Julio Hernández López: Astillero
Los ánimos reformistas de Felipe Calderón constituyen un pálido intento de reacción frente a una realidad política adversa que cada día se le escapa más de las manos. El panista michoacano va consolidándose como un olímpico especialista en proponer lo que no puede cumplir o lo que acabará siendo reformulado por otras fuerzas, las que realmente deciden. Ayer dio un depurado ejemplo de esa vocación por lo fallido, al presentar muy de mañana una suerte de decálogo de intenciones de remozamiento político que unas horas después eran menospreciadas por los principales personajes del entramado legislativo al que FC no había concertado o comprometido (al mejor estilo del desbocado Fox, quien solía anunciar prematuramente lo que así echaba a perder por falta de amarres).
De entre los suspiros felipistas destaca el homenaje encendido al espíritu revolucionario a unos días de que comience el año de su centenario: Sí relección, ha planteado el neoporfirista que navegará tres años más en su Ipiranga dosificado. Hasta 12 años consecutivos podrían quedarse en sus cargos los legisladores y una vertiente del Poder Ejecutivo, la de los presidentes municipales que serían una especie de avanzadilla de ensueños de conservación del poder que podrían alcanzar niveles superiores. Los gobernadores y, desde luego, el ocupante actual de Los Pinos, podrían analizar con cuidado el desenvolvimiento de las exploraciones releccionistas, por si llegado el momento algo sobre el tema se antoja. Queda claro que la idea es consolidar y dar continuidad caciquil a una clase política largamente acusada de corrupta e ineficaz pero a la que ahora se amplían sus posibilidades de permanencia en el poder, gracias a los malabarismos intelectuales de la rendición de cuentas y el castigo o premio cívico a los políticos de este México súbitamente convertido en paraíso de la democracia.
El resto de la cartilla reformista calderónica pretende acotar espacios del Poder Legislativo e incluso aguijonear su ritmo de trabajo, imponiendo las iniciativas preferentes mediante las cuales los dominantes de las cámaras podrían aprobar iniciativas polémicas de Felipe mediante la artimaña de crear y fomentar condiciones de protesta que impidan dictaminar esas propuestas. Así serían aprobadas por omisión, sin costo político explícito para los aliados.
El paquete de modificaciones deseadas por FC lleva accesorios llamativos. En especial las candidaturas ciudadanas que mueven a simplón entusiasmo a quienes creen que con ellas se pueden resolver los problemas estructurales políticos. Ya estarán, por ejemplo, el Doctor Simi y sus clones estatales listos para asaltar el poder genéricamente, o los narcoindependientes. En este punto, como en el de la relección, lo que se deja de lado es el origen que impulsa a pretender reformas. Todo este rediseño tiene como referente el fraude electoral de 2006 y pretende, a juicio de este tecleador, crear ilusiones ópticas y procesales que permitan renovadas tretas de adulteración en 2012. Por ello es que la reforma pretende ser aprobada por los mismos beneficiarios de ese fraude, tanto el calderonismo que elude el punto clave que es la revocación de mandato, como el priísmo senatorial que ha hecho rehén al políticamente empobrecido Felipe al grado de hacerle aparecer como torpe e insuficiente plagiario de la doctrina de las ocho erres que desde mucho atrás ha propuesto Manlio Fabio Beltrones.
El debate sobre estos puntos ayuda también al felipismo a encaminar la atención pública hacia zonas distantes de la desgracia cotidiana. Centrar la discusión en el número de integrantes de las cámaras o en el porcentaje mínimo para crear nuevos partidos, hace que parezcan menos vivos los temas de la crisis económica y la inflación en puerta, del negocio de la fibra óptica y el sabadazo contra el SME, de la perversión de espacios públicos importantes como, ayer, con la Auditoría Superior de la Federación que fue entregada al priísmo-salinismo para que solape amigos y chantajee a adversarios. El ruido reformista se da mientras Carstens es confirmado como secretario de gabinete a cargo del Banco de México y mientras estallan granadas en Morelia, una de ellas a 200 metros de la residencia oficial que habita Leonel Godoy. Reforma, que ¿algo queda?
