1/23/2017

“Trump y el nacionalismo tardío del empresariado mexicano”, artículo de Araceli Damián


por Araceli Damián
La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha despertado un tardío nacionalismo entre el empresariado mexicano. Ahora sí plantean establecer una especie de programa de sustitución de importaciones. No obstante, aun cuando el gobierno emprendiera esta tarea, no habría resultados a corto plazo, debido a los rezagos provocados por la fallida estrategia de crecimiento hacia afuera. Cabe señalar que el llamado de la élite empresarial no resulta de un interés por salvaguardar el bienestar de la población, sino del riesgo que corren sus inversiones ante las acciones que emprenderá el ultranacionalista y xenófobo Trump.
La subordinación y la dependencia de México respecto a los Estados Unidos no constituyen condiciones inevitables de la globalización, como nos han querido hacer creer por años, sino el resultado de una estrategia neoliberal deliberada y promovida desde las más altas esferas del poder. Los beneficios obtenidos de este proceso se han concentrado en empresas trasnacionales, así como en unas cuantas manos de empresarios como Carlos Slim, o de políticos sin escrúpulos, como los Hank Rhon y Salinas de Gortari.
En los últimos 30 años, la élite empresarial nunca se mostró verdaderamente preocupada del rezago en la inversión pública necesaria para promover el dinamismo económico (carreteras, puertos, ferrocarriles, presas, petroquímicas, siderúrgicas, aeropuertos, etcétera). Han sido cómplices, por acción u omisión, de la forma irresponsable con la que las diferentes administraciones del gobierno mexicano, tanto del PRI, como del PAN, sujetaron el manejo de la economía a las necesidades del vecino país del norte. Se creyeron el infundado cuento de Carlos Salinas de Gortari y de los organismos internacionales de que el crecimiento de México sólo podía ser un reflejo condicionado del experimentado por Estados Unidos.
Durante el tiempo que ha durado la era neoliberal, el silencio de la élite empresarial ha sido comprado mediante la venta, a precios de remate, de empresas estatales; desde las pequeñas como las textileras, hasta las grandes que eran nodales para el desarrollo nacional, como las siderúrgicas, la telefonía, las mineras, la televisora pública de cobertura nacional, los fertilizantes, complejos industriales, como el de Ciudad Sahagún, entre muchas más. Posteriormente su silencio se compró mediante la privatizaron de los bancos, las carreteras, los ferrocarriles y la posibilidad de participar en la generación de energía eléctrica y ahora el petróleo. Su silencio fue comprado mediante una política fiscal que les permite pagar impuestos muy bajos.
La estrategia neoliberal ha permitido que empresarios como Carlos Slim, Germán Larrea, Alberto Baillères y Ricardo Salinas Pliego amasen enormes fortunas con las privatizaciones o las concesiones. De acuerdo a un estudio de Oxfam, la riqueza de estos cuatro empresarios creció, de 2% del PIB en 1998 a 9% en 2014 (1), mientras que la pobreza desde entonces se mantiene en alrededor del 80% de la población.
El silencio de los empresarios también fue comprado con programas de rescate que han tenido un alto costo para el erario público y que han afectado el bienestar de la mayoría de los mexicanos. Así sucedió con el rescate bancario, FOBAPROA (Fondo Bancario de Protección al Ahorro), cuyo costo original se estimó en 688 mil millones de pesos, 20% del PIB, y para 2014 ascendía a 838 mil millones de pesos (2). Después vinieron las concesiones y los rescates de carreteras, con un costo en 1997 de 58 mil millones de pesos y que “al cierre de 2006 llegó a 178 mil millones de pesos, lo que significó un crecimiento de 206.7 por ciento en dicho periodo, generándose intereses acumulados por 98.7mil millones de pesos en igual periodo” (3). Una buena parte de los beneficiarios por estos programas forman parte de la élite empresarial, que al día de hoy reciben recursos de la hacienda pública, como premio por haber fracasado en los negocios.
Mientras el silencio de los empresarios continuaba, la dependencia económica de los Estados Unidos siguió creciendo con el Tratado de Libre Comercio (TLC). Si bien México es uno de los países más exitosos en materia de exportaciones, el efecto positivo sobre la economía, salarios y empleo es muy bajo. Lo anterior se explica por el bajo componente nacional de las exportaciones; para 2014 los insumos nacionales sólo representaban 26% del valor de éstas (4). Pero, además, a partir de la firma del TLC, y a pesar del saldo comercial favorable, según el Banco de México, el déficit de la cuenta corriente se multiplicó 20 veces al pasar de mil 576 millones de dólares en 1995 a 32 mil 707 millones en 2015, lo que muestra que México es cada vez más dependiente.
Frente a la guerra comercial que ha iniciado Trump, cuyo resultado más palpable fue el retiro de la inversión de Ford en San Luis Potosí, el gobierno de Peña se ha mostrado desorientado y sin instrumentos para responder ante el embate que enfrenta el país. No sólo estamos hablando de posibles disputas comerciales, sino de la deportación masiva de connacionales.
La impericia del gobierno no se limita a la relación con el vecino país. En este sexenio hemos tenido un lamentable crecimiento promedio del PIB per cápita de menos de 1%, la deuda pública creció del 33% del PIB al 52%, sin que haya impulsado un dinamismo económico y el año pasado el gobierno gastó más de 200 mil millones de pesos de lo aprobado en el presupuesto.
México requiere de una nueva estrategia que el actual gobierno es incapaz de llevar a cabo. Necesitamos un gobierno que tenga la capacidad de enfrentar no sólo la amenaza Trump, sino que frene la rampante desigualdad que sólo favorece a las élites empresariales.
  1. Esquivel Gerardo, Desigualdad extrema en México. Concentración de poder económico y político, Oxfam, México, 2015,  http://www.cambialasreglas.org/pdf/desigualdadextrema_informe.pdf
2.     ¿Cuánto ha costado el Fobaproa a México?, http://www.redpolitica.mx/deuda-de-la-federacion/cuanto-costo-mexico-el-fobaproa, 25 julio, 2014, y Deuda IPAB asciende a 838 mil millones de pesos, 18% más. http://www.milenio.com/politica/Deuda_IPAB_asciende_a_838_mil_millones_de_pesos-fobaproa-Lankenau_0_436756352.html
4. Disminuye el contenido nacional de las exportaciones mexicanas: #SemáforoEconómico, Animal Político, 18 de marzo, 2015
Araceli Damián

Araceli Damián

Es Diputada Federal por Morena y preside la Comisión de Seguridad en la Cámara de Diputados. Es Profesora-Investigadora con licencia del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Es Doctora en economía urbana por la Universidad de Londres, Inglaterra.


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