Pedro Echeverría V.
1. El pasado 10 de junio se publicaba: “Un año después de que la Suprema Corte de Justicia declarara inconstitucionales varias partes de las leyes federales de Radio y Televisión y de Telecomunicaciones (junio de 2007)” El tema, publicó El Universal, sigue empantanado en las comisiones del Senado. Ni el gobierno ni el PAN, pero al parecer tampoco el PRI, tienen mayor interés en revivir el polémico debate sobre la llamada ley Televisa, y ante un tema cruzado por poderosos intereses de los consorcios mediáticos del país, han preferido darle largas al tema y, si acaso, impulsar algunos cambios por partes de esas reformas que en su momento se declararon “urgentes”. Los únicos que han insistido, pero se han quedado solos, son los congresistas del PRD. Junto con algunos panistas y priístas de las alas radicales de sus partidos, como Javier Corral o Manuel Bartlett, los perredistas insistieron en que se retomara la discusión en el pasado periodo ordinario de sesiones del Senado que terminó en abril. ¿Cuánto hay que esperar para que los legisladores se curen de terror ante las empresas televisivas?
2. Por eso Emir Sader, profesor brasileño y uno de los estudiosos más notables de las ciencias sociales, advirtió que los grandes medios de comunicación privados ejercen “un totalitarismo brutal”, mediante el que condicionan a los gobernantes a actuar para los intereses de la pantalla chica, y quienes se niegan a hacerlo “sufren ataques de discriminación” muy fuertes. Al presentar la revista Crítica y emancipación, del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), (considerada por académicos como espacio llamado a pensar de un modo diferente el debate sobre la democracia, el Estado y el poder) señaló que hay gobiernos que no tienen el coraje de enfrentar a estas empresas de comunicación mercantilistas porque se sienten dependientes de ellas “electoralmente”. Sin embargo, añadió, dichos medios crean una realidad ficcional, mientras que la verdadera la rechazan y se niegan a aceptarla. Los grandes medios de la iniciativa privada representan “la dirección de la derecha en el mundo y los gobernantes tienden a dejarse atrapar y a gobernar para la pantalla chica”.
3. Aunque no es nuevo, ni único, el señalamiento del profesor de las universidades de San Paulo y Río de Janeiro, es muy importante su recordatorio en estos momentos para México, Brasil, Venezuela, Colombia, donde los grandes monopolios de la prensa comercial (televisión, radio, prensa escrita) arman toda una alharaca mundial (que le llaman “defensa de la libertad de prensa”) para defender su monopolio económico multimillonario, así como de una información tergiversada que puede calificarse de desinformación. Siempre se olvida que esos medios de “servicio público” son concesiones que otorga el gobierno para que lo ejerzan con objetividad, veracidad y limpieza con el fin de que la población eleve su nivel educativo, crítico y reflexivo. Pero hacen exactamente lo contrario: con el fin de ganar mucho dinero y de mantener a la población en la total ignorancia con programas de “entretenimiento” del más bajo nivel, dedican sus tiempos a transmitir los programas más imbéciles del mundo y noticias acomodadas para servir a sus intereses particulares.
4. Hace tres meses escribió Sader: En la prensa brasileña mandan las dinastías estamentales. Los padres propietarios entregan la dirección de los periódicos, las revistas, las radios y las televisiones –de sus empresas– a sus hijos, de los hijos pasan a los nietos y todos se reservan el derecho a decidir quién es y quién no es demócrata, ¡quién habla y quién no habla en nombre de la nación! En el momento más decisivo de la historia del siglo XX de Brasil, en 1964, esas dinastías propugnaron y apoyaron el golpe militar, así como la instalación de una larga dictadura que cambió decisivamente el rumbo de nuestro país. Mientras los militares intervenían en los poderes Judicial y Legislativo, mientras suspendían todas las garantías constitucionales, mientras cerraban todos los órganos de prensa que discrepaban del golpe y de la dictadura, mientras la mayor represión de nuestra historia reciente se abatía sobre miles de brasileños presos, torturados, exiliados y muertos, mientras eso sucedía, las dinastías de la prensa mercantil cerraron los ojos ante la represión y apoyaron el régimen militar.
5. Que tuvo toda la razón el gobierno de Hugo Chávez al no renovar la concesión a aquel monopolio televisivo (RCTV) de Venezuela hace poco más de un año, a pesar de toda la alharaca mundial que se armó. ¿Puede haber duda después que actuaron como golpistas? ¿Por qué entonces en México los políticos mueren de miedo frente al poder de las televisoras y la mayoría de las veces se arrastran ante ella? Porque el gobierno mexicano (con excepción del breve período del sexenio echeverrista que se enfrentó a los medios) ha sido siempre favorable a los intereses empresariales televisivos y porque (como dice Sader) los medios de comunicación privados ejercen un “totalitarismo brutal” con el que intimidan a los políticos y los obligan a someterse a los dictados de esas poderosas empresas televisas. Supongo que en Venezuela, con el razonable golpe propinado al monopolio televisivo, los demás entendieron que no pueden hacer lo que les dé la gana escudándose en el apoyo que da el gobierno yanqui usando a su incondicional “Sociedad Interamericana de Prensa.
6. ¿Puede olvidarse acaso cuando la CIA organizó los operativos para derrocar a Jacobo Arbenz que uno de los componentes de esa estrategia fue la instalación de la radio “La Voz de la Liberación”, una operación que la CIA. Esta radio empezó a emitir el 1º de Mayo de 1954 con contenidos preparados por agentes de la CIA. La radio anunciaba que transmitía “desde algún lugar de la jungla” de Guatemala y hasta el propio gobierno de Arbenz creía que podía estar emitiendo desde Honduras (que siempre se ha prestado para las acciones de la CIA). Sin embargo, emitía desde Miami con las voces de algunos guatemaltecos. El 2 de julio de 1954, cinco días después del golpe contra Arbenz, concluyó sus transmisiones”. Otros periódicos y revistas que contribuyeron en la campaña de desprestigio del gobierno de Arbenz: el Reader’s Digest, el Chicago Tribune, y el Saturday Evening Post. . El canal de televisión CBS preparó, a instancias del Departamento de Estado, un documental titulado “Gobierno Rojo en Guatemala”.
7. Así se las gastan los medios de información: no solo realizan enormes negocios económicos y tergiversan a su gusto las noticias para desinformar a la población, sino que además se confabulan con las clases empresarial y política para desprestigiar y luego derrocar gobiernos. Lo han hecho en varios países aunque aquí sólo se ponen los ejemplos de Guatemala y Venezuela, sin dejar de especificar lo que sucede en Brasil, Colombia y México. Tengo la convicción de que los medios de información comerciales y de derecha han intervenido, junto con empresarios y los militares, en muchos más países, tales como el Chile de Allende o la Nicaragua de los sandinistas. ¿Qué esperan los legisladores mexicanos para poner en su lugar a Televisa, TV Azteca y demás monopolios de la radio, tal como Telefórmula que creen tener toda la fuerza necesaria para chantajear y burlarse de todo lo que tienda a la izquierda? ¿Por qué no impulsar los medios de información públicos, las radios comunitarias y la redes periodísticas?
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