Julio Hernández López: Astillero
Cada día Felipe Calderón deja más en claro que es un peligro para las próximas elecciones. Ha cercenado de manera sistemática libertades, garantías y legalidad, recluyendo a los ciudadanos en el calabozo del miedo activo y la amenaza latente, haciendo inviable el ejercicio cívico y comicial a causa del narcotráfico dominante y de la reacción policiaco-militar igualmente restrictiva e inhibitoria, envenenando intencionalmente el espectro de la diversidad mediante las alianzas partidistas pervertidas, retorciendo mecanismos judiciales para castigar a adversarios y promover personajes afines (incluso pertenecientes al orden familiar, como sucede en Michoacán) y advirtiendo desde ahora, con toda oportunidad, para que nadie se llame a engaño, que hará cuanto sea necesario para no dejar el poder o, cuando menos, para no dejarlo en manos de quien él no quiera.
Felipe sin pudor, que revive el lema central de la división social mexicana, el que adjudicaba a Andrés Manuel López Obrador ser un peligro para México, y lo enarbola para dar el banderazo de arranque de una nueva guerra sucia de propaganda contra el tabasqueño que ha resistido una criminal campaña de difamación y se reconstruye desde abajo, a pesar de todos los obstáculos que le han puesto. Si el asesino suele volver al lugar del crimen, el defraudador electoral está regresando al sitio de sus andanzas tramposas, regodeándose del botín alcanzado, una presidencia siempre tachada de espuria, y fabricándose a partir de esos falsos trofeos la creencia convenenciera de que ganó los comicios de 2006 a causa del impacto que habría tenido la frase salvaje que le endilgaron los estrategas estadunidenses y españoles, con el luego naturalizado mexicano Antonio Solá como comandante en jefe. Sueños de legitimidad inalcanzados, que hacen a Calderón hablar de 15 millones de votos logrados como si no hubiese tenido, formal e hildebrándicamente, apenas una diferencia de medio punto porcentual.
Felipe en guerra contra quienes piensan distinto a él y, en particular, contra quienes en legítimo ejercicio de sus derechos decidieron apoyar al candidato oficial de un partido legal, López Obrador, y en ese mismo esquema de libertad de elección podrían volver a apoyarlo. AMLO, según el licenciado HSCHC (haiga sido como haiga sido), le gusta a sus fanáticos, le gusta a un extremo súper radical, le gusta a esta especie de feligresía, pero no le gusta al mexicano común que trabaja, lleva a sus niños a la escuela y quiere vivir en paz y tranquilidad. En la medida que corrija eso va a poder sacar a relucir los talentos que como cualquier persona tiene, y ojalá le vaya bien. ¡El jefe formal del aparato político mexicano descalificando a los millones de personas que votaron y tal vez volverían a votar por ese candidato, y estableciendo normas de conducta y correctivos para ese presunto aspirante! Y, en la misma entrevista con Salvador Camarena, en W Radio, el caldero hablando de fuegos: Se sembró una campaña de odio clasista, revanchista. El despertar en México eso de los ricos, los privilegiados, generó un odio que polarizó mucho.
Fue comedida la respuesta de López Obrador a los exabruptos de FCH. Antes de hacer comentarios a su libro que era presentado en la Alameda de la capital del país, leyó una serie de consideraciones en las que predominó el aire de amor y paz que le ha caracterizado en su fase reciente. Él, AMLO, ni siquiera utilizaría contra Calderón ese fraseo del peligro para México, a pesar de las decenas de miles de muertos a causa de la guerra contra el narcotráfico. Prefirió el ofendido llamar al ofensor a que pida perdón por los daños que ha causado al país, y que de penitencia se abstenga de seguir optando por la mentira y la confrontación.
