De nueva cuenta, François Ozon aborda sus temas predilectos: la pérdida amorosa (Bajo la arena, 2000), el deseo sexual y su gran variedad de declinaciones (erotización del cuerpo materno, exploración erótica del cuerpo de un joven homosexual), la paternidad que sobrevive a un fallecimiento real o anunciado (El refugio, Ricky, Tiempo de vivir), al tiempo que una nueva serenidad en la observación de las conductas sucede a las viejas tensiones fassbinderianas del poder y la dominación sexual (Gotas de agua sobre piedras ardientes, 2000).
Ozon traza en El refugio una novedosa cartografía del deseo amoroso. En una atmósfera bucólica, cercana a un cuento moral de Eric Rohmer, conviven en armonía inusitada la mujer embarazada y la pareja de amantes homosexuales que habrá de materializar un nuevo arreglo doméstico. Mousson vive su cura de desintoxicación de las drogas muy lejos de la opresión moral de la familia burguesa de su amante desaparecido, y su compañía más íntima es Paul (Louis-Ronan Choisy), el hermano gay de Louis, harto también de las convenciones de la vida familiar, y que a su vez busca en el campo un refugio ideal.
En múltiples ocasiones se ha señalado que François Ozon es un gran especialista en el retrato y exploración del mundo femenino, y esto tuvo en la cinta musical Ocho mujeres (2002) su ilustración más notoria, aunque no la más interesante. Más intensa fue su evocación del sentimiento de soledad y abandono experimentado por una mujer (Charlotte Rampling) en Bajo la arena, o la conflictiva relación de dos mujeres (la misma Rampling y la joven Ludivine Sagnier) en Swimming pool (2003). Lo que hoy acomete el director en El refugio tiene un calibre parecido con la actuación de Isabelle Carré como una enigmática futura madre, profundamente libre. Imposible concluir algo definitivo sobre sus motivaciones reales en la decisión de conservar el hijo de su amante muerto (¿desidia absoluta, nostalgia amorosa, rechazo de la familia del amante?). Lo cierto es que al manifestar reiteradamente su deseo erótico, Mousse reivindica el dominio total sobre su propio cuerpo. El hecho de que Ozon haya decidido filmar a Carré durante el proceso real de su primer embarazo, añade una nota de veracidad y realismo al conjunto de la empresa. No es la primera vez que el cineasta se aventura en terrenos poco frecuentados por los demás dierctores franceses de su tiempo.
Si su apuesta por lo fantástico en Ricky no tuvo una gran acogida crítica, en el caso de El refugio su decisión de concentrar en una historia muy sencilla una red compleja de emociones y apuntes sociales sobre la mujer y la configuración de nuevas familias en la sociedad moderna, tiene una trascendencia mayor y una gran fuerza artística. La cinta forma parte del Tour de Cine Francés. Próxima exhibición, jueves 7 de octubre, en el Cinematógrafo del Chopo. Mayores informes sobre el ciclo: www.tourdecinefrances.net.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario