9/29/2016

Los periodistas pal café. . . . .


Ayer, al inaugurar una semana nacional de transparencia, Enrique Peña Nieto declaró a México entero territorio libre de honestidad. Generalización absoluta, sin matices ni excepciones, en continuidad de su muy proclamada tesis de que la corrupción es un asunto de índole cultural (de la solución somos todos, aquel lema de campaña del candidato José López Portillo, que ya en el poder solucionó los problemas económicos propios y de su familia, a la corrupción somos todos, del actual ocupante en declive de Los Pinos, que también ha ejercido su propio lopezportillismo patrimonial).
Así lo dijo, advirtiendo que el asunto implica a todos los órdenes de la sociedad y en todos los ámbitos, tanto en el público como en el privado: No hay alguien que pueda atreverse a arrojar la primera piedra, todos han sido parte de un modelo que hoy estamos desterrando y queriendo cambiar (bueno, Peña Nieto de alguna manera verbal buscó excluirse de esa declaratoria universal de los mexicanos corruptos, pues utilizó han sido parte, en lugar de hemos sido parte, así que, según este fraseo del decreto de excomulgación social, ¿el atlacomulquense es el único mexicano libre de esas culpas, excepción resplandeciente, Casa Blanca de moralidad? O, a pesar de la coartada conjugable, ¿se puede decir que Peña Nieto ha reconocido oficialmente que es parte plena de la corrupción?).
La declaratoria de México como Nación Corrupción tuvo algo parecido a una dedicatoria electoral, sin nombre explícito pero en inequívoco contexto del día: Si realmente queremos avanzar en el combate de la corrupción tenemos que hacerlo no por razones de oportunismo político o revanchismo político, sino realmente porque estemos seria y genuinamente comprometidos en cambiar el modelo que rige el actuar del Estado mexicano, de los agentes políticos y de los agentes sociales.
Horas antes de que Peña Nieto pretendiera ensalzar sus muy discutibles medidas contra la corrupción, contrastándolas con una realidad nacional de deshonestidad integral, el diario estadunidense The Wall Street Journal había publicado una nota de confección rebuscada cuya esencia consistía en que un crónico lanzador tropical de proyectiles moralizadores pétreos, virtual candidato presidencial para 2018, no habría incluido en su declaración 3de3 el hecho de que dos pequeños departamentos, adquiridos mientras era jefe del gobierno capitalino, aún siguen formalmente a nombre de Andrés Manuel López Obrador, aunque, a decir de éste, y específicamente de su comisionado de prensa, César Yáñez, están en proceso de formalización de una donación hecha por el dirigente de Morena a sus hijos.
Con esa oportunidad político-periodística a la vista (aunque también el WSJ denunció, en otra nota, actos de corrupción en el programa de reparto gratuito de televisores digitales, un fraude, una cadena completa de corrupción: https://goo.gl/7Ltzyp), Peña Nieto actuó con sentido de revanchismo político (El Peje bajo acusación internacional, forzada e insustancial, pero aprovechable) a la hora de su discurso leído ante los secretarios de la Defensa Nacional y de la Marina, del presidente de la mesa directiva del Senado (Pablo Escudero, el yerno Verde de Manlio Fabio Beltrones) y la gobernadora de Sonora (donde PRI y PAN cruzan acusaciones sexenales de corrupción extrema, en ejemplar alternancia de oportunidades depredadoras).
La tempestad inmobiliaria copilquense en un vaso de agua periodística neoyorquina fue utilizada, por lo pronto, por Peña Nieto para tratar de arrebatar a López Obrador la bandera de la honestidad irrefutable. Es un mal cálculo pues, como el propio WSJ reconoce, no hay ilegalidad alguna en la adquisición de esos pequeños departamentos, de relativo bajo costo, sin nada que ver con las mansiones y propiedades faraónicas de gran parte de la clase política tradicional.
Héctor Escalante, en nombre de Comunicación de la Oficina de la licenciada Margarita Zavala, hace saber que ella “en ningún momento utilizó la palabra ‘estigma’ para referirse a su esposo”, como reportó el corresponsal de La Jornada en Ciudad Juárez, Chihuahua, Rubén Villalpando. Escalante asegura que a pregunta expresa de algunos medios, la licenciada Margarita Zavala contestó: Por muchos años las mujeres hemos afirmado nuestra propia identidad, te ha pasado a ti, le ha pasado a todas las que están aquí y yo sé que la gente me irá conociendo como soy, quién soy y también en las decisiones que he tomado, tanto en mi vida en el sector privado como en el sector público. Luego, al preguntarle ¿esto quiere decir que usted no es Felipe Calderón?, Zavala respondió: Ah, ni usted es su esposo, ni su padre. Yo creo que a las mujeres no nos importa que nos digan que somos la mamá de, la hija de, la esposa de, pero la definición de uno mismo, la identidad la trae la persona y, en ese sentido, sé muy bien lo mucho que he recibido de nuestro país y que a mí me tocarán retos muy distintos y tengo una experiencia distinta.
Ya que se ha tocado el tema, se aprovecha para precisar que Zavala podría ser la segunda candidata presidencial del Partido Acción Nacional (la primera, panista, fue Josefina Vázquez Mota), pero antes hubo cuatro mujeres aspirantes a Los Pinos provenientes de diversas organizaciones: en 1982 y en 1988, Rosario Ibarra de Piedra, en nombre del Partido Revolucionario de los Trabajadores (de orientación trotskista); en 1994, Marcela Lombardo Otero, postulada por el Partido Popular Socialista, fundado por su padre, Vicente Lombardo Toledano; también en 1994, Cecilia Soto González fue candidata del Partido del Trabajo (en sus inicios, militó en el Partido Laboral Mexicano, impulsado por el sombrío Lyndon Larouche, y también fue embajadora de México en Brasil, durante el foxismo), y Patricia Mercado Castro en 2006, por el Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina. ¡Hasta mañana, mientras en el estado de México continúan los feminicidios, ayer con Karen Rebeca Esquivel Espinosa de los Monteros, encontrada muerta en Naucalpan!, Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



Con bombos y platillos la Secretaría de Hacienda divulgó ayer la buena nueva –por llamarle así– de que en octubre los precios de las gasolinas Magna y Premium se mantendrán en 13.98 y 14.81 pesos por litro, aunque el correspondiente al diésel aumentará 18 centavos (1.3 por ciento) para venderse a 14.63 pesos.
Lo anterior debe entenderse como la antítesis de la promesa del actual inquilino de Los Pinos (compromiso notariado durante mi campaña electoral), en el sentido de que, gracias a la reforma energética, los citados precios se reducirían para regocijo de los mexicanos. En los hechos, desde luego, ha sucedido todo lo contrario y tales precios se encuentran en niveles históricos. Nunca antes los consumidores nacionales habían pagado tanto por los combustibles.
En su intento (fallido, a todas luces) de amortiguar el cúmulo de recordatorios maternos que provocan los aumentos (que la versión oficial aseguraba serían descuentos), la Secretaría de Hacienda recurre al viejo truco de los promedios para afirmar que los precios máximos promedio en el periodo enero-octubre de 2016 son menores al promedio observado en 2015 en uno, 0.8 y 1.8 por ciento para las gasolinas Magna, Premium y el diésel, respectivamente.
Sin embargo, los mexicanos no pagan promedios, sino el día a día de los precios impuestos por la citada dependencia (de los que cerca de la mitad son impuestos), y en este contexto los precios de los combustibles se ubican en un nivel nunca antes registrado y son los que pagan los consumidores.
La buena nueva, según Hacienda, es que no habría mayores alzas en lo que resta de 2016, y aunque intenta vender esta situación como una gracia, en realidad la dependencia del Ejecutivo es víctima de los candados que ella misma acordó con el Congreso, en el sentido de que los precios máximos de los combustibles que se expenden en el país sólo podrían moverse (hacia arriba o abajo) dentro de una banda de 3 por ciento, margen (al alza, desde luego) que ya agotó.
Entonces, es previsible que los precios de los combustibles no registren aumentos en lo que resta de 2016, pero no sería por la buena voluntad gubernamental ni por su (ficticio) interés de cuidar el bolsillo de los consumidores, sino por el simple hecho de que ya quemaron todos sus cartuchos. Así, están al tope, a menos, claro está, que recurran al viejo truco de las adecuaciones internacionales para justificar nuevas y contundentes alzas.
De cualquier suerte, se acerca el primero de enero de 2017 y junto a él la intención gubernamental de liberar el mercado de las gasolinas, algo que deberá aprobar el Congreso (y como todo lo aprueba, es previsible que suceda), con lo que desaparecería la citada banda y los precios serían de arráncame la vida. De hecho, algunos especialistas en el tema ubican tales precios por arriba de 16 pesos por litro el año que viene, de tal suerte que los mencionados recordatorios se escucharán hasta en el último rincón de esta República de discursos.
Cómo olvidar que en su campaña electoral Enrique Peña Nieto ofreció a los consumidores mexicanos menores precios de los combustibles y tarifas eléctricas más reducidas. Ello, desde luego, condicionado a la aprobación de la reforma energética que presentaría como inquilino de Los Pinos. Sucedió esto último, pero ni lejanamente cumplió su compromiso.
Pues bien, cuando el primero de diciembre de 2012 EPN se instaló en la residencia oficial, el precio por litro de gasolina Magna era de 10.72 pesos; el de Premium de 11.28, y el del diésel de 11.08 pesos. Cuarenta y seis meses después (incluido el aumento para octubre) tales precios treparon, en el mismo orden, a 13.98, 14.81 y 14.63, es decir, un incremento en el periodo de 30.4, 31.3 y 32 por ciento, respectivamente. En igual lapso la inflación oficial fue de 11.47 por ciento.
Oficialmente, el último gasolinazo mensual se registró en diciembre de 2014 (ya aprobada la reforma energética). A partir de 2015, prometía el ex ministro del (d) año (el tal Videgaray), que ya no habrá incrementos mensuales al precio de la gasolina. Y cierto fue: en enero de ese año la Secretaría de Hacienda aplicó uno, pero equivalente al anual.
Ya con la reforma energética aprobada y victoriosa (versión oficial) en enero de 2016 los precios de las gasolinas y el diésel bajaron a 13.16 (Magna), 13.98 (Premium) y 13.77 (diésel) pesos por litro. Pero sólo fue para agarrar vuelo, porque en octubre del presente año se venderán 6.23, 5.94 y 6.25 por ciento más caro que en el arranque de la temporada sin gasolinazos.
Paralelo al aumento de precios se ha registrado el incremento sostenido de la importación de combustibles, hasta llegar a niveles nunca antes registrados. Por ejemplo, en diciembre de 2012 en el mercado exterior se compraron casi 396 mil barriles diarios de gasolinas y poco más de 133 mil de diésel. Para agosto de 2016 (el registro oficial más reciente) tal volumen había crecido a 522 mil y 195 mil barriles, respectivamente, es decir, un aumento de 32 y 47 por ciento, respectivamente.


