8/03/2024

La interseccionalidad, el enfoque contextual, diferencial y especializado y la libertad de expresión.

 tribunafeminista.org

Teresa C. Ulloa Ziáurriz

Teresa C. Ulloa Ziáurriz

Directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, A.C. (CATWLAC por sus siglas en inglés).

Hace algún tiempo me compartieron un Tweet que refiriéndose a una servidora, textualmente dice: “Estaría padre saber cuál agenda feminista, la interseccional o la de la derecha clasista, transexcluyente y cargada de teorías de la conspiración”.

Ya está resultando una verdadera campaña de censura y mordaza contra quienes hemos luchado por tanto tiempo por los derechos de las mujeres y las niñas por expresar nuestro pensamiento y nuestras ideas. Yo sigo convencida de que estamos del lado correcto de la historia. Cuando el feminismo radical abolicionista usa la iterseccionalidad como un enfoque que subraya que el sexo, la etnia, la clase o la orientación sexual, como otras categorías, están interrelacionadas. La categoría “interseccionalidad” explica, por ejemplo, cómo el racismo y el sexismo interactúan creando múltiples niveles de injusticia social, es decir, una doble discriminación.

El enfoque interseccional permite analizar la suma del racismo y del sexismo o de la misoginia y el clasismo. Y todos los ataques que hemos estado recibiendo se parecen a ataques misóginos y discriminatorios, donde se puede detectar racismo, sexismo, misoginia y discriminación. No en balde nos dicen blancas privilegiadas. Es el estudio de las identidades sociales solapadas, el contexto y sus respectivos sistemas de opresióndominación o discriminación que se expresan en los ataques y descalificaciones. La teoría sugiere y examina cómo varias categorías biológicas, sociales y culturales como el sexo, la etnia, la clase, la discapacidad, la orientación sexual, la religión, la casta, la edad, la nacionalidad y otros ejes de identidad interaccionan en múltiples y, a menudo, simultáneos niveles,  los que podemos analizar con un enfoque contextual, interseccional, diferencial y especializado.  La teoría propone que se debe pensar en cada elemento o rasgo de una persona como unido de manera intrínseca con todos los demás elementos, para poder comprender de forma completa la situación de violencia y discriminación. Este marco puede usarse para comprender cómo ocurre la injusticia sistemática y la desigualdad social desde una base multidimensional. El término fue introducido formalmente en las ciencias sociales por la jurista afrodescendiente Kimberlé Crenshaw en 1989 y permite ver la interacción e intersección de los distintos sistemas de opresión y sus consecuencias para los derechos humanos de las mujeres.

No están inventando ninguna teoría nueva, esa teoría de la interseccionalidad es mucho más antigua que las teorías actuales y, sin embargo, la usan para descalificarnos y calumniarnos como de derecha y conservadoras. Como si su agenda fuera la feminista y cómo va a ser la feminista, si se sostiene en tres pilares, la identidad de género, el supuesto “trabajo sexual” (para nosotras prostitución) y la subrogación (para nosotras vientres de alquiler).

Justo los mismos tres pilares que nuclean y sostienen la ideología del feminismo radical abolicionista, que tampoco es nuevo, pero que sostiene que debe abolirse la identidad de género o el género, la prostitución y los vientres de alquiler.

Usamos la interseccionalidad para analizar el contexto de violencia, discriminación y exclusión social que provoca para las mujeres la pobreza, ser niñas o adultas mayores, la falta de oportunidades, tener una discapacidad, la raza, la etnia, la diversidad sexual, etc.

Se nos lanzan una serie de epítetos e insultos, pero cuando argumentamos que las disforias son subjetivas y carecen de sustento científico, se nos tacha de ser de derecha, conservadoras y clasistas. De verdad, con la mano en la cintura descalifican, insultan, nos dicen mujeres cis, el hoyo de enfrente, úteros o vaginas con patas. Se anula la biología y otras ciencias, por criterios subjetivos, irreales, que tienden a montarse en los derechos ganados por el movimiento feminista.

Y es cierto, las personas que se identifican como parte de la diversidad sexual, sufren toda clase de violencia y discriminación, pero quienes más violentadas y discriminadas históricamente hemos sido, somos las mujeres y las niñas y su discurso se ha constituido en un arma que el patriarcado está usando contra el feminismo, se ha convertido en el caballo de troya que nos disputa el Artículo 4º. Constitucional, los espacios que les corresponden a las mujeres por la paridad, las leyes de igualdad y discriminación y la ley para garantizar a las mujeres el derecho a una vida libre de violencia.

Se nos disputan los espacios exclusivos para mujeres, como los baños, los refugios para mujeres violentadas, las cárceles y hasta los conventos. Se trastocan las estadísticas, los deportes, y justo hoy, leía la historia de Horacia Eduarda que en Argentina cambió su DNI invocando la Ley de Identidad de Género, porque tiene denuncias de su expareja y restricciones para ver a su hija y que de esta manera se desligaría de sus complicaciones judiciales y podría reclamar los mismos derechos que la madre de la niña. Lo que demuestra que ahí no hay disforia de nada, hay abuso, hay descaro, hay engaño y burla al marco jurídico. O también la mujer que fue violada y resultó embarazada en una cárcel del Estado de México.

Por el otro lado tenemos a la academia, en la UNAM, la UAM, en El Colegio de México, y en muchas otras instituciones de educación superior, y en las instituciones gubernamentales como el INMUJERES, se han manifestado abiertamente en campañas contra docentes y funcionarias que no comulgan con la ideología de la identidad de género.

Sin importar al INMUJERES y al Congreso Federal que las feministas radicales abolicionistas también votamos, pagamos impuestos y deben gobernar también para nosotras. No deben seguir dando tanto presupuesto para las minorías y dejando sin presupuestos la salud y las políticas públicas de protección y asistencia a mujeres víctimas. Exigimos que se reconozca que la trata y la explotación sexual y reproductiva son formas graves de violencia contra las mujeres. Y que los niños y las niñas no se pueden comprar por contrato, mercantilizando la maternidad.

Llamamos a los partidos políticos y a la propia Suprema Corte de Justicia de la Unión a deponer sus postulados y a dejar de usar términos como personas gestantes, personas menstruantes y personas lactantes, todas funciones biológicas exclusivas de las mujeres. Por cierto, características biológicas que no se corrigen ni con cirugías, ni con hormonización.

Las mujeres mexicanas representamos el 52.7 de la población de nuestro país y el 53% del padrón electoral, por eso, exigimos que se abra el debate, que se nos consulte con conocimiento previo si estamos de acuerdo y cuáles serían nuestras propuestas.

Gudelia Delgado, Silvia Carrasco están sujetas a campañas de censura y mordaza que a pesar de que no han mencionado a personas, sino que han defendido lo que creen y lo que piensan han llegado a sancionarlas y a violar el principio de libertad de cátedra.

Muchos años luchamos para salir de la invisibilización en que se tenía encerradas a las mujeres y sus necesidades en el masculino, y hoy que hemos avanzado se nos quiere encerrar en la invisibilización del lenguaje incluyente. Es más, ya hay iniciativas donde se pretende quitar de las actas de nacimiento el sexo. No lo permitamos, levantemos la voz, organicémonos, luchemos por que no se nos vuelva a invisibilizar.

El único que puede decir lo que quiera, violar la ley de protección de datos personales, es el Presidente e México, justo en un país donde el contexto de violencia contra las periodistas es muy grave y les implica muchos riesgos, hasta de perder la vida, como sucedió recientemente con la Jefa de la corresponsalía del New York Times, ya que el Presidente dio a conocer su teléfono privado.

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