Julio Hernández López: Astillero
Con aire de gallero que sabe cuál es el desenlace arreglado de una presunta pelea pareja, el senador panista Gustavo Madero aseguró ayer que el pleno del Senado aprobará hoy el nombramiento del abogado dieguista Arturo Chávez Chávez como procurador general de la República. Apuesto doble contra sencillo, fanfarroneó el presidente de la Junta de Coordinación Política de la cámara de senadores que, justamente por esa condición, debería asumir una postura de ecuanimidad institucional.
Pero a los panistas –Madero es, además, el coordinador de los blanquiazules que ocupan escaños– les urge aparentar que ha navegado viento en popa la extraordinariamente cuestionada postulación del licenciado de la doble che, quien ha concitado una oposición fundada y plural a su nombramiento, entre otras cosas, por su cómplice papel omiso en el tratamiento de los casos de mujeres asesinadas en Ciudad Juárez cuando fue procurador de justicia del gobierno de otro volátil incumplido, Francisco Barrio Terrazas, y por su larga pertenencia al grupo de abogados que, encabezados por el rey del tráfico de influencias del país, Diego Fernández de Cevallos, se dedican a pervertir ese ejercicio profesional y a ganar litigios sonados y redituables, algunos de ellos contra el propio interés del Estado al que en ocasiones como ésta dicen servir cuando su verdadera intención es servirse de él.
La sordera institucional ante las múltiples protestas que provocó la postulación de Chávez Chávez es una demostración más del enorme y peligroso abismo que separa los intereses colectivos de los enjuagues elitistas. Calderón, que virtualmente ha abdicado del poder que de por sí no adquirió con legitimidad, ha entregado dos piezas centrales de la conducción de la gobernabilidad del país al bufete del llamado jefe Diego, quien aparte del inminente procurador tiene en Bucareli al otro abogado de intereses privilegiados que es Fernando Gómez Mont: par de ases marcados en el póquer cuyo resto también ha hipotecado o subastado el inquilino en quiebra de Los Pinos.
Al agravio original de la postulación y el empeño en sacar adelante a un personaje de ignorancia e ineptitud comprobadas (el senador Pablo Gómez lo exhibió de una manera vergonzosa, baste ver los dos videos del caso, el primero de ellos en www.youtube.com/watch?v=kKsVseYdSRY ) se agrega ahora el cambalache que fundamentalmente con el PRI ha debido hacer ese panismo decadente para hacer que se apruebe la designación en peligro. Hay voces que aseguran que en el arreglo de la nueva titularidad de la PGR se ha negociado el apoyo panista para que el PRI designe al próximo presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, donde el sonorense Manlio Fabio Beltrones ha tenido intereses en crecimiento durante una parte de la lamentable gestión de José Luis Soberanes. ¿PGR por CNDH?
El ánimo apostador y la disposición al trueque no mueven al calderonismo solamente en ese ámbito judicial altamente contaminado. Felipe Conmemorativo (el bicentenario, y todo eso) ya no tiene capital para hacer proyectos a mediano plazo ni mucho menos para pretender conducirse con apego a esa mercancía agotada para él que se llama política. Sólo le queda apostar, echar el resto, pedir prestado a otros jugadores (muchos de ellos, fieras de aguas saladas, es decir, salinas) para dejarse ir tras fichas de baja monta que el jugador desesperado coloca cuando tiene la esperanza de que un golpe de suerte le permita recuperar lo perdido o cuando menos salir tablas. No hay esperanza ni proyecto más que el de lo inmediato, el de la sobrevivencia a golpe de azar. Por ello es que Calderón tiene la osadía de hacer pésimas designaciones o propuestas de funcionarios, y de empeñar o sacrificar lo que sea para sustentarlos, y de mantener a una plantilla mediocre y rapaz en el resto del gabinete. ¿Ya qué?, podría ser el lema de este fin de sexenio adelantado, de estos tiempos extras que en el mejor de los casos (para ellos, los miembros del calderonismo) se podrían convertir en un accidentado y amargo Trienio de Hidalgo.
Así es, por ejemplo, como en Pemex el Felipato ha puesto como nuevo recaudador de rentas grupales a un especialista en transas y apuestas con derivados, sabidamente enviciado en el manejo de ruletas tramposas en las que la casa (el Estado) siempre pierde para que los cuates, los familiares, los jefes, siempre ganen. Es mala ficha la de apellido Suárez Coppel, pero el ludópata no puede abstenerse de jugarla. También es mala decisión la de insistir en sacar dinero del bolsillo de los más pobres y de la clase media fiscalmente cautiva, pero el enviciado gobierno pinolero prefiere arriesgar al máximo, exponiendo al país a un estallido social insistentemente anunciado. Así se está manejando el asunto de las vacunas contra el virus de la influenza A/H1N1, sembrando el temor por doquier para que así se autoricen nuevos impuestos y partidas presupuestales que se harán humo a la hora de comprar las vacunas en operaciones que por la urgencia y las circunstancias fabricarán nuevos multimillonarios en dólares: linda apuesta es la de mandar el total de las fichas particulares de casino epidemiológico al número previamente designado para ser influencialmente ganador. Gobierno de palenque y de ruleta trampeados. Va su resto.
Astillas
El síndrome de La Paca ronda desde hace muchos años en los anuncios sonoros y presuntamente muy bien armados que presentan las diferentes autoridades encargadas de asuntos criminales. Lo que un jefe policiaco o un procurador anuncian un día como una gran verdad, documentada, con testigos, pruebas, declaraciones y juramentos, al mes siguiente es denunciada por otros jefes o funcionarios como mentira fabricada, inquina interinstitucional o pleito entre poderosos. Y así sigue la ronda interminable de las verdades o mentiras siempre bajo sospecha. Hoy, el turno de las contundencias informativas provisionales se refiere a los secuestradores involucrados en casos mediáticamente destacados. Mañana... bueno, mañana ya habrá otra versión u otra verdad... ¡Hasta mañana!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
No es cualquier cosa poner nuevos billetes en circulación. Hay que diseñarlos, imprimirlos, contabilizarlos y distribuirlos. Sólo el banco central puede hacerlo, hay pena de cárcel para el falsificador. El Banco de México puso a circular ayer dos nuevos billetes, uno de 100 y otro de 200 pesos. Conmemoran el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución. Es un homenaje pertinente, contrasta con las ceremonias oficiales en que se omite el nombre de caudillos como Zapata y Villa para no ofender los oídos de los descendientes de quienes los combatieron, y que hoy están a cargo del poder. En días pasados una persona de El Foro México me comentaba que en las pantallas de una conocida cadena de bancos pasan un espot resaltando las virtudes de don Porfirio Díaz y no se menciona para nada el levantamiento armado que costó la vida a millones de mexicanos. Este largo preámbulo es para darles una noticia buena y otra mala. Empezaré por la última: hace un año, cuando el banco central comenzó el proyecto de los nuevos billetes, todavía no se devaluaba la moneda. Con 100 pesos se compraban 10 dólares. Hoy apenas alcanzan para adquirir 7.41. De algún modo los nuevos billetes también nos harán recordar en el futuro la primera gran devaluación del panismo, que llegó al gobierno criticando las de los priístas. La buena noticia: el bono de 100 pesos de Pemex murió antes de nacer, también se hubiera devaluado. Fue dinero tirado a la basura todo el que se gastó en la enjundiosa campaña con la que nos quisieron convencer de que seríamos partícipes de la riqueza petrolera. Poco tiempo después nos dicen que tal riqueza se está evaporando y que es preciso sustituir al petróleo con los pobres, es decir, con sus aportaciones. A ver cuál es el siguiente rollo que inventan. También dice Guillermo Ortiz, gobernador a punto de salir del Banco de México, que los billetes están blindados contra toda falsificación. ¡Mejor los hubiera blindado contra toda devaluación!
