8/05/2020

La verdad es una interpretación de hechos que impone el poder y los medios informativos


Pedro Echeverría V.

1. Mi amigo, casi hermano, Glicerio, al ver el entreguismo del fiscal Gerz Manero ante el multiladrón Lozoya, me ha dicho muy convencido que “maiciaron” al fiscal. De inmediato le he respondido que sí, que fue “maiciado”, pero por López Obrador, que busca perdonar todo por aquello de dar confianza a los inversionistas y las permanentes amenazas de la derecha de un “golpe de Estado”. Ningún funcionario –según la historia del “presidencialismo”- hace nada si no lo ordena el presidente. La táctica de Porfirio Díaz de “maiciar” lleva más de 120 años. Le decía Díaz a los funcionarios de su gobierno ante las protestas: “dénle maíz a ese gallo para que deje de cacarear”. Supongo que eso de maicear o sobornar, es una táctica política que se practica en todo el mundo, particularmente entre los falsos “intelectuales”.

2. Veía ayer una entrevista del hasta hoy, magnífico periodista, Julio Astillero, con dos jóvenes que se inician en este campo: Hernán Gómez e Irvin Pineda que al parecer son muy buenos profesionistas, pero por jóvenes siguen sin entender los objetivos de su trabajo: “¿dar la noticia sin interpretación o de plano interpretarla?”. Yo les diría que todo lo que vemos lo interpretamos automáticamente porque desde que nacemos se comienza a formar en nuestro cerebro, en nuestra mente, una ideología. Además, cuando nos contratamos en una empresa lo primero que aceptamos –después que nos prometen un pago a cambio de una disciplina- es pensar y actuar según deseos del empresario. Si mi empresa es de derecha, capitalista como todas, hay que interpretar de acuerdo a su pensamiento.

3. Pude observar en ese video cómo los miembros de una manifestación pro-López Obrador gritaban contra el reportero Irvin acusándolo de pertenecer al bando de los chayoteros recibiendo fuertes amenazas y empujones; lo mismo sufrió Hernán en otra manifestación derechista anti López Obrador acusándolo que era su partidario; eran tan violentas aquellas amenazas que seguramente cada quien pensó que sería linchado por la multitud. ¿Qué querían ver esos periodistas que no supieran? ¿Pensaban descubrir pleitos, divisiones, oposiciones o “simplemente informar sin ideología” para que se entere la gente? Todo lo que hagamos es ideológico: la política, el periodismo, la acumulación de riquezas, es producto de la ideología. Hace mucho tiempo algún reportero me respondió: “yo sólo informo sobre lo que veo”. ¿Con ojos divino tuerto?

4. ¿Han leído en algún lado que la verdad no existe y que todo es de acuerdo con el cristal con que se mira? Así que destierren de su mente esto de la “búsqueda de la verdad” o “esta es la única verdad”. “La verdad” es la interpretación de hechos que impone la autoridad, el gobierno, los medios de información; las otras interpretaciones se las lleva el viento, aunque pueden imponerse al cambiar un gobierno, un régimen, una sociedad. Si digo como izquierdista que Marx, Bakunin, Flores Magón, lucharon contra el capitalismo, favorecieron a los pobres y miserables y por ello interpreto que fueron muy buenos; otros dirán lo contrario con otra interpretación para halagar a Hitler, Franco o Pinochet. ¿Quién tendrá la verdad? La verdad será la más propagada, la impuesta por la clase dominante en los medios de información.

5. Yo nunca he sido reportero ni miembro de ningún partido electoral. Sin embargo, he cumplido sesenta años de militancia activa en la calle y la información. Podré demostrar que jamás he sido neutral, autónomo e independiente porque “con los ojos y oídos cerrados”, por convicción, he estado con los oprimidos, con los trabajadores de abajo. No podría concebir al mundo de otra manera. Por ello cuando se publica que una manifestación exigiendo justicia e igualdad fue violenta contra los policías y el ejército que le impedía el paso de antemano –conociendo la historia de mil años- sólo puedo hablar de la violencia de clase porque sería muy imbécil olvidar la lucha de clases entre explotadores y explotados que sólo podrá terminar con la revolución y la igualdad. Mientras tanto no hay mucho qué decir. Quizá sólo como los anarquistas: “Salud y revolución social”. (1/VIII/20)




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