9/12/2016

Los periodistas pal café. . . .



Contra una larga tradición de arreglos silenciosos con los gobernantes en turno, la cúpula de la Iglesia católica ha decidido saltar a las calles para manifestarse abiertamente en contra de procesos legislativos en curso, referidos a importantes temas de interés público, agravando la polarización social y aprovechando la baja capacidad de resistencia del bocabajeado Enrique Peña Nieto.
En estricto sentido, la sublevación de las sotanas no tiene fundamento: el derecho de las personas del mismo sexo para contraer matrimonio está reconocido jurídicamente, aunque los interesados deben tramitar un recurso de amparo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación desahoga positivamente, conforme a las normas vigentes. La iniciativa de Peña Nieto para reconocer ese derecho en la letra constitucional le daría un carácter general, sin necesidad de que cada interesado lo demande en lo individual.
Y, si los tradicionales canales de comunicación entre la Iglesia y Los Pinos funcionaran, o si los prelados quisieran darse por enterados de esto, la realidad en el congreso federal muestra que la iniciativa de Peña Nieto está procesalmente congelada, sin viabilidad inmediata o tal vez ya políticamente fulminada, por decisión de la bancada priísta que se mueve conforme a las instrucciones de Los Pinos.
Tampoco es un problema relacionado con libertades de expresión o de manifestación. Tanto derecho tienen de ejercer sus garantías constitucionales quienes están en contra como quienes están en favor de esa iniciativa favorable al matrimonio igualitario. Las marchas públicas realizadas este sábado y domingo, en uno u otro sentido, tienen, en su esencia, el componente de la legítima decisión de ciudadanos de expresar activamente sus puntos de vista y pretender que sean escuchados y procesados por los ámbitos de poder correspondientes.
El punto clave, en el contexto de las movilizaciones contra los matrimonios de personas del mismo sexo, está en la injerencia de específicos ámbitos de poder, como el clerical, y en la consecuente violación de ordenamientos constitucionales contrarios a su intervención en asuntos políticos. La historia de México registra episodios lesivos al interés nacional que fueron protagonizados por la élite eclesiástica, e incluso se produjo el siglo pasado la confrontación armada entre el gobierno, entonces a cargo de Plutarco Elías Calles, y grupos insurrectos autodenominados cristeros, con la participación abierta de la jerarquía católica.
La exacerbación de los ánimos conservadores, o francamente reaccionarios, ha sido muy clara en términos de la insidiosa difusión de versiones, sin sustento verídico, en el sentido de que el Estado pretende apropiarse del control doctrinario de los niños, para iniciarlos en una ideología proclive a la diversidad sexual, lo que incluiría su temprana definición en uno u otro roles. Colocar a los hijos como inminente materia de una especie de perversión legalizada, incentiva enojos, sobre todo en una base social con predisposición al fanatismo.
Si se analizara con rigor el hecho de que la iniciativa peñista no crea nuevos derechos, sino que los reconoce y generaliza, e incluso la evidencia política de que ese peñismo está en un proceso de abierto repliegue, casi de claudicación en ese tema, y si la difusión del proyecto de iniciativa se hiciera con puntualidad, sin excesos en busca de incendios sociales, es probable que no hubiese sido necesario ver en la calle, manifestándose, a 11 obispos (acompañados, en varios casos, por políticos panistas e incluso por monjas y monjes con sus hábitos).
Pero hoy, ante el declive del poder de Los Pinos, y con la vista puesta en el futuro electoral, varios actores y factores, antes acaramelados con Peña Nieto, creen llegada con urgencia la hora del deslinde e incluso de la ofensa con fines expiatorios. En el horizonte de 2018, la derecha considera llegada una nueva oportunidad electoral, ante un priísmo que parece condenado a la derrota y una izquierda dividida (PRD y Morena) y susceptible de múltiples trampas y campañas adversas. En ese contexto, la derecha y la ultraderecha mexicanas están de vuelta en las calles, convocando masas, enturbiando el debate, polarizando y preparándose para enarbolar próximamente el estandarte electoral de alguna opción conservadora cercana a sus intereses.