Dólares, comisión e IVA
Bancomer está anunciado a su clientela que a partir del jueves de la próxima semana cobrará una comisión de 2% más el IVA del 15% en la venta de dólares en efectivo. La institución que comanda (para decirlo en el estilo de los comentaristas postineros) Ignacio Deschamps será la primera que cobre por este servicio en la historia bancaria del país. Quedan exentos los giros en dólares (wire transfers). Hay dos consideraciones necesarias: 1) el Banco de México ha vendido más de 30 mil millones de dólares a la banca comercial sin cobrarles comisión ni impuesto, y 2) si prospera el SuperIVA, cuando un cliente compre 100 dólares deberá pagar el 2% de la comisión del banco, el 15% de IVA y el 2% del SuperIVA. No es superflua otra reflexión: el banco central recientemente había anunciado que desaparecían nueve comisiones que los clientes venían cubriendo a los bancos. Se ve que están inventando otras rápidamente para reponerse.
Es tan corto el amor y es tan largo el olvido
Las ministras y ministros de la Suprema Corte de Justicia pareciera que se inspiraron en el poema de Pablo Neruda para emitir un fallo acerca de los llamados divorcios express. Confirmaron la validez de la ley votada por la Asamblea del Distrito Federal en el sentido de que no es necesaria una causal (violencia, crueldad, enfermedad terminal, adulterio, ser miembro del partido del Niño Muerde) para obtener el divorcio, basta que uno de los cónyuges diga esquina, bajan.
Dólares, comisión e IVA
Bancomer está anunciado a su clientela que a partir del jueves de la próxima semana cobrará una comisión de 2% más el IVA del 15% en la venta de dólares en efectivo. La institución que comanda (para decirlo en el estilo de los comentaristas postineros) Ignacio Deschamps será la primera que cobre por este servicio en la historia bancaria del país. Quedan exentos los giros en dólares (wire transfers). Hay dos consideraciones necesarias: 1) el Banco de México ha vendido más de 30 mil millones de dólares a la banca comercial sin cobrarles comisión ni impuesto, y 2) si prospera el SuperIVA, cuando un cliente compre 100 dólares deberá pagar el 2% de la comisión del banco, el 15% de IVA y el 2% del SuperIVA. No es superflua otra reflexión: el banco central recientemente había anunciado que desaparecían nueve comisiones que los clientes venían cubriendo a los bancos. Se ve que están inventando otras rápidamente para reponerse.
Es tan corto el amor y es tan largo el olvido
Las ministras y ministros de la Suprema Corte de Justicia pareciera que se inspiraron en el poema de Pablo Neruda para emitir un fallo acerca de los llamados divorcios express. Confirmaron la validez de la ley votada por la Asamblea del Distrito Federal en el sentido de que no es necesaria una causal (violencia, crueldad, enfermedad terminal, adulterio, ser miembro del partido del Niño Muerde) para obtener el divorcio, basta que uno de los cónyuges diga esquina, bajan.
Enfrentados a una variedad de problemas nacionales (crimen, drogas, corrupción, crisis económica, entre otros), los mexicanos, de manera aplastante, están insatisfechos con el rumbo del país y la forma en la que sus gobernantes lo dirigen (78 por ciento, 10 puntos porcentuales más que un año atrás). Con respecto a la violencia relacionada con las drogas que afecta sobremanera a México, la mayoría considera al crimen (81 por ciento) como un gran problema, seguido del narcotráfico (73 por ciento), la economía (75 por) y la corrupción de los líderes políticos (68 por ciento).
Lo anterior contrasta con algunos balances (color de rosa, en no pocas ocasiones) que se divulgan en el país sobre el sentir de los mexicanos en torno a la realidad nacional. Se trata del más reciente reporte elaborado por el Centro de Investigación Pew (Pew Research Center’s Global Attitudes Project, 23 de septiembre, 2009), en el que se subraya que en 33 por ciento de los mexicanos encuestados no dudaron en decir que si tuvieran los medios y la oportunidad para irse a vivir a Estados Unidos lo harían sin mayor consideración, y más de la mitad de ellos procedería incluso sin autorización del gobierno de aquel país, es decir, ingresarían al vecino del norte de forma indocumentada.
El sondeo del Centro Pew arroja interesantes resultados, de los que aquí se registran algunas muestras: muchos de los entrevistados creen que la vida es mejor en Estados Unidos. Cerca de 57 por ciento considera que los mexicanos que emigran a ese país disfrutan de una vida mejor, contra 51 por ciento en 2007. La información respectiva muestra un descenso en años recientes en el flujo anual de inmigrantes mexicanos a Estados Unidos. Esta baja puede ser resultado, en parte, de la caída económica estadunidense, que se ha traducido en menores trabajos para los inmigrantes. El 40 por ciento de los mexicanos encuestados dijo conocer a alguien que partió a Estados Unidos, pero regresó por no encontrar trabajo, aunque 47 por ciento reportó que el retorno fue producto de la deportación por parte de la Patrulla Fronteriza.
Algunos de los encuestados consideraron ver un crecimiento de las oportunidades en la economía mexicana, aunque 69 por ciento de ellos dijo que la situación económica actual es mala, y empeorará en el futuro; 61 por ciento manifestó esperanza en que la economía nacional mejore en los próximos 12 meses, y 14 por ciento de plano consideró que empeorará.
La estrecha liga entre la gente en Estados Unidos y México se refleja en las respuestas de la encuesta, anota el Pew Center: 39 por ciento de los mexicanos reconoció tener amigos y/o parientes en Estados Unidos; cerca del 18 por ciento que recibe dinero de ellos (remesas), aunque el monto presenta ahora una ligera disminución en comparación con lo obtenido en 2007, cuando 23 por ciento dijo que recibían dinero de afuera.
Los resultados 2009 (Pew Research Center’s Global Attitudes Project, entrevistas cara a cara con mil adultos mexicanos entre el 26 de mayo y 2 de junio 2 del presente año, muestra representativa de población adulta, con un margen de error de más-menos 3 puntos porcentuales) no dejan duda en torno a que un gran porcentaje de mexicanos emigraría a Estados Unidos si tuviera los recursos y la oportunidad de hacerlo, y la mayoría de ellos se inclinaron por vivir y trabajar allá sin autorización. Ésta es, quizá, la poco sorprendente pero aplastante mayoría de mexicanos que tiene amigos o parientes en Estados Unidos, a quienes regularmente comunican sus objetivos, y muchos mexicanos consideran que esos amigos y parientes tienen mejor nivel de vida que en México.
Al mismo tiempo, los mexicanos tienen una mezcla de puntos de vista sobre los efectos de la migración en su país. Cerca de la mitad de los encuestados consideró que es mala para México, porque muchos de sus ciudadanos viven en el país del norte. Un poco menos de esa proporción considera que es una buena cosa, porque implica ingreso de recursos para las familias y el país, amén de constituirse en una salida al grave problema laboral que reporta México.
La mayoría de los encuestados (62 por ciento) reconoció que en este momento, dada la crisis, no se movería a Estados Unidos aún cuando tuviera los medios y la oportunidad para hacerlo. Sin embargo, una voluminosa minoría (33 por ciento) lo haría si pudiera. Y dentro de este último segmento, 55 por ciento se manifestó por hacerlo sin autorización legal.
