10/08/2012

Los periodistas pal cafe......

Julio Hernández López  * La Jornada

En 48 horas, el secretario de gobierno de Veracruz, Gerardo Buganza Salmerón, pasó de elogiar el periodismo crítico y libre a descalificar a medios y comunicadores que "a veces acusan hasta con lenguaje hostil y violento" a las autoridades y que, además, no hacen propuestas viables para resolver los problemas que denuncian y que luego les afectan.

El desdoblamiento de personalidad del gobierno veracruzano respecto al ejercicio periodístico tuvo como referentes a la conductora de radio y televisión nacionales, Adela Micha, y al excorresponsal de La Jornada en esa entidad, Andrés Timoteo. En el primer caso fue una mención alegre, elogiosa y solidaria, al entregarle a la periodista de Televisa un polémico doctorado honoris causa.
Según el comunicado 3984 de la oficina de comunicación social del gobierno estatal (http://bit.ly/UczTpj), Buganza dijo que" en esta etapa de relanzada prosperidad de Veracruz, con el gobierno de Javier Duarte, el papel de la prensa crítica es de alianza para mantener libertades y derechos". Dos citas más: "la prensa libre es los ojos y la voz del pueblo, como contrapeso a las decisiones del poder público" y "con periodistas como Adela Micha haciendo su trabajo, podemos estar seguros de que habrá voces de alerta ante el mínimo desvío de la ruta que deben llevar los asuntos públicos".
Los efluvios sabatinos de Buganza (voz de su implacable jefe, el gobernador Duarte) se convirtieron en rayos y centellas el lunes 1 del presente mes, cuando Andrés Timoteo, excorresponsal de La Jornada en Veracruz y autor de la columna denominada Texto irreverente, en Notiver, dio a conocer las razones por las cuales se ha refugiado en Francia: "Mi salida de México obedeció al contexto de inseguridad que se vive, especialmente en Veracruz que está convertido en tierra inhóspita para el libre ejercicio periodístico."
Al reanudar desde el extranjero la publicación de su columna, y luego de agradecer a El buen tono, Notiver y La Jornada "el respaldo que me brindaron para salvaguardar mi integridad", Timoteo señala, en algunos párrafos que aquí se reproducirán íntegros: "Son treinta periodistas que ya dejaron el estado y de ellos, cinco estamos en el extranjero. El resto anda disperso -y prácticamente huyendo- por diversos estados del país. El contacto con los otros colegas es escaso pero aun así se han conocido historias de necesidad y abandono en muchos de ellos.
"Algunos huyeron a sugerencia - casi orden- de funcionarios estatales que les advirtieron sobre un inminente riesgo de ser asesinados y les ofrecieron, a nombre del gobernador Javier Duarte de Ochoa, un puñado de monedas para que 'se tomaran una vacaciones lejos de Veracruz'. Como muestra de la 'buena voluntad' de Duarte de Ochoa, les ofrecieron 'traslado con vigilancia' hacia otra entidad.
"A bordo de una patrulla de la Secretaría de Seguridad Pública los llevaron hasta la central de autobuses de la ciudad de Puebla y ahí los dejan a su suerte para que aborden un camión a cualquier destino. Pero, ¿quién puede sentirse seguro bajo el resguardo de policías veracruzanos? Lo lamentable es que en muchos casos la famosa Comisión Estatal para la Protección de Periodistas es la gestora de las dádivas monetarias para costear las 'vacaciones fuera de Veracruz' de reporteros incómodos o de aquellos que puedan ser agredidos en un futuro y que le puedan significar otro escándalo mediático al gobernante en turno.
"La paquiderma comisión en lugar de pugnar para que las autoridades se hagan responsables de ofrecer garantías para el ejercicio periodístico, terminó convertida en una agencia de traslados forzados. Para ellos la solución es sacar del estado a los comunicadores cuyas futuras agresiones puedan abonar el desprestigio que ya tiene el gobierno duartista.
"Sin embargo, lo más ominoso es que el propio gobernador Javier Duarte ha presionado a los dueños y directivos de medios para que obliguen a determinados reporteros a irse de Veracruz, sobre todo a los que cubren la nota policiaca y en algunos casos ha exigido el despido de los mismos para que un eventual ataque en su contra no 'contamine' de escándalo ni a la empresa periodística ni a su administración. A ese grado ha llegado la irresponsabilidad gubernamental en Veracruz" (columna completa: http://bit.ly/O0zdQj).
Sin mencionar a Timoteo ni sus señalamientos, el secretario general de gobierno, Buganza Salmerón, se quejó ese mismo lunes 1 de que hay medios y comunicadores "que informan, analizan, cuestionan, señalan e incluso a veces acusan hasta con lenguaje hostil y virulento, pero entendemos que todo forma parte del mismo paisaje, de los colores diferentes de la naturaleza periodística". Frente el rojo sangre de ese "paisaje", el funcionario ya no vio aliados ni hizo defensa discursiva: "Tener las garantías para el ejercicio libre y seguro del periodismo es una tarea que compete no sólo al gobierno, sino también a los medios de información y a los propios comunicadores."
Peor aún: "Escuchamos de manera frecuente acusaciones y cuestionamientos a la autoridad, pero no hemos conocido de propuestas concretas que busquen resolver la problemática que se acusa; oímos descalificaciones a veces absurdas, pero no sabemos de ideas o aportaciones realistas que lleven a superar este desafío" (Corresponsabilidad con medios y comunicadores: http://bit.ly/QXWVdv).
Buganza Salmerón, por cierto, es un ingeniero panista que fue candidato a gobernador en 2004 frente al priista Fidel Herrera, quien bajo sombra de fraude se impuso por 35 mil votos, es decir, 1.3 por ciento de diferencia. En 2010 renunció al PAN en protesta por la postulación de Miguel Ángel Yunes y acabó como segundo en el organigrama de Javier Duarte. Él sí sabe de alianzas y fidelidades. 
Y, mientras los candidatos venezolanos se decían, luego de votar, dispuestos a dar ejemplo de respeto a los resultados electorales y a la democracia en general, ¡hasta mañana, con Pedro Joaquín Coldwell llamando a reformar al PRI! (fin)