Pero, así como los escándalos declarativos de Calderón ayudaron a tapar los escándalos relacionados con la ganga otorgada a Televisa y Nextel mediante la vergonzosa y delictiva licitación 21, la respuesta de López Obrador coincidió con el proceso de cambio de nomenclatura norteña: de Monterrey a Monterror. Los habitantes de la capital de Nuevo León y su zona conurbada han ido viviendo el tránsito de la violencia entre ellos, los narcotraficantes, al ataque intencional a personas inocentes. Siembra de miedo entre la población no involucrada en la guerra contra el narcotráfico. Una granada contra gente que descansaba o paseaba en la plaza principal de Guadalupe, en días pasados. Balas en la plaza Morelos, siempre concurrida, de Monterrey. Se va cumpliendo el libreto Hillary que tomaba los ataques con coche bomba como muestra del paso del narcotráfico a fases distintas, no sólo con visos de insurgencia, sino de terrorismo. Dolorosa realidad cotidiana en una entidad cuyo microgobernador, Rodrigo Medina, sólo atina a seguir haciendo grilla con gel a favor de Peña Nieto pero que tiene abandonada la entidad mientras sus adversarios impulsan la idea de que habrá de caer el priísta huidizo; la guerra contra el narcotráfico, en su fase de terrorismo, colocada por algunos como presunta palanca de cambios políticos forzados en un Nuevo León siempre apatecido por el panismo-calderonismo.
En San Lázaro, mientras tanto, el procurador general de la República, Arturo no Chávez no Chávez, regalaba a la concurrencia un didáctico mural de la desgracia nacional. Valido apenas de algunas frases de cajón, pertrechado tras el breviario del buen burócrata intrascendente, el ex procurador de Chihuahua parecía hablar de otro país, uno que fuera medianamente inquieto, firmemente apegado al estado de derecho y sus paraísos reglamentarios, orgullosamente practicante de sus derechos y obligaciones, sin balaceras, colgados, descuartizados, secuestrados ni asesinados. Dosis de inconsciencia e irresponsabilidad de parte de los funcionarios de Calderón que, con éste, son el verdadero peligro para México.
Y, mientras el SME retoma este lunes las calles y la lucha, a un año del golpe, ¡hasta mañana!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Cada día Felipe Calderón deja más en claro que es un peligro para las próximas elecciones. Ha cercenado de manera sistemática libertades, garantías y legalidad, recluyendo a los ciudadanos en el calabozo del miedo activo y la amenaza latente, haciendo inviable el ejercicio cívico y comicial a causa del narcotráfico dominante y de la reacción policiaco-militar igualmente restrictiva e inhibitoria, envenenando intencionalmente el espectro de la diversidad mediante las alianzas partidistas pervertidas, retorciendo mecanismos judiciales para castigar a adversarios y promover personajes afines (incluso pertenecientes al orden familiar, como sucede en Michoacán) y advirtiendo desde ahora, con toda oportunidad, para que nadie se llame a engaño, que hará cuanto sea necesario para no dejar el poder o, cuando menos, para no dejarlo en manos de quien él no quiera.
Felipe sin pudor, que revive el lema central de la división social mexicana, el que adjudicaba a Andrés Manuel López Obrador ser un peligro para México, y lo enarbola para dar el banderazo de arranque de una nueva guerra sucia de propaganda contra el tabasqueño que ha resistido una criminal campaña de difamación y se reconstruye desde abajo, a pesar de todos los obstáculos que le han puesto. Si el asesino suele volver al lugar del crimen, el defraudador electoral está regresando al sitio de sus andanzas tramposas, regodeándose del botín alcanzado, una presidencia siempre tachada de espuria, y fabricándose a partir de esos falsos trofeos la creencia convenenciera de que ganó los comicios de 2006 a causa del impacto que habría tenido la frase salvaje que le endilgaron los estrategas estadunidenses y españoles, con el luego naturalizado mexicano Antonio Solá como comandante en jefe. Sueños de legitimidad inalcanzados, que hacen a Calderón hablar de 15 millones de votos logrados como si no hubiese tenido, formal e hildebrándicamente, apenas una diferencia de medio punto porcentual.
