El título de la columna de hoy, parece una total contradicción, pero
no es otra cosa que la situación del tratamiento que se da a la
violencia contra las mujeres en México.
Hoy, jueves 6 de agosto, el presidente de la república Andrés Manuel
López Obrador dijo en su conferencia matutina realizada en Ciudad
Obregón, Sonora, que las violaciones en Sonora bajaron. También dijo que
el feminicidio bajó y que todos los días lo ven en la mesa de
seguridad.
“Se le da un trato especial” le dijo al reportero que le preguntó
sobre el tema, mientras esperaba que el Almirante José Rafael Ojeda
Durán “encontrara” las cifras que el mandatario le solicitó pusieran en
la pantalla.
El comandante de la Guardia Nacional hizo la comedia de estar
buscando entre sus papeles, como si no supiera que no estaban entre esos
apuntes con los que se apoyó mientras exponía al principio de la
conferencia los datos de la incidencia delictiva en el municipio de
Cajeme, y en Sonora en general.
La cara que puso el presidente mientras le inquiría por los datos, el
almirante que no los encontraba, y sabía que no los encontraría porque
no los tenía, es la misma que ponemos nosotras como periodistas y
defensoras de Derechos Humanos, cada que vemos que el feminicidio no
está contemplado en sus reportes que exponen en las conferencias
matutinas que dan en los municipios a los que visitan.
Quienes documentamos casos de violaciones a Derechos Humanos de las
mujeres y la más grave, el feminicidio, no entendemos por qué esconden
las cifras de ese delito y lo minimizan al quitarlo del conjunto de
delitos graves.
Quedará como una mañanera de antología en la que el gobierno federal,
hoy con la instancia más confiable para los números sobre incidencia
delictiva incluso de los delitos de género, -el Secretariado Ejecutivo
del Sistema Nacional de Seguridad Pública- presente a través del
Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, no supo qué decir y al
final tuvo que echar mano de los datos locales, que tienen qué ver con
el poder judicial estatal, pero que son orgullo de quien le auxilió en
el vergonzoso momento: la Fiscalía General de justicia del estado de
Sonora.
La violación en Sonora es uno de los delitos que más incrementó,
dicen los reportes del 2020. Un total de 95 violaciones simples y 27
violaciones equiparadas, mientras que en 2019 el reporte fue de 76
violaciones simples, y 31 violaciones equiparadas.
Pero el presidente afirmó que la violación había bajado en Sonora y
que eso era muy bueno. Por supuesto que no se apoyó en ninguna cifra,
sino en su memoria, o en la percepción de lo que él sabe, de acuerdo a
lo que le informan.
Y eso es preocupante, pues en la entidad es público y está muy
documentado el incremento no sólo en las denuncias, sino en la crueldad
de los ataques tanto de violación como de violación en grado de
tentativa. De hecho, todos los delitos sexuales han presentado aumento.
Fue un momento incómodo donde quedó claro que así como el coronel de
García Márquez no tenía quién le escribiera, el presidente no tiene
quién le informe.
Y mientras él se conducía con aparente naturalidad, el almirante
hacía como que buscaba, mientras seguramente se preguntaba: “¿por qué
pregunta por el feminicidio? Si nosotros solo registramos y reportamos
los delitos graves, importantes”.
El robo de combustible, el homicidio doloso –que en las conferencias
mañaneras no desagregan por sexo-, robo de vehículo y robo a casa
habitación, son los delitos que se consideran relevantes para estar
actualizando en cada estado que visitan.
Estamos ante el re auge de la creencia de que los asesinatos de
mujeres y otros delitos que se cometen primordialmente contra las
mujeres son asuntos de mujeres.
Ante esa percepción, deben ser el Inmujeres, la Conavim y las
instancias de las mujeres las que atiendan esos asuntos, por lo que no
constituyen un interés institucional de seguridad nacional.
Y es que mientras en los primeros delitos no sabemos quiénes puedan
ser los delincuentes que los cometan ni contra quiénes los van a
cometer, hasta que se produce la acción, en el caso de los delitos de
género sí hay una presunción, de antemano si se investigan y se juzgan
con perspectiva de género.
El feminicidio, la violación, la trata de mujeres y la violencia
sexual generalizada contra las mujeres y niñas, son delitos en donde la
mitad de la población es potencialmente agresora y la otra mitad es
potencialmente víctima, y eso no es fácil de asimilar.
Por ello es más fácil desde la visión androcéntrica ver a las mujeres
como un sector “vulnerable”, al que agreden, pero “igual que lo pueden
hacer contra los hombres”.
No hay una política pública con enfoque de género, pues a menudo
cuando al presidente le preguntan qué está haciendo para prevenir el
feminicidio y la violencia de género en general, responde con los
beneficios económicos que su gobierno ha traído para las comunidades
“vulnerables”.
Es así que al no haber un enfoque de género en su visión de gobierno,
igual puede dar pensión a un feminicida que a su potencial víctima, a
la que esté agrediendo sistemáticamente, siempre y cuando sean ambos
mayores de 65 años.
De igual forma, un joven violador puede acceder a una beca de
“Jóvenes construyendo el Futuro”, al igual que una niña a la que éste
haya agredido sexualmente, mientras ella sea discapacitada.
Un indígena que haya abusado sexualmente de su esposa, su hija, y de
su nieta puede acceder a las pensiones preferenciales por el solo hecho
de pertenecer a una etnia de pueblo originario.
Se lee fuerte, pero así es posible que suceda en este gobierno, cuyo
principal objetivo es combatir la corrupción, pero no la violencia de
género y la discriminación histórica hacia las mujeres.
Habla de llegar a las comunidades indígenas con beneficios de salud,
en su idioma, pero recorta los recursos a las Casas de la mujer indígena
que son las únicas que pueden hacerlo pues están integradas a la
comunidad y son constituidas por personas de confianza, que hablan el
idioma.
Pero no, no bajó la violación y el feminicidio registra menos casos,
pero eso lo decide la Fiscalía General de Justicia al clasificarlos así,
y eso al presidente no se lo han informado.
20/SNE/LGL
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