7/18/2009

Educación a la deriva



La educación es una apuesta estratégica fundamental para cualquier país.

Samuel Schmidt

Hay consenso entre expertos y personas interesadas en el futuro del país que la educación debe contemplarse como una actividad primordial y tienen razón, ahí donde se ha elevado el nivel de escolaridad también lo ha hecho el nivel económico. Una educación de calidad puede marcar la diferencia entre ser una economía maquiladora de bajo nivel o una economía sólida: México o Corea.En México hay una discrepancia muy severa y preocupante. Por un lado es una de las economías más importantes del mundo y por el otro su desempeño educativo es de los más bajos del mundo.

Hay muchos intentos de explicación sobre esta situación que aportan poco porque se reducen a un menú de acusaciones y asignación de culpabilidades motivados por la búsqueda de revanchas políticas, de ahí no se pueden deriva las alternativas de acción para dar el brinco. La crítica en realidad es una serie de ataques facciosos que se quedan cortos, porque no pueden lograr la profundidad que requiere la reflexión sobre lo requerido para cambiar el rumbo. Sin embargo hay algunas anotaciones posibles:

Uno de los problemas ha sido la perdida de atención institucional estratégica al tema de la educación y la confusión en la formulación de metas y falta de consistencia en la consecución de las mismas. El gobierno se contentó con alcanzar la oferta total en primaria mientras descuidaba la atención integral en el sistema, como por ejemplo el rezago, la deserción en secundaria y el lento crecimiento de la educación superior.

Una de las causas de la caída en la calidad educativa ha sido la agresión sistemática a la educación pública siendo que esta es irremplazable. Ni siquiera un sistema de bonos podrá descartarla, aunque apoye suficientes escuelas confesionales y de orientación religiosa que preparen a la élite derechista.

El gobierno ha fracasado en el terreno de la política científica y desarrollo de tecnología. El CONACyT ha deteriorado la calidad de los doctorados y le ha entregado millonarias cantidades a empresas que no invierten en investigación en México mientras administra mal los fondos para la investigación universitaria que impacta la calidad educativa. Todo en nombre de una privatización trasnochada y pésimamente entendida.

Ahora nos informan sobre el fracaso del Instituto Nacional para la Educación de los adultos (INEA) que reconoce la existencia de 6 millones de analfabetos, problema que dice le tomará 60 años resolver – y la cifra parece falseada a la baja-. Con una metodología desarrollada por los cubanos esto quedaría resuelto antes del fin de sexenio, pero que ni Dios ni nadie permita un acercamiento a la isla aunque sea para un propósito estratégico. Si el instituto no puede con esta meta que es sustancial, menos podrá elevar el nivel de los analfabetas funcionales y los adultos cuyas habilidades ortográficas y matemáticas son deficientes, porque el mexicano promedio apenas y terminó cinco años de escuela.
Esperábamos mucho de los gobiernos panistas, pero en este terreno decidieron utilizar el aparato del estado para usos electorales distorsionando por completo una de las pocas políticas de estado consistentes.

Hoy esta en marcha una agresión en contra de las universidades públicas. El gobierno quiere lanzar una universidad a distancia y lo hará a costa de otras universidades quitándoles recursos.Con un poco de inversión se puede ampliar la oferta de educación técnica, muchas universidades podrían aumentar su oferta educativa incluyendo la universidad abierta y después de agotar esa opción, entonces se podría hablar de una educación a distancia.

Queda la cuestión de la calidad. La elevación de la calidad de los maestros de educación básica y media ha sido un proceso lento. En el nivel superior se eleva la cantidad de doctores aunque muchos son de calidad dudosa lo que impacta la calidad de su docencia e investigación. Abrir una universidad nueva, como demostró la del Distrito Federal, se hace con recursos humanos de baja calidad –porque no hay en exceso de alto nivel- y sus resultados son de mediano plazo, lo que si llega en el corto plazo es la crítica feroz de los medios que andan a la busca de sangre y escándalo.

La política educativa es errática, esta sometida a politizaciones innecesarias y adolece de una definición de rumbo muy clara, de donde se determinen los plazos y los montos que el país debe destinar a este propósito. Nunca es tarde para reaccionar, pero mientras más se tarden en actuar en peores condiciones estará la cuestión educativa y costará más trabajo remontarla. Ahora que hay quién sostiene que es mejor el derrumbe total para desde ahí construir. ¿Será esa la postura del gobierno?

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