3/26/2022

Generar espacios para debatir … y combatir la prostitución

 AUTORA

La violencia sexual contra las mujeres en el siglo XXI: el lugar en el que machismo capitalismo y racismo se dan la mano.

Los análisis históricos indican que la prostitución es una institución que forma parte del eje del sistema de dominio patriarcal: un privilegio por el que los varones pueden abusar sexualmente, humillar o maltratar de forma legal a mujeres por una cantidad de dinero variable. Una práctica en la que las personas prostituidas son, en su mayoría, mujeres, niñas y menores mientras que la demanda la componen varones de clases, culturas, religiones o ideologías políticas diversas.

La prostitución, junto con otras formas de violencia contra las mujeres (como la pornografía (Alario, 2021), las llamadas maternidades subrogadas, los asesinatos, feminicidios, la pobreza de las mujeres, la compra de esposas, etc.) según ha analizado la socióloga Rosa Cobo (2017), se encuentra actualmente en el nudo de tres sistemas de explotación, el patriarcado, el capitalismo global y el imperialismo colonial. Es decir, en la práctica prostitucional, tanto material como simbólica, se entrecruzan el machismo, el clasismo y el racismo, los tres grandes medios de dominación sobre los seres humanos.

Este fenómeno se recrudece en momentos de crisis, como el actual, en un contexto de globalización neoliberal en el que la connivencia de los Estados, que legislan y disponen los aparatos de poder para canalizar las rentas del trabajo hacia el capital, resulta clave. Así, no por casualidad, la mayoría de seres humanos objeto de trata con fines de explotación sexual son mujeres o niñas pobres, en muchos casos indocumentadas, con escasos recursos u oportunidades, que son traficadas desde sociedades profundamente patriarcales del Sur Global (África, Latinoamérica, Sudeste asiático, países del Este) al Norte rico: se calcula cuatro millones de mujeres y niñas movilizadas (Cortes Generales, 2007). De ellas, aproximadamente el 40% son menores de edad cuando son captadas por la trata para ser prostituidas en los mercados de sexo del Norte. Y se está incrementando la tendencia hacia una pedofilización de la trata.

La prostitución, junto con otras formas de violencia contra las mujeres (como la pornografía, las llamadas maternidades subrogadas, los asesinatos, feminicidios, la pobreza de las mujeres, la compra de esposas, etc.se encuentra actualmente en el nudo de tres sistemas de explotación, el patriarcado, el capitalismo global y el imperialismo colonial.

La geopolítica de la desigualdad ha propiciado una boyante industria internacional relacionada con la explotación sexual (la industria de la vagina). Una actividad incentivada por Organismos Internacionales, como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional  -en connivencia con Estados proxenetas-  a través de la aplicación de programas de ajuste estructural a los países endeudados.

La trata y la prostitución son dos caras de una actividad que forma parte de la economía criminal, un negocio altamente rentable (se calculan las ganancias de las mafias en 7.000 millones de $/año  (Cortes Generales, 2007), sólo por detrás del mercado de armas y por delante del narcotráfico. La trata de seres humanos con fines de explotación sexual es un delito y, como demuestran estudios y análisis, es parte consustancial del sistema prostitucional.

II

La banalización de la prostitución en el discurso dominante

La violencia material y simbólica siempre han ido de la mano en el patriarcado: se retroalimentan mutuamente. En este sentido, es importante destacar el influyente papel que juegan los medios de comunicación de masas o los relatos de ficción audiovisual a la hora de generar imaginarios en los que prevalece la jerarquía sexual. En el caso que nos ocupa, los media son esenciales para legitimar, banalizar, frivolizar, etc., la prostitución: contribuyen a distorsionar la realidad mostrando un contexto aséptico, o edulcorado, que invisibiliza a los prostituyentes, proxenetas y puteros, así como la violencia que la práctica entraña (Aguilar Carrasco, 2017).

En este contexto, y desde los intereses que el negocio supone para el proxenetismo (cinco millones de € diarios en España) asistimos a la promoción y blanqueo de la práctica prostitucional presentada como un trabajo asimilable a otro cualquiera y como producto de la libertad y la libre elección de las personas (aunque no sabemos cómo podría mantenerse ese supuesto en el caso de menores…) Por tanto, aducen esas voces, el Estado no debería sino regular su práctica. En este sentido, ha habido un eficaz trabajo de propaganda para promover un determinado sentido común por parte del proxenetismo para blanquear su negocio.

