9/04/2008

La novena del DF y la 19 de Morelos, de la CNTE, en la vanguardia de la lucha magisterial


Pedro Echeverría V.

1. ¿Podrán, algún día de estos, los dirigentes y las bases de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) arreglar sus diferencias en cuanto a estrategias y tácticas para enfrentar unidos, y a fondo, a la cacique del SNTE (Esther Gordillo) y al gobierno panista que la apoya? De lo que estoy seguro es que no se podrá enfrentar con éxito al gobierno ilegítimo de Felipe Calderón con luchas sociales aisladas, divididas y gremiales; pero tampoco a la corrupta y habilidosa cacique sindical con una CNTE dividida en dos grandes corrientes encabezadas por Oaxaca y el DF, por un lado, y Michoacán y Guerrero, por otro. ¿Cómo es posible que no nos unifiquemos todos alrededor de las luchas contra la privatización energética, por la libertad de los presos de Atenco, por el reconocimiento de la directiva electa de la sección IX del DF, por apoyar la lucha de los profesores de Morelos, así como contra la represión a los compañeros de la APPO? De ninguna manera se propone la “unidad a toda costa”, pues las diferencias continuarán si no se analizan a fondo, pero siempre hay puntos de unidad básica de lucha para unirse.

2. En Quintana Roo, aunque sin tradición de lucha, los profesores también han tomado las calles en estos días y (como se registró en Guerrero, Chiapas y Michoacán en los últimos meses) están decididos a luchar contra las medidas acordadas por Gordillo y el gobierno de Calderón que van en perjuicio de la educación nacional. Parecería que las batallas del pueblo, de los profesores en particular, se han estado fortaleciendo contra el mal gobierno y las medidas educativas que han estado instrumentando. Sin embargo la unidad en la lucha sigue “brillando” por su ausencia. Mientras el gobierno continúa reprimiendo las luchas sociales y amenazando por extender la represión hacia todos los sectores, la izquierda y centroizquierda sigue estancada en su liderazgo por miedo a perder sus pequeños cotos de poder. Mientras en la izquierda el sectarismo se aísla por miedo a las traiciones de las que está llena la historia, el oportunismo abre sus puertas como única estrategia para “hacer crecer” a las organizaciones. ¿Hasta qué grado esa confrontación, al beneficiar a la clase dominante, es provocada por ella?

3. No se si el gobierno de facto de Felipe Calderón esté a punto de derrumbarse, si el muy corrupto control caciquil del SNTE por Esther Gordillo esté a punto de morir y si el simbólico 2010 (que sucede a las revoluciones de 1810 y 1910), pueda repetirse. De lo que estoy seguro es que la situación económica y política del país es cada día peor y quizá, como dijera Marx, las clases dominantes pierden el control y el pueblo empieza a rebelarse. Tuve la oportunidad de apoyar las guardias de los compañeros profesores de la sección novena, así como el martes de participar en un mitin y recorrer los campamentos de profesores instalados alrededor del palacio de gobierno del estado de Morelos. Esas dos experiencias, además de estar presente en las concentraciones impulsadas en la ciudad de México por la derecha empresarial (sábado), por el lópezobradorismo (domingo) y por sindicatos obreros, por campesinos y diferentes organizaciones sociales (lunes), me han permitido pensar acerca de lo que sucede en estos días en el país.

4. No debe olvidarse que en 1910 el gobierno de Porfirio Díaz parecía muy sólido, muy fuerte y ni siquiera en sueños aparecía una revolución contra la dictadura. Pero el 20 de noviembre el pueblo gritó: ¡Basta de explotación y miseria! y se echó a andar. Siete meses después el dictador, jefe de los grandes hacendados terratenientes, socio de inversionistas extranjeros que dominaban la economía, protector de las ricas familias y mecenas de “intelectuales”, tuvo que abandonar el país. En 1810, aquel 15 de septiembre, los revolucionarios independistas tocaron las campanas de libertad e iniciaron una gran lucha que sólo terminaría 11 años después. Así como la de cien años después sería una revolución a medias, que no sería consecuente y radical, pero tendría un significado histórico indiscutible. 2010 sería diferente sólo si el pueblo es capaz de tomar directamente el poder y derrotar la explotación económica y la manipulación política creando una nueva constitución.