De acuerdo con el Centro Hispánico Pew, 55 por ciento de los mexicanos inmigrantes actualmente en Estados Unidos no cuentan, en los hechos, con autorización legal para su estadía y el grueso lo hizo en la última década en tal sentido. El 57 por ciento de los encuestados (51 por ciento en la encuesta de 2007) dijo conocer gente que se ha ido de México a Estados Unidos y que el efecto ha sido que su nivel de vida es mucho mejor allá; 14 por ciento que peor (21 por ciento en el levantamiento anterior) y 22 por ciento que el tema no les importa (23 por ciento en la pasada). Aquellos mexicanos de mayores ingresos que viven en Estados Unidos son los que más presumen entre amigos y parientes que viven mejor y que alcanzaron sus objetivos en aquel país: 77 por ciento en este nivel y 73 por ciento en los de mediano ingreso, comparado con 59 por ciento de los de menores ingresos.
Sobre las razones para su regreso a México, 47 por ciento de los entrevistados dijo conocer a alguien que se fue al vecino del norte, pero tuvo que retornar por ser capturado por las autoridades migratorias, mientras 40 por ciento explicó que el regreso se debió a falta de empleo en Estados Unidos.
En otro orden, el Centro Pew indica que arrolladoramente los mexicanos están insatisfechos con lo que sucede en la economía de su país. Alrededor de 70 por ciento coincidió en que la economía nacional está en mala forma, aunque muchos tienen la esperanza de que mejore el próximo año. Los encuestados registran una variedad de problemas en su país: crimen, droga, asuntos económicos, corrupción, contaminación y gente en busca de empleo en otro país. También piensa que México tiene problemas con su imagen internacional (sólo 25 por ciento piensa que tal imagen es buena), y tienen claros los efectos que en este sentido produjo la emergencia sanitaria.
Las rebanadas del pastel
En pocas palabras, alrededor de 15 millones de mexicanos en edad y condición de laborar estarían plenamente dispuestos –por la buena o por la mala– a emigrar a Estados Unidos y quedarse allá. De ese tamaño es la validez de la máxima oficial de que lo peor de la crisis ya pasó.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
Lo anterior contrasta con algunos balances (color de rosa, en no pocas ocasiones) que se divulgan en el país sobre el sentir de los mexicanos en torno a la realidad nacional. Se trata del más reciente reporte elaborado por el Centro de Investigación Pew (Pew Research Center’s Global Attitudes Project, 23 de septiembre, 2009), en el que se subraya que en 33 por ciento de los mexicanos encuestados no dudaron en decir que si tuvieran los medios y la oportunidad para irse a vivir a Estados Unidos lo harían sin mayor consideración, y más de la mitad de ellos procedería incluso sin autorización del gobierno de aquel país, es decir, ingresarían al vecino del norte de forma indocumentada.
El sondeo del Centro Pew arroja interesantes resultados, de los que aquí se registran algunas muestras: muchos de los entrevistados creen que la vida es mejor en Estados Unidos. Cerca de 57 por ciento considera que los mexicanos que emigran a ese país disfrutan de una vida mejor, contra 51 por ciento en 2007. La información respectiva muestra un descenso en años recientes en el flujo anual de inmigrantes mexicanos a Estados Unidos. Esta baja puede ser resultado, en parte, de la caída económica estadunidense, que se ha traducido en menores trabajos para los inmigrantes. El 40 por ciento de los mexicanos encuestados dijo conocer a alguien que partió a Estados Unidos, pero regresó por no encontrar trabajo, aunque 47 por ciento reportó que el retorno fue producto de la deportación por parte de la Patrulla Fronteriza.
Algunos de los encuestados consideraron ver un crecimiento de las oportunidades en la economía mexicana, aunque 69 por ciento de ellos dijo que la situación económica actual es mala, y empeorará en el futuro; 61 por ciento manifestó esperanza en que la economía nacional mejore en los próximos 12 meses, y 14 por ciento de plano consideró que empeorará.
La estrecha liga entre la gente en Estados Unidos y México se refleja en las respuestas de la encuesta, anota el Pew Center: 39 por ciento de los mexicanos reconoció tener amigos y/o parientes en Estados Unidos; cerca del 18 por ciento que recibe dinero de ellos (remesas), aunque el monto presenta ahora una ligera disminución en comparación con lo obtenido en 2007, cuando 23 por ciento dijo que recibían dinero de afuera.
Los resultados 2009 (Pew Research Center’s Global Attitudes Project, entrevistas cara a cara con mil adultos mexicanos entre el 26 de mayo y 2 de junio 2 del presente año, muestra representativa de población adulta, con un margen de error de más-menos 3 puntos porcentuales) no dejan duda en torno a que un gran porcentaje de mexicanos emigraría a Estados Unidos si tuviera los recursos y la oportunidad de hacerlo, y la mayoría de ellos se inclinaron por vivir y trabajar allá sin autorización. Ésta es, quizá, la poco sorprendente pero aplastante mayoría de mexicanos que tiene amigos o parientes en Estados Unidos, a quienes regularmente comunican sus objetivos, y muchos mexicanos consideran que esos amigos y parientes tienen mejor nivel de vida que en México.
Al mismo tiempo, los mexicanos tienen una mezcla de puntos de vista sobre los efectos de la migración en su país. Cerca de la mitad de los encuestados consideró que es mala para México, porque muchos de sus ciudadanos viven en el país del norte. Un poco menos de esa proporción considera que es una buena cosa, porque implica ingreso de recursos para las familias y el país, amén de constituirse en una salida al grave problema laboral que reporta México.
La mayoría de los encuestados (62 por ciento) reconoció que en este momento, dada la crisis, no se movería a Estados Unidos aún cuando tuviera los medios y la oportunidad para hacerlo. Sin embargo, una voluminosa minoría (33 por ciento) lo haría si pudiera. Y dentro de este último segmento, 55 por ciento se manifestó por hacerlo sin autorización legal.
De acuerdo con el Centro Hispánico Pew, 55 por ciento de los mexicanos inmigrantes actualmente en Estados Unidos no cuentan, en los hechos, con autorización legal para su estadía y el grueso lo hizo en la última década en tal sentido. El 57 por ciento de los encuestados (51 por ciento en la encuesta de 2007) dijo conocer gente que se ha ido de México a Estados Unidos y que el efecto ha sido que su nivel de vida es mucho mejor allá; 14 por ciento que peor (21 por ciento en el levantamiento anterior) y 22 por ciento que el tema no les importa (23 por ciento en la pasada). Aquellos mexicanos de mayores ingresos que viven en Estados Unidos son los que más presumen entre amigos y parientes que viven mejor y que alcanzaron sus objetivos en aquel país: 77 por ciento en este nivel y 73 por ciento en los de mediano ingreso, comparado con 59 por ciento de los de menores ingresos.
Sobre las razones para su regreso a México, 47 por ciento de los entrevistados dijo conocer a alguien que se fue al vecino del norte, pero tuvo que retornar por ser capturado por las autoridades migratorias, mientras 40 por ciento explicó que el regreso se debió a falta de empleo en Estados Unidos.
En otro orden, el Centro Pew indica que arrolladoramente los mexicanos están insatisfechos con lo que sucede en la economía de su país. Alrededor de 70 por ciento coincidió en que la economía nacional está en mala forma, aunque muchos tienen la esperanza de que mejore el próximo año. Los encuestados registran una variedad de problemas en su país: crimen, droga, asuntos económicos, corrupción, contaminación y gente en busca de empleo en otro país. También piensa que México tiene problemas con su imagen internacional (sólo 25 por ciento piensa que tal imagen es buena), y tienen claros los efectos que en este sentido produjo la emergencia sanitaria.