Astillas
Don Horacio García Fernández dice que esta columna nos hace pensar, fundamenta opiniones, contribuye a que no perdamos de vista lo verdaderamente importante en los aconteceres nacionales y critica comentarios, como los de un profesor de la Universidad Panamericana: “Son personas que siguen jugando inocente o malévolamente, según el caso, con la idea de que la justicia en un escritor, sea o no periodista, consiste en ‘equilibrar’ en una imaginada balanza a tirios con troyanos. Aún no descubren que hay personas y acciones que son absoluta y totalmente desequilibradas, como lo son las que casi diariamente cometen en México quienes han jurado actuar de otra manera al llegar al poder. El asunto se hace gravísimo, desde mi punto de vista, cuando el que habla como le habló a usted –ese ‘jurista’ de la Universidad Panamericana– es una persona que influye o puede influir en jóvenes desde su posición de indocente, que no de maestro”. El lector García Fernández fue Premio Nacional de Divulgación de la Ciencia y la Técnica 1996...
Leopoldo Ferreiro Morlet, desde la UAEM, critica el inconsistente marco teórico del que se vale este tecleador. Se habló aquí ayer de clases medias, pero, pregunta, “¿cuáles son tus criterios de diferenciación social? Eso de las clases medias hace muchas décadas que quedó demostrado que se trata de una figura ideológica para evitar definirse en los términos de las clases fundamentales del capitalismo. Si no aclaras el criterio sociológico que te permite identificar a unas ‘clases medias’ (incluso pretendes que son varias), contribuyes a la cultura de la confusión y el oportunismo que se supone combates diariamente con tu tecleo agudo y crítico”...
Y, mientras aumenta el costo de la ilegal tenencia, ¡hasta mañana, en esta columna con esferitas!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Según el Antiguo Testamento, todo era truenos, relámpagos y sonido de trompeta en el cerro que humeaba, mientras Jehová dictaba a Moisés y su pueblo el decálogo que contenía los mandamientos que deberían regir su vida. Aquí en México no han sonado truenos ni relámpagos, y más que trompetas lo que se ha escuchado han sido trompetillas, porque ya son tres los decálogos que este año propone el presidente Calderón, los dos primeros con resultados magros. El inicial fue presentado a principios de marzo, anunciaba una inversión multimillonaria en obra pública para contrarrestar la crisis. Uno de los puntos preveía invertir 650 millones de pesos adicionales en el Sistema Nacional de Empleo; se trataba de fomentarlo, sin embargo, meses después dejaría sin trabajo a 44 mil sindicalizados de LFC. El segundo decálogo lo presentó envuelto en una florida pieza oratoria un día después de su tercer Informe de gobierno en Palacio Nacional. Pregonaba una reforma profunda a las finanzas públicas para hacer más con menos. El gobierno será el primero en poner el ejemplo en la racionalidad del gasto, no pedirá un esfuerzo que él mismo antes no haya hecho. Sin embargo, el presupuesto de 2010, con el injusto incremento de impuestos, aumentará en vez de disminuir, no fue sacrificado un solo peso de los enormes ingresos de la alta burocracia. A final de cuentas se truncó en los laberintos del Congreso la idea de desaparecer tres secretarías: Función Pública, Turismo y Reforma Agraria. Del precario éxito de los dos primeros decálogos habla la degradación impuesta por las calificadoras Standard & Poor’s y Fitch a los bonos de deuda soberana del gobierno. Apenas libran el grado de inversión, a la otra lo pierden.
Puertas abiertas a la corrupción
El Moisés michoacano volvió ayer a la carga: presentó un tercer decálogo, ahora propone una serie de reformas a la legislación que impactarían –de ser aprobadas por el Congreso, todas o en parte– la vida política del país. Algunas ideas son buenas, por ejemplo quitarle el monopolio electoral a los partidos políticos, al permitir que haya candidatos independientes. Cuando centenares de miles de ciudadanos votaron en blanco en las pasadas elecciones, tenían en mente un cambio en ese sentido. Otras son francamente malas, y hasta peligrosas, aunque habrá interesados que las apoyen. Me refiero a la relección de presidentes municipales y diputados de los congresos locales, delegados del Distrito Federal, diputados federales y senadores. En el caso de los alcaldes, la propuesta posiblemente contará con el apoyo anticipado de los capos del tráfico de drogas. Menudean las denuncias de que se han ido apoderando de comarcas enteras. Ahora podrán influir en la elección de un gobierno local y sostenerlo por 12 años consecutivos, en vez de tres. Por otro lado, los monopolios y las corporaciones aplaudirán la iniciativa de relegir a diputados y senadores. Les resultará más barato contratarlos a largo plazo que tener que revisar la nómina cada tres años –en el caso de los diputados– o seis, en el de los senadores. De hecho ayer mismo el Consejo Coordinador Empresarial apresuradamente expresó su apoyo a las reformas políticas en ciernes del calderonismo. El panismo –o al menos la parte leal a Los Pinos– también las recibió con entusiasmo. Tal vez no hubo quien reflexionara en que se abre la posibilidad de un autogol. El perredismo podría eternizarse en la mayoría de las delegaciones del Distrito Federal.
