Leonardo garcía tsao
▲ Llegada de Elton John a la premier de Rocketman en Cannes.Foto Ap
Cannes
Según se sabe, el cine
africano se exhibe poco en el resto del mundo y casi nada en México.
Esta vez la cuota de Cannes ha sido pagada por Atlantique, debut
de la realizadora francosenegalesa Mati Diop que es, además, la primera
cineasta negra en competir en el festival (aunque parezca mentira).
Por mucho que se ha visto con ojos benignos, la película no es para
lanzar las campanas a vuelo. Es una curiosa historia de amor entre la
joven Ada (Mama Sané) y el albañil Suleimán (Ibrahima Traore), aunque
ella está comprometida a casarse con un rico; Suleimán se embarca para
cruzar el Atlántico y llegar a Europa, pero cosas extrañas comienzan a
suceder, que involucran una investigación policiaca. Aunque realista en
un principio, la historia se vuelve una de fantasmas que regresan para
vengarse.
Diop recurre a una subrayada estilización por la cual la mayoría de
las secuencias se filmaron en el crepúsculo o de noche, y muchos de sus
personajes son retratados a contraluz. Eso les da un tono creíble a sus
elementos fantásticos, aunque no ayuda que los fantasmas tengan los ojos
en blanco, como los piratas de La niebla (1980), de John Carpenter (a quien, por cierto, ayer se le otorgó la Carroza de Oro en la Quincena de Realizadores).
A ratos confusa –nunca entendí por qué a algunos personajes, como un inspector de la policía, los ataca cierta fiebre– Atlantique queda como un cúmulo de buenas intenciones, puntuadas por numerosas tomas del océano titular.
La otra película en competencia, Sorry We Missed You, es la
realización más reciente del veterano británico Ken Loach, una marca
registrada en el circuito de festivales. Uno ya sabe qué esperar: una
narración sobre cómo sufre la clase trabajadora de su país, resuelta con
rigor, sobriedad y compasión, sobre todo.
En efecto, la 14 participación de Loach en Cannes (donde ha ganado
dos veces la Palma de Oro) trata sobre la crisis de una familia de
Newcastle, cuyo padre (Kris Hitchen) acepta un trabajo esclavizante como
repartidor de mercancía en camioneta, mientras la madre (Debbie
Honeywood) cumple horarios imposibles cuidando a discapacitados a
domicilio. Además, ambos deben lidiar con un hijo rebelde (Rhys Stone)
que falta a la escuela por andar de grafitero.
Con un guion del inseparable Paul Laverty, Loach carga los dados en
cuanto a las maldiciones que le acontecen a la familia, e incluso ejerce
un poquito de sentimentalismo, todo sea para ilustrar que el
capitalismo es un sistema que explota y exprime a los no privilegiados.
No obstante, la fórmula funciona y Sorry We Missed You es una película que conmueve.
A la salida de la función vespertina de Atlantique, los
organizadores de Cannes demostraron que, 72 años después, todavía no
saben cómo manejar a las multitudes. Ya que venía a continuación el
estreno de Rocketman, biopic sobre Elton John, y el
divo iba a estar presente, el furor cundió y también el desorden. Una
sola salida se abrió en el edificio del Palais para permitir que el
gentío tuviera acceso a la calle como una especie de embutido. No quiero
ver lo que pasaría en esas circunstancias si algo realmente grave
sucediera.
Twitter: @walyder
No hay comentarios.:
Publicar un comentario