Las rebanadas del pastel
En pocas palabras, alrededor de 15 millones de mexicanos en edad y condición de laborar estarían plenamente dispuestos –por la buena o por la mala– a emigrar a Estados Unidos y quedarse allá. De ese tamaño es la validez de la máxima oficial de que lo peor de la crisis ya pasó.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
Pedro Miguel: Navegaciones
No bien había terminado de acceder a la petición de Jacinta, Andrés sintió una desoladora incomodidad intelectual y quiso eludirla por medio de una nueva zambullida en la carne, pero ella lo paró en seco. “Espérate –le dijo–: ¿Cómo, dónde y cuándo vas a analizar mi frasco?” Él apartó las manos de aquel cuerpo espléndido; con un suspiro de resignación, transitó del ámbito del deseo al reino del intelecto e intentó descomponer el problema en sus hechos básicos: Vamos a ver; tú posees un recipiente y sospechas que adentro de él se encuentra el alma de Hernán Cortés, o de cualquier otro mono, de un muerto equis. Me pides que yo te ayude a analizar el contenido del frasco, pero sin abrirlo; eso no sería problema si el análisis tuviera una dirección determinada, es decir, si tuviéramos al menos preguntas específicas: ¿Composición química? ¿Pre-sión?¿Densidad? Pero lo que tú quieres es que yo determine si ahí adentro hay un alma o no, y eso, simplemente, no hay forma de averiguarlo.
–¿Por qué?
–Porque nadie conoce la fórmula ni las propiedades físicas del alma, suponiendo que existiera –contestó Andrés con un leve tono de burla. De hecho, se supone que el alma no tiene propiedades físicas.
–Lo que pasa es que, hasta ahora, nadie ha tenido oportunidad para averiguarlas –porfió ella. Pero si el alma existe tendría que ser una sustancia muy rara. Lo que yo te propongo es que nos vayamos a México, que pasemos a casa de mis papás a buscar el frasco, que lo llevemos a un laboratorio y que veas si contiene algo más que aire común y corriente.
Ante el disparate, Andrés se rió a pesar de sí mismo. No habían pasado ocho horas desde la aparición de Jacinta en su vida y se preguntó si no estaría a punto de descarrilarla por las obsesiones de una loca. Jaló aire común y corriente, como acababa de decir ella, e intentó un nuevo ordenamiento de la situación:
–Espérate –le dijo. Me gustaste desde que te vi, me caíste muy bien cuando platicamos, decidí atrasar un día mi llegada al CERN y no me arrepiento: he pasado unas horas más que gratas contigo, pero, la verdad, no voy a irme ahorita a tomar un avión a México para ir a buscar un frasco en el que tú sospechas que hay algo raro. Te propongo esto: mañana muy temprano nos vamos de aquí, tú te vas a pasear por Ginebra, como lo tenías planeado, yo me voy a Saint-Genis-Pouilly a hacer mis cosas, nos volvemos a ver en París en una semana, o algo así, y vamos pensando en qué hacer con tu alma de Hernán Cortés. ¿Te parece?
Influenza: rebrote y desinformación
Durante su comparecencia ante comisiones senatoriales, con motivo de la glosa del tercer Informe de gobierno, el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Alonso Lujambio, informó que hasta ayer permanecían cerradas 128 escuelas en el país a consecuencia del repunte en los contagios de la influenza A/H1N1, luego de que el viernes pasado esa cifra se ubicó en 2 mil 961 planteles y bajó a 763 este lunes. A renglón seguido, el funcionario defendió el criterio creado por esa dependencia y por la Secretaría de Salud federal para cerrar grupos o escuelas a raíz del rebrote de la pandemia en territorio nacional, y señaló que tal mecanismo se aplica con gran cuidado por los gobiernos estatales.
Continuar
No bien había terminado de acceder a la petición de Jacinta, Andrés sintió una desoladora incomodidad intelectual y quiso eludirla por medio de una nueva zambullida en la carne, pero ella lo paró en seco. “Espérate –le dijo–: ¿Cómo, dónde y cuándo vas a analizar mi frasco?” Él apartó las manos de aquel cuerpo espléndido; con un suspiro de resignación, transitó del ámbito del deseo al reino del intelecto e intentó descomponer el problema en sus hechos básicos: Vamos a ver; tú posees un recipiente y sospechas que adentro de él se encuentra el alma de Hernán Cortés, o de cualquier otro mono, de un muerto equis. Me pides que yo te ayude a analizar el contenido del frasco, pero sin abrirlo; eso no sería problema si el análisis tuviera una dirección determinada, es decir, si tuviéramos al menos preguntas específicas: ¿Composición química? ¿Pre-sión?¿Densidad? Pero lo que tú quieres es que yo determine si ahí adentro hay un alma o no, y eso, simplemente, no hay forma de averiguarlo.
–¿Por qué?
–Porque nadie conoce la fórmula ni las propiedades físicas del alma, suponiendo que existiera –contestó Andrés con un leve tono de burla. De hecho, se supone que el alma no tiene propiedades físicas.
–Lo que pasa es que, hasta ahora, nadie ha tenido oportunidad para averiguarlas –porfió ella. Pero si el alma existe tendría que ser una sustancia muy rara. Lo que yo te propongo es que nos vayamos a México, que pasemos a casa de mis papás a buscar el frasco, que lo llevemos a un laboratorio y que veas si contiene algo más que aire común y corriente.
Ante el disparate, Andrés se rió a pesar de sí mismo. No habían pasado ocho horas desde la aparición de Jacinta en su vida y se preguntó si no estaría a punto de descarrilarla por las obsesiones de una loca. Jaló aire común y corriente, como acababa de decir ella, e intentó un nuevo ordenamiento de la situación:
–Espérate –le dijo. Me gustaste desde que te vi, me caíste muy bien cuando platicamos, decidí atrasar un día mi llegada al CERN y no me arrepiento: he pasado unas horas más que gratas contigo, pero, la verdad, no voy a irme ahorita a tomar un avión a México para ir a buscar un frasco en el que tú sospechas que hay algo raro. Te propongo esto: mañana muy temprano nos vamos de aquí, tú te vas a pasear por Ginebra, como lo tenías planeado, yo me voy a Saint-Genis-Pouilly a hacer mis cosas, nos volvemos a ver en París en una semana, o algo así, y vamos pensando en qué hacer con tu alma de Hernán Cortés. ¿Te parece?
Influenza: rebrote y desinformación
Durante su comparecencia ante comisiones senatoriales, con motivo de la glosa del tercer Informe de gobierno, el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Alonso Lujambio, informó que hasta ayer permanecían cerradas 128 escuelas en el país a consecuencia del repunte en los contagios de la influenza A/H1N1, luego de que el viernes pasado esa cifra se ubicó en 2 mil 961 planteles y bajó a 763 este lunes. A renglón seguido, el funcionario defendió el criterio creado por esa dependencia y por la Secretaría de Salud federal para cerrar grupos o escuelas a raíz del rebrote de la pandemia en territorio nacional, y señaló que tal mecanismo se aplica con gran cuidado por los gobiernos estatales.
Continuar
El Correo Ilustrado
Carstens, descalzo y con calzón de manta
Tuve una ilusión… que quiero compartir con los lectores:
Continuar
En el curso de la llamada glosa del Informe, el secretario de Hacienda pidió a los legisladores que no juzgaran las propuestas presupuestarias del gobierno con los ojos de los partidos y los conceptos de la ideología.
Continuar
Continuar
Los símbolos son el crisol de la tradición y de la historia; identifican a los pueblos con su pasado, con sus orígenes. En torno a ellos se va creando la identidad de las naciones.
Continuar
Continuar
Calderón no se mide. Ahora el argumento son los pobres, pero se les quiere cobrar un impuesto extra sobre el que pagan ya por IVA; la electricidad, el gas, la gasolina, el peaje en las carreteras, etcétera, etcétera, no sólo aumentan de precio, sino también el costo de los productos que consume la mayoría de los mexicanos. Hasta los empresarios, los que no forman parte de la centena más poderosa que ha gozado de enormes rembolsos desde que el PAN gobierna, están alarmados, pues mayores impuestos no sólo los afectan directamente, sino que disminuyen la capacidad de compra de los mexicanos. Y si disminuye el mercado interno eficiente el estancamiento de la economía será todavía más largo y la inflación crecerá, sólo en el año próximo, por encima de 6 por ciento. Inflación y contracción económica es un pésimo remedio para la crisis que atraviesa el país en estos momentos. Esto está más que probado, como demuestran el crecimiento del desempleo, la pobreza y de las desigualdades sociales.
Continuar
Continuar
Los gorilas hondureños ha sido colocados en un callejón sin salida por la inesperada llegada a Tegucigalpa del presidente constitucional Manuel Zelaya, quien honrando su palabra ha regresado al país luego de una accidentada travesía desde la frontera en que debió burlar el férreo dispositivo de control del régimen de facto. El momento fue muy bien escogido pues su retorno desplaza cualquier otro asunto de la agenda política nacional y por consiguiente descarrila la farsa electoral con la que los gorilas y sus aliados internacionales pretendían distraer la atención pública e incluso tratar en su momento de presentar sus resultados como el fin del régimen de facto y el regreso al orden constitucional. De la misma manera, al coincidir el regreso de Zelaya con el inicio del periodo anual de sesiones en la Asamblea General de la ONU gana una enorme presencia en el debate, donde ya el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, ha hecho un fuerte llamado al inmediato restablecimiento de Zelaya y advertido que si no existe voluntad política vamos a presenciar otros golpes como el que depuso al presidente de Honduras. En suma, es un contexto muy favorable para cerrar el cerco a los gorilas y reforzar la solidaridad con Honduras.
Continuar
Continuar
“La lucha global por la distribución de los recursos naturales ya está en marcha… La guerra ha sido el medio favorito usado por las grandes potencias para satisfacer sus necesidades de recursos. Si se gesta otra guerra mundial el conflicto más probable que enfrentará a las potencias será sobre los elementos de la sobrevivencia. El petróleo, desde luego, pero también el hierro, cobre, uranio, cobalto, trigo y agua”. Esta fina percepción de Richard Barnet (The Lean Years, Simon & Schuster 1980) es de peso cuando crece el agotamiento del petróleo convencional (peak oil), fundamento de la economía capitalista hasta nuestros días. La meta sería transitar hacia otro orden económico y socio-energético, sin una guerra general termonuclear (GGT): las guerras por los recursos pueden ocasionar incontrolables procesos de intensificación con empuje bélico terminal. Ya la carnicería por el petróleo de Irak lleva más de millón 300 mil bajas civiles, mientras Estados Unidos persiste en ampliar las guerras transfronterizas, desde Afganistán/Pakistán hasta Colombia/Ecuador (2008).
Continuar
Continuar
La difícil situación del país y la proximidad de los festejos centenarios de la Independencia y la Revolución hace que se reflexione en la situación presente a partir del pasado. No falta quien aproveche las efemérides para humanizar a los héroes patrios haciendo hincapié en suciedades y defectos como si no fueran ya necesarios los ejemplos de valor y de virtud, y en cambio David Olguín plantea en La lengua de los muertos el enfrentamiento de dos visiones de hacer política y de amor patrio a partir de una situación que nunca existió realmente pero que ha quedado en el imaginario colectivo como un mito de mayor fuerza que la verdad histórica, ya que puede ser una síntesis de la barbarie de Aureliano Urrutia y del temple de Belisario Domínguez, que retrata a cabalidad a ambos personajes: la extirpación de la lengua del senador, que muriera desangrado, por parte del médico que fue secretario de Gobernación.
Continuar
Continuar
En 1975, Michel Foucault publicó su libro Vigilar y castigar. Planteaba una cuestión esencial: ¿la sociedad en la que vivimos es más humana que las que la precedieron frente a quienes la justicia condena?, ¿las prisiones modernas institucionalizadas en el siglo XIX mejoraron la condición de los presos, llegaron a reformarlos, o sólo constituyeron una nueva forma de institucionalizar el castigo y de reforzar la vigilancia social? Foucault respondió a estas cuestiones en una entrevista en el Nouvel Observateur (entonces, como Francia, un referente cultural importante): “La expiación que laceraba el cuerpo en otros tiempos ha sido sustituida por castigos que actúan en profundidad sobre el corazón, el pensamiento, la voluntad…”
Continuar
Continuar
Lydia Cacho
Plan B
Secretos del poder
¿Por qué le tenemos tanto miedo al poder en México? No solamente miedo a quienes ejercen el poder, sino al propio poder.
Parece que una parte de la sociedad no cree en la rendición de cuentas, cada vez encuentro a más gente enojada porque las y los periodistas criticamos a las instituciones que fallan en sus tareas. Hay una visión distorsionada de la ciudadanía sobre nuestros derechos, responsabilidades y su efecto transformador.
No imagino otra forma de cambiar como individua, o como país, si no soy capaz de analizar, de saber qué funciona y qué falla. Creo que las instituciones son imprescindibles para que un país marche bien. Por eso acudo a ellas para denunciar, para pagar impuestos.
Tengo claro que todas las personas que trabajan para el Estado, desde la Presidencia hasta los gobernadores, la Suprema Corte, el IFE, la PGR y Hacienda, son nuestras empleadas, y si México fuera una empresa una buena parte habría perdido su trabajo por falta de rendimiento, por incumplimiento de metas prometidas, por robar, por falsear información, por impedir la efectividad de sus colegas. Yo acudo a las instituciones porque es mi derecho y exijo transparencia porque es su obligación.
Hace casi una década fundé y presido un centro de atención a víctimas en Cancún; había un vacío y sentimos la responsabilidad de llenarlo, pero no tendría sentido si no trabajáramos paralelamente para mostrar las fallas y los aciertos de las instituciones responsables de asegurar la justicia y el bienestar. Una cosa no exime a la otra. La única manera de crear una cultura de derechos humanos es con instituciones sólidas, y sólo accediendo y exigiendo su efectividad y honestidad lo lograremos.
Como ciudadana a mí me toca no corromper y no sobornar, respetar las reglas y a las y los demás. No me toca gobernar ni someterme a quienes gobiernan, sino ser responsable y exigir un buen gobierno sin miedo a la venganza de los poderosos. Nuestros derechos civiles no son mudos ni sordos ni mancos, tienen vida y asumirlos tiene un costo. Tal vez el miedo esté en asumir ese costo.
¿Por qué le tenemos tanto miedo al poder en México? No solamente miedo a quienes ejercen el poder, sino al propio poder.
Parece que una parte de la sociedad no cree en la rendición de cuentas, cada vez encuentro a más gente enojada porque las y los periodistas criticamos a las instituciones que fallan en sus tareas. Hay una visión distorsionada de la ciudadanía sobre nuestros derechos, responsabilidades y su efecto transformador.
No imagino otra forma de cambiar como individua, o como país, si no soy capaz de analizar, de saber qué funciona y qué falla. Creo que las instituciones son imprescindibles para que un país marche bien. Por eso acudo a ellas para denunciar, para pagar impuestos.
Tengo claro que todas las personas que trabajan para el Estado, desde la Presidencia hasta los gobernadores, la Suprema Corte, el IFE, la PGR y Hacienda, son nuestras empleadas, y si México fuera una empresa una buena parte habría perdido su trabajo por falta de rendimiento, por incumplimiento de metas prometidas, por robar, por falsear información, por impedir la efectividad de sus colegas. Yo acudo a las instituciones porque es mi derecho y exijo transparencia porque es su obligación.