Felipe en guerra contra quienes piensan distinto a él y, en particular, contra quienes en legítimo ejercicio de sus derechos decidieron apoyar al candidato oficial de un partido legal, López Obrador, y en ese mismo esquema de libertad de elección podrían volver a apoyarlo. AMLO, según el licenciado HSCHC (haiga sido como haiga sido), le gusta a sus fanáticos, le gusta a un extremo súper radical, le gusta a esta especie de feligresía, pero no le gusta al mexicano común que trabaja, lleva a sus niños a la escuela y quiere vivir en paz y tranquilidad. En la medida que corrija eso va a poder sacar a relucir los talentos que como cualquier persona tiene, y ojalá le vaya bien. ¡El jefe formal del aparato político mexicano descalificando a los millones de personas que votaron y tal vez volverían a votar por ese candidato, y estableciendo normas de conducta y correctivos para ese presunto aspirante! Y, en la misma entrevista con Salvador Camarena, en W Radio, el caldero hablando de fuegos: Se sembró una campaña de odio clasista, revanchista. El despertar en México eso de los ricos, los privilegiados, generó un odio que polarizó mucho.
Fue comedida la respuesta de López Obrador a los exabruptos de FCH. Antes de hacer comentarios a su libro que era presentado en la Alameda de la capital del país, leyó una serie de consideraciones en las que predominó el aire de amor y paz que le ha caracterizado en su fase reciente. Él, AMLO, ni siquiera utilizaría contra Calderón ese fraseo del peligro para México, a pesar de las decenas de miles de muertos a causa de la guerra contra el narcotráfico. Prefirió el ofendido llamar al ofensor a que pida perdón por los daños que ha causado al país, y que de penitencia se abstenga de seguir optando por la mentira y la confrontación.
Pero, así como los escándalos declarativos de Calderón ayudaron a tapar los escándalos relacionados con la ganga otorgada a Televisa y Nextel mediante la vergonzosa y delictiva licitación 21, la respuesta de López Obrador coincidió con el proceso de cambio de nomenclatura norteña: de Monterrey a Monterror. Los habitantes de la capital de Nuevo León y su zona conurbada han ido viviendo el tránsito de la violencia entre ellos, los narcotraficantes, al ataque intencional a personas inocentes. Siembra de miedo entre la población no involucrada en la guerra contra el narcotráfico. Una granada contra gente que descansaba o paseaba en la plaza principal de Guadalupe, en días pasados. Balas en la plaza Morelos, siempre concurrida, de Monterrey. Se va cumpliendo el libreto Hillary que tomaba los ataques con coche bomba como muestra del paso del narcotráfico a fases distintas, no sólo con visos de insurgencia, sino de terrorismo. Dolorosa realidad cotidiana en una entidad cuyo microgobernador, Rodrigo Medina, sólo atina a seguir haciendo grilla con gel a favor de Peña Nieto pero que tiene abandonada la entidad mientras sus adversarios impulsan la idea de que habrá de caer el priísta huidizo; la guerra contra el narcotráfico, en su fase de terrorismo, colocada por algunos como presunta palanca de cambios políticos forzados en un Nuevo León siempre apatecido por el panismo-calderonismo.
En San Lázaro, mientras tanto, el procurador general de la República, Arturo no Chávez no Chávez, regalaba a la concurrencia un didáctico mural de la desgracia nacional. Valido apenas de algunas frases de cajón, pertrechado tras el breviario del buen burócrata intrascendente, el ex procurador de Chihuahua parecía hablar de otro país, uno que fuera medianamente inquieto, firmemente apegado al estado de derecho y sus paraísos reglamentarios, orgullosamente practicante de sus derechos y obligaciones, sin balaceras, colgados, descuartizados, secuestrados ni asesinados. Dosis de inconsciencia e irresponsabilidad de parte de los funcionarios de Calderón que, con éste, son el verdadero peligro para México.
