Pedro Echeverría V.
1. Esos dirigentes panistas derechistas a quienes siempre consideré tontos, medio imbéciles, porque dedicados a pensar y hacer dinero nunca se preocuparon por obtener conocimientos históricos, políticos o artísticos, ahora me están sorprendiendo con sus golpes políticos. Por el contrario las izquierdas, que por sus estudios sociohistóricos y políticos pensé que en las luchas sociales no habría nadie que les hiciera frente, ahora parecen demostrarme lo contrario. Apachurrado Felipe Calderón por el gigantesco desempleo, por la profunda crisis, por el desprestigio del ejército que ocupa las calles del país, de pronto se levanta de la nada, propina un golpe estratégico electoral y le tapa la boca al PRI y al PRD. El PAN ahora parece montarse en la ola victoriosa electoral.
2. Aunque el triunfador definitivo en las próximas elecciones será el abstencionismo, porque el pueblo está “hasta el gorro” de los políticos, el segundo lugar parece que será para el PAN. La agresividad del presidente ilegítimo Calderón, sobre todo después de “salvar a la humanidad” de la epidemia de Influenza, de invadir Michoacán y detener a funcionarios del PRI y PRD, así como silenciar a estos partidos que, en lugar de salir a la calle a gritar contra el despotismo y el autoritarismo para recuperar terreno, apenas pronunciaron medrosas protestas. Calderón ya entendió bien que está frente a políticos cobardes y oportunistas que en lugar de ser oposición real, han preferido callar para luego negociar. “Inteligente” estrategia para continuar en la ubre del presupuesto.
3. Andrés Manuel López Obrador (AMLO), por la intensidad y extensión de su trabajo político a través de toda la nación, ya debió ser tres veces presidente de la República. Nadie en la historia del país ha realizado ni siquiera la tercera parte de los recorridos, de los mítines y las concentraciones que AMLO ha encabezado. Desafortunamente en México, y supongo que en todos los países, no se llega a los cargos por ser la persona más inteligente, ser el más honrado, el más trabajador o el más sacrificado. En política, que es una manifestación de la lucha de clases, triunfan los que mejor se acomodan y adaptan –como diría Darwin- a las clases dominantes y saben representar los intereses de esa clase social. El PRI se acomodó y el PAN parece hacerlo mejor.
4. Y es realmente preocupante que así sea. En México, a través de la historia puede verse que las izquierdas, defendiendo los intereses de los trabajadores y de los explotados, han empujado las transformaciones históricas, han sufrido cárceles y asesinatos, pero quienes se han quedado con el poder son las derechas que primero aceptan de palabra las demandas de las masas, para frenarlas luego de que éstas se desmovilizan. Los grandes movimientos sociales hechos por los explotados -los estudiantes y profesores en 1956/57, los ferrocarrileros en 1958/59, los médicos en 1965, los estudiantes en 1968, las guerrillas rurales y urbanas 1972/76, el cardenismo de 1988 y el levantamiento indígena zapatismo en 1994- fueron cosechados por la derecha.
5. Esos poderosos movimientos de izquierda poco a poco despertaron la conciencia de la población, pero quienes se aprovecharon de ellos han sido los priístas y los panistas. ¿Puede entonces decirse que porque las izquierdas no tienen “vocación de poder? No, el problema es que las izquierdas en política han hecho a un lado el trabajo ideológico y de coordinación. El hecho de participar en un movimiento, por más intenso que fuera, no da automáticamente conciencia de clase; mucho menos cuando todos los medios de información se han dedicado a calumniar los movimientos y luego a silenciarlos. ¿Se ha olvidado acaso que en 1968 el cien por ciento de los medios de información se ocupó en desprestigiar al movimiento estudiantil propagando “la paz” de las olimpiadas?
6. Todos los movimientos importantes en México han sido reprimidos con brutalidad por la clase en el poder; pero también en todas esas luchas –después de encarcelar o asesinar a unos dirigentes- a la mayoría de los demás líderes suelen asimilarlos o absorberlos, de una u otra manera por esa misma clase poderosa usando diversos “argumentos” políticos y económicos. Por falta de formación política/ideológica los participantes fácilmente son convencidos en olvidar las causas por las que en un momento lucharon. De tal manera que pareciera que en cada generación las nuevas izquierdas tienen que partir de cero al observar cómo sus antecesores de luchas sociales se han acomodado al ya muy modernizado poder.
7. Hace seis años, estas mismas elecciones intermedias –no presidenciales- las ganó ampliamente la abstención 60 por 40 por ciento. El PRI obtuvo el segundo lugar, pero el gobierno panista de Fox, cuando realmente debió renunciar porque su partido se desplomó, tuvo la habilidad y negoció con el PRI para que los dos gobernaran juntos. Fox siguió desgraciando al país, profundizando el desempleo y el hambre de la mayoría de la población. Mientras tanto se fue consolidando una clase política y lo que más adelante se llamó una “partidocracia” inamovible y hereditaria con mayores privilegios. Pero paralelamente la población y los electores se fueron haciendo más conscientes de que las instituciones sólo servían para mantener la dominación de la clase política.
8. En las próximas elecciones el triunfo indiscutible será de la abstención a la que sumarán los votos nulificados. Si así fuera, el pueblo no debería permitir que los “electos” tomen posesión de sus cargos con votaciones ridículas. El pueblo debería de exigir que si los votos a favor de los partidos no alcanzan el 50 por ciento más uno las elecciones deberían repetirse y si éstas vuelven a fracasar debería hacerse un plebiscito o referéndum para cambiar la economía y política del país. La gente siempre después de votar se retira a dormir porque “ya cumplió como ciudadano”. Los abstencionistas siendo mayoría, por el contrario; deben salir a la calle para impedir que les sigan viendo la cara de tontos, tal como siempre creí que eran los derechistas.
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