Se le anda haciendo bolas el engrudo al presidente de la Comisión de Trabajo del Senado, el sonorense Ernesto Gándara. El proyecto de reformón laboral que aprobó antes la Cámara de Diputados contiene algunos artículos que unos quisieran conservar y otros desearían borrar. Como se sabe, los cárteles del sindicalismo pretenden que permanezca como está, es decir, en el sepulcro, lo referido a la democracia y al manejo de las sagradas cuotas. Por su lado, el Consejo Coordinador Empresarial presiona para que se quiten los cambios que se hicieron a la iniciativa original, en particular al outsourcing, ése no es el regalo prometido. El PRI, el PAN y el Verde maniobran para que no se mueva de lugar una sola coma, a fin de que el reformón, sin modificaciones, regrese a los diputados y de ahí, sin mayor trámite, transite derechito a firma de Los Pinos. ¿Y la izquierda? ¿Cuál? ¿Y el senador Gándara? Sus amigos dicen que es de los cercanos a Enrique Peña Nieto, incluso fue su maestro en la Panamericana. Lo apodan de cariño El Borrego en su tierra (no confundir con Cordero, también Ernesto, pero de distinta ganadería), mas si no sale bien de ésta, en vez de la posición de gobernador de Sonora en la que sueña podría terminar convertido en barbacoa.
Nuestros ahorros
La mayor concentración de capital en poder del sector privado son los recursos administrados por las 13 Afores que componen el Sistema de Ahorro para el Retiro. Al terminar el pasado mes de agosto sumaban 1.8 billones de pesos (un millón de millones 800 mil millones de pesos) –incluyendo PensionISSSTE, de acuerdo con el reporte de fin de semana de Hacienda. El sistema fue creado por el zedillismo en plena crisis, con la moneda devaluada y los capitales en fuga. En ese momento el gobierno advirtió que el país no contaba con ahorros y había que crearlos. Actualmente hay aproximadamente 18 millones de trabajadores registrados en el IMSS e ISSSTE. Aun cuando la cifra de 1.8 billones de pesos es impresionante, debería ser lo doble o lo triple, lo que sucede es que los sueldos son muy bajos. ¿Y que destino está dándosele a nuestros ahorros? El 75% están invertidos en valores gubernamentales y deuda privada nacional, y el 22% en instrumentos de renta variable nacional e internacional y deuda internacional. ¿Cómo se traduce esto para que todos entendamos? Muy simple. El trabajador mexicano le presta dinero al gobierno y a empresas del sector privado.
La ejecutado desconocido
¿Alguien recuerda el nombre de la primera víctima de la guerra del calderonismo? ¿Era de Guanajuato, Tamaulipas, Chihuahua o Baja California? ¿Joven o viejo? ¿Casado o soltero? ¿Dejó viuda e hijos en la orfandad? Nadie sabe nada, suponemos que no era de una familia poderosa? De seguro era prole. No hubo movilización de todo el aparato de justicia para investigar el suceso y encontrar a los culpables, como vemos que está sucediendo hoy en el caso del hijo de Humberto Moreira. En las líneas finales aparecen unos tuits escritos por Lucero Davis, la hoy viuda del joven asesinado. En marzo, son la imagen de una mujer feliz y enamorada. Las de la semana pasada, léanlos y fórmense ustedes su propia opinión.
Un año sin Steve Jobs
El fin de semana pasado se cumplió un año de la muerte del gran creador que revolucionó la forma como hoy en día se comunica la humanidad. Su madre, soltera, lo entregó en adopción. Su padre biológico nunca lo buscó. Creó una de las empresas más grandes de la historia. Hizo una fortuna. El dinero también puede hacerse limpiamente.