Y, mientras el SME retoma este lunes las calles y la lucha, a un año del golpe, ¡hasta mañana!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Enrique Galván Ochoa: Dinero
se equivocó rotundamente quien haya supuesto que Alfredo Elías Ayub tendría una pizca de decoro y dejaría el cargo de director de la Comisión Federal de Electricidad mientras corren las investigaciones por corrupción –al menos la de la Cámara de Diputados, ya sabemos que la otra, la del procurador Arturo Chávez, es una averiguación muerta. El funcionario que fuera puesto como ejemplo de honestidad por el presidente Calderón finalmente ayer dio la cara a la opinión pública y lo hizo para informar que presentó una denuncia ante la propia PGR contra las empresas ABB y Lindsey por cohecho, ya que admitieron en el expediente abierto en Estados Unidos que pagaron sobornos a funcionarios de la paraestatal a cambio de contratos. Un poco tardía su reacción, el asunto tiene más de un año ventilándose. ¿Y no promoverá otra ante los fiscales federales de Estados Unidos, los que descubrieron la red de corrupción? No parece Elías Ayub muy animado a hacerlo. Correría el riesgo de ser llamado a declarar allá y en una de esas sale a relucir todo lo que aparentemente prefiere que siga oculto. Mientras tanto, su segundo de a bordo, Néstor Moreno Díaz, el que recibió muchos miles de dólares, el Ferrari y los yates, sigue desaparecido. Renunció en los días de las fiestas patrias y no se ha vuelto a saber de él. No falta quien opine que quizá sería aconsejable que se entregara a las autoridades del vecino país, allá al menos tiene asegurada su integridad física. Remember Muñoz Rocha.
La comunidad de Cabo Cortés
Un proyecto de desarrollo en la comunidad de Cabo Cortés, dos horas al sur de La Paz, Baja California Sur, está enfrentando dificultades, tropieza con la oposición de grupos ambientalistas. Fue autorizado desde hace dos años por la Semarnat, y la generación de energía solar juega un papel central. Ya se construyó un hospital, y podría crearse un buen número de empleos. Son 20 mil personas las que habitan la comarca y tradicionalmente han vivido de la pesca. El secretario general de la Corte Internacional de Arbitraje Ambiental, Ramón Ojeda Mestre, está tratando de conciliar los intereses. No es algo imposible.
Carlos Fernández-Vega: México SA
De plano no tiene remedio: el país se le desmorona en las manos; el suyo, entre tantas otras cosas, es el sexenio que reporta los mayores índices de inseguridad y asesinatos asociados a ella; el de peor comportamiento económico en casi cuatro décadas; el que observa ridícula generación de empleo; el de mayor fuga de capitales (51 mil millones de dólares, contra 40 mil de JLP); el que ha elevado la deuda pública en 10 puntos porcentuales en sólo cuatro años, para llevarla a 30 por ciento del PIB; el que en un bienio aumentó en 6 millones el número de mexicanos pobres (para vivir mejor); el que prometió reducir los impuestos y en los hechos los ha elevado como nadie antes; el que, como Fox, ha sido acusado de delincuente electoral… pero es él quien asegura que el peligro para México es otro, que esta acusación es cierta y válida y que el político con apodo de pez le hizo un daño terrible a México con su campaña de rencor y de odio antes y después de las elecciones, según su imparcial evaluación de la realidad nacional.