Hace casi una década fundé y presido un centro de atención a víctimas en Cancún; había un vacío y sentimos la responsabilidad de llenarlo, pero no tendría sentido si no trabajáramos paralelamente para mostrar las fallas y los aciertos de las instituciones responsables de asegurar la justicia y el bienestar. Una cosa no exime a la otra. La única manera de crear una cultura de derechos humanos es con instituciones sólidas, y sólo accediendo y exigiendo su efectividad y honestidad lo lograremos.
Como ciudadana a mí me toca no corromper y no sobornar, respetar las reglas y a las y los demás. No me toca gobernar ni someterme a quienes gobiernan, sino ser responsable y exigir un buen gobierno sin miedo a la venganza de los poderosos. Nuestros derechos civiles no son mudos ni sordos ni mancos, tienen vida y asumirlos tiene un costo. Tal vez el miedo esté en asumir ese costo.
Ricardo Rocha
Detrás de la Noticia
Focos amarillos
Las versiones oficiales insisten en que son hechos absolutamente aislados. Que nada tienen que ver las explosiones, el extraño secuestro del avión y el asesino del Metro Balderas.
Sin embargo, para buena parte de la opinión pública no se trata de casualidades, sino de causalidades. Por ejemplo, en el caso de los bombazos —que se han querido minimizar por la baja potencia de los explosivos—, todos están dirigidos a establecimientos representativos de los ricos de este país: bancos, una agencia de automóviles nuevos y una elegantísima boutique de Masaryk donde venden vestidos importados de cientos y hasta miles de dólares. Y son ya cinco las explosiones tan sólo en lo que va de este mes.
Por lo que hace a los inéditos episodios de los ya célebres Josmar y Luis Felipe Hernández Castillo también se advierten coincidencias. Aquí en EL UNIVERSAL se han vertido opiniones de expertos sociólogos que alertan sobre la posibilidad de que hechos como éstos se produzcan cada vez más frecuentemente a causa de “la inseguridad y la inestabilidad de nuestra frágil sociedad actual”. En opinión de Gisela Frid Chernitsky, de nuestra UNAM, “el desempleo, la indiferencia, la desensibilización que vivimos a través de esta crisis económica producen todo tipo de estallamientos de violencia”.
Añada usted la rabia manifestándose en las calles, los asaltos a trenes y camiones de comida y la sangre nuestra de cada día por la guerra contra el narco, y tenemos un panorama escalofriante que sólo el autismo interesado no quiere ver.
Y por si todo esto fuera poco hay quienes desde el gobierno atizan la hoguera con actos de bárbaro terrorismo de Estado. Como es el caso de la Procuraduría General de la República que parece decidida a atizar la furia contra el gobierno. Como en la recientísima provocación que ha sido su respuesta de antier al exhorto de la Cámara de Diputados para hacer justicia en el caso de Jacinta Francisco Marcial, Alberta Alcántara Juan y Teresa González Cornelio.
Un funcionario de medio pelo mandó decir que la PGR “no presentó conclusiones acusatorias en el caso de Jacinta, no por la ausencia de imputaciones sino porque éstas fueron afectadas por nuevos elementos que llevaron a considerar la figura jurídica de la duda razonable”. Aunque nunca aclara a qué rayos se refiere con lo de los “nuevos elementos”.
Pero en el colmo de la estulticia agrega sobre la liberación de Jacinta que “de ninguna manera significa que se haya demostrado la inocencia de Jacinta, sino que no fue posible comprobar de manera plena su participación en la comisión de los delitos, por lo que se sigue el proceso en su contra”.
Primero, la aberración de que como no pudieron probarle su culpabilidad ella estaba obligada a probar su inocencia. Luego la amenaza infame de seguir persiguiéndola perrunamente y volver a meterla a la cárcel.
Segundo, la ignorancia supina del 20 constitucional que ampara la presunción de inocencia. Además de que nadie puede ser juzgado dos veces por la misma causa.
¿Y así quieren contener el estallido social?
Las versiones oficiales insisten en que son hechos absolutamente aislados. Que nada tienen que ver las explosiones, el extraño secuestro del avión y el asesino del Metro Balderas.
Sin embargo, para buena parte de la opinión pública no se trata de casualidades, sino de causalidades. Por ejemplo, en el caso de los bombazos —que se han querido minimizar por la baja potencia de los explosivos—, todos están dirigidos a establecimientos representativos de los ricos de este país: bancos, una agencia de automóviles nuevos y una elegantísima boutique de Masaryk donde venden vestidos importados de cientos y hasta miles de dólares. Y son ya cinco las explosiones tan sólo en lo que va de este mes.
Por lo que hace a los inéditos episodios de los ya célebres Josmar y Luis Felipe Hernández Castillo también se advierten coincidencias. Aquí en EL UNIVERSAL se han vertido opiniones de expertos sociólogos que alertan sobre la posibilidad de que hechos como éstos se produzcan cada vez más frecuentemente a causa de “la inseguridad y la inestabilidad de nuestra frágil sociedad actual”. En opinión de Gisela Frid Chernitsky, de nuestra UNAM, “el desempleo, la indiferencia, la desensibilización que vivimos a través de esta crisis económica producen todo tipo de estallamientos de violencia”.
Añada usted la rabia manifestándose en las calles, los asaltos a trenes y camiones de comida y la sangre nuestra de cada día por la guerra contra el narco, y tenemos un panorama escalofriante que sólo el autismo interesado no quiere ver.
Y por si todo esto fuera poco hay quienes desde el gobierno atizan la hoguera con actos de bárbaro terrorismo de Estado. Como es el caso de la Procuraduría General de la República que parece decidida a atizar la furia contra el gobierno. Como en la recientísima provocación que ha sido su respuesta de antier al exhorto de la Cámara de Diputados para hacer justicia en el caso de Jacinta Francisco Marcial, Alberta Alcántara Juan y Teresa González Cornelio.
Un funcionario de medio pelo mandó decir que la PGR “no presentó conclusiones acusatorias en el caso de Jacinta, no por la ausencia de imputaciones sino porque éstas fueron afectadas por nuevos elementos que llevaron a considerar la figura jurídica de la duda razonable”. Aunque nunca aclara a qué rayos se refiere con lo de los “nuevos elementos”.
Pero en el colmo de la estulticia agrega sobre la liberación de Jacinta que “de ninguna manera significa que se haya demostrado la inocencia de Jacinta, sino que no fue posible comprobar de manera plena su participación en la comisión de los delitos, por lo que se sigue el proceso en su contra”.
Primero, la aberración de que como no pudieron probarle su culpabilidad ella estaba obligada a probar su inocencia. Luego la amenaza infame de seguir persiguiéndola perrunamente y volver a meterla a la cárcel.
Segundo, la ignorancia supina del 20 constitucional que ampara la presunción de inocencia. Además de que nadie puede ser juzgado dos veces por la misma causa.
¿Y así quieren contener el estallido social?
Rosario Ibarra
Ciudad Juárez... ayer y hoy
Allá por 1930, mi familia se fue a vivir a Chihuahua, la capital de estado del mismo nombre.
Mi padre trabajaría como agente general de Agricultura y Fomento, algo así, apenas recuerdo, pues en ese tiempo yo tenía tres años. Nos quedamos allá por poco tiempo; toda la familia que era de cuatro miembros: mi padre, mi madre, mi hermano y yo. En 1933 nació mi hermana menor, niña sanota y frondosa, de quien en tono afable solía bromear mi padre diciendo que era chihuahueña, pero que parecía terranova.
Tengo recuerdos de felicidad inmensa de aquellos años. Los días cálidos de los meses de verano en los que correteaba por el patio enorme de la casa en que vivíamos y los paseos a lugares bellísimos del estado, en los que guardo especial lugar para la cascada de Basaseachic, esplendorosa caída de agua de 311 metros de altura, que cae sobre un cauce de roca basáltica, bordeado por pinos de todos los tamaños imaginables.