Las reservas
Al asumir el cargo de gobernador del Banco de México, Agustín Carstens recibe las reservas internacionales en una cuantía de 87 mil 562 millones de dólares. Guillermo Ortiz tomó la precaución de dar a conocer ayer muy temprano el estado de cuenta, por aquello de que entregada la mercancía no se admite reclamación. ¿Qué piensan hacer con tamaño caudal, ahora que tomarán decisiones consultadas el gobierno y el banco central?
Puertas abiertas a la corrupción
El Moisés michoacano volvió ayer a la carga: presentó un tercer decálogo, ahora propone una serie de reformas a la legislación que impactarían –de ser aprobadas por el Congreso, todas o en parte– la vida política del país. Algunas ideas son buenas, por ejemplo quitarle el monopolio electoral a los partidos políticos, al permitir que haya candidatos independientes. Cuando centenares de miles de ciudadanos votaron en blanco en las pasadas elecciones, tenían en mente un cambio en ese sentido. Otras son francamente malas, y hasta peligrosas, aunque habrá interesados que las apoyen. Me refiero a la relección de presidentes municipales y diputados de los congresos locales, delegados del Distrito Federal, diputados federales y senadores. En el caso de los alcaldes, la propuesta posiblemente contará con el apoyo anticipado de los capos del tráfico de drogas. Menudean las denuncias de que se han ido apoderando de comarcas enteras. Ahora podrán influir en la elección de un gobierno local y sostenerlo por 12 años consecutivos, en vez de tres. Por otro lado, los monopolios y las corporaciones aplaudirán la iniciativa de relegir a diputados y senadores. Les resultará más barato contratarlos a largo plazo que tener que revisar la nómina cada tres años –en el caso de los diputados– o seis, en el de los senadores. De hecho ayer mismo el Consejo Coordinador Empresarial apresuradamente expresó su apoyo a las reformas políticas en ciernes del calderonismo. El panismo –o al menos la parte leal a Los Pinos– también las recibió con entusiasmo. Tal vez no hubo quien reflexionara en que se abre la posibilidad de un autogol. El perredismo podría eternizarse en la mayoría de las delegaciones del Distrito Federal.
Las reservas
Al asumir el cargo de gobernador del Banco de México, Agustín Carstens recibe las reservas internacionales en una cuantía de 87 mil 562 millones de dólares. Guillermo Ortiz tomó la precaución de dar a conocer ayer muy temprano el estado de cuenta, por aquello de que entregada la mercancía no se admite reclamación. ¿Qué piensan hacer con tamaño caudal, ahora que tomarán decisiones consultadas el gobierno y el banco central?
Antecedentes: Según Debka (ver Bajo la Lupa: 6.12.09), la banca global asentada en Dubai (apabullantemente anglosajona y europea) se consagra(ba) alegremente al blanqueo de los capitales de Al-Qaeda (que se supone es una entidad terrorista islámica combatida de manera militar por la dupla anglosajona y la OTAN). Tampoco constituye novedad alguna la actividad blanqueadora de Citigroup (BBC; 9.11.99), HSBC y Santander, entre otros gigantes (The Independent; 5.9.04).
¿Cómo habrá quedado el asunto del lavado en la otrora banca mexicana después de la exposición explosiva de la Operación Casablanca (Narco News: 3.2.01)?
El fraudulento banco Stanford, con sede en el paraíso fiscal caribeño de Antigua, blanqueaba el dinero ilícito del cártel de Juárez (entre otras beldades), según Houston Chronicle (20.2.09). El ex canciller foxiano Jorge Castañeda Gutman formaba parte del consejo de administración criminal de Stanford (ver Bajo la Lupa: 4.3.09) que esfumó los ahorros de los académicos de Flacso-México.
