Ciudad de México.- Kimia Alizadeh, practicante de
Taekwondo y única ganadora de una medalla olímpica para Irán en 2016, se
vio obligada a exiliarse como consecuencia de la represión que viven
las mujeres en su país.
En su página de Instagram, Alizadeh publicó una foto de su más grande
triunfo, ganar la medalla de bronce en los juegos olímpicos de Río de
Janeiro, en 2016. En esa imagen, ella porta el hiyab, un velo de uso
obligatorio para las mujeres, el cual cubre su cabello y su pecho. La
deportista es la única mujer en la historia de su país en ganar una
medalla olímpica.
Al lado de la foto se lee un comunicado en el que la joven, de 21
años de edad, anunció que decidió dejar su país porque “soy una de las
millones de mujeres reprimidas en Irán”. También dijo que ya no quiere
ser vista como un “instrumento de propaganda” de las autoridades.
De acuerdo con varios medios de comunicación internacionales,
Alizadeh se exilió en Europa, ya que el mundo del deporte está
restringido para las mujeres en todo el Estado teocrático (poder
político basado en la religión) musulmán.
En lrán el acceso para las mujeres a los estadios de fútbol es
restringido. En 2019, la aficionada de fútbol, Sahar Khodayari, se
incineró cuando supo que sería encarcelada por colarse a un partido de
fútbol disfrazada de hombre. La política del Estado musulmán indica que
las y los deportistas no pueden enfrentar a atletas israelíes y en las
competencias las mujeres, como Alizadeh, deben portar el velo.
El régimen puso la imagen de la ganadora olímpica como ejemplo de que
también las mujeres pueden tener una carrera deportista; sin embargo,
en su comunicado, Alizadeh escribió que ya no quiere ser parte de
“hipocresía, mentiras e injusticias”.
“Me llevaron donde quisieron. Llevaba lo que dijeran. Repetí cada
frase que me ordenaron. Siempre que lo creían conveniente, me
explotaban. Ninguno de nosotros significa nada para ellos, solo somos
sus herramientas “, expresó la joven.
Alizadeh denunció públicamente que el gobierno de su país hizo uso
político de sus éxitos, pero al mismo tiempo, funcionarios la humillaron
con comentarios como “No es apropiado que una mujer estire las piernas
así, aludiendo a su deporte, el Taekwondo”.
“Mi espíritu preocupado no encaja con sus lazos económicos sucios y
sus lobbies políticos. No deseo nada más que Taekwondo, seguridad y una
vida feliz. Sigo siendo una hija de Irán donde quiera que esté”, recalcó
la deportista.
Entre las pocas reacciones oficiales que despertó el comunicado de
Alizadeh, el diputado iraní, Abdolkarim Hosseinzadeh, calificó como
“autoridades incompetentes” a quienes permitirían la huida del “capital
humano” de Irán.
Por su parte, la viceministra de deportes, Mahin Farhadizad, dijo: “No se puede obligar a una atleta a quedarse en Irán”.
El exilio de Alizadeh se produjo en un entorno de tensiones extremas
entre Irán y Estados Unidos, luego del asesinato del líder de la Guardia
Revolucionaria, Qasem Solemaini. A este contexto se sumó que, el pasado
8 de enero, Irán derribó “por accidente” un avión ucraniano de
pasajeros, lo que causó la muerte de 176 personas.
20/ SG
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