1/28/2017

Nasreen Sheikh y su ilusión por construir un mundo más justo y equitativo

Ayuda a mujeres en riesgo de exclusión social en Nepal


Me llamo Nasreen Sheikh. Tengo aproximadamente 25 años, ya que no sé exactamente cuál es mi fecha de nacimiento. Crecí en un pueblo muy conservador y corrupto en la frontera de India con Nepal. Es un lugar en el que las mujeres no tienen absolutamente ningún derecho”. Así comienza la protagonista de esta desgarradora historia a contar su experiencia en su página web.
 
EDUCACIÓN Y TRABAJO INFANTIL
 
Tenía tan solo 8 o 9 años cuando empezó a darse cuenta de la brecha que existía entre mujeres y hombres. Pocos años después, comenzó su explotación como trabajadora infantil: “Trabajaba 15 horas al día por no más de 5 dólares diarios: fue una experiencia realmente dura”, recuerda Nasreen. Se dedicaba al sector textil y las prendas que elaboraba sin descanso, se enviaban a países de Europa y a Estados Unidos.
 
En 2006 emprendió su primer intento por ir a la escuela: “Sentí que sin educación no iba a ser capaz de entender el mundo real y la gente me iba a utilizar a su favor”. Recuerda cuando su jefe no les pagó durante un mes y cree que si hubiera recibido una educación, no habría caído en la trampa de los que la oprimían.
 
Finalmente, comenzó sus estudios en Cachemira, India. Debido a las tensiones políticas que han convertido esta región en un lugar inseguro y repleto de soldados, se vio obligada a abandonar. Así lo cuenta ella: “Un día cayó una bomba cerca de la casa en la que vivía: todo se veía negro y polvoriento. Esa fue la primera vez que vi balas disparadas en el cielo”.
 
A los 18 años se enfrentó a una de las situaciones más complicadas de su vida: huyó de un matrimonio forzado. “El problema es que cuando las mujeres cumplen 23 años se consideran demasiado viejas para casarse. Así que mi familia decidió prometerme con un hombre al que no conocía y con el que nunca había hablado, ¿cómo voy a querer casarme con él?”, explica Nasreen.
 
LOCAL DE MUJERES
 
En 2010, fundó un Local de Mujeres en Kathmandú, Nepal. Se trata de un negocio social, cuyo objetivo es proporcionar trabajo y educación a mujeres en riesgo de exclusión social. Las mujeres que participan, lo valoran muy positivamente, aunque también se han encontrado con dificultades. Así lo cuenta Nasreen: “Mi trabajo produce vergüenza a la mayoría de miembros de mi comunidad. Esto supone muchas dificultades tanto para mí, como para mi familia y me duele pensarlo todos los días”.
 
En 2013, iniciaron un nuevo proyecto llamado “Centro de Aprendizaje para Mujeres”. Sin embargo, la falta de recursos ha dificultado su desarrollo. El edificio no está terminado y cuando llueve les es imposible continuar con sus actividades.
 
Pero todas estas barreras no han conseguido parar este gran proyecto lleno de ilusión y compromiso. Tienen en mente muchos proyectos más para construir un mundo más equitativo y respetuoso.
 
EL SUEÑO DE NASREEN SHEIKH
 
Nasreen quiere retomar sus estudios. Sueña con estudiar astronomía y seguir viajando para contar su historia.
 
Se considera afortunada de tener todavía muchas metas por alcanzar. Entre ellas: crear un cambio en la sociedad y mejorar la realidad de las mujeres. Cree que una sola persona puede cambiar la sociedad, si cuenta con el apoyo de otras. Poco a poco, con la ayuda de más gente, podrán completar sus proyectos y continuar construyendo otros.
 
Otro de sus propósitos, es inspirar al resto de mujeres para que encuentren sus metas y luchen por alcanzarlas. Todo esto viene a raíz de lo que observó en las mujeres con las que trabaja: “Muchas veces les pregunto cuáles son sus sueños. Ellas siempre dicen que no tienen ninguno…”
 
*Este artículo fue retomado del portal Tribuna Feminista.
 

Imagen retomada del portal de Tribuna Feminista
Por: Carmen Blanco Grigelmo*

Cimacnoticias | Madrid, Esp .-  

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