¿Desvergüenza, delirium, falta de memoria, masoquismo o muestra fehaciente de que le urgen unas vacaciones en el Fray Bernardino? Tal vez todo junto, sin olvidar su enfermiza actitud de ser el presidente del partido de gobierno, y no cabeza del Estado mexicano. ¿Qué necesidad tenía de regresar a los tiempos de su sucia campaña electoral, cuando cuatro años después de aquella temporada el balance que arroja es deprimente, notorio su fracaso como inquilino de Los Pinos y elevadísimo el costo para el país? ¿Tan urgido está de desviar las miradas? ¿Peligro para México? Sí, pero Felipe Calderón, junto con su gabinetazo, y no es propaganda negra, como la del PAN y su candidato. Son hechos.
En tiempos de su campaña electoral Calderón, su partido político y el gran capital que lo financiaba, pregonaban: si llega a presidente nos va a endeudar más y vendrá una crisis económica, devaluación, desempleo. Estos son los grandes planes de López Obrador, un peligro para México… López Obrador juega con el futuro de México… sus grandes ideas sólo significan deuda y más deuda para todos… con López Obrador perdemos todos… hay formas de que México avance sin deudas… Felipe Calderón te dirá cómo”.
Según amenazaba, quien endeudaría al país sería López Obrador, pero resulta que en cuatro años, con Calderón en Los Pinos, la deuda pública se ha incrementado de 20.3 a 30.2 por ciento del producto interno bruto (casi 2 billones de pesos), y contando, lo que se traduce en que la deuda por mexicano pasó de 18 mil 912 pesos en diciembre de 2006, a 36 mil 234 pesos en junio de 2010, casi el doble en 43 meses (hasta junio de 2010), lo que es lo mismo un aumento cercano a 100 por ciento. ¿Quién iba a endeudar a quién? ¿Cómo está eso de hay formas de que México avance sin deudas y Felipe Calderón te dirá cómo?
Lo anterior, sin olvidar lo relativo a crisis económica, devaluación y desempleo: la primera, la más profunda en 80 años, con un desplome de 6.5 por ciento del PIB, por mucho que la desdeñó calificándola, junto con su secretario de Hacienda, de simple catarrito; la segunda, hasta de 50 por ciento en 2008, para estabilizarse en 30 por ciento desde 2009; el tercero, creciente, con cifras históricas (2.5 millones de desempleados en el país, sin considerar otros indicadores que elevan la tasa a 15 por ciento de la población económicamente activa).
En otro pasaje de su guerra propagandística, Calderón, su partido y los titiriteros acusaban: “López Obrador miente otra vez en su anuncio del IVA… afirma que la propuesta de Felipe Calderón habla del tema… Mentira… además, de manera fraudulenta manipuló un video para engañarte. Lo que realmente propuso Felipe Calderón fue esto: devolver dinero en efectivo a los más pobres, reducir el impuesto sobre la renta… López Obrador te quiere ver la cara”.
En efecto, les vio la cara a los electores, a esos 15 millones de mexicanos que así lo pensamos en 2006 (que el Peje era un peligro para México), pero el propio Felipe Calderón en sus cuatro años de estancia en Los Pinos, aumentó impuestos y creó nuevos gravámenes por doquier; la tasa del IVA creció de 15 a 16 por ciento; la del impuesto sobre la renta de 28 a 30 por ciento y mayores gravámenes a productos como cerveza, alcohol y tabaco; de la manga se sacó el IETU (que comenzó en 16 por ciento y ya va por 17.5 por ciento), el impuesto a la gasolina (independiente del aumento regular a los combustibles), a las telecomunicaciones ((Internet, telefonía celular, telefonía fija, televisión por cable), a depósitos en efectivo, y los que se queden en el tintero. Y de aquello de devolver dinero en efectivo a los más pobres, ni sus luces. Por el contrario.
Felipe Calderón ofrecía al electorado: mi política tiene un solo objetivo: crear empleos bien pagados, para que tú y tu familia vivan mejor, y para eso voy a hacer cuatro cosas. Primero, voy a reducir los impuestos para quienes trabajan, producen o generan empleos, y voy a simplificar su pago; segundo, voy a transparentar totalmente los impuestos que pagamos; tercero, voy a invertir mejor tu dinero, y cuarto, voy a garantizar la estabilidad económica para cuidar tu patrimonio.