Se ignoran los criterios fiduciarios para beneficiar al banco Stanford adoptados por la directora general de Flacso-México, maestra Giovanna Valenti Nigrini, de quien llama la atención sus nexos con el Instituto Truman de la Universidad Hebrea de Jerusalén, donde ha sido profesora invitada.
Hasta la fecha, con la colusión silenciosa del disfuncional Congreso, la PGR panista no se ha atrevido a citar a declarar a Castañeda Gutman, presunto cómplice del delito de lavado de dinero, lo cual convierte en una charada el combate de Calderón al narcotráfico en todas sus manifestaciones espirituales y materiales. La pista Castañeda Gutman es más que interesante porque desarchiva la Operación Irán-Contras en México (La Lupa Política; Voces del Periodista; 3.4.09).
Hechos:
Rajeev Syal, de The Observer/The Guardian (13.12.09) refiere que el italiano Antonio Maria Costa, mandamás de la Oficina de Estupefacientes y Crimen de la ONU (UNODC, por sus siglas en inglés), reveló que 352 mil millones de dólares de procedencia criminal fueron efectivamente (sic) lavados por instituciones financieras, lo que permitió mantener a flote (sic) el sistema financiero en el paroxismo de la crisis global.
¿A cuál de los cárteles de estupefacientes en boga se le otorgará el próximo Premio Nobel de Economía para agradecer su filantrópica eficiencia fiscal global?
Maria Costa afirmó poseer evidencia (sic) de que el crimen organizado fue la única (sic) inversión líquida de capital asequible para algunos (sic) bancos al borde del colapso el año pasado, cuando la mayor parte de las ganancias del narcotráfico que asciende a 352 mil millones de dólares al año fue absorbida por el sistema económico.
¿Por qué Maria Costa deprecia y desprecia tanto las ganancias del narcotráfico global cuando Time (11.11.07) asevera que ascendieron hace tres años a más de 2 millones de millones (trillones en anglosajón) de dólares?
¿Cómo habrá quedado el asunto del lavado en la otrora banca mexicana después de la exposición explosiva de la Operación Casablanca (Narco News: 3.2.01)?
El fraudulento banco Stanford, con sede en el paraíso fiscal caribeño de Antigua, blanqueaba el dinero ilícito del cártel de Juárez (entre otras beldades), según Houston Chronicle (20.2.09). El ex canciller foxiano Jorge Castañeda Gutman formaba parte del consejo de administración criminal de Stanford (ver Bajo la Lupa: 4.3.09) que esfumó los ahorros de los académicos de Flacso-México.
Se ignoran los criterios fiduciarios para beneficiar al banco Stanford adoptados por la directora general de Flacso-México, maestra Giovanna Valenti Nigrini, de quien llama la atención sus nexos con el Instituto Truman de la Universidad Hebrea de Jerusalén, donde ha sido profesora invitada.
Hasta la fecha, con la colusión silenciosa del disfuncional Congreso, la PGR panista no se ha atrevido a citar a declarar a Castañeda Gutman, presunto cómplice del delito de lavado de dinero, lo cual convierte en una charada el combate de Calderón al narcotráfico en todas sus manifestaciones espirituales y materiales. La pista Castañeda Gutman es más que interesante porque desarchiva la Operación Irán-Contras en México (La Lupa Política; Voces del Periodista; 3.4.09).
Hechos:
Rajeev Syal, de The Observer/The Guardian (13.12.09) refiere que el italiano Antonio Maria Costa, mandamás de la Oficina de Estupefacientes y Crimen de la ONU (UNODC, por sus siglas en inglés), reveló que 352 mil millones de dólares de procedencia criminal fueron efectivamente (sic) lavados por instituciones financieras, lo que permitió mantener a flote (sic) el sistema financiero en el paroxismo de la crisis global.
¿A cuál de los cárteles de estupefacientes en boga se le otorgará el próximo Premio Nobel de Economía para agradecer su filantrópica eficiencia fiscal global?
Maria Costa afirmó poseer evidencia (sic) de que el crimen organizado fue la única (sic) inversión líquida de capital asequible para algunos (sic) bancos al borde del colapso el año pasado, cuando la mayor parte de las ganancias del narcotráfico que asciende a 352 mil millones de dólares al año fue absorbida por el sistema económico.
