JUEVES 16 DE JULIO DE 2009.
RETIRO DE LA OCDE
HUMBERTO HERNÁNDEZ HADDAD
1.- El retiro de México como miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la organización de estudios económicos que también es conocida como "Club de los Ricos" o "Club de París", no fue planteado en mi artículo de la semana pasada titulado "México en la OCDE".
2.- En ese artículo analicé muy brevemente cómo ingresamos en 1994 a ese Club de tan solo 30 socios, donde México paga una cuota anual de casi 8 millones de Euros por concepto de membresía, sin contabilizar otros gastos como son el sostenimiento de la Representación de México en París ante la OCDE, oficinas de la OCDE en México, inmuebles, personal comisionado y otros, así como gastos asociados a los proyectos, investigaciones y programas de ese Club.
3.- Lo que propuse la semana pasada a mis lectores, especialmente a aquellos que dispongan de herramientas de investigación académica, fue la conveniencia de hacer una evaluación sobre cuáles son los resultados económicos concretos alcanzados por México, desde que el 5 de julio de 1994 ingresó a la OCDE. A 15 años de distancia es necesario hacer un balance sobre qué hace México en ese Club, en materia de desarrollo económico, cuando todos los indicadores presentes muestran un alarmante rezago de la economía mexicana si se comparan los 30 socios del Club.
4.- La brecha económica se va a incrementar en los próximos meses por el efecto recesivo de esta crisis, planteando un doble reto de grandes proporciones tanto a la estrategia de México para el desarrollo económico como a su política exterior.
5.- Me veo obligado a abordar de nuevo este tema, porque varios lectores me enviaron mensajes donde plantean principalmente estas dos preguntas: ¿Tienen justificación los gastos que hace México en la OCDE? ¿Qué espera México para salirse de la OCDE?
6.- Es indispensable examinar toda la erogación realizada, para evaluar los resultados de la presencia de México en la OCDE, pero los lectores que me enviaron su opinión centraron sus críticas en los onerosos gastos de los funcionarios mexicanos que asisten a las reuniones del Club de París y los pagos que México realiza para sostener inmuebles, como el del edificio de Mazarik en Polanco, y todo el personal comisionado.
7.- Varios lectores preguntan ¿Cuánto cuesta a la Secretaría de Educación Pública la prueba PISA que realiza anualmente la OCDE y cuánto eroga por su participación en el proyecto Eurosocial en materia educativa? ¿Cuánto pagan otras Secretarías de Estado del gobierno federal por concepto de programas, investigaciones y proyectos que la OCDE prepara para esas dependencias gubernamentales mexicanas? Eso debe ser materia de una evaluación objetiva para saber qué hace México en el Club de París.
8.- Lo que propuse la semana pasada, y reitero ahora, es que la política económica y la política exterior de México deben subsanar el error estratégico de habernos salido del bloque de países en vías de desarrollo, cuando en 1994 se tomó la decisión pueril de querer ingresar al Primer Mundo comprando una membresía en el Club de París. De ninguna manera pueden ser consideradas como incompatibles las dos realidades: por un lado, la legítima aspiración de México por convertirse en un país desarrollado; y por el otro, el peso de la realidad económica mexicana con 60 millones de habitantes en niveles de pobreza diversa que lo definen como un país en vías de desarrollo. La diplomacia económica mexicana está obligada a actuar en esas dos dimensiones de nuestra realidad, sin renunciar a nada en el mundo.
9.- Esta crisis económica, originada en el exterior, arreciará sobre México en los próximos meses, debido a la inercia de la caída en la producción industrial (-11% en el primer trimestre); la disminución en el Índice de Confianza del Consumidor (-11% en junio de 2009); remesas de dinero desplomadas (-20% a mayo de 2009); disminución del crédito bancario al consumo de (-29%); y un avance incontenible del desempleo, sumiendo a México en la economía informal.
10.- Una luz de alerta ha aparecido sobre la marcha de la economía mexicana y sus relaciones con el exterior, con la medida adoptada por Canadá imponiendo el requisito de visa para los mexicanos que quieran viajar a ese país. Esa medida es un retroceso para las relaciones internacionales de México, especialmente porque proviene de un país amigo que es nuestro socio estratégico, con quien suscribimos un TLC y compartimos membresía en la OCDE. Por eso creo que, impulsado por el peso correctivo que esta crisis mundial acarreará, México debe recuperar su lugar en el bloque de países emergentes si quiere llegar a ser un país con verdadero desarrollo económico.
humberto.hernandez.haddad@gmail.com
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