1/17/2009

Susan Sontag y la complejidad de la condición humana


Nació un día como hoy de 1933

Por Rosalina Nicolat

México DF, 16 enero 09 (CIMAC).- Cuentista, ensayista, crítica literaria, novelista, filósofa, fotógrafa, directora cinematográfica y teatral, defensora de los Derechos Humanos, pacifista, Susan Sontag nació en Nueva York el 16 de enero de 1933 y ahí mismo murió el 28 de diciembre de 2004.

Fue una de las personalidades que criticó severamente la guerra de su país contra Afganistán e Irak.

Su obra fue traducida a 32 idiomas, lo que nos demuestra que fue mayormente valorada en el extranjero que en su país. Hija de padres judíos. Su padre alcohólico muere tempranamente. Su madre contrae nuevas nupcias con Nathan Sontag. Susan y su hermana Judith adoptan el apellido de su padrastro.

Vivió su infancia en Tucson, Arizona. Posteriormente en Los Ángeles, California. Realizó estudios en las universidades de Berkeley, Chicago, Harvard y París.

A los 17 años se casa con Philip Rieff. Tuvo un hijo llamado David, quien posteriormente se convirtió en su primer editor.

Más adelante aceptó públicamente su lesbianismo. Su compañera de la última etapa de su vida fue la fotógrafa Annie Leibovitz. En 1999 escribió el ensayo introductorio del libro “Mujeres”, colección de fotografías de su compañera.

En 1968 fue corresponsal de guerra en Vietnam. Experiencia que causa en ella un impacto muy fuerte y determinante en su labor artística.

En 1978 le otorgan el premio Nacional Book Critics Circle, por su libro Sobre la fotografía. Se creyó que la fotografía sólo servía para capturar la belleza, sin embargo Sontag nos demuestra con su trabajo que también puede capturar la injusticia, los estragos de una guerra, imágenes que incomodan a quienes las observan.

En ese libro hace la siguiente reflexión: “Al enseñarnos un nuevo código visual, las fotografías alternan y amplían nuestras nociones de lo que vale la pena mirar y lo que tenemos el derecho de observar. Ellas constituyen una gramática, y aún más importante, una ética del ver”.

En 1999 el gobierno de Francia le otorga la Orden de Artes y Letras por su trayectoria como escritora.

En el año 2000 recibe el premio National Book Award por su novela En América, una de sus mejores obras en opinión de sus críticos. Todo en esta novela es sorpresivo. Un conde, un escritor enamorado, una actriz famosa y su hijo, todos ellos de nacionalidad polaca, viajan a los Estados Unidos en busca de una nueva vida y de la felicidad. Posteriormente descubren que la realidad es muy diferente a la que ellos esperaban.

Susan Sontag, junto con el gran lingüista y ensayista Noam Chomsky, son reconocidos como los grandes críticos y disidentes de la política de su país. Son dos de sus ciudadanos incómodos.

SUSAN Y EL GRAN CRONOPIO

El gran escritor argentino Julio Cortázar juró en alguna época de su vida jamás pisar territorio estadounidense. Después cambió de opinión y uno de los motivos para hacerlo fue su amistad con Sontag.

Los unió su gran inteligencia, su preocupación por las causas sociales, su simpatía por las revoluciones en América Latina.

Cortázar escribió varios artículos sobre la obra de la escritora y varias veces se manifestó orgulloso de gozar de su amistad.

Jean Paul Sartre, en su momento, afirmó que era la mujer más inteligente que había conocido. Carlos Fuentes y otros intelectuales se unieron a esta opinión al conocer de la muerte de Sontag.

Sontag padeció cáncer de pulmón, de útero y de mama. Finalmente murió de leucemia aguda. Tal vez sus múltiples enfermedades la obligaron a reflexionar y a escribir uno de sus libros más leídos: La enfermedad como metáfora. Posteriormente publicaría El SIDA y sus metáforas. Actualmente ambos títulos se publican en un solo volumen.

En el primero habla del cáncer como una enfermedad que estigmatiza y de alguna manera discrimina a quien la padece. Y en el segundo reflexiona sobre el SIDA, que en un principio se creyó una enfermedad exclusiva de homosexuales y drogadictos, lo que sin duda causa rechazo y discriminación a quienes la padecen.

POR LA PAZ

En el año 2001 aceptó el Premio Jerusalem de Literatura para autores extranjeros, a pesar de haber sido presionada para que lo rechazara.

