7/15/2009

Conciliar trabajo femenino con familia, reto de políticas públicas


Para liberarlas simbólica y materialmente: Marta Lamas

Por Lourdes Godínez Leal

México DF, 14 julio 09 (CIMAC).- El reto prioritario en la formulación de políticas públicas con enfoque de género en México es la “conciliación del trabajo con la familia”, para lograr que las mujeres que trabajan lo puedan hacer dejando a sus hijos en un lugar seguro con horarios compatibles con las escuelas y que la responsabilidad que se ha delegado a ellas, como el cuidado de los enfermos y otros dependientes, no recaiga en ellas sino en el Estado.

Así lo consideró la antropóloga feminista Marta Lamas, durante su participación en el Encuentro Internacional sobre Políticas Públicas, derechos humanos y género, que se realiza hoy y mañana, convocado por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF).

Lamas criticó que el Estado “se pare el cuello” diciendo que tiene políticas con enfoque de género, cuando lo que ha hecho es delegar su responsabilidad como en el tema del cuidado infantil, subrogando, en las condiciones que lo hizo, las guarderías infantiles.

La también consejera del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) precisó que género no es mujeres, que género “es el conjunto de ideas, representaciones, prácticas y prescripciones sociales que se elaboran a partir de la diferencia anatómica entre los sexos lo que es lo propio de los hombres y lo propio de las mujeres” y no sólo un asunto de mujeres.

Para Lamas, los hombres son quienes se tienen que “igualar” a las mujeres respecto a una obligación que se ha conferido por estas representaciones sociales a ellas, como lo es el cuidado de los “seres vulnerables dependientes: niñas, niños, jóvenes, personas ancianas, enfermas y discapacitadas”.

Dijo que socialmente se ha asumido que el cuidado humano es responsabilidad de ellas y que los “Estados modernos le han dado forma a las necesidades y los derechos de las personas que cuidan y de quienes requieren ser cuidadas de manera funcional a la lógica de género que reproduce desigualdad”, lo que se ha convertido en un obstáculo para su inclusión en el mercado laboral pero sobre todo para la práctica de una ciudadanía social plena.

“NEUTRALIZACIÓN” DE LABORES FEMENINAS

Ejemplificó que en países como Canadá y Holanda, lo que se discute ahora es la “neutralización” de las labores femeninas de cuidado, tal y como ocurrió con las labores que antes se consideraban “masculinas”.

Esta medida, dijo la antropóloga, ha llevado a replantear el concepto de ciudadanía y a entenderla “como un repertorio de cualidades indispensables para el desempeño cívico”, donde el cuidado de los seres humanos es una tarea prioritaria que ha propiciado en estos países prácticas interesantes.

Para la antropóloga, un verdadero enfoque de género, “ubica la importancia del cuidado humano” y reconoce lo imprescindible que es desde lo económico y existencial, no valorarlo, dijo, provoca prácticas sexistas de tener tratamientos distintos laborales para hombres y para mujeres y no tener igualdad de oportunidades.

“La conciliación trabajo familia es la gran tarea que se olvida en los discursos sobre el enfoque de género”, cómo se hace para que no recaiga en las mujeres esta responsabilidad de la crianza de los hijos, del cuidado de los enfermos o de los discapacitados y en este sentido consideró necesario “quitarle la condición de natural al trabajo femenino”.

Sólo tomando en cuenta esta conciliación “se podrán plantear las nuevas coordenadas para establecer un verdadero equilibrio de las responsabilidades laborales y familiares, desde una visión de género diferente, que permita construir alternativas que liberen simbólica y materialmente a las mujeres”.

Dijo que hablar de enfoque y perspectiva de género es hacer una práctica discursiva, social y política que convierte “las labores de amor de las mujeres” en responsabilidades de toda la sociedad.

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