Madrid, 19 enero. 16. AmecoPress. Cada
año, a mediados de enero, unos días antes de que se inaugure en Davos
el Foro Económico Mundial, Intermon Oxfam publica su informe sobre la
riqueza y la desigualdad en el planeta. "Una economía al servicio del
1%. Acabar con los privilegios y la concentración de poder para frenar
la desigualdad extrema” se llama el documento que se presentó ayer. La
ONG vuelve a alertar sobre el crecimiento de la desigualdad y la
injusticia en el mundo, así como la brecha de género que, agravada por
la crisis, adquiere proporciones abismales. Dentro de las bolsas de
pobreza y desigualdad que persisten en el mundo, las mujeres conforman
un colectivo discriminado dentro de las personas pobres.
Estadísticas
como las ofrecidas por el FMI reflejan claramente como las mujeres
obtienen un beneficio muchísimo menor del crecimiento económico que los
hombres. Así lo demuestra que de las 500 personas de mayor patrimonio
económico, 445 sean hombres. A esto se suma la diferencia salarial entre
un género y otro, una realidad que afecta especialmente a las mujeres
de sociedades más desiguales. En estas zonas, ellas copan los empleos
peor remunerados y de mayor precariedad. En países donde la economía ha
crecido más en los últimos años, como China o Rusia, la reducción de la
desigualdad de género avanza lentamente. Además, en 155 países sigue
habiendo al menos una ley que impide la igualdad de oportunidades
económicas a las mujeres. Aún hay cien países que impiden a las mujeres
acceder a determinados puestos de trabajo por su género.
El informe de
Intermón Oxfam incide en que “la mayoría de los trabajadores peor
remunerados del mundo son mujeres” y que estas desempeñan “los empleos
más precarios”. La industria textil de los países en desarrollo se
aprovecha de esta debilidad de las mujeres trabajadoras que aceptan
peores condiciones laborales para disparar la rentabilidad de su
negocio. Aunque este es un caso llevado al extremo, la brecha salarial y
la diferencia de condiciones es un problema transversal en todo el
mundo, incluidos los países más avanzados.
Menor
remuneración por el mismo trabajo, peores condiciones laborales y,
además, trabajo invisibilizado y del que no se obtiene beneficio
económico. Las mujeres dedican al trabajo no remunerado hasta 2,5 veces
más tiempo que los hombres. A pesar de los aparentes avances en la
conciliación, la carga de trabajo de cuidados por parte de las mujeres
sigue sin reducirse, pese al evidente aumento de su participación en el
mercado laboral.
Así pues, y
tal como recomiendan numerosas expertas, es imprescindible que se hagan
intervenciones contundentes para garantizar el acceso a la educación y
al mercado de trabajo –en igualdad de condiciones- de las mujeres.
La ONG
responsable del informe insta a fomentar la igualdad económica y los
derechos de las mujeres, así como a poner coto a la capacidad de
influencia de los grupos de presión. Asimismo, propone modificar el
sistema mundial de investigación y desarrollo y de fijación de precios
de medicamentos para garantizar el acceso de todas las personas a estos
productos.
El informe
“Una economía al servicio del 1 por ciento” recoge las crecientes
diferencias entre una minoría privilegiada y la mayoría de la población
del planeta. La desigualdad extrema ha alcanzado cotas “insoportables”,
advierte la organización, que llama a actuar sobre estas diferencias
“para combatir con éxito la pobreza”.
Oxfam ya
predijo que el 1% de la población mundial llegaría a acumular el mismo
dinero que el 99% restante, pero pensaba que esta proporción aún
tardaría en llegar un año más. En 2015, 62 fortunas poseían la misma
riqueza que 3.600 millones, cuando en 2010 eran 388 personas.
Así, mientras
el 50% de la nueva riqueza generada desde comienzos de siglo ha ido a
parar a los bolsillos del 1% privilegiado, la mitad más pobre del mundo
apenas ha mejorado. Sólo les ha llegado el 1% del incremento total y,
desde 2010, han perdido más de un billón de dólares -un 41%-.
Puedes descargar el informe completo aquí.
Foto: Archivo Amecopress.
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