Después de 35 años de informar concluye un ciclo
Este miércoles 8 de agosto, justo el día que cumple 35 años de labor ininterrumpida, Cerigua emite su última transmisión, cierra sus puertas y sus ventanas y con ello concluye un su ciclo de vida como pionera en el arduo y complejo trabajo de los medios alternativos y comprometidos en Guatemala.
Este es el último de muchos textos que escribí para Cerigua a lo largo de mi vida y que sea así me permite en estas líneas la licencia de rendir homenaje a la agencia desde la perspectiva profesional pero también desde la perspectiva personal, para rendir homenaje al proyecto a la mujer que lo abanderó de principio a fin y que para mí fortuna fue mi madre ya que juntos, proyecto y ella, me formaron personal y profesionalmente.
En 1983 Cerigua comenzó sus transmisiones dando a conocer el golpe de Estado que el entonces ministro de la defensa Oscar Mejía Víctores daba al también militar golpista Efraín Ríos Montt y con ello inició un complejo camino por dar a conocer una realidad que pretendía ser invisibilizada del contexto nacional e internacional: La guerra atroz que vivía Guatemala.
Desde un complejo de tres casas llamado La Trinidad en la carretera Sur de la Managua entonces sandinista, esta agencia de prensa inició una titánica batalla por romper el cerco informativo que rodeaba la realidad del país y denunció desde ahí las graves violaciones a los Derechos Humanos pero también reivindicó la lucha del movimiento revolucionario.
Ese fue el inicio de un proyecto que quienes vivimos y crecimos en él nunca nos imaginamos que pudiera llevarnos tan lejos; un grupo de guatemaltecos revolucionarios se embarcaron en una travesía incierta, hacer navegar un barco minúsculo en un océano de información acaparado por las grandes transnacionales y los medios comerciales que respondían a los intereses económicos hegemónicos.
A pocos meses de su lanzamiento como agencia de prensa Cerigua trasladó su sede central a la Ciudad de México que permitía estar un poco más cerca de centros neurálgicos de información y establecer redes y alianzas a nivel internacional que coadyuvaran a posicionar temas y enfoques más allá de las fronteras.
Trabajar en un proyecto de este tipo implicaba competir con pico y pala en un mundo donde existían verdaderas aplanadoras de la información, implicaba saber que el trabajo incluía la producción informativa pero también el monitoreo de medios, la distribución en mano cada día de las notas, la compra de insumos, el manejo de los equipos, el manejo de presupuestos con toda la magia que implicaba hacer rendir los fondos, la limpieza de la oficina y cualquier cosa que fuera necesaria.
En el duro trabajo de romper el cerco informativo de Guatemala sumaron esfuerzos tres proyectos, Cerigua, Enfoprensa y Noticias de Guatemala. En el ámbito regional Cerigua fue parte del Pool de Nuevas Agencias de América Latina (POONAL) donde se compartió una parte del camino con proyectos hermanos como la Agencia Nueva Nicaragua, Salpress y Notisal de el Salvador.
Desde un edificio cerca del metro Balderas, Cerigua se fue abriendo paso como una agencia de prensa seria, responsable y comprometida, y a la producción cotidiana de notas informativas sumó materiales de análisis de coyuntura como el Vistazo Mensual y el Servicio Especial que ahora forman parte del acervo histórico escrito del país y servicios especiales en inglés y en alemán.
En los muchos años que Cerigua tuvo su sede en México tras un largo proceso logró consolidarse dentro de los medios de comunicación como una pequeña agencia de un pequeño país que desde el Distrito Federal en aquel entonces, daba a conocer la realidad guatemalteca.
Quienes trabajamos en Cerigua aprendimos la importancia de la comunicación, la importancia de una información veraz y alternativa y aprendimos que cuando hay compromiso político la objetividad es una ilusión porque en cada palabra hay una intencionalidad.
Ileana Alamilla se posicionó también como parte del grupo que integraba la Asociación de Corresponsales Extranjeros en México y este fue el primer paso en lo que sería después parte importante del trabajo de la agencia, participar e incidir en las redes internacionales por la libertad de información y los derechos de los periodistas.
Cerigua transitó por un camino largo y lleno de grandes obstáculos pero también de grandes satisfacciones, durante la guerra fue la agencia fuente primaria de información de los medios que dieron a conocer en ese entonces lo que pasaba en el país, decirlo ahora resulta fácil, sin embargo intentarlo en ese tiempo fue una labor que expuso a la agencia a diversos riesgos porque en Guatemala todo aquel que intentaba romper el silencio impuesto era visto como subversivo y por lo tanto peligroso.
Por Cerigua, en sus distintas sedes y a lo largo de estos 35 años pasaron una cantidad increíble de personas, muchas nos formamos ahí, muchas encontraron en la agencia un espacio de discusión y debate y un foro para expresarse libremente, muchas desde el ámbito internacional se integraron a ese equipo como forma de manifestar su solidaridad con el pueblo guatemalteco; aún hoy sigo encontrando en diversos espacios y en diversos países gente que de uno u otra forma pasó por Cerigua y Cerigua les marcó la vida.
Quienes trabajamos en Cerigua estamos marcados por lo que fue esta experiencia, sabemos lo que es trabajar en un proyecto por compromiso, sabemos que la comunicación alternativa no es marginal, que en estos proyectos el esfuerzo muchas veces es mayor al que se hace en los medios comerciales y seguramente fue peor pagado pero mucho más satisfactorio.
