Narcotráfico y Revolución en México
Dos aspectos que han utilizado la Central del Inteligencia Americana (CIA), para desmantelar a las naciones: el narcotráfico y el descontento social.
Malandro
Dos aspectos que han utilizado la Central del Inteligencia Americana (CIA), para desmantelar a las naciones: el narcotráfico y el descontento social. En México ambos fenómenos van a la alza desde la llegada de Carlos Salinas de Gortari al poder en México.
Es fácil darnos cuenta, que la ruptura del estado mexicano se presentó de manera aguda tras el tratado de libre comercio (TLCAN), el cual debilito a las instituciones del país y propicio un crecimientodesproporcionado de las actividades ilícitas de todo tipo, desde los fraudes descarados de las “Casas de Ahorro” (Capricornio, Chino Ley,Arbolito, entre otros) hasta las masacres desatadas por los carteles de las drogas y los grupos gasterpolíticos del país.
En medio de este “caos”, Felipe Calderón ha “desatado” una guerra contra el narcotráfico, una estratégica que está relacionada directamente con los acuerdos tomados en el marco del “Plan Merida”, con el cual se busca supeditar definitivamente al territorio mexicano a los designios de los EEUU, aspecto en el que tienen que estar de acuerdo todos los grupos empresariales y delincuenciales del país, pese a las viejas afrentas entre los mafiosos de los EEUU y la “Mafia Mexicana”.
El contexto histórico que vive México en estos momentos ha empatando, la represión generalizada del Ejercito y la Marina contra los movimientos social y la llamada “lucha contra el narco”; esta última como una bola de humo que envuelve los niveles de impunidad con los que se atropellan los derechos humanos en el país.
Hay no pocos antecedentes en nuestro país de cómo los “bandoleros” se han convertido en revolucionarios (Joaquín Murrieta, Heraclio Bernal, Doroteo Arango, por mencionar algunos), producto de los niveles de impunidad con los cuales se ha tratado a los grupos delincuenciales, exhibiendo sus cuerpos, violando y asesinando a mujeres y niños, sin ningún tipo de respeto por la vida.
Los niveles de crueldad que hemos vivido en México en los últimos años (mutilados, descuartizados, Decapitados, Colgados) nos habla de una escenario de guerra desmedida, con la que se busca una “estética de guerra”, imponiendo en la mente de los ciudadanos del país la crueldad como forma de sometimiento al oponente, preparándolos para una guerra abierta contra la población inerme.
El Narcotráfico, que se formó con la segunda guerra mundial y la guerra de Vietnam, organizado por lo siérreños y desterrados, ha dado paso a una narcotráfico de ejecutivos y grupos empresariales (corporaciones), que no resisten la presencia de grupos culturalmente arraigados en México e insisten en homogenizar a los grupos delincuenciales de América Latina, conformando así un bloque siniestro contra los movimiento sociales.
Es esta doble confrontación, social y delincuencial, la que está abriendo de manera profunda las desigualdades sociales en nuestro país. La encarnizada acción de la Marina contra los movimientos sociales (Guerrero, Morelos, Oaxaca y Chiapas), ha hecho protagónica a una fuerza represiva, en la que se agazapan los grupos más retrogradas del país, diluyendo a las fuerza republicanas, que alguna vez formaron parte del Ejército Mexicano.
¿En qué se convertirán las fuerzas armadas del país? En una fuerza despiadada de mercenarios al servicio de los grupos empresariales norteamericanos, sin un ápice de dignidad, sin un sólo gramo de patriotismo, la llamada “Guerra contra el Narcotráfico” cubre, como hemos dicho, una estrategia que busca aterrorizar a los Mexicanos, estableciendo un estado policiaco, basado en la impunidad y en el manejo mediático de la corrupción y la impunidad, ahogando la demanda social y reprimiendo el descontento social a través del terror.
Felipe Calderón y el PRIAN, están sembrando vientos, queriendo cosechar tempestades, aún si para hacerlo, tengan que desmantelar el tejido social del país, imponiendo una lógica utilitarista en la que los grupos más retrogradas (Opus Dei, Caballeros de Colón) y los delincuentes pro intereses norteamericanos controlen a las instituciones y a los negocios del país.
Denunciar la estrategia del poder, organizar a las fuerzas sociales del país y entender que nos enfrentamos en condiciones desiguales y adversas a un enemigo impune (El estado delincuencial mexicano), con una fuerza mercenaria (La Marina y el Ejército), que utilizara todos los medios a su alcance, incluso autoinflingirse derrotas (Recordemos el asesinato del Gral. Zapata), con el fin de prevalecer.
La revolución en nuestro país, habrá de sobreponer a la estrategia mediática de los grupos delincuenciales mexicanos, y para que esto sea así es necesario que disloque la estrategia a través de la que se desmantela al estado mexicano, y sólo será posible con una táctica de acción revolucionaria conjunta, enfocada a los pilares ideológicos del estado corrupto mexicano y norteamericano (la sociedad de consumo, la homogenización cultural, el orden social externo, el fetichismoy lo grupos gansteriles).
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