En la ceremonia de recepción aprovechó la oportunidad para manifestar su desacuerdo por la ocupación israelí de los territorios palestinos, tan vigente hoy día.

En el año 2003 recibió también el Premio de la Paz otorgado por la Asociación de Libreros y Editores Alemanes. Le fue entregado en el marco de la Feria del Libro de Frankfurt.

En ese mismo año recibió junto con Fátima Mémissi el Premio Príncipe de Asturias en Letras, otorgado por el gobierno español.

SUSAN Y MÉXICO

En los últimos años de su vida, tuvo cercanía con nuestro país. Publicó varios artículos en el diario mexicano La Jornada. El 19 de marzo de 1998 este diario publicó una entrevista con la escritora.

En aquella ocasión viajó a la Ciudad de México como participante en el coloquio titulado “Una nueva geografía de la novela”, organizado por El Colegio Nacional. Compartió con grandes personalidades como Carlos Fuentes, J. M. Coetze, José Saramago, entre otros.

Posteriormente viajó a Acteal, Chiapas, donde asistió a la ceremonia religiosa realizada a los tres meses de la masacre de 45 indígenas, ocurrido el 22 de diciembre de 1997. Después viajó a Polhó, otra ciudad chiapaneca y se entrevistó con el obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz.

También La Jornada publicó en exclusiva un adelanto de uno de sus últimos libros: “Ante el dolor de los demás”, donde incluye fotografías de desastres, y de las guerras de Afganistán e Irak.

El 5 de mayo de 2003 el mismo diario publicó su Discurso de recepción del premio Oscar Romero.

Otro de sus libros interesantes es “Yo, etcétera”. Se trata de una colección de cuentos. Transcurren en Nueva York. En él nos muestra el contraste de esa ciudad cosmopolita. Por un lado la opulencia y el poderío económico, por otro la miseria más recalcitrante. Los negros versus los blancos. Un magnífico penthouse en el exclusivo Manhattan, junto a un prostíbulo de mala muerte en el Bronx.

Los personajes son también diversos. En él hay olores, hay incomodidad. Se huele la basura, la miseria, la mugre. Y estos contrastes incomodan a los orgullosos neoyorquinos que sólo quieren ver lo “bello y limpio”.

Gabriela Valenzuela Navarrete menciona en un artículo publicado en La Jornada Semanal, en marzo de 2005, que Sontag en una de sus últimas entrevistas declaró que su labor era “luchar contra las simplificaciones y exponer la complejidad de la realidad del ser humano”.

En este mismo artículo afirma que siempre, tanto en sus ensayos, como en sus fotografías u obras de ficción, Sontag se ocupaba de los marginados, de los desprotegidos. Y termina su artículo diciendo: “Pero esta tarea fundamental para Susan Sontag no podía estar exenta del elemento que permea toda su obra: la crítica social, la denuncia de la desigualdad, el deber moral del escritor de prestar su voz a los que se han quedado sin voz”.

Sin duda, Sontag destacó en todas las actividades que realizó, aunque ella, al final de su vida quiso dejar en claro que se consideraba –ante todo-, una escritora de ficción. Sin embargo, en la actualidad se le recuerda más como ensayista que como narradora.

Creo que todavía no existe la suficiente distancia para aquilatar su obra. El tiempo, ¿la historia? le otorgará sin duda el lugar que merece. Quizá dentro de 50 años ya se pueda valorar su obra de una manera más objetiva.

Es ya un lugar común decir que la obra de un escritor importante perdurará por siempre. Aprovecho la oportunidad del septuagésimo sexto aniversario de nacimiento para hacer una invitación a leer o releer la obra de nuestra autora.

SUSAN Y EL CINE

De su actividad como directora cinematográfica quiero destacar tres obras. En 1969 filma en Suecia la película Duelo de caníbales. En 1973 filmó a las tropas israelíes en la guerra de Medio Oriente.

Tierra prometida fue rodada en los Altos del Golan. Aunque no fue una judía ortodoxa, siempre demostró su simpatía por el pueblo israelí.

El último libro publicado con la firma de Susan Sontag es Sobre la marcha. Puedo decir que es un libro de “tutti fruti”. Contiene ensayos, diarios, recuerdos de infancia. Reflexiona sobre la muerte.

Quiero finalizar repitiendo la frase con la que algún crítico describe este libro: “En este mundo aún hay cosas sobre las cuales maravillarse”. Y una de ellas es la obra artística de nuestra Susan Sontag.

09/RN/GG

No hay comentarios.:

Publicar un comentario