El miércoles pasado se demostró que los debates no favorecen al estilo doctoral de Barack Obama, quien dio la impresión de estar metido en una camisa de fuerza. En cambio para Mitt Romney es el terreno ideal, más acostumbrado a convencer con verdades a medias sobre lo redituable que puede ser el comprar una fábrica de chocolates o de pastas dentales, despidiendo a la mitad de sus trabajadores. En los intercambios entre uno y otro, Obama parecía incrédulo de que su interlocutor no entendiera la diferencia entre gobernar un país y dirigir una empresa. Tal vez Romney sí la tenga, pero lo que es seguro es que aprendió la lección de lo sucedido a Al Gore y a John Kerry cuando en se vieron las caras con George W. Bush, y éste, conocedor del electorado, respondió a los argumentos profesorales de aquellos con simplismo, vacuidad y falsedades.



Ellos ni siquiera se conocieron (pese a pertenecer a familias proletarias de origen judío, vivir en el mismo barrio y estudiar en la misma escuela), sino hasta que los unieron sus ideas libertarias y su activismo político. Como suele suceder, ella renunció a sus aspiraciones de estudio y superación personal, y dedicó todo su esfuerzo a lograr que fuera él quien se graduara de ingeniero.
La pareja se matrimonia y ella regresa a militar en el sindicato al que su esposo está adscrito. Allí se dedicó no sólo al trabajo a nivel de barrio, sino también a tareas de auxilio a los niños españoles huérfanos, víctimas del francofascismo. Su labor es tan destacada que Eleanor Roosvelt, esposa del presidente estadunidense, le hace llegar una carta de reconocimiento por los servicios prestados voluntariamente y sin remuneración.