Involuntariamente, Hillary Clinton llevó ayer a un punto alto de la discusión pública el tema de la salud de los candidatos presidenciales (no solamente los de Estados Unidos). Presente en Nueva York, en un acto en recuerdo de los ataques a las Torres Gemelas, la aspirante demócrata hubo de retirarse y, a la hora de subir a su camioneta, se le vio tambaleante, a punto de caer. Luego se informó que había sido a causa de un golpe de calor y, finalmente, su médica personal dijo que desde el pasado viernes se le había diagnosticado neumonía.
El incidente de salud favorece al revitalizado Donald Trump (¡Gracias, Luis; gracias, Enrique!), quien ha insistido en que Clinton no tiene la salud ni el estado físico adecuados para cumplir con el duro rol de presidir a la potencia estadunidense. Ayer mismo, mientras Hillary reaparecía sonriente a las afueras del departamento de su hija en Nueva York, proclamando que se sentía muy bien, ya se hablaba en Estados Unidos de los mecanismos para sustituir a candidatos y volvía a florecer el sueño de postular al socialista democrático Bernie Sanders.
Peña Nieto dudó de sí mismo al bromear acerca de la publicidad que estaría haciendo a una bebida causante de graves problemas de salud en México: “el Presidente de la República toma Coca-Cola todos los días, Coca-Cola light. Espero que eso sea una buena publicidad para los productos de ustedes, o no lo sé ya…”, dijo ante directivos de la empresa mundial, responsable en buena parte de la crisis de salud mexicana por obesidad.
¡Hasta mañana, con Bellas Artes en promoción para renta a particulares, como acaba de suceder con el cantante Mijares en concierto privado, con Lucero y Angélica Rivera entre el selecto público!
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¿A poco creyeron que el dinero que se ha hecho humo en los gobiernos de los Padrés, Borges, Medina o Duartes no iba a tener consecuencias? El gobierno federal ha tenido que irse endeudando para financiar la corrupción. El año próximo deberá pagar a los bancos acreedores 568 mil millones de pesos de intereses sobre una deuda de 9 billones. En otras palabras: 12 centavos de cada peso del presupuesto se destinará a pagar intereses. (Capital no, sólo intereses.) De ahí las advertencias de las empresas calificadoras internacionales en el sentido de que controle sus gastos o los bancos le cancelarán las tarjetas de crédito (dicho esto en sentido figurado). El gobierno lo va a hacer, pero de la peor manera posible: al pago de la deuda, por supuesto, y le quitará recursos a educación y salud, y los transferirá a diputados, senadores, ministros de la Corte y al INE. Puede verse en la gráfica: en vez de apretarse el cinturón, se lo aflojaron.
¿Brujo?
Está enferma Hillary Clinton, tiene neumonía desde el viernes y sufrió un desmayo cuando asistía a la ceremonia conmemorativa del 11-S en Washington. La elección será el próximo 8 de noviembre, y Trump pisándole los talones. En las redes sociales ha sido tema frecuente el estado de salud de la candidata demócrata. Se supone que tiene una condición de salud que, de conocerse públicamente, la obligaría a retirarse de la contienda. El episodio de ayer abona a esa hipótesis. Pero aquí en México, los amigos de Luis Videgaray ya comenzaron a decirle, ¡brujo! No se equivocó al invitar a Trump, opinan. Era necesario tender un puente de comunicación con el candidato que se ha mostrado como enemigo de los intereses de nuestro país. Después del desenlace infausto del encuentro con Peña Nieto, Trump dijo que México perdió un secretario brillante. Anda sin chamba, todo puede ser…
#LordPuraSangre
Decir que levanta suspicacias la fortuna del ex gobernador de Sonora Guillermo Padrés, es poco. No habían pasado ni 24 horas de que se informó que lo investiga la fiscalía anticorrupción del estado por un presunto fraude (posee una cuadra de 450 caballos pura sangre que están valuados en más de 100 millones de pesos), cuando un juez federal congeló la orden de presentación girada en contra del panista, derivada de una averiguación iniciada por la Procuraduría General de la República. Padrés está siendo también auditado por el SAT e investigado por esa chistosada llamada Comisión Anticorrupción del PAN. La contraloría sonorense demandó al ex gobernador por daños patrimoniales estimados en 6 mil 250 millones de pesos. Al ex mandatario estatal ya se le han asegurado ranchos, casas y predios… pero en algún momento se los podrían devolver, como sucedió en el caso de Raúl Salinas de Gortari. Será pieza de cambio entre el PRI y el PAN en las negociaciones del presupuesto. Ese amparo sí vale.



