8/18/2018

Cómo 'Respect' se convirtió en un himno feminista gracias a Aretha Franklin


Pasarán los años y las décadas pero, inevitablemente, al recordar a Aretha Franklin siempre nos vendrá a la cabeza una canción tan pluscuamperfecta como Respect. En 1967, el mismo año en el que decidió abandonar Columbia Records por el sello Atlantic, la estadounidense gracias a ese himno consagró su carrera y pasó a convertirse en una estrella internacional. No se trataba de una mera canción de éxito, no, ya que la diva del soul reformuló el tema que Otis Redding grabó dos años antes, en 1965, dándole un significado radicalmente opuesto al de la versión original. Sin duda, ahí está la gracia del asunto y uno de los motivos por los que la intérprete de I Say a Little Prayer fue, es y será considerada una grande.

El Respect de Redding a día de hoy levantaría muchas ampollas porque destila un machismo descarado. Aquella primigenia versión del tema venía a contar la historia de un hombre que exige a su enamorada que le respete y le cuide porque él es quien, entre otras cosas, contribuye económicamente en casa. Para entenderlo de una forma aún más gráfica: la mujer de Redding tenía que tener preparada la cena de su pareja cada noche porque esa era una muestra de amor incondicional. Pero eso sí, lo que no se imaginaba el artista es que apenas dos años más tarde Franklin aprovecharía esos versos (haciendo variaciones, obviamente) para propulsar un mensaje radicalmente distinto.

El día de los enamorados de 1967 Franklin entró a un estudio de grabación en Nueva York y salió de ahí convertida en una de las primeras musas del feminismo. Su Respect nada tenía que ver con el conocido anteriormente. La artista empleaba un punto de vista totalmente distinto, ya que en su versión el foco de atención pasaba a centrarse en la mujer y es ella la que le exige a su media naranja que le respete y le trate como se merece. Esos coros de fondo que añadió, en los que se oyen “sock it to me” (lo cual podría traducirse como “dámelo”), fueron toda una declaración de intenciones no solamente para el movimiento por la igualada de género estadounidense, sino también para el movimiento por los derechos civiles.

El tema de inmediato se convirtió en un hit internacional en un momento en el que Estados Unidos estaba sangrantemente dividida. Sin ir más lejos, un año más tarde, en 1968, Martin Luther King y Robert F. Kennedy fueron asesinados, la policía norteamericana se cebó en Chicago con los manifestantes en contra de la absurda Guerra del Vietnam y miles de mujeres salieron a las calles para protestar en contra de Miss América. Resulta lógico que ante ese panorama muchos aplaudieran a Franklin por popularizar una canción y un mensaje tan necesarios entonces como en nuestros días. El poder de la música es esto.

¿Qué opinó Redding de todo ello? Su relación era cordial, por supuesto, pero al intérprete de Try a Little Tenderness no le hizo en realidad ninguna gracia que uno de sus buques insignia mutara en algo tan distinto en boca de una Franklin que, más que cantar, con su poderío vocal señalaba con el dedo a todos los machistas y conservadores de su país. “Esta próxima canción es una canción que una chica me quitó”, llegó a decir él antes de interpretar la pieza en el Monterey Pop Festival de 1967.

Aretha Franklin arreglándose el maquillaje en el backstage de un concierto en 1969 en Nueva York.


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