Muy entusiasmados están el próximo inquilino de Los Pinos y su equipo de transición porque, dicen, la reforma energética está al alcance de la mano y su intención es no modificar la Constitución para que el capital privado abiertamente le clave el diente a ese sector estratégico. Así, Enrique Peña Nieto y su nuevo gobierno sólo seguirían la ruta transitada por sus cinco antecesores, o lo que es lo mismo, violar lo constitucionalmente ordenado y gobernar a golpe de reglamentos, aunque, de acuerdo con la norma jurídica, lo primero mata a los segundos. Ese ha sido el camino: reglamentar y reclasificar (de Miguel de la Madrid a Felipe Calderón) para desmantelar el aparato productivo del Estado, del que ya no queda ni el recuerdo.
Con ese ánimo llega el nuevo gobierno. Pero el problema para Peña Nieto y su grupo de tecnócratas (que es el mismo de los últimos 30 años, hijos y nietos incluidos) no es en sí alterar o no el texto constitucional para concretar sus planes, sino que, de entrada, está obligado a cambiar la declaración de principios del partido que lo llevó a Los Pinos, el PRI, pues en ella no queda lugar a dudas: ratificamos el dominio directo, inalienable e imprescriptible de la nación sobre los hidrocarburos y los demás recursos naturales del subsuelo, es decir, lo que precisamente establece la Constitución que no están dispuestos a modificar.
Después de cambiar la citada declaración de principios (de obligado cumplimiento para los miembros de dicha agrupación política), el engominado tricolor y sus tecnócratas deberán aplicarse para también modificar el programa de acción de su propio partido, el cual establece, entre otros elementos, que “el PRI se pronuncia por mantener la rectoría del Estado en la materia y por el principio de una industria petrolera nacional integrada de conformidad con lo establecido en los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y por garantizar que el patrimonio y explotación de nuestros recursos energéticos sea en beneficio de todos los mexicanos… De manera complementaria, rechazamos cualquier procedimiento que pretenda de manera subrepticia ceder la planeación y operación de las actividades propias de Pemex, el control de su mercado y el usufructo de la renta petrolera”. En esto, otra vez, se les cruza en el camino el texto constitucional que no quieren alterar.
Luis Videgaray, coordinador del equipo de transición de Peña Nieto, ha dicho que la reforma energética está al alcance de la mano, mientras Ildefonso Guajardo, coordinador de vinculación con empresarios del equipo de transición del presidente electo, declaró que los asesores del futuro mandatario están buscando caminos para la apertura de la industria energética mexicana que no requieran de la realización de cambios a la Constitución… Peña Nieto quiere romper el monopolio de Pemex en las áreas de refinación y exploración, y está considerando cambios a la legislación que no requieran la aprobación de dos terceras partes de los miembros del Congreso, que es necesaria para reformar la Constitución” (La Jornada).
Otra piedra en el zapato modernizador de Peña Nieto y tecnócratas que lo acompañan, pues el texto constitucional (artículo 28) deja en claro que “no constituirán monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en las siguientes áreas estratégicas (…) petróleo y los demás hidrocarburos (…)”, algo que confirma el artículo 25 de la misma Constitución (“el sector público tendrá a su cargo, de manera exclusiva, las áreas estratégicas que se señalan en el artículo 28 (…)”. Entonces, aquí también se atoran, porque obligadamente tendrían que promover cambios constitucionales, a menos que por decreto reclasifiquen un sector estratégico, el energético, y de un plumazo lo conviertan en prioritario.
Tiempo atrás, el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM detalló la aparentemente sutil diferencia entre lo estratégico y lo prioritario en términos constitucionales: lo primero es el conjunto de actividades económicas (producción y distribución de bienes y servicios) que exclusivamente realiza el Estado a través de organismos públicos descentralizados, y unidades de la administración pública, por imperativos de seguridad nacional, interés general o beneficio social básico para el desarrollo nacional; lo segundo, “aquellas actividades que el gobierno federal, mediante las empresas públicas, realiza por sí o en concurrencia con los sectores social y privado (…) por razones circunstanciales e imperativos de interés general, proveyendo de esta forma al desarrollo nacional”.
Las estratégicas (como el petróleo y los demás hidrocarburos, y la generación de electricidad, donde el sector privado ya sentó sus reales, mediante leyes reglamentarias) se basan en imperativos de seguridad nacional; las prioritarias (por ejemplo, comunicación vía satélite y ferrocarriles, ambos sectores propiedad del capital privado) en cuestiones circunstanciales. Las primeras son actividades exclusivas del Estado; las segundas las lleva a cabo el gobierno federal en concurrencia con el capital privado y el llamado sector social.
Entonces, como en los maderos de San Juan: piden queso, piden pan… pues que les cueste; quieren privatizar los hidrocarburos, que den la cara y promuevan cambios constitucionales. De otra forma sólo violarían la Constitución y el de Peña Nieto será un nuevo gobierno que entre por la puerta de atrás, y ya se está haciendo costumbre.
Las rebanadas del pastel
De cualquier forma, no hay que esperar mucho de los tricolores, porque en su programa de acción el PRI también ratifica su invariable apoyo y apego a los principios fundamentales del artículo 123 constitucional y las conquistas sociales de los trabajadores, y se pronuncia en contra de una reforma a su ley reglamentaria que vulnere los derechos que históricamente ha conquistado la clase trabajadora; reivindica la recuperación del salario, la dignificación del trabajador y postula la contratación colectiva que deje de lado la informalidad de la contratación temporal, que impide al trabajador la obtención de derechos a cambio del trabajo realizado, y en los servicios públicos reconoce el derecho de los trabajadores a la definitividad en sus plazas de base contra el empleo eventual, y “rechaza que, bajo la excusa de la promoción de la productividad, se busquen afectar los derechos laborales y se pongan en riesgo las conquistas de los trabajadores…”, es decir, exactamente lo contrario de lo aprobado por los priístas en la (contra) reforma laboral.