La primera vez que me dieron la noticia no la entendí. No es fácil cuando tu informante te habla echando espuma por la boca.
Le pedí que calmara su furia y habláramos luego de que yo leyera el artículo que comentaba. Después de hacerlo entendí la muina que corroía a mi amiga. Al principio mis hipótesis sobre los motivos íntimos que sustentaban la audacia del autor fueron benévolos y hasta condescendientes. Un chico en busca de reafirmación y lucimiento (que para él es vida, oxígeno y ahorro de muchas sesiones de terapia). La necesidad imperiosa de una diferenciación con sus iguales, de los que ha renegado la vida entera. Ésta era una oportunidad perfecta: una provocación de castañuelas y panderetas que lo distinguiera de los habitantes de este espacio que la raza (sin espíritu y, sobre todo, sin clase) ha convertido en el gueto de la pobreza, la vulgaridad, el mal gusto y la ropa sin marca. Estoy aquí, pero no somos los mismos. La mía, entre ustedes, es una tarea evangelizadora. La misión que se me ha encomendado es plenamente civilizatoria. Es decir, fue un mal cálculo, un desconocimiento absoluto del lugar en que se había incrustado: pensó en un simple escandalito lucidor que levantara sus caídos bonos (tenía un año dedicado exclusivamente a cambiar personal y nada más), pero no fue así. En esta escaramuza de clases la gleba se impuso. Cuando leí el artículo (varias veces) me di cuenta, primero, que se trataba de algo más que una permisible explosión de egolatría y necesidad de reflectores: Sólo contra el mundo (William Holden: Australia 1979). Y, más concretamente, contra 700 mil disidentes en Bellas Artes (el secretario de Cultura dixit) y muchos más regados por el país y obviamente al norte de la frontera.




Diariamente aparecen encuestas en las que se muestra un virtual empate entre Hillary Clinton y Donald Trump en la carrera por la Casa Blanca. Los resultados son causa de alarma y sobresaltos entre quienes, con sobrada razón, perciben que sería desastroso la llegada de un personaje como Trump a la presidencia de Estados Unidos. Por ello es necesario matizar el resultado de esas encuestas y ponerlas en un contexto más acorde con el sistema electoral estadunidense.
Durante el mes de agosto el diario The Washington Post realizó una amplia y detallada encuesta sobre las preferencias de 75 mil electores a lo largo del país, de la cual se desprende que Clinton tiene una amplia ventaja sobre Trump en el Colegio Electoral, sistema mediante el que se elige al presidente. Los electores que residen en los estados costeros se inclinan a votar por el Partido Demócrata.



