2/27/2015

El deterioro continúa

Gerardo Esquivel

La situación en el país continúa deteriorándose paulatinamente. A la crisis de inseguridad y de confianza, ahora se suma un escenario económico no del todo favorable y una crisis política en el órgano encargado de conducir el proceso electoral (el INE); todo ello mientras que la violencia en el estado de Guerrero continúa y ya inclusive dejó un muerto (un maestro jubilado) en un enfrentamiento poco claro y en el que tanto la CETEG como el gobierno federal se acusan mutuamente de haber provocado el deceso. 
La crisis en el INE es más complicada e importante de lo que parece. Es en parte también una crisis de confianza, en la que siete partidos de oposición se pararon de la mesa del INE y han cuestionado inclusive el liderazgo del consejero presidente. Todo el problema deriva de lo que se percibe como una cierta condescendencia y/o favoritismo de algunos órganos del INE para con el PVEM. Esta percepción es en parte fundada, ya que ha habido un cierto rezago y lentitud para responder a algunos cuestionamientos de otros partidos e incluso de la ciudadanía. El problema, sin embargo, es que tanto los partidos de oposición como algunos analistas se equivocan al centrar su enojo en el consejero presidente. El problema viene de otro lado, en específico de ese bloque de consejeros que abiertamente simpatizan con el PRI y/o el PVEM y que han contribuido a esta situación. Son ellos, los que ponen en un predicamento al consejero presidente y a otros consejeros que sí están tratando de hacer bien su trabajo. Se trata nuevamente de la cooptación de los órganos electorales que deberían ser independientes. Algo similar parece ocurrir con otras instancias como el Tribunal Electoral, cuya sentencia al tema de los spots del PVEM en el cine es francamente ridícula (una amonestación pública nada más). Lo realmente sorprendente es que ha habido muy pocas voces cuestionando el actuar de esos consejeros con claras afinidades políticas y menos aún cuestionando la resolución del TEPJF. 
El problema, por lo demás, es que en este tema del INE estamos ante lo que se conoce en inglés como un Catch-22. Es cierto que el proceder del INE en su conjunto puede ser muy cuestionable. Sin embargo, en la medida en que los señalamientos en su contra contribuyan a minar su credibilidad y reputación en general, terminaremos incluso peor que antes. Con un INE muy debilitado y cuestionado, por ejemplo, para el cual será muy difícil administrar y resolver satisfactoriamente los conflictos poselectorales de 2015. Es por ello que en el análisis de la crisis del INE debemos ser muy cuidadosos en identificar a los verdaderos causantes de la situación y no hacer escarnio ni de la institución en general, ni de aquellos que por su calidad de minoría poco pueden hacer frente a las decisiones de esa mayoría que está al servicio de algunos partidos. 
Y por otro lado, mientras el deterioro continúa, la clase política mexicana, como los violinistas del Titanic, siguen actuando como si nada, mientras el barco se hunde. El líder de la CTM, Joaquín Gamboa Pascoe, por ejemplo, inauguró una estatua de sí mismo, seguramente como una especie de autohomenaje a las cero huelgas ocurridas en todo 2014 en el país. El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, le dio una entrevista al Financial Times en donde asegura que hay una crisis de confianza en el país, sin siquiera ruborizarse y sin que parezca darse cuenta de que él mismo está en el epicentro de dicho problema y que su contribución a dicha crisis es muy significativa. El Presidente, por su parte, envía una terna de un solo hombre para la Suprema Corte, en donde el candidato del Presidente, el embajador Eduardo Medina Mora, no cuenta con ninguna experiencia en el ámbito judicial. Nadie parece haberles avisado que el horno no está para bollos.
Economista.

@esquivelgerardo
gesquive@colmex.mx

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