El tema que hoy nos ocupa no estaba en nuestra agenda inmediata; reflexionar e insistir en ciertas materias es a veces agobiante ante gobiernos sordos, económicamente ineptos y socialmente insensibles como el que, por fortuna, se va en pocos días. Tres acontecimientos recientes, sin embargo, hicieron oportuno el tema: la celebración del Día del Maíz el pasado 29 de septiembre; la publicación del estudio de la Universidad de Caen (Francia) sobre el efecto cancerígeno del maíz transgénico en ratas; y el aviso de la naturaleza - no exento de ironía - de que en Nueva Zelanda lograron engendrar una vaca transgénica, pero nació sin cola.
Ningún país que se precia de constituir una Nación se permite perder el control sobre sus recursos y su economía, y mucho menos cede un ápice en los tres sectores hipersensibles y estratégicos: alimentos, agua y energía. Esto siempre lo tuvo claro el México postrevolucionario que inició la modernización del siglo pasado,... hasta que la antipatria tomó el poder en los 80s, y con ella la desnacionalización arrasó en todos los ámbitos de la economía y la degradación de la vida se volvió cotidiana.



Este 7 de octubre marcó el decimoprimer aniversario de la guerra de Estados Unidos en Afganistán, ahora la conflagración más larga en la historia de Washington. Es un aniversario casi encubierto y nadie en las calles del país se da cuenta, con la excepción notable de las miles de familias que tienen a un soldado allá o que falleció, veteranos que han regresado y los necios activistas que se oponen a las políticas bélicas.
Eso genera una sensación muy extraña de vivir en un país que bombardea, aniquila, destruye y ensangrenta a otro, sin que aquí se sienta nada –no se oyen los gritos de agonía ni el rugir del cañón, ni el llanto inaguantable de miles de madres, tanto allá como aquí mismo, ni las vidas destruidas de los jóvenes allá ni aquí.



¿Cómo puede uno darse tanta importancia sabiendo que la muerte nos está acechando?… pedir consejo a la muerte y dejar la pinche mezquindad de los hombres que viven sus vidas como si la muerte nunca los fuera a tocar”, le decía don Juan Matus a Carlos Castaneda en aquel inolvidable Viaje a Ixtlán, del que el Fondo de Cultura Económica tiró 30 mil ejemplares en 1975, no mil como ahora, de títulos de urgente lectura tipo La fabricación de nuevas patologías, del doctor Emilio La Rosa, del que por cierto aún quedan unos cuantos.
Por considerarlos de utilidad para la reflexión en voz alta, transcribo los correos de dos lectores que desde diferentes ópticas hacen observaciones interesantes en torno al reciente fallecimiento del senador Alonso Lujambio, que el pasado miércoles fue objeto de un segundo homenaje, ahora en el Patio de Honor de Palacio Nacional, luego del de cuerpo presente por parte del Senado de la República el jueves 27 de septiembre.



En la elección presidencial realizada ayer en Venezuela se puso en juego mucho más que la titularidad del Poder Ejecutivo: los comicios fueron una suerte de referéndum sobre la continuidad de un proyecto de transformación social de gran calado emprendida por la vía democrática a partir de 1998 y refrendado por la mayoría de la sociedad venezolana en tres ocasiones sucesivas, contando la de ayer.

