1/25/2017

Los periodistas pal café. . . . .



El dinosaurio ha recibido un muy buscado tanque de oxígeno. El PAN y el PRD van cada cual por su lado en busca de la gubernatura del estado de México, y con ello suministran una gran oportunidad al PRI para que conserve esa plaza estratégica. Se difuminó la posibilidad de una coalición que llevara al escurridizo Alejandro Encinas como abanderado (¿se reserva para un giro en Morena?) y, además, Acción Nacional perfila a Josefina Vázquez Mota como candidata, lo que en términos políticos habilita a Los Pinos con una carta electoral históricamente doblegable o, en caso de que Eruviel Ávila se aferrara a cerrar el paso a Alfredo del Mazo Maza, el primo de Enrique Peña Nieto que éste desea imponer, la mencionada casa presidencial contaría con una opción opositora susceptible de ser inflada: Jose, ya usada una y otra vez para beneficio priísta.
La reiterada imposibilidad práctica de las oposiciones tripulables (PAN y PRD) de presentar una candidatura común en esa entidad clave, con Encinas como bisagra que habría afectado incluso a Morena, dota al tricolor de una viabilidad triunfadora que va a contracorriente de la repulsa generalizada a ese partido y a sus cuadros directivos, entre ellos el propio Peña Nieto.
El fracaso de los intentos unitarios, con Los Pinos como principal impulsor de la ruptura, devuelve a los sótanos de la política la capacidad de decidir un curso electoral, como si fuera un aviso temprano de lo que podría suceder en la contienda presidencial de 2018. El priísmo, mediante los subgrupos dirigidos por Peña y por Eruviel, logró descarrilar una posibilidad de coalición electoral que le significaba un riesgo y a ello, para conseguir una victoria a como dé lugar, añadirá ríos de dinero tanto de fuentes oscuras como del erario federal y estatal, sobre todo a través de la Secretaría de Desarrollo Social, que en el plano nacional dirige el compadre Luis Miranda.
La recurrencia a la figura de Vázquez Mota es una mala noticia para las ensoñaciones democráticas. En caso de que sea postulada candidata (todo apunta hacia ello, pero aún no se cumplen las fases procesales correspondientes), la economista nacida en la Ciudad de México 56 años atrás (un 20 de enero), volverá a quedar como personaje de eterna sonrisa, siempre dispuesta a aceptar las maniobras de élite que determinen su futuro.
En 2012, Peña Nieto se benefició de esa fragilidad política de Vázquez Mota, a quien Felipe Calderón Hinojosa condujo a trasmano a la derrota presidencial para dar paso al ex gobernador del estado de México, en una suerte de pacto de impunidad entre quien saldría y quien entraría a Los Pinos, con expectativas de que ese calderonismo claudicante tuviera oportunidad en 2018 de buscar su recuperación (lo que ahora se hace, con la esposa del citado Calderón como precandidata).
Pero, en un episodio de inmoralidad política hasta ahora no explicado ni justificado, quien fue contrincante presidencial panista aceptó de su victimario priísta una concesión económica triangulada, sin verdadera rendición de cuentas y pensada para darle vigencia política en el plano de los paisanos avecindados en Estados Unidos: desde mayo de 2015, la panista ha visto fluir alrededor de 900 millones de pesos del erario federal hacia agrupaciones dedicadas a diversas formas de ayuda a migrantes mexicanos en Estados Unidos, de las que ella es la estrella política y la gestora eficaz, se escribió en el Astillero del 6 de octubre del año pasado, bajo el título Peña apoya a Josefina (pero en EU) (https://goo.gl/i2C4fC).
Ahora, el título de la nueva aventura josefinista sería: Josefina apoya a Peña (pero en el estado de México). Si finalmente EPN logra colocar a su primo Del Mazo Maza como candidato, Vázquez Mota podría presentar una decorosa pelea que de mala manera ganara el priísta (y Josefina se retiraría del escenario, en espera de posteriores recompensas). Y si Eruviel Ávila consiguiera, a contracorriente, que la candidatura mexiquense quedara entre Ana Lilia Herrera o Carlos Iriarte, Los Pinos podría jugar con la posibilidad de apoyar la opción opositora, como ha sucedido en otras entidades (la más reciente, en Quintana Roo, con el peñista Carlos Joaquín González habilitado como opositor).
El empresario regiomontano Alfonso Romo Garza coordina un equipo de trabajo que busca enriquecer el proyecto de Morena para 2018 y en el que apareció Esteban Moctezuma Barragán como coordinador del área de desarrollo social (EMB fue secretario federal de Desarrollo Social y de Gobernación con Ernesto Zedillo). Respecto del factor Romo, esta columna comentó en abril de 2012: su trayectoria ha sido accidentada. Mantuvo una larga alianza con Pedro Aspe, figura central del salinismo, y en 2000 fue uno de los financistas Amigos de Fox, así como en 2005 creó otra organización, Opción Ciudadana, para apoyar a Felipe Calderón. Ahora ha reconocido su intolerancia de 2006 frente a quien consideraba un ogro. López Obrador también ha cambiado su punto de vista. En la página 23 de su libro La mafia que se adueñó de México... y el 2012, publicado por Grijalbo en julio de 2010, el tabasqueño, aún no tocado por la amorosidad, describió el saqueo que se perpetró de 1988 a 1994, mencionando que a finales del sexenio salinista había 24 multimillonarios más en las listas de Forbes.
Consideraba aquel AMLO: En ese cuadro de ganadores, ordenado de arriba hacia abajo, según la riqueza de sus integrantes, aparecieron Carlos Slim, la familia de Emilio Azcárraga Milmo, la familia Zambrano, la familia Peralta, Jerónimo Arango, Alfonso Romo Garza. Y agregaba: De esta forma, mediante una operación inmoral de traslado de bienes públicos a manos de particulares, se conformó el grupo de potentados que, a la postre, se adueñaría de México, los cuales “definieron la política de pillaje que persiste hasta la fecha, es decir, el salinismo como política, que han aplicado Zedillo, Fox y Calderón en beneficio de los mismos ‘amigos’ del régimen” (https://goo.gl/RRiIMj). ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero,Facebook: Julio Astillero,Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