Ahora bien, contemplar la prostitución como trabajo entraría en colisión con normativas de derechos laborales. Por otra parte, se haría patente una contradicción flagrante: lo que el derecho ha tipificado en el contexto de la ciudadanía como acoso o agresión sexual, en el ámbito de la prostitución dejaría de ser delito, estaría normalizado…. Además, ¿tiene sentido hablar de derechos laborales cuando la prostitución conculca derechos fundamentales? (Cortes Generales, 2007, p. 45)

Sin embargo, en España el papel de grupos de presión, como Anela, la Asociación nacional de empresarios de locales de alterne, ha sido clave en el proceso de blanqueo desde hace décadas. Nótese que no aparece por ningún lado en su denominación conceptos relativos a delincuentes, proxenetas, traficantes de seres humanos, mercantilización o prostitución … Y sí, términos muy caros al régimen neoliberal, como empresarios (en masculino), es decir, emprendedores. Por otra parte, la denominación de la Asociación nada tiene que ver con el delito o la actividad criminal sino que remite a la aséptica gestión de locales donde se alterna: es decir, espacios en los que se hace vida social, como salas de fiestas o bares. En subtexto se nos propone equiparar prostitución y ocio, prostitución y consumo: un negocio entre varones (proxenetas) dirigido a varones (puteros), un mensaje que ha calado profundamente en los jóvenes y en las subjetividades modeladas por el orden neoliberal. Como señala Paula Fraga en Debate prostitucion… (2019), legalizar la prostitución supone legitimar el proxenetismo, lo que significa hacer realidad el sueño de cualquier proxeneta: que se le considere social y, sobre todo, jurídicamente como empresario.

Se entiende que, en una sociedad-mercado como la actual, el lobby proxeneta presione para legalizar/rentabilizar el business presentando la prostitución como trabajo, con independencia de la trascendencia ética o política que ese negocio conlleve. Pero resulta difícil entender que desde la sociedad democrática, grupos, colectivos, partidos, sindicatos, etc., supuestamente progresistas, se secunden sus postulados. Porque, de forma consciente o no, como mantiene un proxeneta: “Quien quiera legalizar la prostitución está vendiendo nuestro discurso” (Lozano, 2018)

en una sociedad-mercado como la actual, el lobby proxeneta presione para legalizar/rentabilizar el business presentando la prostitución como trabajo, con independencia de la trascendencia ética o política que ese negocio conlleve.

Qué pasa cuando se legaliza el sistema prostitucional. La realidad demuestra que allí donde se ha regulado la práctica se ha creado “un infierno en la tierra” (Krauss, 2018): en Alemania u Holanda, la trata y la prostitución han aumentado, no se ha mejorado la vida de las personas prostituidas y se ha potenciado un mensaje: las mujeres y las niñas (todas) son objetos sexuales para el placer de los varones. La legalización expande el mercado e incrementa la demanda.

Por contra, los resultados de políticas abolicionistas, como las de los países nórdicos, (La paz de las mujeres, Suecia, 1999) demuestran que actuar sobre proxenetas y puteros es clave para agrietar el sistema prostitucional.

III

La prostitución tiene que ver con poder y desigualdad no con sexo

Desde las posturas abolicionistas se entiende que el sistema prostitucional supone un ataque frontal a los derechos humanos más básicos, como la dignidad de los seres humanos, su integridad física y moral o el derecho de mujeres, niñas y menores a no ser mercantilizadas.  La prostitución deshumaniza. Por tanto, el sistema prostitucional no es compatible con sociedades igualitarias y justas (Celem, 2010)

Para abordar el debate es preciso salirse de la trampa conceptual y política que pretende reducir el problema a una cuestión privada, de libre elección individual, como si fuera una mera transacción económica que afecta a los agentes que intervienen en el intercambio (Nuño, De Miguel, 2017). Es urgente reenfocar el asunto y abordarlo críticamente fuera del pensamiento hegemónico neoliberal fundamentado en la ficción de que no existen sino individuos, supuestamente libres que eligen, sin anclajes en estructuras de desigualdad ni referencias o relaciones sociales. Es preciso, además, visibilizar agentes e instancias que producen y promueven la mercantilización y explotación sexual de seres humanos, como proxenetas y puteros (ZeroMacho, 2013).