Por obra y gracia de la clase política, los mexicanos se han dedicado a pagar los lujos de la alta burocracia, los excesos gubernamentales y del gran capital, y la voluminosa deuda pública que avanza a paso veloz, y lo que el Fondo Monetario Internacional apenas un año atrás registraba como un desafío para el país, hoy es una cruda realidad que amenaza con derribar las finanzas del Estado.
El siempre creativo gobierno mexicano (junto a sus barones –o al revés–, que se han servido con la cuchara grande) creyó encontrar la piedra filosofal que resolvería los grandes problemas nacionales: endeudarse hasta la coronilla… para pagar intereses de la deuda, sin reconocer que el circuito es interminable y su costo financiero insaciable.
En datos duros, lo anterior se traduce en lo siguiente: con Peña Nieto en Los Pinos, y a su lado –o viceversa– su fabuloso ministro del (d) año, Luis Videgaray, el saldo de la deuda pública se incrementó 50 por ciento, o si se prefiere alrededor de 3 billones de pesos. De este monto, en números cerrados, cerca de 2 billones se han utilizado para cubrir el costo financiero del propio débito, y aun así el citado saldo ha crecido hasta rozar 9 billones de pesos.
A pesar del vertiginoso aumento de la deuda, México no crece económicamente ni en lo social su población reporta mejoría (no hay desarrollo, pues), y año tras año se encojen los presupuestos para educación, salud, ciencia y tecnología y demás renglones prioritarios para la nación, mientras avanza incontenible el destinado a cubrir el costo financiero de la deuda pública.
Una muestra de lo anterior fue publicado ayer por La Jornada: “la deuda pública creció a un punto que el pago de intereses consume más recursos de los destinados por el Estado a financiar la educación, salud, el desarrollo social y a las ocho instituciones federales de educación superior, incluidas la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional.
En 2017 el costo financiero de la deuda pública sumará 568 mil 197.6 millones de pesos, cantidad que supera en 18.9 por ciento a los recursos destinados para el mismo fin en 2016, de acuerdo con el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el próximo año, entregado el jueves pasado a la Cámara de Diputados por el secretario de Hacienda, José Antonio Meade (elaborado, en realidad, por Luis Videgaray). “En cambio, para educación, salud, desarrollo social y las instituciones de educación superior el presupuesto previsto sumará 556 mil 41.1 millones de pesos, cantidad que equivale a 97 por ciento de lo destinado al pago de la deuda pública… La cantidad a pagar el próximo año de intereses de la deuda es la más alta, respecto del tamaño de la economía, en 16 años” (La Jornada, Roberto González Amador).
Resulta espeluznante el panorama para el próximo año, aunque en los hechos sólo se suma a lo que de tiempo atrás constituye una de las grandes debilidades de las finanzas públicas, especialmente a partir de que se resolvió el problema de la deuda (Carlos Salinas utilizó por primera vez esta frase, en 1990; 11 años después la repitió Vicente Fox y tras la crisis de 2008-2009 la refrendó Felipe Calderón), es decir, endeudarse para pagar deuda, mientras el saldo de la misma crece a paso veloz.
De acuerdo con las cifras oficiales, con Peña Nieto en Los Pinos de las arcas nacionales habrán salido 2 billones 100 mil millones de pesos (incluyendo el cálculo de 2017) para pagar el costo financiero de la deuda pública, cuyo saldo, hasta ahora, creció más de 3 billones. A ese paso, no hay presupuesto que soporte ni ciudadanos que aguanten (menos los mexicanos, que aguantan todo sin chistar).
En 2017 (con ganas de que la realidad crezca el monto real que se pagará) se destinarían más de 568 mil millones de pesos para cubrir el costo financiero de la deuda pública, un monto casi 19 por ciento superior al erogado, por el mismo concepto, en 2016, y 86 por ciento mayor con respecto al cierre del calderonato, o si se prefiere en el arranque del gobierno peñanietista. Así, sexenio tras sexenio crece el saldo de la deuda pública, a la par que las erogaciones para cubrir el costo financiero de la misma.
Lo anterior queda claro con lo siguiente (las cifras son de la Secretaría de Hacienda): del comienzo del gobierno de Ernesto Zedillo (diciembre de 1994) al cuarto año de Peña Nieto (2016) el costo financiero de la deuda pública se incrementó mil 230 por ciento (si se prefiere, se multiplicó por 13), al pasar de 34 mil 744 a 462 mil 372 millones de pesos (esta última cifra es la presupuestada, pero en los hechos será mayor). Si se incluye la estimación de pagos para 2017, entonces el aumento habrá sido cercano a mil 600 por ciento. Y en ese mismo periodo el crecimiento de la economía a duras penas promedia 2 por ciento anual.
Ante este panorama aterrador, cabe preguntar ¿dónde estaba el Poder Legislativo?, porque legalmente la Secretaría de Hacienda (léase el titular) no puede irse por la libre. El Congreso debe autorizar y supervisar no sólo la contratación de deuda pública, sino en qué se utilizarán los recursos y dar puntual seguimiento. Para los inquilinos de San Lázaro, ¿pasó de noche un endeudamiento superior a 3 billones de pesos, y no se dieron cuenta para qué se utilizarían? Entonces, si deben fincarse responsabilidades administrativas y legales a Luis Videgaray, pues que la cortesía incluya a los legisladores involucrados.