Cuatro años después se confirma, con hechos, no con propaganda, que sí hay un peligro para México: Felipe Calderón.
Las rebanadas del pastel
Y si de falta de memoria se trata, allí está Jesús Ortega, quien llama al Peje a serenarse, a no lanzar acusaciones falsas y a argumentar con hechos y datos duros sobre las alianzas emprendidas por la actual dirigencia perredista. Pues bien, va lo que cuatro años atrás decía el presidente de los Chuchos: no hay negociación que valga sino a los intereses superiores del país, y precisamente por ello es que se confunden los que piensan que esto se resuelve con un café, un apretón de manos o unos cargos públicos. La defensa de la legalidad y de la democracia se hace con principios y carácter y de eso hay mucho en el movimiento que defiende el triunfo electoral de López Obrador (El Universal, 7 de septiembre de 2006)… “consecuentes con una actitud de izquierda, hemos decidido resistir ante la injusta e ilegítima toma del poder por una oligarquía que compró un residente y un gobierno (…) somos consecuentes con la lucha democrática y estamos convencidos de que la peor manera de seguir, la que sí echa por la borda lo conseguido, la que sí lesiona a la izquierda mexicana, es la que apunta a dar la vuelta a la página, la de simular que no pasó nada grave y que se puede continuar como hasta ahora” (El Universal, 21 de septiembre de 2006).
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Pedro Miguel: Navegaciones
La sensación de abismo bajo sus pies inexistentes: la había experimentado cuando la laguna hirvió de guerreros aztecas dispuestos a vengar la matanza del Templo Mayor y él se encontraba cercado, junto con un puñado de hombres, en el palacio de Axayácatl, y hubo de ordenar una huida silenciosa y nocturna, no sin antes amarrar los hocicos de los caballos para que los relinchos no los delataran a los oídos de los defensores de la ciudad. Una anciana sin nombre que salió a tomar agua los divisó, dio aviso a los mexicanos y éstos no tardaron en lanzar sobre los fugitivos una nube de flechas. Evocó su propia angustia y la dificultad de cada paso sobre la calzada de Tacuba. De no haber sido por Martín de Gamboa, quien lo rescató y lo subió a su montura, habría sucumbido allí mismo, propinando mandobles a las tinieblas y con los pies enredados en los intestinos de sus compañeros muertos. Volvió el recuerdo amargo y vergonzoso –la vergüenza de la huida sería siempre más poderosa que el orgullo de la victoria posterior– y supo que, fuera donde fuera que se encontrase, tenía que salir de allí.
El Correo Ilustrado
¿Peligro o pánico por reorganización?, pregunta
En relación con la declaración que hizo Felipe Calderón, aparecida en la portada de La Jornada, AMLO es un peligro para México, quiero comentar que el verdadero peligro para México resultó ser él: un mandatario ilegítimo, sin noción de gobernabilidad; peligro para la clase trabajadora, los sindicatos, la educación gratuita, los bebés en guarderías subrogadas y los más de 7 millones de jóvenes que no tienen ni futuro ni esperanza. Para los jubilados que ven mermadas sus pensiones, para los empleados de la aviación, las paraestatales y para quienes cruzan un retén militar.
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Octavio Rodríguez Araujo: El PRD a punto del suicidio
Ya lo dijo Ebrard: el éxito de las alianzas depende también de la confianza que tengan los electores en un abanderado (La Jornada, 5/10/10). En buen castellano esto quiere decir que los partidos no importan sino el candidato. En términos pragmáticos el jefe del gobierno capitalino tiene razón: si los partidos han perdido identidad suficiente como para ser diferenciados unos de otros, el abanderado será el que dé el tono: izquierda, centro izquierda, centro, centro derecha o derecha (y hasta ultraderecha, si fuera el caso).