De los crudos inviernos guardo un solo recuerdo triste: la difteria que me postró al borde de la muerte, pero de la cual gracias a la ciencia fui rescatada. Por lo demás, aún me parece sentir el suave calor cerca de la chimenea y escuchar la voz grave de mi padre leyendo para mí a Rubén Darío, a Guillermo Valencia, a Valle Inclán, a Juan Valera, en fin, a todos los poetas y escritores cuyos libros yo escogía y sacaba de un enorme librero de cedro, orgullo de nuestra sala, y cuando estaban muy altos para mi párvula estatura, recuerdo también con inmenso cariño a mi bondadoso padre alzándome para alcanzarlos.
Un día de verano mi padre nos dijo: vamos a Ciudad Juárez para que conozcan la escuela en la que estudié. Se trataba de la escuela de los hermanos Escobar, en la que se había graduado de ingeniero agrónomo. Recuerdo la gruesa columna situada a la entrada en la que se veían los nombres de los que allí habían obtenido sus títulos profesionales. Mi padre era de la primera generación. En la primera línea que circundaba el monumento, de la base hacia arriba, pude leer: Valdemar Ibarra, 24 de junio de 1910... Fue un bello día en el que paseamos por la ciudad a la que mi hermosa madre calificó de simpática.
Los años pasaron y, ya muertos mis padres, mi esposo y yo llevamos a nuestros hijos a conocer los lugares en donde habían vivido sus abuelos y en los que pasé los días felices de mi infancia, Saltillo y Chihuahua. Ya allí, decidimos llevarlos a Ciudad Juárez para que conocieran también la famosa escuela de los hermanos Escobar.
¡Qué distinta la contemplé aquel día! Deteriorada, en total abandono, pues había sido cerrada porque alguna autoridad del estado pensó, y lo expresó, que era “un semillero de inteligencias” (me pregunté: ¿se inspiraría en el terrible dominico español, inquisidor de fanatismo inexorable, o en los no menos desalmados juzgadores de Giordano Bruno, Roberto Belarmino y Santoro Santa Severina?).
Jamás pensé que después de algunos años Ciudad Juárez entera se iría “deteriorando”, hasta que el día fatal llegó. Ya en 1975, año en que mi hijo fue secuestrado por el gobierno echeverrista, empecé a enterarme de que en otros sitios del país tenían lugar los “secuestros oficiales”, hoy justamente calificados como desapariciones forzadas, que se han repetido en todo el territorio nacional y que el actual gobierno quiere disfrazar de “levantones llevados a cabo por el crimen organizado”. Muchas mujeres de Chihuahua y Ciudad Juárez son desde entonces mis compañeras del comité ¡Eureka!, en el que seguimos luchando por la vida y la libertad de nuestros hijos, y ahora vemos con dolor infinito que cientos de crímenes brutales, como plaga maléfica, se han cernido sobre hogares de Ciudad Juárez y que las madres y las familias enteras de las víctimas, niñas y jovencitas asesinadas en aquella ciudad, sufren doblemente por sus muertes y por la ausencia total de justicia, que se antoja un crimen tan brutal como la muerte de sus hijas...
Y por si fuera poco, hoy se suma la insensibilidad de quien se ostenta como titular del Poder Ejecutivo federal, al querer imponer como procurador general de la República al ex procurador en el estado de Chihuahua durante los años de esos espantosos acontecimientos, en los que nada hizo por dar justicia a los familiares de las víctimas.
Sería un acto criminal que el Senado de la República ratificara al señor Arturo Chávez Chávez en el citado puesto. Por lo que a mí respecta, no tengo el menor asomo de duda : mi voto será en contra.
Dirigente del comité ¡Eureka!
Mi padre trabajaría como agente general de Agricultura y Fomento, algo así, apenas recuerdo, pues en ese tiempo yo tenía tres años. Nos quedamos allá por poco tiempo; toda la familia que era de cuatro miembros: mi padre, mi madre, mi hermano y yo. En 1933 nació mi hermana menor, niña sanota y frondosa, de quien en tono afable solía bromear mi padre diciendo que era chihuahueña, pero que parecía terranova.
Tengo recuerdos de felicidad inmensa de aquellos años. Los días cálidos de los meses de verano en los que correteaba por el patio enorme de la casa en que vivíamos y los paseos a lugares bellísimos del estado, en los que guardo especial lugar para la cascada de Basaseachic, esplendorosa caída de agua de 311 metros de altura, que cae sobre un cauce de roca basáltica, bordeado por pinos de todos los tamaños imaginables.
De los crudos inviernos guardo un solo recuerdo triste: la difteria que me postró al borde de la muerte, pero de la cual gracias a la ciencia fui rescatada. Por lo demás, aún me parece sentir el suave calor cerca de la chimenea y escuchar la voz grave de mi padre leyendo para mí a Rubén Darío, a Guillermo Valencia, a Valle Inclán, a Juan Valera, en fin, a todos los poetas y escritores cuyos libros yo escogía y sacaba de un enorme librero de cedro, orgullo de nuestra sala, y cuando estaban muy altos para mi párvula estatura, recuerdo también con inmenso cariño a mi bondadoso padre alzándome para alcanzarlos.
Un día de verano mi padre nos dijo: vamos a Ciudad Juárez para que conozcan la escuela en la que estudié. Se trataba de la escuela de los hermanos Escobar, en la que se había graduado de ingeniero agrónomo. Recuerdo la gruesa columna situada a la entrada en la que se veían los nombres de los que allí habían obtenido sus títulos profesionales. Mi padre era de la primera generación. En la primera línea que circundaba el monumento, de la base hacia arriba, pude leer: Valdemar Ibarra, 24 de junio de 1910... Fue un bello día en el que paseamos por la ciudad a la que mi hermosa madre calificó de simpática.
Los años pasaron y, ya muertos mis padres, mi esposo y yo llevamos a nuestros hijos a conocer los lugares en donde habían vivido sus abuelos y en los que pasé los días felices de mi infancia, Saltillo y Chihuahua. Ya allí, decidimos llevarlos a Ciudad Juárez para que conocieran también la famosa escuela de los hermanos Escobar.
¡Qué distinta la contemplé aquel día! Deteriorada, en total abandono, pues había sido cerrada porque alguna autoridad del estado pensó, y lo expresó, que era “un semillero de inteligencias” (me pregunté: ¿se inspiraría en el terrible dominico español, inquisidor de fanatismo inexorable, o en los no menos desalmados juzgadores de Giordano Bruno, Roberto Belarmino y Santoro Santa Severina?).
Jamás pensé que después de algunos años Ciudad Juárez entera se iría “deteriorando”, hasta que el día fatal llegó. Ya en 1975, año en que mi hijo fue secuestrado por el gobierno echeverrista, empecé a enterarme de que en otros sitios del país tenían lugar los “secuestros oficiales”, hoy justamente calificados como desapariciones forzadas, que se han repetido en todo el territorio nacional y que el actual gobierno quiere disfrazar de “levantones llevados a cabo por el crimen organizado”. Muchas mujeres de Chihuahua y Ciudad Juárez son desde entonces mis compañeras del comité ¡Eureka!, en el que seguimos luchando por la vida y la libertad de nuestros hijos, y ahora vemos con dolor infinito que cientos de crímenes brutales, como plaga maléfica, se han cernido sobre hogares de Ciudad Juárez y que las madres y las familias enteras de las víctimas, niñas y jovencitas asesinadas en aquella ciudad, sufren doblemente por sus muertes y por la ausencia total de justicia, que se antoja un crimen tan brutal como la muerte de sus hijas...