¿Por qué Maria Costa deprecia y desprecia tanto las ganancias del narcotráfico global cuando Time (11.11.07) asevera que ascendieron hace tres años a más de 2 millones de millones (trillones en anglosajón) de dólares?
Para no perder la costumbre, Agustín Carstens inició su gestión al frente del Banco de México de la misma forma y con la misma actitud con las que, allá por diciembre de 2006, arrancó formalmente como titular de la Secretaría de Hacienda: aquí no pasa nada, todo es color de rosa, crecerá la economía como nunca y la descalificaciones de las calificadoras nos hacen los mandados, o lo que es lo mismo, un catarrito que a nadie le cae mal.
El servicial soldado –Chicago boy– del inquilino de Los Pinos, ahora oficialmente dedicado a conservar y hacer respetar la autonomía del Bde M, recibió su premio –regalo de Calderón, con generosa ratificación senatorial– no obstante poseer la marca nacional en lo que a deterioro económico se refiere y ostentar la presea de oro como el peor secretario de Hacienda en ocho décadas. Así de noble es el muy democrático estilo de gobernar en México: mientras más patas se metan y más errores se cometan, más alto se llega, siempre y cuando exista la disposición de inmolarse por el inquilino de Los Pinos, el responsable de esas patas y esos errores.
Así procedió el voluminoso ex secretario de Hacienda y así fue retribuido, pues junto con el puesto principal del BdeM obtiene un salario neto mensual de 194 mil 735.53 pesos (de acuerdo con el tabulador oficial), más generosas prestaciones, un emolumento superior al del propio inquilino de Los Pinos, quien no hace mucho firmó una ley de salarios máximos para la burocracia, la cual ordena que ningún funcionario público podrá ganar más que el Presidente de la República, es decir, más de 146 mil 830.21 pesos mensuales (oficialmente, sin incluir aguinaldo –54 mil 354.67 pesos– ni prima vacacional –6 mil 794.33–). Pues bien, para el doctor catarrito hueso y casi 50 mil pesos más que el abajo firmante de la susodicha ley, la cual tampoco aplica a los demás integrantes de la junta de gobierno del banco central, quienes obtienen 177 mil 934.74 pesos cada 30 días.
El 21 de noviembre de 2006, Felipe Calderón presentó en sociedad a su gabinetazo económico, encabezado por Carstens. Ese día el michoacano advirtió a cada integrante de su muy buen equipo económico, tal vez el mejor (él mismo dixit) que los evaluaré diariamente, y con dedo flamígero les ordenó que su obligación era lograr el crecimiento rápido de la economía, el combate a la pobreza y la generación empleos, siempre manteniendo el equilibrio en las finanzas públicas. Todo indica que, como es su costumbre, la evaluación cotidiana quedó en el discurso, toda vez que a un trienio de distancia ni crecimiento rápido de la economía (desplome histórico), ni combate a la pobreza (6 millones adicionales a la pobreza, según cifras oficiales) y mucho menos equilibrio en las finanzas públicas (en el peor shock de las últimas tres décadas, de acuerdo con la definición del propio doctor catarrito).
A estas alturas, del equipo original(es decir, del gabinetazo económico de Calderón) sólo quedan tres: Georgina Kessel, Energía –pérdida petrolera, entrega del sector al capital privado–; el porro Javier Lozano Alarcón, en Trabajo –cero empleo, muchos garrotazos a los obreros y 75 por ciento de aumento en la tasa de desempleo–, y Rodolfo Elizondo –severa caída en su área, una de las grandes captadoras de divisas–, de quien el michoacano no pudo deshacerse porque el Legislativo no aprobó su propuesta de extinguir tres secretarías, Turismo entre ellas. Tras su efímero paso por la de Economía, a Eduardo Sojo lo mandó a Aguascalientes (se supone que allá despacha, pero sólo se supone) para encargarse del Inegi y lo mantiene con salario y presupuesto de paraíso; a Luis Téllez Kuenzler, mister Carlyle, lo mandó a la Bolsa Mexicana de Valores, en una desvergonzada maniobra avalada por los barones de la especulación; y ahora a Carstens lo manda al Banco de México para que lo gobierne y cuide su autonomía, no obstante que su paso por Hacienda fue devastador para el país.