Como puede inferirse, lejos de ser un asunto individual o privado, el sistema prostitucional es un tema político, consustancial a la historia del patriarcado. Es un problema de calado social porque afecta a las relaciones entre los sujetos. Tiene que ver con cómo nos organizamos como sociedad. No concierne, como se quiere hacer creer, sólo a las mujeres prostituidas. Nos plantea qué tipo de sociedades queremos construir: unas basadas en la igualdad, en la justicia social, en el respeto real por los derechos humanos. Aspiramos a una sociedad en la que nadie sea tan pobre como para tener que venderse para sobrevivir. Porque, como señala Beatriz Gimeno en Debate prostitución…, “la prostitución tiene que ver con la igualdad, no con el sexo”. Tiene que ver con control patriarcal, con pobreza y con falta de oportunidades de las mujeres.

El “mito de la libre elección” (De Miguel, 2015), otro gran soporte del lobby y sus voceros, que pretende legitimar la mercantilización de mujeres y niñas, desvía la mirada de las relaciones desiguales de opresión y explotación del patriarcado, y del capitalismo, trasladando en un giro perverso la responsabilidad del sometimiento al sometido, a la víctima.  En la misma línea, asistimos de forma preocupante a la proliferación de protervos relatos bienpensantes, o, supuestamente, transgresores que dibujan el ficticio perfil de una mujer prostituida y empoderada que nada tiene que ver con las declaraciones de supervivientes de los campos de concentración que son los macro-burdeles. Relacionar la prostitución con la libertad sexual, puede resultar muy posmoderno, a la par que conveniente, pero obvia las relaciones de poder que median entre puteros y las personas prostituidas (Cortes Generales, 2007, p. 44).

Así podemos ver cómo colectivos y personas críticas con el statu quo que problematizan las relaciones sociales y laborales de explotación extrema – trabajos basura y sueldos de miseria que sumen a la mayoría social en la inestabilidad o la pobreza –  que, muy probablemente, nunca considerarían esa situación como elegida por los y las trabajadoras y mucho menos calificarían un empleo precario de empoderante, detienen su análisis y su capacidad lógica cuando se trata de la violencia sexual contra las mujeres: en sus discursos y propuestas se eclipsan las relaciones jerárquicas entre los sexos y el capitalismo, de forma excepcional, no parece sino un marco de respeto e igualdad en el que, casualmente, las mujeres -en lugar de decantarse por trabajos con sueldos decentes o profesiones rentables- se deciden por ser traficadas, explotadas y humilladas.

detienen su análisis y su capacidad lógica cuando se trata de la violencia sexual contra las mujeres: en sus discursos y propuestas se eclipsan las relaciones jerárquicas entre los sexos y el capitalismo, de forma excepcional

Probablemente este escenario no sea ajeno a la naturalización de la violencia que entraña la prostitución, consecuencia del poder de las lógicas jerárquicas del patriarcado y las que está promocionando la hegemonía del pensamiento único. Por ejemplo, España, un país en el que la cultura prostitucional está sancionada socialmente, ostenta el dudoso mérito de ser el primero de Europa en consumo de prostitución (y tercero del mundo) que cuenta con macroburdeles como los de la Jonquera, Gerona, que son destino de turismo sexual. Según los datos que aporta Debate prostitución… cuatro de cada diez varones – no importa su edad o su situación en el arco social, religioso, cultural o ideológico-  declaran ejercer de puteros.

