6/05/2009

Sin marco legislativo, mujeres indígenas no acceden al poder


“Profundo racismo”, la barrera estructural

Por Guadalupe Cruz Jaimes

México DF, 4 junio 09 (CIMAC).- En México, a diferencia de otros países de América Latina, no existe un marco legislativo que facilite la llegada de mujeres indígenas al poder local y federal, debido al “profundo racismo” que “desdibuja” a esta población de los sitios de toma de decisiones.

Así lo refirió Marta Sánchez ayer, durante la tercera sesión del Seminario Interdisciplinario de Estudios de Género titulado Espacios de acción y resistencia de las mujeres indígenas migrantes, a través de una videoconferencia, transmitida desde El Colegio de la Frontera Norte, en Tijuana, Baja California.

“No hay un marco ni teórico, ni legislativo, sobre todo legislativo en el país para facilitar la llegada de mujeres indígenas al poder, sobre todo en los congresos locales y en el Congreso de la Unión”, aseguró la lideresa indígena, originaria de Guerrero, quien desde hace 15 años labora con las comunidades indígenas del sureste del país.

En 2008, dijo, el Foro Internacional de Mujeres Indígenas entregó un informe oficial sobre las condiciones en las que se desarrolla esta población, en el cual “México se desdibuja a la hora de hablar de participación política de las mujeres indígenas”.

A diferencia de otras naciones latinoamericanas, señala el documento, resultado de la aplicación de cuestionarios a mujeres indígenas de la región y organismos que abordan esta temática, “en nuestro país hay una dificultad fuerte, políticamente hablando, para que lleguen a los puestos las mujeres indígenas y las mujeres en general”.

“Y enmarcaría en esta problemática la enfermedad social, nacional, política: el racismo, una barrera estructural que las mujeres indígenas no hemos podido eliminar, pero sí hemos podido trastocar”, agregó.

Según el informe del Foro Internacional de Mujeres Indígenas, en países como Bolivia fueron electas 88 mujeres, la mayoría indígenas, como constituyentes para la redacción de la nueva constitución, mérito de “los movimientos y del aporte y la valentía de las mujeres indígenas”, indicó.

Situación similar experimentaron en Perú, donde hay una mujer indígena en el Congreso. Y destacó la lideresa indígena que en ambos casos “se está hablando de legislación, es lo que está posibilitando esto”.

Un ejemplo más es Venezuela, donde también se discuten sobre cuotas reservadas para los pueblos indígenas, y en este momento existen dos diputadas y una ministra.

En México, cuando se debate sobre la llegada de las mujeres a los congresos “volvemos a quedar en la última prioridad las mujeres indígenas”. Y en el proyecto de reforma del Estado “nos volvemos a desdibujar, incluso en las mesas de género se invisibilizan los derechos de mujeres indígenas debido a que somos un país con un profundo racismo, que no es de ahora”, mencionó Marta Sánchez, durante la videoconferencia.

“No sólo nos enfrentamos a los hombres en el poder y a los partidos políticos, también nos enfrentamos entre los movimientos de mujeres ¿Cuándo las mujeres que luchan por un espacio en el congreso van a aceptar que una indígena las represente?

Sin embargo, aseveró que las mujeres indígenas “no estamos luchando hacia una arista; seguimos construyendo diálogos, porque el ejercicio de los derechos traspasa muchos derechos individuales y muchas aspiraciones legítimas donde las mujeres indígenas en esta escala volvemos a quedar hasta el final”.

Para Marta Sánchez la participación política de las mujeres indígenas es “como esa forma de cultivar la fortaleza para construir conocimiento nuevo, para forjar opcionalmente y de manera libre nuevas identidades para poder provocar tres cosas: palabra, movimiento y acciones, para que en la participación política de las mujeres tengamos como objetivo llegar a los espacios de decisión en todo, desde el nivel local hasta el internacional”.

Para finalizar, la coordinadora de Alianza de Mujeres Indígenas de Centroamérica y México reconoció que se han abierto algunos espacios para la población indígena, “teníamos la incidencia para nombrar a nuestro representantes, pero tenía que ser una indígena que no perteneciera al movimiento; que primero sea priista o perredista y después piense como indígena. Es un doble lenguaje”, lamentó.

Ahora, recalcó, “tenemos un reto fuerte” entablar el diálogo con las indígenas del sur del continente, que están teniendo una presencia importante en los poderes de estas naciones. Así como replicar en el país los cursos de liderazgo para las jóvenes indígenas, que imparten el Foro Internacional de Mujeres Indígenas, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM).

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