En sus respectivas posiciones el inquilino de Los Pinos designó a tres de sus cuates de juerga: en Economía, al hábil y carismático Gerardo Ruiz Mateos, quien con el país al borde del precipicio alegaba que era ocioso tomar cartas en el asunto; en la SCT, al agradable y resultón Juan Molinar Horcasitas, quien explotó la cercanía con el michoacano para lavarse las manos en el caso de las guarderías subrogadas, incluyendo la otorgada a una familia de narcotraficantes, pero especial y vergonzosamente en el de la ABC de Hermosillo, con 49 niños muertos; y a la SHCP, a su delfín Ernesto Cordero, el de los 6 millones adiciona- les de pobres, que de finanzas, al igual que de política social, nada sabe ni pretende saberlo, pues su interés y dedicación están en 2012.
Ése es, en síntesis, el triunfal balance del gabinetazo económico del calderonato, cuya cabeza visible, durante un trienio, fue el doctor catarrito, el alumno predilecto de Francisco Gil Díaz (el secretario de Hacienda con Fox), el mismo que, a pesar de los pesares, fue ratificado por el Senado de la República (81 votos a favor, 19 en contra y cero abstenciones) para ocupar la silla principal en el BdeM y el mismo, en fin, que ayer protestó guardar y hacer guardar la Constitución y desempeñar leal y patrióticamente su nuevo cargo, como en su momento juró hacerlo como titular de la SHCP. Los resultados son lo de menos; las amistades y cercanías, lo de más.
Y así como desde su llegada a la Secretaría de Hacienda desestimó los críticos nubarrones económico-financieros que ya se veían venir (que terminaron por devastar al país, o si se prefiere provocaron un inmisericorde catarrito), ahora a su arribo al banco central desecha advertencias y minimiza críticas sobre la delicada situación económica de México y de los que en él sobreviven. Se puede llegar a pensar que su primer nombramiento en el gabinetazo económico –Hacienda– fue resultado de un error, tal vez una novatada, pero el segundo –Banco de México– sólo puede ser producto de la perversidad característica del inquilino de Los Pinos y senadores que lo acompañan.
Las rebanadas del pastel
Para la memoria y el regocijo de los mexicanos pagadores de facturas ajenas, justo tres años atrás el doctor Carstens se estrenaba públicamente como secretario de Hacienda, y con enorme sonrisa al respetable aseguraba que las afirmaciones de que se podría reducir el producto interno bruto no tienen sustento; no desalentaremos la inversión ni provocaremos desempleo. Y Calderón muerto de la risa.
cfvmexico_sa@hotmail.com y mexicosa@infinitum.com.mx
El servicial soldado –Chicago boy– del inquilino de Los Pinos, ahora oficialmente dedicado a conservar y hacer respetar la autonomía del Bde M, recibió su premio –regalo de Calderón, con generosa ratificación senatorial– no obstante poseer la marca nacional en lo que a deterioro económico se refiere y ostentar la presea de oro como el peor secretario de Hacienda en ocho décadas. Así de noble es el muy democrático estilo de gobernar en México: mientras más patas se metan y más errores se cometan, más alto se llega, siempre y cuando exista la disposición de inmolarse por el inquilino de Los Pinos, el responsable de esas patas y esos errores.
Así procedió el voluminoso ex secretario de Hacienda y así fue retribuido, pues junto con el puesto principal del BdeM obtiene un salario neto mensual de 194 mil 735.53 pesos (de acuerdo con el tabulador oficial), más generosas prestaciones, un emolumento superior al del propio inquilino de Los Pinos, quien no hace mucho firmó una ley de salarios máximos para la burocracia, la cual ordena que ningún funcionario público podrá ganar más que el Presidente de la República, es decir, más de 146 mil 830.21 pesos mensuales (oficialmente, sin incluir aguinaldo –54 mil 354.67 pesos– ni prima vacacional –6 mil 794.33–). Pues bien, para el doctor catarrito hueso y casi 50 mil pesos más que el abajo firmante de la susodicha ley, la cual tampoco aplica a los demás integrantes de la junta de gobierno del banco central, quienes obtienen 177 mil 934.74 pesos cada 30 días.
