En México, únicamente el 1.7 por ciento de la población puede acceder a lo que establece un mandato constitucional para todas las familias: que sus percepciones económicas alcancen para satisfacer las necesidades materiales, sociales, culturales y educativas. Ello, porque en el recién concluido sexenio de Calderón el poder adquisitivo cayó en 43.1 por ciento, mientras que, en los últimos 25 años, la pérdida es de 79.11 por ciento
De
una población total de 116 millones 900 mil personas, en México sólo 2
millones 34 mil 987, el 1.7 por ciento, está en posibilidades de
acceder a lo que establece el mandato del Artículo 123 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: que “los
salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las
necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material,
social y cultural, y para proveer la educación obligatoria de los
hijos”.
Y es que, actualmente, el costo diario de la canasta básica
constitucional integral para una familia promedio en México (de 3.5
integrantes) es de 940 pesos, lo que equivale a 15.08 salarios mínimos.
El salario mínimo, 62.33 pesos al día, no alcanza ni siquiera para
adquirir la canasta alimentaria recomendable, que incluye 35 productos
con los nutrientes mínimos necesarios para una adecuada alimentación y
cuyo costo ponderado (de consumo diario) es de 183.59 pesos.
Éstos y otros datos forman parte del Reporte 100. Poder adquisitivo del salario y la precarización del nivel de vida de los trabajadores en México 2012, elaborado por el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Los cálculos del CAM para el sexenio que recién concluyó
contrastan con el optimismo mostrado por Felipe Calderón durante los
últimos días de su mandato.
A decir de los especialistas, durante el sexenio pasado, que se
caracterizó por mantener los aumentos salariales en el orden de entre
el 4 y 5 por ciento anual, el poder de compra de los trabajadores
registró una caída del 43.1 por ciento. Es decir, mientras el salario
mínimo nominal aumentó en 28.06 por ciento, el precio ponderado diario
de la canasta alimentaria recomendable se disparó en 125.37 por ciento.
Durante el último año del calderonismo (de enero a agosto de
2012), el precio ponderado de la canasta alimentaria recomendable
registró un incremento acumulado de 12.96 por ciento, al pasar de
162.53 a 183.59 pesos. Esto “pulverizó” el salario mínimo, que de 2011
a 2012 sólo creció en 4.2 por ciento, de 59.82 a 62.33 pesos.
Si se toma la tendencia actual en el incremento del salario
mínimo, “tendrían que pasar nueve generaciones de mexicanos para que
con un salario mínimo cualquier trabajador pudiera adquirir la canasta
alimentaria recomendable”, aseguran los economistas. Esto significa que
durante 47 años los precios de los productos que comprende la canasta
se tendrían que congelar para que, finalmente, en el año 2059 el
salario mínimo ascendiera a 184.42 pesos y el precio de la canasta
alimentaria recomendable fuera de 183.59 pesos.
Frente a este panorama, las familias en México además de explotar
al máximo su ingenio para hacer rendir su escaso dinero han tenido que
incorporar a otros de sus miembros al mercado laboral; algunos de ellos
incluso han migrado o incursionado en la economía informal.
Para sobrevivir, en 1987 sólo se necesitaba el sueldo de un
integrante de la familia; en 2000, los jefes de ésta tenían que optar
por tener dos empleos o bien por incorporar a dos de sus miembros al
mercado laboral; para 2012, al menos tres personas tienen que aportar
al ingreso familiar.
De acuerdo con la encuesta Ingreso-gasto de las familias trabajadoras en México
que el CAM levantó, el 46.88 por ciento de la muestra genera un ingreso
mensual de 6 mil 656 pesos, es decir, 3.56 salarios mínimos. Esto sólo
es posible si tres miembros de la familia trabajan y si juntos cumplen
semanalmente 150.67 horas de jornada laboral.
Caída del poder adquisitivo
En 25 años de neoliberalismo, el poder adquisitivo de los
trabajadores perdió un 79.11 por ciento. Y es que si bien del 16 de
diciembre de 1987 al 19 de agosto de 2012 el salario mínimo de los
mexicanos creció en 863.37 por ciento (de 6.47 a 62.33 pesos), el
precio de la canasta alimentaria recomendable se incrementó en 6 mil
37.38 por ciento (de 13.43 a 842.25 pesos).
Esto significa, explican los investigadores del CAM, “que con un peso de 1987 ahora sólo se pueden comprar 0.28 centavos”.
Mientras que en el sexenio de Miguel de la Madrid con un salario
mínimo alcanzaba para adquirir casi dos canastas, es decir, el 163.8
por ciento de éstas, con Felipe Calderón sólo se pudo acceder al 33.95
por ciento.
“Esto es sólo reflejo del cúmulo de políticas económicas que en el
marco del neoliberalismo han rezagado el nivel de ingresos de la clase
trabajadora en México”, apuntan los integrantes del CAM.
Refieren, por ejemplo, que en 1982 “el Estado mexicano no titubeó
cuando tuvo que decidir entre la inversión de capital y el bienestar de
la población. Optó por la primera. Sólo hay que tener un poco de
memoria histórica y recordar el Fobaproa [Fondo Bancario de Protección
al Ahorro]”. Ahora, la primera vez en la historia del país que el
precio del huevo se encuentra por encima del salario mínimo, se
pretende, con la reforma laboral, “abaratar más el precio de la fuerza
de trabajo y dar mayores ventajas a los grandes capitales mediante la
instrumentación del outsourcing (subcontratación), entre otras modalidades antilaborales”.
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