IV

La prostitución se debate y combate

Ante este panorama, parece necesario seguir impulsando espacios en los que la perspectiva abolicionista se pueda explicitar y debatir de cara a implicar al conjunto social, especialmente a la población juvenil para des-educar en la violencia machista, para dar cuenta de la situación real de la prostitución y sus implicaciones sociales, humanas, políticas. Es necesario modificar el sentido común y promover una socialización diferente, un compromiso ético-político a favor de la igualdad entre varones y mujeres, o sea, un acuerdo de convivencia basado en el respeto por los derechos humanos en el que la prostitución no tiene cabida.  Según las estadísticas, existen varones que no ejercen esas prácticas de poder y violencia pero se mantienen en silencio: su mudez es cómplice de la situación. Como mantiene Miguel Lorente, se necesitan sujetos disidentes del sistema patriarcal, varones que digan no (no en mi nombre), de forma que los puteros no se sientan respaldados por sus iguales.

Hay Convenios, Resoluciones, Protocolos… suscritos por España para iniciar ese camino. Por ejemplo, el Convenio de Naciones Unidas para la Represión de la Trata de Personas y de la Explotación de la Prostitución (1948), que considera la existencia de explotación sexual aunque exista consentimiento de la víctima. O la Resolución del Parlamento Europeo (2 de febrero de 2006) que insta a luchar contra la idea de que la prostitución es equiparable a un trabajo (Cortes Generales, 2007). Los tiempos de la igualdad formal reclaman la igualdad real y ésta hay que construirla (Celem, 2010, p. 39) y un paso importante en este camino es desnaturalizar la prostitución.

En esta línea de generar espacios y foros de debate, el Club de Lectura de la Facultad de Ciencias Humanas y Educación de la Universidad de Zaragoza ha seleccionado como centro de atención del próximo encuentro en el itinerario dedicado a Feminismo la obra: Debate prostitución, 18 voces abolicionistas, coordinado por Pilar Aguilar Carrasco y publicado en 2019. La cita, abierta a a la comunidad universitaria y a toda la ciudadanía, será en marzo  y contará con la presencia de Pilar Aguilar.

 


Para saber más

-Aguilar Carrasco, P. (2017). La prostitución femenina en la ficción audiovidual. En Nuño, L., de Miguel, A. (coord.) Elementos para una teoría crítica del sistema prostitucional (pp. 89-103). Comares.

-Aguilar Carrasco, P. (Coord.)(2019). Debate prostitución, 18 voces abolicionistas. La Moderna.

-Alario, M. (2021). Política sexual de la pornografía. Cátedra.

-Celem (2010). Prostitución, ataque directo a los derechos humanos. Celem, Coordinadora Española para el Lobby Europeo de Mujeres. Recuperado de https://eige.europa.eu/docs/105-ES.pdf

-Cobo, R. (2017). La prostitución en el corazón del capitalismo. Catarata

-Cobo, R. (2020) Pornografía. El placer del poder. Ediciones B.

-Cortes Generales. Comisión Mixta de los Derechos de la mujer y de Igualdad de oportunidades. (2007). Informe de la ponencia sobre la prostitución en España (144/9). Boletín Oficial de las Cortes Generales.

-De Miguel, A. (2015). El mito de la libre elección. Cátedra

-De Ocampo, I. (Dir.) (2008). Miente. [Documental] Recuperado de  https://vimeo.com/61359337

-Ekman, Jajsa Ekis  (2017) El ser y la mercancía, prostitución, vientres de alquiler y disociación. Ediciones Bellaterra.

-Jeffreys, S. 2009. La industria de la vagina. La economía política de la comercialización global del sexo. Paidós.

Kraus, I. (14 juio, 2018). Prostitución: El modelo alemán está creando un infierno en la tierra. Scientists for a world without prostitution. Recuperado de https://werkenrojo.cl/prostitucion-el-modelo-aleman-esta-creando-un-infierno-en-la-tierra/

-Lozano, M. (2014). ¡Escúchame¡. [Documental]. Recuperado de https://vimeo.com/search?q=80184668

-Lozano, M. (2015). Chicas nuevas, 24 horas. [Documental]

-Lozano, M.(2018). El proxeneta, paso corto, mala leche. [Documental]

-No somos vasijas [febrero 2022]. [Blog] Recuperado de https://nosomosvasijas.eu/

-Nuño Gómez, L., de Miguel, A. (dir.) (2107). Elementos para una teoría del sistema prostitucional. Comares.

-Towanda Rebels (2017) !Hola, putero¡.

Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=cb7t10c-bIM

-ZéroMacho (2013). Los clientes

Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=7HOkcyGcziE

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