El 21 de noviembre de 2006, Felipe Calderón presentó en sociedad a su gabinetazo económico, encabezado por Carstens. Ese día el michoacano advirtió a cada integrante de su muy buen equipo económico, tal vez el mejor (él mismo dixit) que los evaluaré diariamente, y con dedo flamígero les ordenó que su obligación era lograr el crecimiento rápido de la economía, el combate a la pobreza y la generación empleos, siempre manteniendo el equilibrio en las finanzas públicas. Todo indica que, como es su costumbre, la evaluación cotidiana quedó en el discurso, toda vez que a un trienio de distancia ni crecimiento rápido de la economía (desplome histórico), ni combate a la pobreza (6 millones adicionales a la pobreza, según cifras oficiales) y mucho menos equilibrio en las finanzas públicas (en el peor shock de las últimas tres décadas, de acuerdo con la definición del propio doctor catarrito).
A estas alturas, del equipo original(es decir, del gabinetazo económico de Calderón) sólo quedan tres: Georgina Kessel, Energía –pérdida petrolera, entrega del sector al capital privado–; el porro Javier Lozano Alarcón, en Trabajo –cero empleo, muchos garrotazos a los obreros y 75 por ciento de aumento en la tasa de desempleo–, y Rodolfo Elizondo –severa caída en su área, una de las grandes captadoras de divisas–, de quien el michoacano no pudo deshacerse porque el Legislativo no aprobó su propuesta de extinguir tres secretarías, Turismo entre ellas. Tras su efímero paso por la de Economía, a Eduardo Sojo lo mandó a Aguascalientes (se supone que allá despacha, pero sólo se supone) para encargarse del Inegi y lo mantiene con salario y presupuesto de paraíso; a Luis Téllez Kuenzler, mister Carlyle, lo mandó a la Bolsa Mexicana de Valores, en una desvergonzada maniobra avalada por los barones de la especulación; y ahora a Carstens lo manda al Banco de México para que lo gobierne y cuide su autonomía, no obstante que su paso por Hacienda fue devastador para el país.
En sus respectivas posiciones el inquilino de Los Pinos designó a tres de sus cuates de juerga: en Economía, al hábil y carismático Gerardo Ruiz Mateos, quien con el país al borde del precipicio alegaba que era ocioso tomar cartas en el asunto; en la SCT, al agradable y resultón Juan Molinar Horcasitas, quien explotó la cercanía con el michoacano para lavarse las manos en el caso de las guarderías subrogadas, incluyendo la otorgada a una familia de narcotraficantes, pero especial y vergonzosamente en el de la ABC de Hermosillo, con 49 niños muertos; y a la SHCP, a su delfín Ernesto Cordero, el de los 6 millones adiciona- les de pobres, que de finanzas, al igual que de política social, nada sabe ni pretende saberlo, pues su interés y dedicación están en 2012.
Ése es, en síntesis, el triunfal balance del gabinetazo económico del calderonato, cuya cabeza visible, durante un trienio, fue el doctor catarrito, el alumno predilecto de Francisco Gil Díaz (el secretario de Hacienda con Fox), el mismo que, a pesar de los pesares, fue ratificado por el Senado de la República (81 votos a favor, 19 en contra y cero abstenciones) para ocupar la silla principal en el BdeM y el mismo, en fin, que ayer protestó guardar y hacer guardar la Constitución y desempeñar leal y patrióticamente su nuevo cargo, como en su momento juró hacerlo como titular de la SHCP. Los resultados son lo de menos; las amistades y cercanías, lo de más.
Y así como desde su llegada a la Secretaría de Hacienda desestimó los críticos nubarrones económico-financieros que ya se veían venir (que terminaron por devastar al país, o si se prefiere provocaron un inmisericorde catarrito), ahora a su arribo al banco central desecha advertencias y minimiza críticas sobre la delicada situación económica de México y de los que en él sobreviven. Se puede llegar a pensar que su primer nombramiento en el gabinetazo económico –Hacienda– fue resultado de un error, tal vez una novatada, pero el segundo –Banco de México– sólo puede ser producto de la perversidad característica del inquilino de Los Pinos y senadores que lo acompañan.
