Violencias machistas & Estado
Por
Fuentes: https://cronicasdeunainquilina.com
Es política de Estado en sociedades con gobiernos neoliberales, la violencia contra la mujer y las masas empobrecidas y explotadas.
Antes que el brazo armado está el recurso de la religión que manipula emocionalmente a los excluidos pero que violenta doblemente a las mujeres por su género. En nombre de la fe, amparados por religiones misóginas muchos hombres ejercen la violencia de género a tal grado de llegar a los feminicidios.
Eso no es nuevo, no estamos descubriendo el agua azucarada. Pero un
Estado ausente, infestado de corrupción, donde se propaga el machismo,
la misoginia, la homofobia y se alimenta el patriarcado sistemáticamente
es el responsable de la violencia de género y todo su contexto.
Sin
leyes que castiguen a quienes violentan a las mujeres en todas sus
formas, la violencia de género continuará. Y el principal criminal es el
Estado que con sus políticas niega el derecho al aborto, seguido de una
planificación minuciosa de empobrecimiento de los sectores más
explotados.
Negarle el acceso a la educación a las niñas de los sectores más
vulnerados. Obligarlas a parir manipulando a la población con que el
aborto es un asesinato castigado por Dios, en lugar de informarles sobre
sus derechos, sin inmiscuirse en sus cuerpos. El aborto es un derecho
negado por Estados represivos donde gobiernan principalmente hombres
machistas que lo utilizan como arma de castigo contra las mujeres por su
género. Pero si una hija les saliera embarazada la mandan a abortar a
la mejor clínica del país o al extranjero y lo mismo con las cúpulas de
la oligarquía.
Niñas sin acceso a la educación, sin alimentación
sana, sin acceso a un sistema de salud, viviendo en casas que no cuentan
con la seguridad mínima en entornos violentos sistemáticamente
orquestados desde el Estado, son niñas que jamás tendrán un desarrollo
integral por ende tampoco serán mujeres realizadas, ni personal ni
profesionalmente.
Lo común será verlas siendo madres desde la adolescencia, por un
abuso sexual, porque fue víctima del amor romántico tan patriarcal o
porque fue casada a la fuerza, todo pero menos una persona feliz y
realizada. Ninguna mujer puede ser feliz en esas condiciones.
¿Cómo
puede ser feliz una niña con una madre que trabaja 16 horas en una
maquila, en una fábrica, limpiando un edificio, un hospital, quemándose
la vida en las fincas de cultivo? Una madre que sale de madrugada y
regresa a altas horas de la noche a la que se le quita la oportunidad de
compartir con sus hijos, de verlos crecer, de abrazarlos, de compartir
tiempo de óseo con ellos. Si ella misma no lo tuvo, en esa cadena de
abuso sistemático que es política de Estado.
Actitudes y acciones de abuso contra la mujer se cuentan por
miles, no hay que llegar a los golpes para que se cuente como abuso,
existe el abuso emocional también que es igual de dañino. Pero en
nuestras sociedades la violencia ejercida desde el Estado en estas post
dictaduras, también ha hecho que los hombres abusen a niñas,
adolescentes y mujeres en entornos familiares porque saben
principalmente que la vergüenza es una buena aliada y que con tal de que
de las puertas hacia fuera no se enteren los demás, ellos pueden hacer
lo que quieran de las puertas para adentro. Porque sigue siendo consejo
sacerdotal o del pastor de la iglesia, perdonar, guardar silencio,
mantener la familia unida a costa de los delitos que deben ser pagados
con cárcel pero que si son ejercidos contra una mujer bien pueden ser
perdonados por Dios.
Así es como vemos el aumento impresionante de abusos sexuales de
niñas, por sus padres, abuelos, hermanos, por primos, adolescentes
embarazadas abusadas dentro del propio hogar. Saben que no existe ley
que los castigue porque las políticas de Estado son las de represión y
violencia a la población, las del empobrecimiento y explotación laboral
porque entre más trabaje, más cansada está una persona, entre más
hambre menos fuerza, menos tiempo y energía para pensar, porque sin
educación desconocen sus derechos y si esto se emplea adrede por género
es mucho más beneficioso para un gobierno corrupto y criminal, tener
niñas madres e infelices que adolescentes en camino hacia la educación
superior y a su desarrollo profesional: siendo madres son incapaces de
cuestionar porque la pobreza las obliga a buscar la comida a deshoras
para sus hijos, en cambio si se desarrollan profesionalmente tienen
acceso a otro nivel de vida y exigen sus derechos y son cuestionantes de
las políticas de Estado que si se lo proponen pueden cambiar.
Hemos llegado como sociedad a traspasar todos los límites porque
los traspasó también el Estado, es por eso que un feminicidio no causa
espanto, ni asombro ni indignación porque también dejó de sorprender que
aterricen avionetas cargadas de droga y que las quemen después sin que
se encuentre a los responsables. Porque dejó de sorprender que la misma
policía o el ejército sean quienes custodien los cargamentos. Porque
dejó de sorprender que los mismos miembros de las fuerzas de seguridad
sean los que violen mujeres y no se les castigue. Entonces dice un
civil: pero si ellos con uniforme violan por qué no puedo hacerlo yo con
cualquier mujer, sea de mi entorno familiar o no. Si el mismo
presidente ve que matan mujeres y no se pronuncia es porque no le
interesa, entonces cualquiera sabe que puede violentar a la mujer que
guste y no tendrá consecuencias.
Un crimen desde el Estado es negar alimentación, salud y
educación a las niñas, pero también lo es voltear a otro lugar cuando
las violentan por su género, cuando las golpean, las violan, las
embarazan, las desaparecen y las asesinan. Cuando sucede lo mismo con
adolescentes y mujeres. Pero si un Estado no se pronuncia, ese gobierno
debe ser cambiado de inmediato por la sociedad, entonces es el pueblo el
que debe reaccionar y llevar al poder a gente capaz que entienda que es
desde el Estado desde donde se deben ejercer las políticas que cambien
la violencia sistemática hacia la mujer. Pero, ¿qué sociedad está
dispuesta a hacerlo? Contra la violencia de género vemos a nivel mundial
que son mayoritariamente las mujeres las que se pronuncian, porque los
hombres sean de la ideología que sean son los más beneficiados con la
inexistencia de leyes que castiguen semejante delito y aberración.
Pues serán las mujeres las que cambien las políticas de Estado de alimentar sistemáticamente la violencia de género.
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