Ileana y Cerigua cubrieron y reportaron cada uno de los acontecimientos considerados importantes en Guatemala en 35 años y también cubrieron y reportaron miles de acontecimientos que para otros no eran importantes pese a que eran la voz de los sectores populares, del movimiento revolucionario, de las mujeres, de la gente del área rural.
Con el trabajo cotidiano Cerigua logró poner en el escenario público facetas de la realidad que no salían en los medios, dijo cuando nadie decía que en Guatemala había guerra, explicó las causas de la guerra, denunció las atrocidades cometidas por el gobierno y el ejército, relato el proceso de negociaciones de principio a fin, en la post guerra puso el tema de género y violencia contra la mujer en la mesa del debate público, luchó por la libertad de expresión y no sólo dio voz a la prensa departamental sino que contribuyó a la formación de decenas de comunicadores sociales y populares en el país.
Desde la agencia, con los limitadísimos fondos disponibles, se acompañó todo el proceso para que el premio Nobel de la Paz fuera para Rigoberta Menchú y luego, para sorpresa de la misma Rigoberta y gracias a la solidaridad internacional, Ileana estuvo con ella en todas las actividades para recibirlo, desde la oficial hasta la visita al pueblo Sami en Kautukeino.
Bajo la conducción de Ileana cubrimos el proceso de negociación completo en Guatemala, estuvimos en cada una de las sedes donde se dio el diálogo, entrevistamos a todos los sectores que participaron en él; para las comisiones de negociación de las tres partes era habitual la presencia del equipo de Cerigua en cuanto lobby de hotel estuvieron.
Después de la firma de la paz Cerigua tuvo que reinventarse, no es lo mismo ser una agencia de prensa operando fundamentalmente en el exterior, que serlo en Guatemala, con las duras condiciones para la prensa que existen en el país; en esta parte de su vida Cerigua dedicó grandes esfuerzos a trasladar su experiencia a las organizaciones sociales del país y a posicionar temas de difícil abordaje, el de mujeres, la seguridad de los periodista y sobre todo la realidad del ámbito rural en el país.
Por sus oficinas pasaron decenas y decenas de personas que se formaron en la agencia, muchos de los hoy periodistas reconocidos en el país empezaron en Cerigua hay quienes se sienten orgullosos de ello y quienes desde la volatilidad política evitan mencionarlo pero eso no significa que no fueron parte del proyecto y aprendieron de él.
En sus oficinas se libraron siempre diversas batallas cotidianas, una por contar con información de calidad en la que teníamos que buscar y elaborar con gran profesionalismo los contenidos que transmitíamos, una por mantener financieramente un proyecto que no generaba ganancias económicas pero si daba un aporte al país, una por poder insertarnos con escasos recursos a un mundo que cada día era más tecnológico y una más por cumplir con los altos estándares que Ileana siempre puso para nosotros.
Trabajar en la agencia y trabajar bajo la conducción de Ileana fue una experiencia de vida, fue una experiencia revolucionaria, fue un desafío constante que nos obligaba a crecer cada día, pero también fue una experiencia compleja, llena de retos, de exigencias, con desencuentros, con frustraciones que al final hizo a cada uno de nosotros los comunicadores que somos hoy.
La vida de la agencia no estuvo exenta de problemas y de diferencias, en el seno de Cerigua hubo diversas contradicciones que llevaron a rupturas dolorosas pero hoy podemos decir que las decisiones fueron acertadas y que la dirección nos llevó por un camino que permitió que la agencia entrara a la historia de Guatemala para quedarse ahí.
Mi vida personal, como la de muchos otros, estuvo marcada por Cerigua, yo no me hice periodista para trabajar en Cerigua a mí la agencia me hizo periodista antes que la Universidad y el haberme formado ahí me dio la posibilidad de ver la comunicación y el periodismo como un compromiso de vida y una opción en la lucha por transformar el mundo en el que vivimos en un lugar más justo, más seguro y más equitativo.
En Guatemala no existían proyectos de comunicación alternativa como lo fue Cerigua, no había una experiencia que guiara el andar de la agencia, por eso la frase con la que titulo esta nota nombra una canción conocida por todos, me parece reveladora ya que Cerigua por 35 años hizo camino al andar.
A partir del jueves 9 de agosto dejaremos de encontrar en nuestros buzones y en los medios la información de Cerigua pero eso no significa que Cerigua desaparezca, los grandes proyectos como los grandes seres humanos dejan un legado en la historia; Cerigua deja para Guatemala un ejemplo de lucha por la democratización de la información y las comunicaciones; Cerigua marca un camino que muestra que es posible lograr grandes cosas a pesar de la adversidad y con pocos recursos; Cerigua nos deja como legado la entrega y el compromiso.
Cerigua también deja como legado una gran red de personas, periodistas, comunicadores que fueron parte de ella y que tienen que seguir en el difícil camino de tener un país más justo y democrático y a quienes unirá para siempre un lazo entrañable a pesar de las diferencias.
Personalmente ratifico el compromiso que asumí hace 30 años en Cerigua de trabajar cada día por un mundo mejor, de seguir en la batalla por la transformación necesaria desde la trinchera en la que este, ratificó mi eterna gratitud y amor por mi madre Ileana que me condujo personalmente y profesionalmente y cómo cada día en estos 35 años les digo ¡Gracias por ayudarnos a informar!
Imagen retomada de la agencia Cerigua
Por: Patricia Zapata Alamilla
Cimacnoticias/Cerigua | Guatemala, Gua .-
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