Las rebanadas del pastel
Para la memoria y el regocijo de los mexicanos pagadores de facturas ajenas, justo tres años atrás el doctor Carstens se estrenaba públicamente como secretario de Hacienda, y con enorme sonrisa al respetable aseguraba que las afirmaciones de que se podría reducir el producto interno bruto no tienen sustento; no desalentaremos la inversión ni provocaremos desempleo. Y Calderón muerto de la risa.
cfvmexico_sa@hotmail.com y mexicosa@infinitum.com.mx
Reforma política: omisiones y motivos inciertos
El titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón Hinojosa, presentó ayer 10 iniciativas de reforma en materia de representación política y reglas electorales en las que se propone permitir la relección consecutiva de legisladores, jefes delegacionales y presidentes municipales hasta por 12 años; celebrar segundas vueltas en los comicios presidenciales cuando ninguno de los aspirantes obtenga más de la mitad de los sufragios, y reducir el número de integrantes en el Congreso de la Unión: de 500 a 400 diputados y de 128 a 96 senadores. También se plantea aumentar de dos a cuatro por ciento el mínimo de votos necesarios para que un partido político conserve su registro y admitir las candidaturas independientes.
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El Correo Ilustrado
Carta a Calderón sobre Minera San Xavier
De la manera más respetuosa y enérgica le exijo, como titular del Poder Ejecutivo, una explicación sobre la actuación del procurador federal de Protección al Ambiente, Patricio Patrón Laviada, y del delegado de dicha dependencia en San Luis Potosí, Alfredo Sánchez Azúa, quienes mintieron simulando la clausura de Minera San Xavier en el Cerro de San Pedro. Supongo que usted estará al tanto sobre la resolución judicial del pasado 24 de septiembre, que determinó la ilegalidad del permiso que la trasnacional canadiense obtuvo el 10 de abril de 2006, burlando así una sentencia previa y definitiva que estableció que ni de forma condicionada podía operar la empresa su devastador proyecto minero.
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El pasado 24 de septiembre el pleno del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa emitió una sentencia final contra Minera San Xavier, de Cerro de San Pedro, San Luis Potosí, que dejó sin efectos la autorización condicionada que el 10 de abril de 2006 había emitido la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) incumpliendo una resolución previa dictada por el mismo órgano jurisdiccional el 5 de octubre de 2005.
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La Ley de Libertad de Cultos del 4 de diciembre de 1860 tiene sus precursores en el primer liberalismo mexicano. Hace 150 años, el 12 de julio, Benito Juárez decreta la primera de las normas de reforma: la Ley de Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos. Tal medida representa una reivindicación largamente anhelada por los sectores más lúcidos de la sociedad mexicana, los que después de la Independencia plantearon la necesidad de construir una nueva sociedad, ajena al exclusivismo católico.
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He acumulado en un cuaderno viejo algunas notas relacionadas con el tema del sufrimiento, no de la especie humana, sino de la persona, sobre todo la que ve amenazada su cotidianidad por el dolor o por alguna merma física.
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La decadencia material y anímica en México, que ya dura más de un cuarto de siglo, ha contaminado muchos (casi todos) de los demás sectores de actividad social, política, intelectual o productiva del país. El periodismo no podía quedar al margen, en especial ese rubro que cubren los columnistas cotidianos. En realidad sus aportes ocupan un lugar preponderante en este disfuncional proceso que condena al estancamiento al desarrollo nacional. De los contenidos que se difunden en la televisión abierta, poco es lo que se puede añadir a la dura crítica ya ensayada por los especialistas en vista de los negativos resultados obtenidos. Los noticiarios estelares poco contribuyen a proporcionar bases objetivas que sostengan opiniones atentas al mundo, alertas a lo propio y plurales en sus contenidos. Y de la radio muy pocos programas informativos se salvan de caer en la rutina de las entrevistas a modo, repetitivas en sus consignas y con las mismas voces autorizadas. Los conductores se enzarzan en prolongados alegatos que ponen de relieve las cortas visiones y sus vendettas particulares. La norma que los rige revela, de inmediato, las carencias de análisis actualizados y sus apoyos en trabajos de investigación o lecturas contextualizadas.
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Washington, 13 de enero (agencias). En su comparecencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, la doctora Jekill (alias de Hillary Clinton) se comprometió a lavar la cara de la diplomacia estadunidense en América Latina: “Usaremos el poder inteligente (smart power)”, dijo la novel secretaria de Estado.
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Las cosas no pintan bien en la conferencia de Copenhague sobre cambio climático. A sólo tres días del final, la probabilidad de que todo termine con un gran fracaso es alta. Sin embargo, también es probable que en los próximos días escuchemos la retórica de los líderes de los países más contaminantes que se felicitan por el acuerdo histórico que saldrá de la COP-15.
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