Otro intento de dar rumbo a Zacatecas por los caminos del desarrollo humano. Celebramos el acercamiento del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) a fin de asesorar al gobierno de Zacatecas en su incorporación a este modelo de crecimiento que rivaliza con el neoliberalismo. El sexenio pasado se anunció, pero no prosperó: quedó en proclamas de inicio de administración y, al pasar a los planes sectoriales, fue abandonado. ¿Será real ahora?
De entrada, significa que la medida central del desarrollo ya no es el producto interno bruto estatal, sino la posibilidad de que los zacatecanos tengan condiciones para hacer efectiva su libertad y conseguir la plenitud. Un componente esencial de este enfoque es la equidad. Comprometerse con el desarrollo humano no se reduce a invertir un poco más en educación, salud y empleo decente (ingresos), sino también significa cambiar a fondo los objetivos y la forma de gobernar.


Yo migro.
Tú migras.
Vos migrás.
Él, ella, usted migra.
Nosotros, nosotras, migramos.
Vosotros, vosotras, migráis.
Ustedes migran.
Ellos, ellas, discriminan.
Yo migraba.
Tú migrabas.
Vos migrabas.
Él, ella, usted, migraba.
Nosotros, nosotras, migrábamos.
Vosotros, vosotras, migrabais.
Ustedes migraban.
Ellos, ellas, negaban una visa.





De acuerdo con datos citados por Fabián Romo Zamudio y Alejandra Morán Espinosa, especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México, la delincuencia organizada obtuvo el año pasado 288 mil millones de dólares de ganancias por medio del cibercrimen, es decir, dinero o bienes por medio de la utilización ilegal de Internet. A decir de los expertos, este fenómeno representa una tercera parte de los ilícitos económicos que se cometen en el mundo y ocupa entre ellos el segundo lugar, después del robo de propiedades, bienes o activos.

Mirar las estrellas para abrir la esperanza
Este 30 de septiembre aterrizará la sonda espacial Rosetta sobre el cometa 67P/Churyumov-Gera1simenko (Churi) a unos 720 millones de kilómetros de la Tierra en un viaje de 12 años, iniciado el 2 de marzo de 2004. Hace dos años Rosetta pudo hacer descender sobre el cometa un sofisticado laboratorio llamado Philae, que desde entonces nos está mandando valiosa información: “Los secretos de Churi tienen gran importancia científica, los cometas contienen posiblemente restos inalterados de unos 4 mil 600 millones de años de antigüedad, la época en la que se formó nuestro sistema solar. Con los 20 instrumentos que llevan a bordo en conjunto Rosetta y el módulo Philae han investigado la composición del cometa.” (La Jornada, 28/9/16.)

