Pedro Echeverría V.
1. En México, por lo menos desde 1824 que existe como nación, la lucha por el poder gubernamental es la lucha más importante de los políticos, mismos que la convierten en la lucha más importante en México. Mientras los empresarios acumulan sus gigantescas riquezas privadas mediante la explotación, las herencias y la protección del Estado, los políticos también concentran riquezas, pero usando como sombra y protección al mismo gobierno y los negocios públicos. Por eso a través de los últimos 200 años la guerra por la sucesión presidencial ha ocupado siempre el primer lugar. Por otro lado la guerra contra el narcotráfico ha estado estrechamente ligada a lo político. La empezamos a conocer hace apenas 30 años, pero quien removió “el avispero” poniendo al ejército en las calles en 2006 convirtiéndolo en guerra criminal con 30 mil asesinados, fue el presidente de facto, Felipe Calderón. Son hoy dos grandes problemas nacionales.
2. Hay mil y un problemas indígenas, campesinos, obreros, de marginados, represiones, etcétera, pero por formarme durante décadas alrededor del marxismo, sólo parecen interesarme los problemas nacionales, de América Latina o mundiales. Siento que hay que luchar –y lo hecho durante mi vida- por cada uno de ellos, por más pequeños que fueran, sobre todo cuando los pobres se defienden de la explotación y la represión; pero por el marxismo aprendí (no se si mal) que las revoluciones socialistas sólo serían posibles en países –no como la Rusia semifeudal y monárquica de 1917- capitalistas de alto desarrollo, en las batallas en grandes centros fabriles con una clase obrera numerosa y experimentada. Nunca me convenció el argumento del “eslabón más débil de la cadena” ni las batallas por pequeñas reformas sociales que realiza la socialdemocracia que para mí sólo han servido para engrasar la máquina de explotación capitalista.
3. Por eso la lucha de los electricistas (2009-10) contra el cierre de la empresa Luz y Fuerza del Centro y el cese de 44 mil trabajadores, significó una coyuntura para lograr la unidad de toda la izquierda y emprender una batalla definitiva contra el capitalismo. ¿Qué otro sector de trabajadores en el país podría ser nacionalmente más importante por su número, su educación y experiencia sindical y política, así como por estar situado en la ciudad de México, la capital más activa? Sin embargo la sucesión presidencial en la que está clavada toda la clase política y el llamado combate contra el narcotráfico en el que gobierno de Calderón y ejército dedica todas sus fuerzas, sirvió para tapar aquel gran movimiento, hoy totalmente aniquilado. Sólo hay que imaginar la gran oportunidad que tuvo el movimiento social para paralizar el país al estar en la calle 44 mil obreros que pudieron unir a 100 mil lópezobradoristas, a la CNTE, la APPO, zapatistas y demás.
4. En México se han registrado batallas nacionales y locales muy importantes, pero nunca la clase dominante ha estado en jaque o por lo menos seriamente preocupada porque piense que va a perder el poder. Las grandes batallas fueron la de los estudiantes de Poli, que junto con los estudiantes y profesores normalistas, hicieron huelgas en la segunda mitad de los años 50; la gran huelga obrera que paralizó en 1958-59 el sistema ferroviario; el movimiento internista y de médicos de 1965; el poderoso movimiento estudiantil de 1968 que concluyó con la matanza de estudiantes el 2 de octubre; la guerrilla urbana de la primera mitad de 1970; la protesta del cardenismo por el fraude electoral de 1988; el levantamiento zapatista de 1994; la lucha de la APPO en Oaxaca y el fraude electoral de contra López Obrador 2006. Fuera de esas batallas de repercusión nacional, incluso internacional, las otras luchas han sido menores.
5. Desde 2006 tenemos la irrupción del “narcotráfico y anexas” porque el gobierno de Calderón, desesperado por poner al ejército en las calles para demostrar su poder frente al lopezobradorismo que lo acosaba, no midió las consecuencias y removió el avispero. Al cumplirse cuatro años de estar el ejército imponiendo un cuasi Estado de Sitio en el país, la guerra sigue siendo ganada por el narcotráfico y el gobierno está desesperado por ampliar la intervención del gobierno y ejército norteamericanos en la venta de armas, cierre casi de fronteras mediante soldados, construcción de muros, más dinero al Plan México (Iniciativa Mérida), cursos masivos a soldados y jefes militares de ejército en escuelas de EEUU, así como por una mayor penetración de agentes del Pentágono y de la CIA usando la Embajada yanqui. Calderón, el presidente de facto, sólo se ha dedicado a atacar esos dos problemas fundamentales; la sucesión presidencial y “la guerra al narcotráfico”.
6. El gobierno, la clase política y los grandes empresarios apuestan todo (miles de millones de pesos) a la vía electoral buscando lograr una salida para debilitar y frenar la guerra del narcotráfico que parece que se convierte rápidamente en política al dirigir sus fuerzas contra el ejército, los políticos de media y alta jerarquía y los empresarios con grandes capitales. La secretaria de Estado yanqui, Hillary Clinton, denunció que el narcotráfico se había convertido en narcoterror porque sus objetivos: asalto de cuarteles, robo de armas, secuestro y asesinato de políticos, están cambiando. A pesar de que en México hubo mucho rechazo por parte del poder económico y político a lo declarado por la Clinton, el ejército del gobierno ha estado armándose mucho más rápido en todos los niveles y se ha dedicado a invadir domicilios en todo el país sin mediar alguna orden judicial alguna. ¿Será que esa guerra pueda transformarse en favorable a la población?
7. Así que en México los dos asuntos interesantes, incluso con la participación directa del gobierno de los EEUU, son la política electoral presidencial que debe resolverse en julio de 2012 y las confrontaciones que suben de tono entre el gobierno de Calderón y el narcotráfico o narcoterror, como dice la segunda en jerarquía después de Obama. Todas las muchas pero pequeñas batallas defensivas de hoy en el país se subordinan a lo que los partidos corruptos: PRI, PAN, PRD y demás hacen buscando acomodos en 2012 y a los avances y retrocesos de la guerra que Calderón y el ejército iniciaron en 2006. Todo el desgobierno, el desempleo, la falta de inversiones, el crecimiento del trabajo informal, la migración a EEUU, lo que le llaman “delincuencia organizada”, todo, depende del juego político por la sucesión presidencial y del avance o retroceso del llamado narcoterror. Mienten los políticos o empresarios que dicen estar pensando en otra cosa.
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