Gabriela Rodríguez*
La Cuarta Transformación es el hecho histórico más importante del siglo XXI. Para una gran mayoría de la población mexicana el rumbo tomado ha sido el correcto, así lo expresó en las urnas el pasado 2 de junio. Es una gran victoria, se abrió la oportunidad para profundizar los múltiples proyectos que ha desarrollado esta administración y para que una mujer dirija el Poder Ejecutivo.
Otro hito histórico ¡único!. Después de 200 años de señores presidentes, la población mexicana eligió por primera vez a una mujer como presidenta, a Claudia Sheinbaum Pardo. No sólo es un reconocimiento a su capacidad para dar continuidad al proyecto de nación, sino una alta valoración a la trayectoria de la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México, a su liderazgo político y compromiso con las causas sociales, a su calidad ética y eficacia en la gestión administrativa, y a sus credenciales académicas. Es también un triunfo del movimiento de las mujeres, con el cual se pone un alto a la derecha, un freno a políticas retrógradas que intentan retroceder los derechos sociales y los de las mujeres.
Claudia Sheinbaum dirigirá el destino del décimo país más poblado del mundo. De los 194 países existentes sólo 23 estados tienen presidentas y primeras ministras: Bangladesh, Barbados, Bosnia y Herzegovina, Dominica, Estonia, Etiopía, Georgia, Grecia, Guinea Ecuatorial, Honduras, India, Islandia, Italia, Letonia, Lituania, Macedonia del Norte, Moldavia, Namibia, Perú, República Democrática del Congo, Tanzania y Trinidad y Tobago.
¿Qué importancia tiene que una mujer sea presidenta? Mucha. Simone de Beauvoir pensaba que el
cuerpo de las mujeres es la clave de su sujeción, es en sus cuerpos que
ellas deben edificar su libertad, haciendo de su sujeción un asunto
político
y no es por la vía del amor o de la mística que las
mujeres conquistarán su libertad. Es transitando el camino de la
fraternidad, luchando contra la tortura, el hambre, el colonialismo y la
sujeción ejercida sobre nuestros cuerpos como mujeres, que alcanzaremos
la libertad
. Por esta vía, una de las grandes mentoras del feminismo persigue un sueño fraternal en el cual todos los seres humanos puedan ser incluidos, aun las mujeres y las llamadas mujeres
(Ciriza, Alejandra Graciela, Simone de Beauvoir: de la fenomenología del cuerpo a la utopía de la libertad
, en: Nomadías, 3/12/12).
Quienes votaron en mayoría por Claudia Sheinbaum fueron mujeres y hombres que tienen claro que no es el cuerpo de mujer lo que garantiza un compromiso con las causas sociales ni con los derechos de las mujeres; la decisión fue entre líderes con proyectos irreconciliables, porque sólo seguirá haciendo historia la candidata que apostó por la solidaridad para abatir las desigualdades de clase, las étnicas y de condición, las sexuales y las de género.
Construidas como sujetos, las mujeres no pensamos fuera de nuestro cuerpo ni de nuestra ubicación: No se nace mujer, se llega a serlo
.
Hay brechas de desigualdad directamente relacionadas con tener cuerpo
de mujer, cuya sensibilidad no se vive igual entre quienes no lo tienen.
Hoy se ejerce en México la maternidad voluntaria, el freno a la
fecundidad (1.8 hijos por mujer) es en parte por el acceso a la salud
reproductiva y al aborto. La experiencia de la maternidad no es destino,
pero se ha significado como si lo fuera. Desde la condición de madre se
imponen los trabajos de cuidados, sin remunerar. En México, dos
terceras partes de las personas mayores son cuidadas por mujeres, así
como 94 por ciento de infantes de cero a cinco años, a quienes cuida la
madre en 86.3 por ciento de casos y la abuela en 7.6 por ciento (6 por
ciento por padre, abuelo, tía u otros); las madres cuidan a un tercio de
las personas con discapacidad y otro tercio es cuidado por una hija (20
por ciento por la pareja, 15 por el padre, abuela u otros). Sesenta y
ocho por ciento de cuidadoras desearían tener un trabajo remunerado,
pero no tienen en quien desplazar los trabajos de cuidados (Primera
Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados, Inegi/2022); ellas venden
mercancías al desplazarse o en tianguis, aceptan trabajos informales
con horarios cortos y bajos ingresos. De ahí que sólo 25.4 de las
adultas mayores reciben una pensión retributiva, frente a 41.5 por
ciento de los adultos mayores (diferente a la pensión universal, mínimo
vital que reciben todos los mayores de 65 años).
Para compensar esas injusticias, la virtual presidenta electa de México plantea, entre otras, algunas estratégicas para la igualdad sustantiva: el apoyo a las mujeres de 60 a 64 años, que reconoce sus años de trabajo en el hogar; el apoyo para estudiantes de prescolar, primaria y secundaria Mi Beca para Empezar, clave para el desarrollo de hijos y mamás ¡la escuela cuida!. Además de la paridad en el Congreso, muchas otras mujeres ocupan altas posiciones, contaremos con un total de 13 mujeres gobernadoras, incluyendo a Clara Brugada en la Ciudad de México, gran lideresa histórica del feminismo y de movimientos sociales. La agenda feminista se fortalecerá en estos años.
* Secretaria general del Conapo
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