Una máxima reza que si hacemos las cosas de la misma manera repitiéndolas una y otra vez, obtendremos siempre los mismos resultados. Aplicable a casi todas las actividades humanas esta sabia máxima tiende a olvidarse con frecuencia en materia política y tiene efectos perniciosos sobre todo en la conducción de los movimientos populares. Traigo a colación esta sentencia a propósito de la huelga magisterial iniciada el 15 de mayo pasado, no porque pueda aplicarse estrictamente como tal a la dirección de ese movimiento sino porque ronda sobre la perspectiva futura de su estructura organizacional y no solamente de él, sino de toda la maraña de movilizaciones regionales hoy a la puerta del futuro inmediato impulsadas por la crisis de Estado. En otras palabras resulta necesario evaluar con la mayor objetividad posible lo que pasó en este nuevo episodio de la lucha magisterial y sobre todo sus resultados. Una reflexión de esta naturaleza queda a cargo principalmente de la comunidad de educadores y actores del conflicto, pero no exenta a quienes desde fuera acompañamos al proceso. A fin de cuentas, en una acción del tamaño de la que los maestros pusieron en marcha inevitablemente el colectivo de protagonistas imagina un futuro con saldos equivalentes al esfuerzo emprendido y sostenido.

Las buenas nuevas confirman que asistimos a un cambio de época en América Latina. La construcción de la paz será la gran fuerza y la oportunidad para un cambio estructural progresivo, con igualdad, que hará suyos los contenidos del desarrollo sostenible.

Ha nacido una nueva derecha adecuada a los tiempos extractivos y de expolio-piratería contra los pueblos; una derecha posterior al Estado del bienestar, que ya no aspira al desarrollo, sino a consolidar las desigualdades, la segregación de la mitad pobre, mestiza, india y negra de nuestro continente. Una derecha implacable formada en el rechazo a lo popular, a la soberanía nacional, a las leyes y las constituciones.

Se acaban de publicar los resultados del Informe de seguimiento de la educación en el mundo, que mide los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y señala que de seguir las tendencias actuales, México logrará la universalización de la primaria hasta 2035; el nivel de secundaria en 2060 y la educación media superior hasta 2100, y se añade que se requieren al menos seis veces más recursos de los que actualmente se destinan para lograr no conquistar las metas establecidas, sino simplemente acelerar el paso. El informe de seguimiento de la Educación para Todos (EPT) en el mundo 2015, revela que México sólo logró cumplir dos de los seis objetivos planteados en 2000, que incluyen mayor atención a la primera infancia y universalización de la educación primaria. (La Jornada, 23/9/16)

Mientras la cúpula política de México en el poder desde 1982 todo lo articula en términos del mercado y procede bajo el ajuste estructural del FMI-Banco Mundial-BID a la privatización/extranjerización del sector energético (petróleo, gas, electricidad), en Estados Unidos la historia es diferente. Como informa Nafeez Ahmed (ICH 8/8/15) el Pentágono (DoD) se prepara a favor del uno por ciento, para un siglo de emergencias climáticas y guerras por el petróleo, en tanto en México la lumpenburgesía realiza un harakiri energético rechazado por más de 70 por ciento de la población para acceder a la “lista dorada Forbes” de los milmillonarios.

La firma de la paz en Colombia por el presidente Juan Manuel Santos y el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Rodrigo Londoño, Timochenko, parece un milagro de lo real maravilloso, de esos que no han faltado en la historia de nuestra América. El hermano país no ha conocido un día de paz desde el asesinato en 1948 del líder popular Jorge Eliécer Gaitán, acontecimiento que liquidó su anhelo de conseguir la democracia y la justicia social por la vía política.

Cuando el mundo escuchó que Shimon Peres había muerto, gritó: ¡Pacifista! Pero cuando yo escuché que había fallecido, pensé en sangre, fuego y asesinatos.

En el gabinete de curiosidades que es la inolvidable Autobiografía de Sergio Pitol, peligrosa caja de Pandora, el autor narra sus andanzas por las calles de la Ciudad de México en compañía de Luis Prieto, su Virgilio, el hombre de los encuentros inauditos y los hallazgos milagrosos en un laberinto que podría asemejarse al infierno si no fuera el cielo.

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