Desde la luna de Valencia
Por: Teresa Mollá Castells*
Cimacnoticias | España.- Al parecer, el actual gobierno del Partido Popular (PP), encabezado por Mariano Rajoy, teme nombrar algunos temas por su nombre.
Así la ministra Ana Mato, responsable del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, en su primera comparecencia pública por un tema relacionado con el terrorismo machista, evitó hablar de violencia de género y habló de “violencia intrafamiliar”.
Al parecer dicha ministra no ha leído la Ley Orgánica 1/2004 sobre Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, aprobada por unanimidad en el Parlamento, y que en su nombre ya habla de violencia de género y en el primer párrafo de su exposición de motivos dice: “La violencia de género no es un problema que afecte al ámbito privado.
“Al contrario, se manifiesta como el símbolo más brutal de la desigualdad existente en nuestra sociedad. Se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión”.
Y esta expresión, violencia de género, la va repitiendo a lo largo de todo el articulado de la ley que, repito, fue aprobada por unanimidad por el Parlamento.
Otro de los ministros de Rajoy que también evita hablar de “género” en su reforma del Código Penal, es el actual responsable del Ministerio de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, quien además usurpa competencias al Ministerio de Mato en la más que posible y temida reforma de la Ley Orgánica 2/2010 de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE).
Así las cosas y después de haber permitido que el Estado español retrocediera 14 puntos en el índice global de igualdad de género del Foro Económico Mundial, no es de extrañar que ahora sea el único gobierno del mundo que “invite” a ONU Mujeres a cerrar su oficina en el Estado español, pese a que no había ningún costo por su mantenimiento.
Por lo que he podido leer e investigar desde que se produjo esta noticia la pasada semana, nunca antes ningún Estado ha invitado a la ONU a cerrar ninguna de sus oficinas en sus territorios. Y cuando digo ninguna de sus oficinas, no me refiero a las de ONU Mujeres, me refiero a cualquiera de sus agencias en todo ámbito.
Pero Rajoy y su séquito de asesores llenos de misoginia quieren desterrar cualquier recuerdo de aquello en lo que en algún momento hemos sido referentes internacionales, como en los temas de violencia de género y los relacionados con políticas de género e igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.
Ponen excusas para justificar ese cierre de la oficina de ONU Mujeres en España. Excusas que como diría mi madre son “de mal pagador” puesto que nada tienen que ver con la realidad.
La creación de una red de oficinas en los distintos países fue una de las prioridades de la directora ejecutiva de ONU Mujeres, la ex presidenta chilena Michelle Bachelet (que cuenta entre sus asesoras con la única ministra de Igualdad en la historia de España, Bibiana Aído), desde que arrancó esta gran agencia de Naciones Unidas en 2010.
Estos centros permiten tener información de las políticas y prácticas de los distintos gobiernos –con vistas a su posible extensión a otros–, y favorecer la cooperación institucional.
También movilizan recursos económicos para proyectos y rinden cuentas sobre sus resultados. En el caso de España, la oficina de enlace llevaba abierta desde 2007 cuando la igualdad tenía menor rango en Naciones Unidas y se repartía entre cuatro organismos –incluido UNIFEM–.
Este organismo internacional dependiente de la ONU trabaja por la erradicación de la violencia de género y por la participación igualitaria de las mujeres en la construcción de la paz, las decisiones políticas, la economía y la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, aplicando la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), ratificada por España en 1983, su protocolo adicional ratificado en 2000, y la Plataforma de Acción de Beijing de 1995.
Como explica Soledad Murillo: “Contar con una agencia como ONU Mujeres representa para cualquier gobierno una excelente oportunidad, primero porque permite estrechar lazos con las Naciones Unidas, uno de los organismos con enorme poder de influencia en el mundo. Y segundo, porque debido a los múltiples encuentros que convocan a líderes internacionales, se afianzan relaciones de mutua cooperación.
Que ONU Mujeres se elimine, aún sin representar gasto alguno en los presupuestos, es una severa torpeza por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores y una grave incompetencia por parte del gobierno.”
Desde la Secretaría General de Cooperación del Ministerio de Exteriores, su responsable, Gonzalo Robles, justifica la medida de este modo: “ONU Mujeres tiene sentido en los países donde tiene que impulsar políticas que aquí ya existen. Nos parece más inteligente tener a alguien en el lugar donde se toman las decisiones”.
Así las cosas, nuestros actuales gobernantes que al parecer le tienen cierta alergia a todo lo relacionado con las políticas de género e igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, tal y como han venido demostrando a lo largo de la presente Legislatura, van a ser pioneros en desmontar una oficina de la ONU que persigue la eliminación de desigualdades entre los sexos.
Pero al parecer, en su persistente lucha por recortar derechos de ciudadanía, esto no les importa nada puesto que pertenece al ámbito de las mujeres o, lo que es lo mismo, al ámbito privado.
Afortunadamente a muchas nos queda la conciencia de lucha por mantener los derechos conquistados e incluso continuar conquistando otros, y ya hay en marcha una campaña de recogida de firmas para evitar o, al menos denunciar públicamente, que el cierre de la oficina de ONU Mujeres en España se lleve a cabo, pese a Rajoy, Mato o Ruiz Gallardón.
Porque los derechos de las mujeres han de respetarse más allá de las siglas políticas que sustenten los distintos gobiernos y eso pasa por el mantenimiento de las estructuras políticas por la igualdad entre mujeres y hombres, así como por el cumplimiento integral de la Ley Orgánica 3/2007, del 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres en todos sus ámbitos.
Porque en la agenda política de nuestros gobernantes deben permanecer los problemas derivados de las desigualdades de género resultado de la histórica discriminación hacia las mujeres.
Porque no se puede ni se debe permitir que con la excusa de la crisis se recorten derechos de ciudadanía respecto a la igualdad de mujeres y hombres que ya están legislados.
Porque la crisis no ha de ser excusa para el incumplimiento de la legislación vigente en materia de igualdad de género.
Porque la “alergia” de ciertos ministros e incluso ministras del actual gobierno a hablar, e incluso a cumplir la legislación en materia de género, no debe frenar el avance en materia de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.
Desde aquí invito a que todo el mundo firme esta propuesta para intentar frenar una tropelía más de este gobierno en este enlace: http://www.change.org/es/peticiones/gobierno-de-españa-que-den-marcha-a....
Esperemos que su respuesta sea masiva y que ello obligue a nuestro reaccionario gobierno a replantearse esta decisión.
tmolla@teremolla.net
*Corresponsal en España. Periodista de Ontinyent.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario