POBLACIÓN Y DESARROLLO
Critican expertos condicionamiento de maternidad
Especial | Retomada del informe del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe
Por: la redacción
Cimacnoticias | México, DF.-
Los programas que buscan abatir la pobreza en América Latina (AL) a
través del otorgamiento de apoyos económicos impiden a las mujeres la
conquista de su autonomía personal, toda vez que perpetuán los roles
tradicionales de género que las sitúan al frente del cuidado familiar.
De acuerdo con el informe “Los Bonos en la mira. Aporte y Carga
para las Mujeres” -realizado por el Observatorio de Igualdad de Género
de América Latina y el Caribe (OIG)- casi la totalidad de estos
programas en la región contemplan a las mujeres únicamente desde su rol
de madres y cuidadoras.
El OIG -dependiente, entre otras organizaciones internacionales
de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)-
informó que la mayoría de los Programas de Transferencias Condicionadas
de ingresos (PTC) consideran a las mujeres como beneficiarias de ellos
sin reconocer plenamente sus derechos como personas autónomas.
Es decir, el beneficio económico que se les otorga no tiene como
objetivo cubrir directamente sus necesidades o condiciones como
mujeres, sino que es otorgado –casi en su totalidad– a las jefas de
familia, obligándolas a invertir el recurso en el cuidado y bienestar
de sus hijas o hijos.
Mediante un análisis realizado a programas que se desarrollan en
19 países de AL –incluido México– se advierte que éstos condicionan a
las mujeres para cumplir un determinado rol de género.
La maternidad se convierte en un requisito fundamental para
acceder a ellos y quienes realmente obtienen los beneficios son sus
hijas e hijos menores de edad dependientes de ellas por lo que éstas
solamente actúan como beneficiarias operativas del programa.
Otra crítica es que no promueven la inserción de las mujeres al
mercado de trabajo, condición -que de acuerdo con el estudio- es
primordial para que puedan conquistar su autonomía personal. Por el
contrario, dice, los beneficios están condicionados a la ausencia de
cualquier otro ingreso, por lo que se les pide que no busquen o tengan
un empleo y se dediquen al cuidado del hogar.
El informe reconoce que los PTC representan en muchos casos el
primer ingreso económico formal de las mujeres que les ha permitido
involucrarse en la toma de decisiones en sus hogares.
Sin embargo advierte que no deben perpetuar los roles
tradicionales de género por lo que “resulta indispensable crear
mecanismos que promuevan la participación de los padres en actividades
de cuidado de sus hijas e hijos”.
Según estimaciones del informe en AL estos programas alcanzan la
cobertura de más de 25 millones de hogares a los que pertenece el 20
por ciento de la población total en esta región (113 millones de
personas) y suponen en promedio recursos equivalentes al 0.4 por ciento
del Producto Interno Bruto.
En México este tipo de programas, comenzaron en 1997 con el
Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa) cuya finalidad
era atender a familias en situación de pobreza; en 2001 adoptó el
nombre de Oportunidades que actualmente asiste a 5.6 millones de
hogares en los que viven más de 27 millones de personas, en su mayoría
de zonas rurales.
El OIG depende de la CEPAL, del Fondo de Población de las
Naciones Unidas (UNFPA), de la Organización Panamericana de la Salud
(OPS), de la Entidad para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de
las Mujeres (ONU-Mujeres) y de la Secretaría General Iberoamericana.
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