El ejemplo de entereza de dos mujeres parece que hizo mover a un terreno más audaz a nuestros funcionarios frente a SuperTrump. La canciller de Canadá, Chrystia Freeland, en respuesta a la ruda expresión Estados Unidos primero que pronunció el flamante presidente al tomar posesión, contestó: para los canadienses, Canadá es primero. Chrystia es una joven periodista (colaboró con el Financial Times) y escritora que apenas tomó posesión de la cartera de Relaciones Exteriores el día 10 de este mes. Por su lado, cuando Trump amenazó a los fabricantes alemanes, la canciller Angela Merkel le plantó: los europeos tenemos el destino de Europa en nuestras manos. La cuestión es que nuestros muchachos, el canciller y el secretario de Economía, Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo, respectivamente, cambiaron el tono sumiso de sus discursos y se arriesgaron a decir que México podría abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte si no está satisfecho con las condiciones para su posible renegociación. Viajaron a Washington, en preparación de la entrevista de Trump y Peña Nieto a finales de mes.
Anzuelo
SuperTrump había asestado para entonces otro golpe a nuestro país. Reunido en Washington con los jefes de General Motors, Fiat Chrysler y Ford, les despertó el apetito con incentivos para que regresen sus plantas. Estamos trayendo la manufactura de nuevo a Estados Unidos, dijo. Estamos reduciendo los impuestos, muy sustancialmente, y estamos reduciendo las regulaciones innecesarias. Las declaraciones dieron lugar a un aumento en el valor de las acciones de las compañías.
Esteban Moctezuma en Morena
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El Grupo Salinas no hace reparos en cuanto a filiaciones partidistas cuando se trata de incorporar a su equipo a personajes de la política. Jorge Mendoza es un caso. Fue senador del PRI hasta 2012 y a la vez vicepresidente del grupo. Otro personaje es Tristán Canales, priísta, actualmente diputado federal, con una larga trayectoria. Ninfa Salinas Sada, senadora por el Verde, antes diputada, es hija de Ricardo Salinas Pliego. Ahora se incorpora a Morena el presidente de la Fundación Azteca, Esteban Moctezuma. Tiene antecedentes en el priísmo: fue secretario de Gobernación con el presidente Zedillo. Gente que quiera el cambio verdadero en México es bienvenida, y creo que tenemos gente que viene de todos los partidos que son buenos cuadros, que tienen una capacidad probada y tienen interés en participar, y que estarán llegando; Esteban Moctezuma es una muestra, dijo como bienvenida Yeidckol Polevnsky, secretaria general del partido que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Mencionó que Pablo Moctezuma, hermano de Esteban, es el jefe delegacional de Azcapotzalco, y fue postulado por Morena.

Los mil millones de Josefina
El tema de Josefina Vázquez Mota y los mil millones de pesos que recibió del gobierno federal para su programa Juntos Podemos tiene alguna relación con el próximo embajador de México en Estados Unidos, Gerónimo Gutiérrez. De acuerdo con la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, Gutiérrez “formó parte de un comité especial de empresarios que investiga a AEM USA Foundation, una de las dos organizaciones que el gobierno mexicano utilizó para entregar los fondos a Juntos Podemos. Fue desde 2011 y hasta la semana pasada consejero de la Asociación de Empresarios Mexicanos (AEM). Gutiérrez renunció por medio de una carta en la que subraya la importancia de que se rindan cuentas. ¿Cuál será su papel ante Juntos Podemos ahora que el Senado lo confirme como embajador de Estados Unidos?



El hierático ATP ya estaba agónico antes de las elecciones presidenciales de EU y sólo faltaba el anuncio de su defunción oficial, cuyas exequias ofició ahora el presidente 45 Trump.
Antecedentes: desde hace tres años advertí, cuando Trump ni aparecía en el radar, que el Senado de EU había aniquilado al mortinato ATP (https://goo.gl/yRELxK).
Justamente fue el ala progresista del Partido Demócrata en el Senado la que había bloqueado los dos tratados mercantilistas del simulador Obama y su legendaria duplicidad: el ATP y la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversiones (TTIP, por sus siglas en inglés). Fue cuando pregunté si en el “México neoliberal itamita” los “adherentes fast track al ATP estadunidense por la vía de la hostil y subrepticiamente latinófoba Alianza del Pacifico” estaban conscientes de que su genuflexión había sido pospuesta por lo menos tres años.
En medio de las tendencias de la desglobalización, el año pasado postulé el Epílogo de la era Obama: revuelta global contra su secreta triada neoliberal financierista (ATP/TTIP/TISA) (https://goo.gl/PqzxC8).
Luego apunté que los Tres tratados secretos de EU, mejor dicho, del fracasado Obama, tenían destinatarios geoestratégicos: “ATP vs China, TTIP vs Rusia, y TISA vs el mundo (https://goo.gl/rrLhRQ)”.
Finalmente, hace exactamente un año expuse el “masoquismo del México neoliberal itamita”: el menos remunerado de la ATP, según el Banco Mundial (https://goo.gl/JxOVw8)” y refrendé “la evidencia de que “el México neoliberal itamita” no aprende de sus estruendosos fracasos mercantilistas, como el TLCAN y el ATP” cuando el destino de la tormenta perfecta develó el espejismo del neoliberalismo global.
El problema en el “México neoliberal itamita” es que acaban creyendo sus alucinaciones y no están acostumbrados a los cantos de sirenas de la crítica cartesiana cuando carecen de las herramientas de la dialéctica que alienta la antítesis.




Con más entusiasmo que apego a la realidad, el sonriente aprendiz de canciller asegura que siempre existe la posibilidad de abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte ante condiciones desfavorables para el país. Y el coro va por cortesía de otro novicio, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo: México se retirará de ese mecanismo comercial si no logra obtener mayores beneficios en una renegociación.
Bien por los defensores de la patria, pero el planteamiento del dúo dinámico parte de un supuesto equivocado, porque en los hechos México no se va del TLCAN, lo corren. Y la referencia es plural, porque si bien Donald Trump es quien lo echa, Canadá ya dijo que si nuestro país sabe contar, pues que simplemente no cuente con la nación de la hoja de arce, por la simple razón de que no piensa arriesgar un milímetro, en el entendido de que nuestros intereses nacionales están primero y la amistad viene después (La Jornada), y en este caso el orden de los factores sí altera el producto.
Es claro que el energúmeno de la Casa Blanca no quiere a México ni en pintura. Todo lo que huela a esta nación va para atrás, y esa es la parte que en Los Pinos se niegan a aceptar o de plano no entienden (pégame pero no me dejes). En el TLCAN el gobierno mexicano siempre jugó el papel de gato de Estados Unidos, pero ahora cree que con un simple cuan hueco discurso patriotero todo lo resolverá.
El gobierno peñanietista ya dijo lo que no hará con la administración Trump (no habrá confrontación ni sumisión, sino todo lo contrario), pero no ha dicho qué es lo que hará: ¿adónde enviará sus exportaciones? ¿Cómo abrirá nuevos mercados? ¿Cómo se sacudirá la brutal dependencia del mercado gringo? (80 por ciento de las exportaciones terminan allá) ¿Qué va a hacer con la República maquiladora armada a gusto del patrón?, etcétera, etcétera. El punto es que se acabó el modelito y no tiene la menor idea de cuál debe ser el siguiente paso.
Lo único que Trump quiere –ya lo dijo– es que los gringos compren productos gringos, elaborados por gringos en territorio gringo, pero el inquilino de Los Pinos insiste en preservar el libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá. Bien, pero si dos de los tres integrantes de dicho mecanismo ya dijeron que no, entonces ¿con quién comerciará nuestro país?
Como en este espacio se ha comentado, poco antes de que el TLCAN fuera ratificado por las tres naciones participantes, el gurú de Carlos Salinas, Rudiger Dornbusch, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, gritaba a los cuatro vientos que si no se ratificaba ese mecanismo la economía mexicana sufrirá un derrumbe similar al de 1982, con grandes fugas de divisas, que forzarán una devaluación y una recesión importantes. Otros más atinados simplemente advertían que con o sin tratado lo más probable es que la economía mexicana fallará de todos modos.
Pues bien, el TLCAN fue aprobado y de cualquier suerte la economía mexicana se ha derrumbado en varias ocasiones y a estas alturas no termina de levantarse, la devaluación del peso es cosa de todos los días y la recesión está a la vuelta de la esquina, como en tantas otras etapas del México teleciano, es decir, el modelo al que cinco gobiernos al filo (de Salinas a EPN) apostaron y decidieron meter todos los huevos en la misma canasta. Y ahora el energúmeno se las patea con toda la intención de romper mucho más que el cesto.
Dice el aprendiz de canciller que en las reuniones que, a partir de hoy, sostendrá con funcionarios del gobierno de Trump “se establecerán los tiempos y procedimientos para realizar la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte… No vamos a aceptar cualquier renegociación; siempre existe la posibilidad de abandonar el tratado y entonces regir el comercio entre México y Estados Unidos a partir de las reglas de la OMC; esa no es nuestra preferencia y tampoco será nuestra propuesta inicial. Nuestra propuesta es trabajar para tener un mejor TLCAN para México y también para Estados Unidos”,
Y el aprendiz de secretario de Economía –que le hará segunda al otro novicio– asegura que México no irá por algo menor a lo que ya tiene; no tendría sentido quedarnos; se trata de que todos ganen. Ajá, sueñen defensores de la patria, que Trump no les dará con la puerta sino con el muro en las narices, como ya lo hizo con el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (ATP).




Tras una visita de nueve días a México, durante los cuales se reunió con más de 800 defensores de derechos humanos de 24 estados, el relator especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre la situación de los defensores de derechos humanos, Michel Forst, advirtió que en nuestro país existe un grave patrón de violencia contra esos activistas, quienes enfrentan una tendencia de muerte procedente de cuerpos policiales de todos los niveles, las fuerzas armadas, empresas y particulares.

¡Por un verdadero bosque en Chapultepec!
Leí con atención el artículo de José María Muriá sobre el Bosque de Chapultepec y el peligro de volver a entregar parte de la tercera sección a manos privadas, con usos recreativo y cultural. A él añado mi lectura, en este diario, de dos artículos previos de Iván Restrepo, que denuncian la amenaza y los graves costos de privatizar el parque y más a manos de Grupo Azteca.

En México, según el Inegi, para 2030 habrá más de 20 millones de habitantes con más de 60 años. Los avances han posibilitado alargar el ciclo de la vida humana. Hoy día la mayoría de los mexicanos vivimos en zonas urbanas, con la mejora de las condiciones de vida y los avances médicos, la esperanza de vida se ha alargado considerablemente. Somos una población que tiende a envejecer. No sólo el sentido de la vida ha cambiado, sino también el sentido de la muerte. La muerte se ha convertido en un nuevo espacio de debate que involucra el miedo, el sufrimiento y las agonías largas y dolorosas que degradan la condición humana. ¿El bien morir significaría una muerte civilizada? En la tradición judeocristiana sólo Dios tiene la potestad de otorgar y quitar la vida en el momento adecuado. La eutanasia está fuera del lenguaje cristiano desde hace más de 2 mil años. Sólo Francisco de Asís optó por congeniar con la muerte, llamándola la hermana muerte y sugiriendo que detrás de su rostro sombrío había un semblante precioso y brillante, el hecho de la resurrección.

El depositario de las furias, los temores y los rechazos de amplias capas de estadunidenses y la casi totalidad de los mexicanos se ha instalado en la Casa Blanca. Ya no es aquella suerte de imagen difusa de un ser ofensor de dignidades y deformador de realidades, sino el individuo que tiene potestades legales de gran alcance y envergadura. Un aprendiz de presidente de la república que puede hacer mucho daño, bastante más del que ya ha infligido a numerosas entidades nacionales y a otros pueblos del mundo. El señor Donald Trump habita una casa que también cobija a diversos personajes concentradores de buena parte del poder decisorio de Estados Unidos. La todavía indiscutida potencia hegemónica del mundo tiene ahora caprichosos dirigentes. Una colindancia que obliga, quiéranlo o no, a convivir aunque sea a tirones constantes, desprecios mutuos, envidias cotidianas, imitaciones arraigadas y deseos de venganzas. Una relación altamente integrada y desigual que no puede ser definida por variables simples sino por factores de nutrida complejidad.

En el decenio de 1920 algunos escritores, artistas y periodistas empezaron a imaginar sociedades con características negativas, que escasa atención causaban entre los científicos sociales comprometidos con las nociones aceptadas de progreso y modernidad.

No regresé de México a Nueva York a tiempo para acudir a la marcha del sábado. Seguí, como tantos, las crónicas y fotos de la prensa y, por fortuna, los movimientos en contra del nuevo presidente-con-vocación-de-dictador han comenzado estruendosamente. Anoche me llegó una carta de unos buenos amigos, los antropólogos Jane y Peter Schneider, contando su experiencia en la marcha en Washington. Mi hija, por su parte, acudió, emocionada, a la de Los Ángeles. Y tantos otros amigos marcharon en Chicago o Nueva York, San Francisco y Los Ángeles. Vale la pena observar y tomar nota de esas movilizaciones, ya que marcan el inicio de la resistencia contra las políticas impositivas que no han dejado de fluir de la pluma ni de la boca de Donald Trump desde que asumió la presidencia. Vale la pena, también, porque los mexicanos también tendrán que irse movilizando, contra el muro, en primer lugar, y contra la idea de que los mexicanos han robado empleos a los estadunidenses (olvidando que la fórmula del libre comercio fue promovida en primer lugar desde Washington).

El discurso de toma de posesión de Trump retomó el mensaje medular de toda su campaña. Hay muchas cosas que andan mal en Estados Unidos, comenzando con la corrupción de los políticos en Washington. Es el mismo mensaje que fue retomado por los millones que votaron por él y que han padecido el deterioro de su nivel de vida en los pasados 20 años. Pero los nombramientos que hizo Trump para su gabinete muestran que no está preocupado por ese sufrimiento de millones de estadunidenses.
Se ha escrito mucho sobre el espíritu universal del grupo Contemporáneos. Lo tuvieron, es cierto, pero no fueron los únicos: otros grupos muy distantes y distintos a su estética, como el grupo de los Estridentistas, también abrieron sus ventanas para alimentarse con otras atmósferas.

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