En cambio, la opción de premiar a la más meritoria La semilla del higo sagrado, del iraní Mohammad Rasoulof, se quedó en la buena intención de darle un Premio Especial del Jurado. Según era de esperarse, el cineasta prófugo condenó en su discurso de agradecimiento al gobierno de su país.
¿Y cómo explicar que también se premió el guion de The Substance ( La sustancia), de Coralie Fargeat? Esa grotesca fantasía gore era digna de ganar premios en el festival de Sitges, no en Cannes. Esa fue la broma de la velada.
Pero no puedo quejarme tantísimo. Por lo menos se reconoció el sobresaliente trabajo del portugués Miguel Gomes en Grand Tour con el premio a mejor dirección. Y la francesa Emilia Pérez, de Jacques Audiard, se llevó dos premios: el de actuación femenina para su elenco principal: Zoe Saldaña, Karla Sofía Gascón, Selena Gómez y Adriana Paz, quien pasa a las estadísticas como la primera actriz mexicana en ser reconocida así en Cannes. El otro fue el Premio del Jurado, que es como de consolación.
Por cierto, Gascón recibió su premio en el escenario y en un largo
discurso pronunciado en una mezcla de inglés, francés y español, lo
dedicó a todas las personas trans que seguimos sufriendo
. Ella es la primera actriz trans en ser premiada en el festival. Otro dato para la estadística.
El premio a mejor actor, indiscutible, fue para el estadunidense por su triple interpretación en Kinds of Kindness ( Tipos de gentileza), del griego Yorgos Lanthimos.
Mientras que la película india All We Imagine As Light ( Todo lo que imaginamos como luz), de Yapal Kapadia, obtuvo el segundo lugar, o sea el Grand Prix. A mí no me entusiasmó ese melodrama sobre dos enfermeras de Mumbai, aunque es evidente, tocó el lado sensible de las múltiples mujeres en el jurado, empezando por Gerwig.
En los otros jurados, la Cámara de Oro fue para la película noruega Armand, de Halfdan Ullmann Tondel, que resulta ser el nieto de Ingmar Bergman y Liv Ullmann, nada menos.
Y si todavía están prestando atención, la Palma de Oro a mejor cortometraje fue para The Man Who Could Not Remain Silent ( El hombre que no podía quedarse callado), del croata Nebojsa Slijepcevic.
Antes de otorgar la Palma de Oro, se hizo el homenaje a George Lucas, con el previo montaje de rigor y la presencia de Francis Ford Coppola, su condiscípulo, amigo y mentor, para entregarle la Palma de Oro honorífica.
X: walyder
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