En su Informe trimestral sobre la situación económica, las finanzas públicas y la deuda pública, la Secretaría de Hacienda expone que durante el primer semestre de 2016 los ingresos presupuestarios totalizaron 2.339 billones de pesos, cifra 367 mil millones superior a lo presupuestado y 11.4% más en términos reales (sin inflación) de lo captado en el primer semestre de 2015. En contrapartida el gasto presupuestario ascendió a 2.466 billones, 56 mil millones sobre lo aprobado, pero -0.2% abajo de su equivalente de 2015 (Gráfico 1).
La diferencia entre ingreso y gasto arroja un déficit presupuestario semestral de -127 mil millones de pesos, 311 mil millones menor al aprobado y 235 mil millones inferior al déficit equivalente de 2015.
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Restando al déficit presupuestario el superávit de 10 mil 417 millones (presupuestado de sólo 300 millones) de las entidades bajo control presupuestal indirecto, el déficit fiscal (balance público) total del semestre se reduce a -117 mil millones, cifra que, sin el costo financiero de la deuda arroja un superávit primario de 126 mil millones.

El crecimiento global de los ingresos (11.4% en el semestre), se alcanzó no obstante la disminución en el ingreso petrolero (un -19.6% que requeriría una explicación respecto a las coberturas contratadas), gracias a un aumento de 18.5% en los ingresos no petroleros (10.7% en los tributarios y 131.2% en los no tributarios) (Gráfico 2). Ojalá los cambios en Hacienda traigan al menos racionalidad, equidad y simplificación en el cobro de impuestos; es improcedente lo que están haciendo (laxitud arriba y terrorismo abajo). También se impone mejorar el gasto.



Es en el infierno donde es importante la solidaridad, no en el paraíso. John Berger.
Desde los escombros físicos, sociales, culturales, filosóficos, y políticos resultado del enfrentamiento entre dos fuerzas reaccionarias y derechistas, una proveniente del fundamentalismo islámico, la otra el círculo político de lo que Gore Vidal llamaba la junta Cheney-Bush, el mundo ha procedido hacia un tipo de infierno donde el temor es rey y la mentira es reina.
Quince años después del 11 de septiembre de 2001, nadie duda que el mundo es menos seguro que nunca, la infinita guerra contra el terror ha generado mayor caos y sangre a nivel mundial, mientras crece el temor alimentado de manera permanente de que todo es una amenaza y, por lo tanto, la única respuesta es… más guerra, más control, más espionaje masivo.
La próxima semana empezarán a desfilar el gran elenco de enanos en trajes y vestidos de lujo (con sus excepciones) que supuestamente representan a sus pueblos, en la próxima Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, donde abordarán los grandes temas que enfrenta el planeta, incluida la guerra contra el terror, la seguridad, el cambio climático, los refugiados y que ellos mismos han generado o, mínimo, permitido. Sin embargo, no lograrán distraer la atención de algo mucho más visto y comentado: la semana de la moda en Nueva York.




Se cumplieron ayer 43 años del golpe de Estado que destruyó la democracia chilena y 15 de los atentados perpetrados en Nueva York y Washington. En diversas ciudades de Chile la fecha fue conmemorada con manifestaciones, homenajes en memoria de los miles de asesinados y desaparecidos por la dictadura de Augusto Pinochet, una ceremonia oficial en honor al presidente mártir Salvador Allende –quien murió defendiendo la institucionalidad– y el anuncio de la instauración de un viceministerio de derechos humanos.

Admiración de toda la vida para Elena de México
Felicito y agradezco la deslumbrante estética del conjunto publicado en la página 3a de La Jornada de enmedio, este domingo 11. Me refiero a la foto de Cristina Pineda, en correspondencia con el primer párrafo del texto de nuestra Elena Poniatowska. Con respeto para la señora Cristina y con la admiración de toda la vida para Elena de México.

Los diplomáticos mexicanos han exaltado a lo largo de la historia el carácter humanitario de su labor en favor de los principios más nobles. Así lo hizo Gilberto Bosques durante la Segunda Guerra Mundial y, más recientemente lo realizó el embajador Gonzalo Martínez Corbalá cuando la noche más negra se aposentó sobre Chile.

El 29 de agosto pasado, en vísperas de su cuarto Informe de gobierno, Enrique Peña Nieto ordenó la destitución del comisionado general de la Policía Federal (PF) Enrique Galindo Ceballos. Al anunciar oficialmente la decisión presidencial, en un mensaje a medios en el que no hubo preguntas, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, no explicó los motivos del relevo; dijo simplemente que Galindo fue separado del cargo en el marco de hechos recientes, pero no precisó si fue por lo ocurrido en Nochixtlán o en Tanhuato. Protegido hasta el final por Osorio, a la sazón coordinador del gabinete de seguridad nacional, el ex comisionado Galindo fue defenestrado en el marco de las pugnas palaciegas entre el grupo encabezado por su ex jefe y la facción conformada por Videgaray-Nuño-Meade de cara a la sucesión presidencial de 2018.

No será fácil vivir sin presidente.

Si los 16 multimillonarios de México fueran inteligentes procederían inmediatamente a relevar a Enrique Peña Nieto en la Presidencia de la República con alguien un poco menos ignorante e incapaz. En ninguna empresa se toleraría tal nivel de ineptitud de parte del principal administrador. El consejo de administración lo enviaría directamente a su Casa Blanca sin dudar ni por un segundo.

Hace justo un cuarto de siglo, el ingeniero Gerardo Cruickshank me detallaba el gran proyecto, el último de su vida: la recuperación del lago de Texcoco. Durante la época prehispánica las partes bajas de la planicie estaban cubiertas por un lago que en su mayor embalse abarcaba la quinta parte del valle de México. Llegaba a las estribaciones de la sierra de Pachuca; hasta Xochimilco y Chalco, Teotihuacán y Texcoco; Azcapotzalco y Tlalnepantla. Mediante canales, compuertas, bordos y albarradones, los aztecas edificaron centros ceremoniales, zonas habitacionales y áreas de cultivo en armonía con el medio natural.

Mucho provecho le ha dado a Trump su vertiginosa visita a México. Primero en su discurso en Arizona, donde la misma noche de su viaje reafirmó los elementos de su política migratoria. No modificó en nada sus planteamientos originales, sino que incluso los profundizó y, en ellos, los mexicanos son motivo especial de referencia.

El amanecer del siglo XX trajo consigo una nueva forma de mirar el pasado que, entre otras muchas ideas, propuso que los mexicanos se sintieran orgullosos herederos de las civilizaciones prehispánicas. Al cabo de los años el proyecto de exploración e investigación en Teotihuacán, a cargo de Manuel Gamio, fue el paradigma de este nuevo pensamiento en el que la antropología y la historia se entrelazaron con la arqueología para entender el presente. El impulso al conocimiento, la defensa y rescate de nuestro patrimonio cultural fue paralelo al énfasis que el sistema de educación pública puso en la escritura de una historia multicultural, común a todos los mexicanos.

El disco, en su origen sólo fonograma, acompaña el corazón del melómano moderno. Hoy sus aplicaciones son múltiples. Adopta formatos o no-formas diversos (un disco duro ya no es, en rigor, un disco). Cambia. Ya fueron y vinieron kilómetros y kilómetros de cinta magnética, los diskets, compactos y microdiscos, las derivaciones bastardas, como el audiocaset. En la actualidad, el mercado del disco físico es una actividad pirata, muy practicada en México a escala de masas y entre audiencias especializadas. Los artistas suben sus discos a la red y sus lanzamientos ya no son olímpicos ni requieren tiendas para ser globales y simultáneos. Mientras languidece el brillante y alguna vez mágico cedé, retorna como exquisitez minoritaria el culto al vinil en su nueva reproductividad láser. Los viejos Larga Duración renacen como joyas en busca de diyéi.

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La actriz Scarlet Johannson a su llegada a la premier de Sing, en el Festival de Cine de Toronto Foto Ap
Leonardo García Tsao


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