Economistas reprueban la reforma laboral
Los firmantes, miembros de la comunidad de la Facultad de Economía expresamos profundo rechazo y enérgica protesta por la aprobación de la llamada reforma laboral. Es un instrumento jurídico que institucionaliza la flexibilización que, de hecho, han impuesto los empresarios. No obstante que es una práctica casi generalizada, la flexibilización laboral estaba al margen de la legalidad y, por tanto, no era impune.

La seguridad nacional es un concepto que expresa relación con el desarrollo social y económico, que son dos categorías, como bien lo afirmaba don Jesús Silva Herzog, que generan el progreso de un país, con carácter sustentable. El solo desarrollo económico no puede medir ni tampoco ser el indicador que por sí mismo, sin el del orden social, dé sustento al progreso de un país.

En diciembre próximo se cumplirán dos años de la publicación de la Norma Oficial Mexicana 059 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en la cual se incluye la biodiversidad bajo protección especial, amenazada y en peligro de extinción. Fue una versión actualizada de la publicada en 2001, pero con una importante novedad: que en ese lapso el número de especies en peligro de extinción aumentó notablemente, al pasar de 372 a 500. Fueron numerosas y ácidas las críticas al gobierno por la tardanza en publicar la nueva norma (cuatro años) debido fundamentalmente a que las especies de mangle rojo, negro, blanco y botoncillo pasaron de la categoría de protección especial a la de amenazada. Hubo motivos de sobra para ese cambio, pues se ha perdido 65 por ciento de la extensión original. Y porque el ritmo de destrucción es elevado. En buena parte por las actividades turísticas, la obra pública y diversas actividades económicas. Fue la iniciativa privada y sus personeros en el gobierno y en el Congreso de la Unión los que trataron a toda costa de impedir que los manglares recibieran protección.

Uno de los puntos finos de Eric Hobsbawm como historiador fue siempre la descripción de la historia en sus ondulaciones, por más leves que éstas fueran. A pesar de su innegable coherencia ideológica –yo diría, precisamente por ella–, jamás tendió Hobsbawm a encontrar las causas del movimiento de la historia a una mecánica de lucha de clases, que no aceptaba que operara de manera exclusiva, sino siempre combinada con otros factores de circunstancia que la modelaban en ocasiones con fuerza. En una palabra: el historiador y analista Hobsbawm prefería contemplar la historia como un conjunto pleno de matices en vez de considerarla como un robot de una sola pieza, como una maquinaria incapaz de variar y modular

El Partido Acción Nacional (PAN) tiró por la borda sus principios y su historia, desde las concertacesiones, la alianza con Carlos Salinas y el olvido de la doctrina; dejó de ser el partido de la democracia, el orden y la justicia social, para convertirse en una calca de su antiguo rival, al cual rebasó en malas artes y triquiñuelas. Cuando llegó al poder con amplia votación lo hizo con dinero de procedencia dudosa conseguido por los amigos de su candidato, luego la frivolidad y la tontería decepcionaron a muchos, y en 2006 no logró ganar limpiamente, sino con un burdo fraude ampliamente documentado.

El gobierno que está por terminar está pasando la estafeta al nuevo que comenzará el próximo diciembre. El relevo se está haciendo con mucha eficacia y a toda velocidad; es casi de precisión olímpica. El Congreso recién instalado no se dilató en procesar los cambios a la ley laboral y ya se prepara para modificar también el régimen de operación de Pemex. Allana el camino para la siguiente administración y obsequia algo a la que termina. Aún faltan las medidas fiscales.

Como saben siempre los hombres que detentan el poder, la memoria es una de las cosas más difíciles de destruir. Borrarla solía requerir gran sufrimiento por tiempo prolongado. La modernidad desarrolló formas más inocuas de inducir olvido, por vías parenterales, que se parecen al adormecimiento, el aturdimiento y el miedo. No hace falta ser químico para intuir que la memoria es un principio activo que desata reacciones por lo regular indeseables para el poder, pues obran en su contra y lo desnudan.

Para don Luis González, que el 11 de octubre cumpliría 87 años
Nuestra historia común es una urdimbre. En ella se teje un conjunto de valores y creencias que en el quehacer cotidiano identifica y define nuestros actos. De esa urdimbre trata la Historia general de México ilustrada que deseo compartir con ustedes: vio la luz recientemente gracias a El Colegio de México y la Cámara de Diputados.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario