12/09/2008

SIN ENEMIGO AL FRENTE, EL PAN Y EL PRI SEGUIRÁN DURMIENDO JUNTOS




Pedro Echeverría V.

1. El PRD no será ya competidor serio en las elecciones. En vez de acabar con el presidente ilegítimo Calderón, fue éste quien profundizó la división en el PRD y, apoyando a “los chuchos”, lo hizo desaparecer del escenario electoral. López Obrador, el que mayor convocatoria de masas ha tenido, deberá decidir muy rápido lo que va a hacer. Funda un partido más o usa el registro del PT o Convergencia para seguir por el camino electoral o, haciendo una revolución en su conciencia, se decide por la lucha social junto con campesinos, obreros, colonos, estudiantes. Los movimientos de masas tampoco son una garantía: muchos llegan a ser controlados por sectores de la burguesía; sólo basta con estudiar en lo que se convirtió el peronismo, el aprismo, la llamada revolución boliviana de 1952 o el mismo cardenismo priísta. Sin embargo otra cosa ha sido los Sin Tierra de Brasil, los indígenas bolivianos que siguen a Evo y el movimiento bolivariano de Chávez.

2. La lucha social libera porque ya no hay que guardar respeto a los poderosos empresarios y medios de información que no respetan al pueblo que, por el contrario, lo explotan y manipulan. La lucha electoral, por el contrario, sí que encarcela. La búsqueda de votos, de simpatías y apoyos obliga a hacer concesiones amorales y negociaciones de todo tipo. El problema es que mientras en lo electoral el Estado y los empresarios reparten prerrogativas, subsidios y privilegios, en la lucha social nadie paga; al contrario, cada quien debe poner de su dinero y arriesgarse a ser reprimido, encarcelado o asesinado por el mismo Estado. Pero cuando los movimientos de masas, con un programa correcto y claro, se fortalecen y unifican, el gobierno se verá obligado a gobernar de acuerdo a los reales intereses de los trabajadores. Éstos ya podrán entonces resolver todos sus problemas de clase, podrán cambiar radicalmente el sistema económico/político mientras mantengan la unidad.


3. Los movimientos sociales de los campesinos (“El campo no aguanta más”, CNPA, etcétera) obreros (electricistas, mineros, telefonistas, refresqueros, empleados del IMSS) profesores de CNTE, sectores populares, estudiantes UNAM, UAM) han carecido de unidad, por eso el gobierno, los empresarios y medios de información los han sometido. Muchos de sus luchas y dirigencias tienen fuerza para sacudir a las clases dominantes y otras son débiles. Para frenar esas batallas aisladas siempre derrotadas, quizá sea necesaria alguna coordinación nacional con liderazgos con mayor presencia y fuerza que ayude a unificar programas y acciones. Un tiempo pensé que Rosario Ibarra podría jugar ese importante papel, así como a partir de 1988 pensé en Cárdenas, en el sub Marcos y en López Obrador. No soy muy partidario de los caudillos o las grandes personalidades, pero quizá en estos momentos pudieran cumplir esta tarea urgente.

4. Por falta de oposición real, el filofascista presidente del PAN, ha declarado que el único enemigo a vencer en las próximas elecciones es el PRI. Sin embargo el PRI nunca ha sido enemigo del PAN porque los dos partidos pertenecen a la misma clase social que ha mantenido a la población mayoritaria en la miseria. Aunque originalmente el PRI fue producto de la revolución burguesa mexicana y el PAN (desde la extrema derecha) ha sido un opositor histórico a esa revolución, sus intereses económicos y políticos siempre han coincidido. La “oposición” entre PRI y PAN ha sido sólo en los procesos electorales porque ambos partidos desean tener más diputados, senadores, gobernadores y la Presidencia de la República; sin embargo sus proyectos económicos (sobre todo cuando se instauró el neoliberalismo a partir de 1982) son plenamente coincidentes. Lo que ha sucedido es que el método priísta de dominación ha sido menos vulgar que el de la derecha panista.

5. La realidad es que el PRD electorero no era el enemigo de la burguesía, sino que ha sido López Obrador desde que en 2004 comenzó a rebelarse. Más aún, quizá algún académico estudioso pudiera demostrar en los próximos años que las candidaturas de Cárdenas de 1994 y 2000 no contaron con todo el apoyo del PRD; lo mismo sucedió con López Obrador, quien incluso fue boicoteado por perredistas en 2006. ¿Cuánto dinero se hizo circular durante los gobiernos de Salinas, Zedillo, Fox y Calderón para que altos militantes y “simpatizantes” lograran destruir al PRD? Con esas experiencias el panista Calderón repitió con todo cinismo que para ganar la Presidencia primero necesitaba reunir dinero, más dinero y muchas cantidades dinero (para entregar a los medios de información, para comprar a políticos, etcétera). Se olvida a menudo que los movimientos fuertes de oposición, sobre todo sus dirigentes, están expuestos, y algunos dispuestos, a venderse.

6. El fundador del PAN, Manuel Gómez Morín, fue subsecretario de Hacienda durante el gobierno de Obregón, además agente financiero del gobierno mexicano en Nueva York. Fue fundador, en el gobierno de Calles, de la Comisión Nacional Bancaria, del Banco de México y del Banco Nacional de Crédito Agrícola. Sin embargo, a partir de 1933, a raíz del inicio de fuertes movimientos obreros en la CROM y en el DF, movimientos de protesta contra el callismo que anunciaban el ascenso de Lázaro Cárdenas a la Presidencia, Gómez Morín se hizo funcionario universitario de derecha. El cardenismo “socialista” lo llevó a oponerse a las expropiaciones de tierras de los hacendados, al “socialismo” en educación, a la nacionalización de los FFCC y a la expropiación petrolera. Para combatir al régimen cardenista fundo el Partido Acción Nacional (PAN) con hacendados, derechistas que venían de la guerra cristera y una amplia base social otorgada por la iglesia católica.


7. El PAN desde 1939 (año de su fundación) hasta que en 1988 (año en que apoyó la toma de posesión de Carlos Salinas) fue insignificante. Fuera de dos o tres funcionarios que obtuvo durante el régimen priísta en sus primeros 20 años de vida y los 20 “diputados de partido” que recibió por “galantería” de los gobiernos del PRI de López Mateos y Díaz Ordaz en la década de los 60, su actuación en procesos electorales siempre fue ridícula. Sin embargo desde que se implantó el sistema neoliberal en México en 1982, particularmente cuando negoció el reconocimiento del triunfo de Salinas y su toma de posesión, el PAN obtuvo todos los apoyos necesarios para construir su aparato partidario y para crecer en votos. Los tres presidentes neoliberales del PRI (De la Madrid, Salinas y Zedillo) trabajaron junto al PAN. Los mismos dirigentes del PRI denunciaron en su momento a su jefe priísta Donaldo Colosio y al mismo Ernesto Zedillo de haberse vendido al PAN. ¿No se recuerda acaso que H. Álvarez, Castillo Peraza y Fernández de Cevallos no salían de Los Pinos?

8. El lópezobradorismo, con la toma del PRD por el orteguismo que lo mantendrá atado a la política negociadora y electorera, parece haber perdido sus posibilidades de llegar al gobierno por la vía electoral. Lo importante es que AMLO ha recorrido tres veces la República estando en completo contacto con la población; sin embargo parece que obligadamente tendrá que cambiar de estrategia. Deberá pasar a la reorganización de sus fuerzas, redefinir su programa político y su estrategia enfocada a la búsqueda de alianzas con el movimiento social. Hacer a un lado la próxima contienda electoral y aprovechar la coyuntura política de crisis económica, de la carestía y del gran desempleo, para aglutinar fuerzas alrededor de las demandas concretas e inmediatas de la gente. Pero si AMLO sigue soñando en las elecciones, en que sus fuerzas son suficientes para arrinconar el poder y no busca coordinarse y apoyar las demás luchas sociales, el PAN, el PRI y el PRD seguirán burlándose de él.



pedroe@cablered.net.mx

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