Y por si fuera poco, hoy se suma la insensibilidad de quien se ostenta como titular del Poder Ejecutivo federal, al querer imponer como procurador general de la República al ex procurador en el estado de Chihuahua durante los años de esos espantosos acontecimientos, en los que nada hizo por dar justicia a los familiares de las víctimas.
Sería un acto criminal que el Senado de la República ratificara al señor Arturo Chávez Chávez en el citado puesto. Por lo que a mí respecta, no tengo el menor asomo de duda : mi voto será en contra.
Dirigente del comité ¡Eureka!
Miguel Carbonell
A sangre fría
Los hechos terribles e incomprensibles de las últimas semanas deberían llevarnos a reflexionar detenidamente sobre el tipo de valores que parecen asentarse en la vida cotidiana de quienes habitamos en México. Las imágenes crueles de un desquiciado asesinando a personas en el Metro con la mayor sangre fría, la risa enloquecida de un presunto secuestrador de aviones, la saña de un par de adolescentes que ultiman a una familia en Villahermosa sólo porque querían tener relaciones sexuales con la señora de la casa, y cientos de episodios más, quizá ya no puedan ser calificados como hechos aislados. Desde luego, no me voy a sumar a ninguna teoría del complot, pero sí quisiera destacar que detrás de ese cúmulo de actos siniestros quizá se oculta un hecho de alcance considerable: el fracaso de la sociedad mexicana en prohijar una serie de valores que permitan un mínimo de convivencia civil pacífica.
Tomemos el caso del asesino del Metro del DF; con independencia de la sanción que merecidamente le impondrán por sus actos, uno se pregunta cómo es que pudo haber conseguido una pistola, de dónde la sacó, cómo obtuvo tantas municiones. Pero además dan ganas también de indagar sus antecedentes escolares: ¿en qué escuela fue educado (es un decir) ese energúmeno? ¿Tomó clase de civismo alguna vez? ¿Quién fue su profesor? ¿Qué calificaciones le pusieron?
Cuando todos los días revisamos las estadísticas de delitos que quedan impunes (más del 98% de delitos no son castigados), cuando desde el propio poder público nos repiten sin tregua que nuestros policías no pueden frente a la criminalidad, cuando sabemos que de diciembre de 2006 a la fecha se han producido más de 14 mil ejecuciones, cuando nos enteramos de que en este país viven sujetos capaces de diluir en ácido a cientos de personas o sicarios que desde su adolescencia ejecutan a otros por menos de mil pesos, es posible que estemos transmitiendo un mensaje equivocado a algunos tipos que de por sí no tienen muy afianzados los valores más elementales que hacen posible la convivencia.
Obviamente, del otro lado también hay héroes, personas dispuestas a luchar por sus derechos y a no dejarse violentar en su integridad ni permitir que viole la de los demás. La tripulación del vuelo de Aeroméxico, los miles de policías honestos y trabajadores que noche tras noche patrullan nuestras calles (muchas veces sin entrenamiento o medios suficientes para cumplir con su trabajo y ganando un sueldo bajo), el hombre que decide enfrentar al asesino de la estación Balderas y que se levanta una y otra vez pese a los balazos recibidos, las víctimas que cada año pierden su patrimonio o a sus seres queridos y que luego son doblemente victimizadas por un sistema de justicia penal corrupto e insensible, etcétera. Esas son las personas que nos mantienen con esperanza y que hacen la diferencia para evitar que este país se caiga en pedazos. Hay que ensalzar su conducta y darles el mejor lugar en nuestro espacio público, pues son lo mejor que tiene México.
Para construir nuevos valores no basta con decir que el gobierno tiene toda la responsabilidad. La tiene en gran medida, desde luego, al ser el encargado de administrar el sistema educativo nacional. Pero también es cierto que tenemos que hacernos cargo de la responsabilidad de educar en la familia, de reforzar valores entre nuestro grupo social, de asumir compromisos cívicos y participativos, en vez de adormecernos días tras día viendo el televisor o de promover la abstención electoral. Igualmente, los medios de comunicación tienen una tarea inmensa por hacer, muy lejos del amarillismo que caracteriza a algunos de ellos.
Se trata de repetir hasta el cansancio una idea básica: vale la pena vivir en paz, pero para ello todos tenemos que poner de nuestra parte.
Podemos comenzar con hechos sencillos, casi humildes (como no pasarse el alto o no tirar basura en la calle), pero que a la postre acaban marcando la gran diferencia. También en materia de convivencia cívica se puede afirmar que la forma es fondo.
Si no asumimos el papel que nos toca realizar, nadie lo hará por nosotros. No nos demoremos.
www.miguelcarbonell.com
Investigador del IIJ-UNAM
Tomemos el caso del asesino del Metro del DF; con independencia de la sanción que merecidamente le impondrán por sus actos, uno se pregunta cómo es que pudo haber conseguido una pistola, de dónde la sacó, cómo obtuvo tantas municiones. Pero además dan ganas también de indagar sus antecedentes escolares: ¿en qué escuela fue educado (es un decir) ese energúmeno? ¿Tomó clase de civismo alguna vez? ¿Quién fue su profesor? ¿Qué calificaciones le pusieron?
Cuando todos los días revisamos las estadísticas de delitos que quedan impunes (más del 98% de delitos no son castigados), cuando desde el propio poder público nos repiten sin tregua que nuestros policías no pueden frente a la criminalidad, cuando sabemos que de diciembre de 2006 a la fecha se han producido más de 14 mil ejecuciones, cuando nos enteramos de que en este país viven sujetos capaces de diluir en ácido a cientos de personas o sicarios que desde su adolescencia ejecutan a otros por menos de mil pesos, es posible que estemos transmitiendo un mensaje equivocado a algunos tipos que de por sí no tienen muy afianzados los valores más elementales que hacen posible la convivencia.
Obviamente, del otro lado también hay héroes, personas dispuestas a luchar por sus derechos y a no dejarse violentar en su integridad ni permitir que viole la de los demás. La tripulación del vuelo de Aeroméxico, los miles de policías honestos y trabajadores que noche tras noche patrullan nuestras calles (muchas veces sin entrenamiento o medios suficientes para cumplir con su trabajo y ganando un sueldo bajo), el hombre que decide enfrentar al asesino de la estación Balderas y que se levanta una y otra vez pese a los balazos recibidos, las víctimas que cada año pierden su patrimonio o a sus seres queridos y que luego son doblemente victimizadas por un sistema de justicia penal corrupto e insensible, etcétera. Esas son las personas que nos mantienen con esperanza y que hacen la diferencia para evitar que este país se caiga en pedazos. Hay que ensalzar su conducta y darles el mejor lugar en nuestro espacio público, pues son lo mejor que tiene México.
Para construir nuevos valores no basta con decir que el gobierno tiene toda la responsabilidad. La tiene en gran medida, desde luego, al ser el encargado de administrar el sistema educativo nacional. Pero también es cierto que tenemos que hacernos cargo de la responsabilidad de educar en la familia, de reforzar valores entre nuestro grupo social, de asumir compromisos cívicos y participativos, en vez de adormecernos días tras día viendo el televisor o de promover la abstención electoral. Igualmente, los medios de comunicación tienen una tarea inmensa por hacer, muy lejos del amarillismo que caracteriza a algunos de ellos.
Se trata de repetir hasta el cansancio una idea básica: vale la pena vivir en paz, pero para ello todos tenemos que poner de nuestra parte.
Podemos comenzar con hechos sencillos, casi humildes (como no pasarse el alto o no tirar basura en la calle), pero que a la postre acaban marcando la gran diferencia. También en materia de convivencia cívica se puede afirmar que la forma es fondo.
Si no asumimos el papel que nos toca realizar, nadie lo hará por nosotros. No nos demoremos.
www.miguelcarbonell.com
Investigador del IIJ-UNAM
No hay comentarios.:
Publicar un comentario