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El mal llamado «conflicto» en Palestina tiene sus orígenes en el siglo pasado, en la década de los 40’ cuando Naciones Unidas, por mandato imperial, decide intervenir Oriente con la creación de un nuevo Estado – nación, dispuesto a dominar y contener a los pueblos colonizados, denominado Israel. Desde esos tiempos hemos visto como la resistencia legítima del pueblo oprimido se levanta y toma distintas vías para la liberación; entre ellas los campamentos, la lucha armada, la persistencia cultural, el apoyo internacional, entre otras.
En octubre del año pasado fuimos testigos de una nueva escalada en «el conflicto», y no debemos olvidar que se debió al ataque por parte de las fuerzas palestinas a distintos puntos del territorio israelí, en un acto valiente y osado, donde los principios y valores del pueblo superaron al enemigo aparentemente “invencible”. A la fecha contamos más de 7 meses de enfrentamientos y aberrantes demostraciones de fuerza por parte del sionismo criminal, que nos deja un saldo de más de 35.000 hombres, mujeres, ancianos y niños palestinos asesinados.
Por parte del Movimiento de Mujeres Clasistas de Chile, creemos fundamental reivindicar la resistencia heroica del pueblo palestino y su lucha frontal contra el imperialismo. Pensamos que, en tiempos de oportunismo, donde el pacifismo toma la hegemonía, así como la condena mediática al asesino Netanyahu no se materializa en un alto al fuego, es importante rescatar la historia de miles de compañeros y compañeras que han decidido hacer de la resistencia su forma de vida.
Desde antaño las mujeres palestinas han estado junto a su pueblo, desde los orígenes de la Nakba, durante la guerra de los 6 días, la invasión del Líbano, y los continuos desplazamientos de la población, las compañeras han cumplido roles fundamentales. Desde 1948, la Franja de Gaza se convirtió en un espacio político de resistencia y lucha por la liberación nacional, donde mujeres árabes de distintas zonas confluyeron junto a sus familias para hacerle frente a los invasores sionistas.
Muchas mujeres, en el pasado y presente, se han sumado decididamente a la lucha armada para engrosar las filas de combatientes por la liberación de Palestina, instaurando espacios como la Unión General de Mujeres Palestinas (UGMP), la participación en la Organización por la Liberación de Palestina (OLP), en Fatah, en el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), en el Comité de Trabajo de Mujeres (CTM), entre otras, y exigiendo entrenamiento militar, convirtiéndose en fedayeen (guerrillero) igual que sus compañeros varones.
Durante las Intifadas, las mujeres lucharon codo a codo con el resto del pueblo, participando de boicots, ataques y articulándose en comités. Debido a la persecución y seguidos encarcelamientos de luchadores, en las mujeres ha caído el rol de seguir organizando a sus hermanos y hermanas, hacerse cargo de los niños, de las tareas de cuidado y de levantar la voz por sus prisioneros políticos.
Las compañeras palestinas también han levantado reivindicaciones propias, en torno a su rol social y cuestionando el conservadurismo religioso. La posibilidad de decidir por sobre sus propios cuerpos, la denuncia a la violencia patriarcal y al uso obligado del hiyab, entre otras demandas, han aportado al alza de conciencia por parte de las mujeres en Oriente, que se articulan de diversas maneras en el combate contra el imperialismo.
Las compañeras lucharon y luchan en el campo y la ciudad, en los cultivos y campamentos, en las barricadas y trincheras. Defienden su tierra y su patria, ambas ocupadas hoy por Israel y blindados con armamento yankee. Hoy es urgente condenar al sionismo internacional y criminal, al imperialismo en todas sus formas, y alzar la voz para visibilizar la lucha de los pueblos oprimidos y explotados por el capital en todo el mundo. Tenemos un enemigo poderoso y multifacético, pero que carece de principios y humanidad: ¡mujeres populares, mujeres trabajadoras, a luchar contra al imperialismo!
¡Viva la heroica lucha del pueblo palestino contra la bestia imperialista!
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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