Anayeli García Martínez Cimacnoticias | Ciudad de México.-En agosto de 2014 el Congreso mexicano aprobó la creación de 9 leyes y la modificación de 12 ya existentes en materia de hidrocarburos, electricidad y geotermia, reformas que abrieron las puertas a la inversión extranjera y a la instalación de empresas transnacionales.
La promesa del gobierno federal fue que estas empresas llevarían beneficios económicos y empleos a las comunidades indígenas donde se asentaran; sin embargo, organizaciones civiles dicen que en lugar de progreso hubo amenazas a quienes defienden la propiedad de sus tierras.
Ejemplo de esta realidad es Oaxaca, donde las mujeres son violentadas, difamadas y amenazadas por organizarse para defender sus tierras ante la expansión de 21 parques eólicos, asentados principalmente en la zona indígena del Istmo de Tehuantepec, donde la mayor parte de la tierra es propiedad comunal.
Redacción Cimacnoticias | Ciudad de México.- Las oaxaqueñas Rosa Aguilar, Mariana Díaz y Gabriela Maldonado, fueron agredidas a latigazos este domingo 22 de enero por indicación del alcalde y el síndico del municipio San Miguel Peras, quienes ordenaron golpearlas por intentar formar parte del cabildo de su municipio.
Redacción Cimacnoticias | Ciudad de México.- La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ordenó al Instituto Nacional Electoral (INE) iniciar una investigación en contra de consejeros del Instituto Electoral de Quintana Roo, que ejercieron violencia política de género en contra de su homóloga, la consejera Claudia Carrillo Gasca.
Redacción Cimacnoticias | Ciudad de México.- El Observatorio para la Protección de los Defensores de Derechos Humanos, programa conjunto de la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT) hizo un llamado para garantizar la integridad física de la defensora de Derechos Humanos, Miriam Miranda Chamorro, detenida ilegalmente durante un retén en Honduras el pasado 11 de enero.
En un comunicado, el Observatorio instó a las autoridades hondureñas correspondientes a iniciar una investigación para identificar a los responsables y sancionarlos de acuerdo a la ley ya que, aseguró, la violencia con la que se realizó el retén está relacionada con la labor de defensa de los Derechos Humanos realizada por la también presidenta de la Organización Fraternal Negra Hondureña (Ofraneh), Miriam Miranda. La activista hondureña se ha pronunciado por los derechos políticos, económicos y sociales de la comunidad Garífuna Afro-Caribeña. Miranda Chamorro es beneficiaria de las medidas cautelares que otorga la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) desde el 2011, debido a que ha enfrentado diversas agresiones relacionadas con su labor como defensora, como la ocurrida en marzo de ese año cuando fue detenida 10 horas y media por autoridades del municipio de Tela, Honduras, mientras participaba en una protesta pacífica en solidaridad con maestros que estaban en huelga.
Anayeli García Martínez Cimacnoticias | Ciudad de México.-La antipatía del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por los derechos de las mujeres, hizo que este 21 de enero miles de estadounidenses, latinas, judías, musulmanas, migrantes, lesbianas y afroamericanas tomaran las calles de la ciudad de Washington para dejar en claro que sus derechos no pueden ser borrados por el nuevo gobierno.
A un día de juramentar como presidente del país vecino, Trump, vio las calles aledañas al Capitolio y de otras ciudades llenas de personas, en su mayoría mujeres, que decidieron ser las primeras en hacerse presentes ante a la administración entrante para decir que harán frente ante cualquier intento por violentar sus derechos.
La Marcha de Mujeres en Washington (WMW, por sus siglas en inglés) originalmente planeada en las redes sociales para protestar por la llegada de un millonario acusado de abusos sexuales a la Casa Blanca, superó las expectativas y sumó las voces de otros grupos de la población que también fueron insultados durante la campaña presidencial del ahora mandatario.
Como joven feminista, ésa es una de las disyuntivas que más me abruma
cada día. ¿En cuál debo concentrar mi energía intelectual y emocional,
mi tiempo? Porque seamos sinceras: las dos son necesarias, pero son
fuerzas opuestas que tenemos que mediar. No es fácil, no es divertido, y
muchas veces colaboramos en espacios donde no hay lazos de confianza
suficientes para lidiar con las diferencias de prioridades.
Ahora que estoy en incubación académica en Estados Unidos, decidí optar
por el lado de la construcción armónica e ir a la Women's March de la
ciudad en la que vivo, Boston. Como latinoamericana, aprendí cosas de
las acciones públicas aquí y en México, y como feminista conocí
historias que me inspiran a seguir apoyando las construcciones de otras
compañeras. Aprovecho esta columna para compartir algunas de ellas.
Lydia Cacho Cimacnoticias | Ciudad de México.- Guillermo Arriaga es definitivamente un tipo raro. Va por la vida como
un hombre sencillo y normal; casi siempre de la mano de su encantadora
esposa Maru. Habla como un tipo dulce, sonríe con la mirada, se pone
nervioso en sus presentaciones. Siempre he pensado que hay un niño dulce
que convive con un lobo feroz dentro de este cineasta, escritor y
guionista. Quien haya visto su brillante obra cinematográfica como
Amores perros, 21 gramos, Babel y Fuego, sabe que hablo de un hombre que
ha puesto la genialidad al servicio de sus lectores, de su público, y
no de un ego malformado por la fama literaria que tanto daño le ha hecho
al mundo editorial.
Preciso hablar del hombre para llegar con ustedes a su más reciente
libro cuyo título es El Salvaje (Alfaguara 2017). Mientras pagaba en la
librería miré absorta la portada de fondo rojo sangre, el lobo que
camina hacia la sombra de un hombre joven. Imposible no recordar la
frase en latín que aprendimos en la secundaria: “Homo homini lupus” o el
hombre es un lobo para el hombre.
Confieso que tuve miedo de llevar el libro en mis manos, subí al auto y
conduje con él en el asiento del copiloto. Hace tiempo que una novela no
me inquietaba antes de ojearla siquiera. Comencé a leerla y no pude
detenerme, durante tres días y casi una noche entera Arriaga me llevó de
la mano por una búsqueda incesante entre el dolor y el amor, entre ese
odio recalcitrante que se afirma a la tierra como semilla fértil cuando
la venganza parece la única salida frente al sufrimiento humano que
desgarra lo más sólido del ser, frente a la pérdida de los amados.
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