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Miguel Marín Bosch: Tony y Jimmy
A finales de septiembre el Partido Laborista británico se reunió para renovar su dirigencia y definir su futuro rumbo. Tras la derrota electoral en mayo Gordon Brown se refugió en su natal Escocia y el partido tuvo que escoger entre cinco candidatos, dos de ellos hermanos, David y Ed Miliband.
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La intentona golpista en Ecuador no se limitó a un simple motín policial reivindicativo como remachan los pulpos mediáticos, algunos de cuyos más abyectos voceros aseguran que todo fue un montaje del presidente Rafael Correa. En ella participaron unidades de la Policía Nacional que en la capital y en otras ciudades del país se declararon en huelga, sectores de la Fuerza Aérea que junto a policías ocuparon y cerraron los aeropuertos de Quito y Guayaquil, destacados personeros del llamado Partido Sociedad Patriótica del ex coronel Lucio Gutiérrez –entre ellos algunos de sus más cercanos colaboradores– y de otros partidos de oposición. En el regimiento policial Quito el presidente fue agredido con saña cuando intentaba dialogar con los insubordinados y sólo gracias a su valentía y la lealtad y firmeza de su pequeña escolta fue posible que aquella pudiera abrirse paso con el presidente asfixiado por los gases al hospital aledaño, donde se le mantuvo secuestrado hasta la operación de rescate en horas de la noche. En su primera comunicación Correa denunció el intento de golpe y magnicidio, que las evidencias van confirmando. En una entrevista posterior a su rescate manifestó que los preparativos golpistas vienen de hace tiempo, que hay infiltrados en la policía y el ejército y lo vamos a demostrar con videos. Por otro lado, el propio Correa y su ministro de Defensa Javier Ponce informaron en octubre y noviembre de 2008 la infiltración estadunidense en la inteligencia militar y la policía. Por la injerencia en la última su gobierno expulsó a dos diplomáticos estadunidenses en 2009.
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Olga Harmony: Drama Fest
La primera escenificación de Drama Fest Bicentenario correspondió a Cayendo con Victoriano del talentoso Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio. La amistad del cruel tirano con un ingenuo diplomático estadunidense se antoja tema interesante, pero la visión apiadada de Edith O’Shaugnessy, el final de un Huerta traicionado por todos con las sentimentales palabras de la relatora –que el autor toma de datos históricos– tras haberse opuesto al desembarco de los estadunidenses –dan se quiera o no un vuelco a la figura del traidor al que se presenta más como un sujeto de la picardía mexicana que como el cruel represor que fue, a pesar de la putrefacta y metafórica lengua que ostenta en su escritorio. Respeto la aguda inteligencia del autor, pero esta vez no entiendo la razón de su tema y Huerta me repugna tanto que me impide la nota imparcial que el dramaturgo y el lector merecen, aunque vaya a contracorriente de las revisiones a que los centenarios se están prestando y corra el riesgo de que se diga que veo la historia en blanco y negro.
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En una pequeña sala casi escondida del Museo del Judaísmo en París, fotos de Frédéric Brenner tomadas en 1984, historia de una comunidad de la provincia de Maharashtra, cerca de Bombay, que pertenece a una de las tres ¿sectas? de judíos que ha habido en la India desde el comienzo de la diáspora. Son completamente indios, ninguna diferencia, las mismas posturas acuclilladas, la comida en el suelo de tierra apisonada, las vacas siempre flacas echadas a la puerta de la sinagoga, idéntica a cualquier templo indio de suburbio, las facciones, las cabelleras, los andrajos, son los mismos, difieren por sus ritos y sus usos alimentarios de las otras religiones practicadas en ese subcontinente, y a pesar de todo han asumido que en el mundo existen castas, la de los intocables es para ellos la de los judíos que provinieron de Europa, los blancos, para ellos, la casta superior es la de los negros.
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