México, entre países más inseguros para ellas
Por Analía Penchaszadeh *
México, D.F, 18 feb 11 (CIMAC).- Organizaciones humanitarias y de mujeres consideran el informe de la relatora especial sobre la situación de los defensores de Derechos Humanos (DH) de las Naciones Unidas, Margaret Sekaggya, como una contribución significativa para validar la importante función que desempeñan las defensoras de los DH y reconocerlas no sólo como víctimas sino también como agentes activas del cambio y la transformación sociales.
El informe plantea una doble necesidad: afrontar la gravedad de las violaciones contra estas defensoras y brindar protección específica a su género.
La Asociación para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo (AWID) e integrantes de la Coalición Internacional de Defensoras de los Derechos Humanos (WHRD IC) asistirán a la presentación y discusión públicas del informe durante el periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra el próximo 10 de marzo, para apoyar sus recomendaciones.
El nuevo informe cubre las actividades de la Relatora Especial desde diciembre de 2009 hasta diciembre de 2010 y ofrece un análisis de los riesgos y desafíos que enfrentaron las defensoras de los DH y quienes se dedican a los derechos de las mujeres y las cuestiones de género, entre 2004 y 2009.
Asevera que “las defensoras corren mayor riesgo de sufrir determinados tipos de violencia y otras violaciones, perjuicios y formas de exclusión y rechazo que sus colegas varones. Ello suele deberse a que se considera que las defensoras cuestionan unas normas socioculturales, tradiciones, percepciones y estereotipos aceptados acerca de la femineidad, la orientación sexual y el papel y la condición de la mujer en la sociedad”.
El informe presenta datos irrefutables sobre violaciones contra las defensoras y quienes se dedican a los derechos de las mujeres o las cuestiones de género, como también contra sus familias.
Resalta que mujeres profesionales –incluyendo a profesionales médicas, de la salud y jurídicas, periodistas y profesionales de los medios de comunicación– se encuentran en riesgo.
Los riesgos y violaciones que se reportaron entre 2004 y 2009 incluyen amenazas de muerte y asesinatos; arrestos, detención y criminalización; estigma; y violencia sexual y violación.
“Un número alarmante de defensoras de los derechos humanos y sus familiares pagaron el más alto precio por su labor”, reporta Margaret Sekaggya. La relatora recibió 39 comunicaciones sobre asesinatos y 35 relativas a intentos de asesinato.
De acuerdo con el informe, en América Latina (AL) las defensoras tienen mayores probabilidades de sufrir amenazas –incluso de muerte–, asesinatos e intentos de asesinato; más de la mitad de las comunicaciones relativas a amenazas de muerte se refería a defensoras que trabajan en Colombia, México, Guatemala, Brasil, Honduras y Perú.
“Uno de los grupos que parece correr más riesgos es el de las defensoras que luchan contra la impunidad de las presuntas violaciones de los derechos humanos”.
El informe señala que el análisis de las comunicaciones recibidas por la relatora especial “revela una tendencia preocupante en cuanto a la criminalización de las actividades que llevan a cabo las defensoras de los derechos humanos y los activistas dedicados a promover los derechos de la mujer o las cuestiones de género en todo el mundo”.
Esto incluye detenciones y criminalización del trabajo de las defensoras, así como la realización de investigaciones penales e irregularidades en cuanto al respeto de las garantías procesales y el derecho a un juicio justo.
En AL, según el informe, los actuales mecanismos de protección de las defensoras de DH son ineficaces porque no tienen en cuenta a los agentes no estatales entre los autores de violaciones de derechos.
El esfuerzo de México por desarrollar un programa de protección para defensores de los DH fue resaltado, pero con reserva porque no queda claro si este mecanismo tendrá en cuenta las necesidades especiales de seguridad y protección de las mujeres defensoras.
La relatora especial recomienda que los Estados “reconozcan públicamente la función concreta e importante que desempeñan las defensoras y quienes se dedican a los derechos de la mujer o las cuestiones de género en la consolidación y la promoción de sociedades pluralistas e integradoras como primer paso para prevenir o reducir los riesgos que corren”.
La relatora pide investigar las violaciones rápida e imparcialmente y luchar contra la impunidad; aumentar los recursos materiales para proteger a las defensoras; incorporar una perspectiva de género en la planificación y aplicación de todos los programas de protección; y mejorar los mecanismos para documentar las vulneraciones de los derechos de las defensoras.
* Artículo retomado de la Asociación para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo (AWID).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario