Mujeres, en empleos mal pagados y menos seguros: Oxfam
La
infraestructura de Liberia fue destruida durante la guerra civil
(1989-2003). Unas niñas caminan en el pueblo de Totota, en el condado de
Bong, mirando las vivendas demolidas por las autoridades para
reconstruir las calles.
En el contexto actual en que ocho hombres concentran la misma riqueza
que la mitad más pobre de la humanidad, se observa que, en general, las
mujeres son las que están en peor situación; se necesitarían 170 años
para que percibieran el mismo salario que los hombres.
La población femenina, que suele emplearse en los sectores mal pagados,
sufre una gran discriminación laboral, asume una desproporcionada carga
de trabajo no remunerado y suele encontrarse en la base de la pirámide,
observó Oxfam Internacional, una coalición de 19 organizaciones que
trabajan en 90 países.
En su informe “Una economía para el 99 por ciento”, presentado el 16 de
este mes, Oxfam Internacional se refirió a cómo las grandes
corporaciones y las personas súper ricas avivan la actual crisis de
desigualdad.
La coalición entrevistó a trabajadoras de una fábrica de ropa de
Vietnam, quienes trabajan 12 horas al día, seis días a la semana, y aún
así, apenas si pueden arreglárselas con el dólar por hora que cobran por
fabricar ropa para las grandes marcas mundiales.
Además, “los gerentes generales de esas compañías están entre las personas mejor pagadas del mundo”, subraya el informe.
¿POR QUÉ?
“Las mujeres son mayoría en los empleos peor pagados y menos seguros, al
tiempo que asumen gran parte de la responsabilidad de las tareas de
cuidado no remuneradas”, puntualizó la responsable de medios y de la
campaña “Even It Up” (Acabemos con la desigualdad extrema, en español)
de Oxfam, Anna Ratcliff.
“No es un accidente; nuestro actual modelo económico depende de ese suministro de trabajo barato o gratuito”, apuntó.
Cuando se recortan los servicios públicos porque las grandes
corporaciones y las personas más ricas no pagan los impuestos
correspondientes, las mujeres suelen ser las más perjudicadas, dijo
Ratcliff a IPS. Por ejemplo, cuando la educación no es gratuita, la
población femenina es la queda afuera, acotó.
“Las mujeres sufren discriminación en sus hogares y también
institucional, pues las élites política y económica están dominadas por
hombres; las ocho personas más ricas son hombres, al igual que 89 por
ciento de las que son multimillonarias”, observó.
Ratcliff subrayó que es necesario gestionar las economías para que las
mujeres puedan tener las mismas oportunidades que los hombres.
“Por ejemplo, asegurando un acceso equitativo a la educación, ofreciendo
mejores servicios de cuidados infantiles, además de más asequibles,
invirtiendo en servicios e infraestructura básica y combatiendo normas
sociales relacionadas con el papel de las mujeres en la sociedad”,
indicó.
SI LAS MUJERES TUVIERAN LOS MISMOS RECURSOS QUE LOS HOMBRES
Están entre los más pobres de los pobres, y a pesar de que su
contribución es fundamental y de constituir la mitad de los trabajadores
rurales, las campesinas son las mayores víctimas de la desigualdad.
“Si las mujeres tuvieran el mismo acceso a los recursos que los hombres,
habrían unas 150 millones de personas menos con hambre en el mundo”,
observó el comisario de Cooperación Internacional y Desarrollo de la
Unión Europea (UE), Neven Mimica.
Incluso, Mimica estimó que la producción agrícola aumentaría casi una tercera parte.
“Suele decirse que educando a una mujer, se educa a toda una generación.
Lo mismo ocurre cuando las empoderamos en distintos ámbitos, no solo
mediante el acceso al conocimiento, sino también a los recursos,
ofreciéndoles igualdad de oportunidades y dándoles voz”, indicó.
“Sin embargo, las estadísticas actuales muestran que nos quedamos cortos
en esos ámbitos”, se lamentó Mimica, en el marco de una reunión de alto
nivel realizada en diciembre.
La organización del encuentro estuvo a cargo de la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Comisión
Europea, la Presidencia eslovaca del Consejo de la UE, y contó con la
colaboración del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (IFAD),
el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y ONU Mujeres.
Además, puntualizó el comisario de la UE, “sabemos que las niñas y los
niños tienen mejores perspectivas de futuro si sus madres son
saludables, tienen tranquilidad económica y educación; en especial en
los primeros mil días de vida”.
LAS MUJERES REPRESENTAN LA MITAD DE LOS TRABAJADORES RURALES
En los países en desarrollo, las mujeres representan 45 por ciento de
los trabajadores rurales, en América Latina representan 20 por ciento y
hasta 60 por ciento en algunas zonas de África y Asia, según FAO.
“Y son muy trabajadoras, en África y Asia Pacífico, suelen laborar entre
12 y 13 horas más por semana que los hombres”, precisa la FAO.
En general, ellas tienen menos probabilidades que los hombres de tener
el control de la tierra, y el suelo de sus terrenos suele ser de mala
calidad: menos de 20 por ciento de los propietarios de tierras son
mujeres.
“Las campesinas generan ganancias productivas y reinvierten hasta 90 por
ciento de sus ingresos en el hogar, dinero que se gasta en
alimentación, salud, educación y actividades generadoras de ingresos, lo
que ayuda a romper el ciclo de la pobreza”, precisa la agencia.
Lograr la igualdad de género y empoderar a las mujeres “no solo es hacer
lo correcto, sino que es un elemento fundamental en la lucha contra la
extrema pobreza, el hambre y la malnutrición”, subrayó el director
general de la FAO, José Graziano da Silva, en la reunión de alto nivel.
“Las mujeres son el pilar de nuestro trabajo en agricultura”, subrayó, y
representan 45 por ciento de la fuerza laboral rural en los países en
desarrollo y hasta 60 por ciento en algunas regiones de África y Asia,
precisó.
Los datos ponen de relieve la importancia de que las trabajadoras
rurales tengan las mismas oportunidades, subrayó el director general de
la FAO.
A CERRAR LA BRECHA DE GÉNERO
En la reunión de alto nivel, la ministra de Agricultura y Desarrollo
Rural de Eslovaquia, Gabriela Matecná, quien presidió el Consejo de la
UE en el segundo semestre de 2016, observó: “La brecha de género le
cuesta caro a la sociedad en términos de producción agraria, de
seguridad alimentaria y de crecimiento económico”.
A pesar de que las mujeres constituyen casi la mitad de los trabajadores
rurales, son propietarias de menos de 20 por ciento de las tierras.
Además, la población femenina representa 60 por ciento de las personas
que sufren hambre de forma crónica, observó.
“Cuando inviertes en un hombre, inviertes en una persona. Cuando
inviertes en una mujer, inviertes en una comunidad”, remarcó el
presidente de IFAD, Kanayo F. Nwanze.
“Una y otra vez vemos que la igualdad de género abre las puertas para
que comunidades enteras refuercen la seguridad alimentaria y nutricional
y mejoren su bienestar social y económico”, observó.
“Empoderar a las mujeres es, por cierto, empoderar a la humanidad”, subrayó.
“Solo empoderando a las campesinas podremos destrabar la fuerza del
sistema de alimentación global. Es fundamental brindarles apoyo para
crear resiliencia, construir empresas más fuertes y promover la
seguridad alimentaria a largo plazo”, observó Denise Brown, directora de
emergencias del PMA.
Por su parte, la directora de programa de ONU Mujeres, María Noel Vaeza,
subrayó: “Cerrar la brecha de género en la agricultura generará
múltiples dividendos en materia de desarrollo, como la igualdad de
género para las mujeres rurales, seguridad alimentaria y reducción de la
pobreza, mejor gestión climática y sociedades más pacíficas”.
*Este artículo fue publicado originalmente por la agencia internacional de noticias IPS.
Crédito: ONU Mujeres.
Por: Baher Kamal*
Cimacnoticias | Roma, Ita.-
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