adictos.
Nadie puede dudar que la firma
de un pacto de civilidad siempre acarrea las mejores intenciones, pero
cuando se llega a ese punto es que las reglas del juego, la ley, ya no
sirven para nada y que la impunidad campea. También manifiesta,
abiertamente, que existe un conflicto violento generalizado en el que
todos los actores están involucrados.
En el caso del proceso electoral que se vive en la Ciudad de México
eso no ocurre. No, aquí no hay un conflicto violento generalizado y la
causa para convocar a un acuerdo de ese tipo implica, además, que la
parte violenta podría quedar en total impunidad, porque el pacto podría
establecer, sin estar escrito, que la historia hasta antes de su firma
ya no existe. Borrón y cuenta nueva.
El Departamento de
Seguridad Interior de Estados Unidos confirmó ayer que el 9 de
septiembre de 2019 terminará el estatuto de protección temporal que
exime de la deportación a 200 mil salvadoreños, desde que una serie de
terremotos provocó una grave crisis humanitaria en la nación
centroamericana en 2001.
Luz en la oscuridad, el relato sobre inmigrantes en Grecia
Sí hay en este mundo historias
de grandeza y humanidad. Acabo de leer una hermosa y conmovedora, como
flor de loto abriendo en medio de un estanque de tragedias, odio,
racismo y discriminación en que parece estar envuelto el mundo. Este
relato es como un hermoso arcoíris después de la tormenta, como un
amanecer luminoso tras una noche de insomnio. Hermosa historia, no
imaginada por la fantasía de un gran novelista, sino de la vida real,
sucediendo ahora, contada magistralmente por Laura Restrepo, para La Jornada y Página 12, de Argentina. Se titula
Lesbos, luz en la oscuridad de la crisis migratoria.
La Comandancia General del Ejército
Zapatista de Liberación Nacional emitió un mensaje el pasado primero
de enero; del mismo destacaré algunos aspectos. Se reitera y fundamenta
el llamado a la organización desde abajo, que ha sido su eje y
convicción desde que el Estado
pateó el tablero, como señalaron en 2001, tras el fallido cumplimiento a los acuerdos de San Andrés, que dio al traste con la posibilidad de retomar el diálogo, suspendido desde septiembre de 1996. De la parte zapatista han puesto el ejemplo, como señalaron:
Durante estos 24 años hemos venido construyendo nuestra autonomía, desarrollando nuestras diferentes áreas de trabajo, consolidando nuestras tres instancias de gobierno autónomo, formalizando nuestros propios sistemas de salud y educación, creando y fortaleciendo nuestros trabajos colectivos, y en todos estos espacios de autonomía es donde cuenta la participación de todos y todas mujeres, hombres, jóvenes y niñ@s. Se refieren a las juntas de buen gobierno, experiencia emblemática más allá de las fronteras nacionales, que sistematizaron y compartieron en la Escuelita zapatista, que nos congregó como estudiantes con el reiterado llamado a la organización. La evaluación íntegra de ese esfuerzo, si bien no se compartió en su totalidad, los convenció de buscar otras vías; ello se infiere de los diversos seminarios sobre la hidra capitalista, los comparte, los conciencia, en paralelo a las complejas actividades de sus espacios de gobierno propio.
Reiteramos nuestra propuesta de
periodización de la historia política del México contemporáneo: la era
del PRI se inicia en 1946-47 sobre la deformación definitiva del
proyecto de la Revolución, y termina en 1988 con la derrota electoral de
ese partido, a la que siguió un golpe de Estado técnico al que llamamos
fraude electoral(con los sexenios de Ávila Camacho y De la Madrid como bisagras).
Vivimos, desde hace mucho, en tiempos
de riesgos y de peligros; en 2018 viviremos un incremento de la
violencia política, derivado de las campañas en curso. Ojalá esta
hipótesis, hoy más que plausible, sea aniquilada por el cumplimiento de
la ley por los gobiernos federal y estatales. Pero, en nuestros días, me
parece remotísimo.
¡Te vas a morir!, gritó el diputado Mauricio
Toledo al ingeniero-arquitecto Francisco González Gómez, el 8 de junio
de 2010. Iba acompañado de su papá, Nelson Toledo, y de dos guaruras.
Los cuatro rodearon a Francisco y lo jalonearon.
Hoy hace 111 años
resonaron en estas paredes las demandas de justicia, de derechos
básicos, de humanidad. Y allá afuera resonaron las balas de las tropas
porfiristas que segaron cientos de vidas. Fue el principio del fin de un
régimen que no daba más, que había llevado al país a la confrontación y
a la barbarie. Los huelguistas no murieron en vano. A la vuelta de los
años sus demandas cristalizaron en los preceptos del artículo 123
constitucional.
La reproducción
en nuestra especie es un proceso integrado por una cadena de eventos
de gran complejidad que culminan con el nacimiento de un nuevo ser
humano. Desde un punto de vista biológico, el inicio puede identificarse
en la producción y maduración de las células sexuales o gametos (óvulos
y espermatozoides). No obstante, existen algunas condiciones en las
cuales la gametogénesis, es decir, la transformación de una célula
primaria o precursora en otra con aptitud para la fecundación no ocurre,
o se ve alterada por intervenciones externas, lo que se traduce en
infertilidad. Esto ha impulsado la investigación para el desarrollo de
técnicas que permiten la producción de células sexuales en condiciones
artificiales.
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