También se trata de un tributo indirecto a toda una generación de fotógrafos y periodistas gráficos que lo arriesgaron todo en el intento de capturar los momentos más terribles de la dictadura militar argentina (1976-1983). Existe un buen equilibrio artístico entre las fotografías de Longoni (revueltas callejeras, ataques de montoneros, marchas de las madres de desaparecidos, juicio a los represores militares) y el cuantioso material de archivo al que también acuden los documentalistas.
Imposible ver películas de ficción como Argentina, 1985, el drama histórico filmado en 2022 por Santiago Mitre, y no valorar hasta qué punto el cine se alimenta y queda en deuda con el trabajo fotográfico de Longini con sus memorables imágenes del mayor juicio político en la historia de Argentina. Difícil de igual modo no reconocer en Fue la mano de Dios (2021), película italiana de Paolo Sorrentino, la huella de aquel momento estelar capturado por el fotoperiodista en el que el ídolo del futbol Diego Armando Maradona mete con su puño un gol decisivo en el Mundial de 1986. En ambos casos se trabaja con imágenes ya imperecederas.
Uno de los puntos de partida de Una mirada honesta es la
exposición fotográfica del mismo nombre, presentada en Buenos Aires, que
reunió 15 obras de Longini en gran formato, montadas en paneles, que
confrontaban de modo muy directo a los visitantes con el horror de la
dictadura que muchos de ellos habían padecido y que era imperioso
mostrar a generaciones nuevas con el deseo esperanzado de no volver a
repetir jamás. A esta muestra le acompaña, en una instalación artística,
la contundente máquina de desaparecer
: un automóvil Ford Falcon
verde, instalado en el centro del espacio, que propone la dramatización
de la manera en que operaban los esbirros policiacos durante la
dictadura militar: levantando en las calles a ciudadanos
sospechosos de cualquier cosa, blancos fáciles de cualquier atropello,
para introducirlos en un auto como el Falcon verde con un destino
incierto, las más de las veces fatal. La idea más provocadora de este
documental es aludir a los testimonios gráficos de un pasado no muy
distante, en una mirada retrospectiva, para comprender mejor un tiempo
presente poblado por figuras tan inquietantes como las que aparecen en
una de los fotos más célebres de Longoni, y que se reproduce pegada a la
carrocería del auto mencionado: la de un grupo de militares de mando
menor, de expresión gélida y disciplina férrea, capturados en una época
aciaga sólo en apariencia más siniestra que la que hoy nos ha tocado
vivir.
Se exhibe en la sala 8 de la Cineteca Nacional a las 18:45 horas.
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