5. ¿Cuál sería el papel de los profesores en estas trasformaciones que necesariamente tienen que ir a la raíz de los problemas? Los profesores, los curas y los médicos rurales jugaron un importante papel de liderazgo de los pueblos en el México rural (1920/60), antes que la urbanización y el desarrollo de las carreteras y los autotransportes integraran a los pueblos a la loca batalla por la supervivencia en las grandes ciudades. Mientras los curas se encargaban de apaciguar las almas y los médicos de curar las enfermedades físicas, los profesores impartían los conocimientos y los ideales de justicia y libertad. ¿Cuántos profesores (decenas de miles) fueron mutilados y asesinados por los terratenientes, caciques y explotadores en el país por abrir la mente y los ojos, con ideales de justicia, de los indígenas y campesinos? Los profesores, a pesar de que ahora han sido víctimas de una ideología de aburguesamiento y consumismo, por la labor que realizan siguen representando una esperanza para el pueblo oprimido.

6. La sección novena, con más de 60 mil afiliados, sigue siendo la sección simbólica más significativa del país por estar ubicada en la capital de la República, por su historia de lucha y por seguir siendo el centro de la política en México. Nuestros compañeros: Francisco, Gonzalo, Roberto, Concha, Rositas (por citar unos nombres) y mil una más dedicados a las brigadas sacrificando salarios y tiempos de descanso, que a diario cubren sus guardias (para evitar que los funestos charros gordillistas, encabezando a decenas de golpeadores) asalten de nuevo el edificio de la sección para expulsar a quienes luchan por el reconocimiento de la sección democrática, merecen nuestro respeto. Pero también los profesores morelenses que llevan ya 18 sufriendo el sol y el calor, las lluvias y el mal comer en su plantón combativo frente a líderes seccionales vendidos y un gobernador panista que los reprime y amenaza, requieren urgentemente de nuestro apoyo urgente. Esta batalla, parecida a la heroica de los compañeros de la sección 22 de Oaxaca en su primer mes, debe ser respaldada ya.

7. Esther Gordillo es jefa de una banda mafiosa que ha aprovechado la estructura del SNTE con un millón 500 mil afiliados y los 200 millones de pesos mensuales en cuotas para hacer y deshacer a su antojo. Ayudó a los gobiernos del PRI desde 1982, pero a partir de 1989, cuando fue impuesta por el presidente Salinas como secretaria general del SNTE, ha sido un puntal importante de los diferentes presidentes en turno. Por servir incondicionalmente a los gobiernos panistas de Fox y luego de Calderón, se ha convertido en un personaje muy importante para estos personajes porque en cada elección usa a dos mil profesores para garantizar el triunfo de los candidatos panistas. Gordillo no sólo debe ser expulsada del SNTE sino que además debería ir a la cárcel por saqueo de las arcas económicas sindicales y por el profundo daño que le ha hecho a la educación, pero eso no sucederá si su poder sigue siendo más grande al de la oposición, aunque ésta cuente con fuerte apoyo de masas. Por eso en estas luchas de las secciones 9 y 19, así como en las de Oaxaca, Guerrero y Michoacán, se está calibrando la CNTE.

8. Los compañeros de la sección novena deberán sacar importantes resolutivos y tareas en su masiva asamblea del próximo sábado seis. Los profesores de Oaxaca deberán realizar a fin de este mes su congreso y elegir a su nueva dirigencia. Los compañeros maestros de Morelos y de Quintana Roo continuarán en las calles hasta en tanto no sean escuchados. Pero nada importante se logrará si estas batallas siguen dándose aisladas de las demás luchas del pueblo. La experiencia de la APPO debe repetirse en todos los estados: fueron los profesores de la sección 22 los que en medio de sus luchas convencieron a organizaciones indígenas, campesinas, obreras, de colonos, comerciantes y profesionistas, a conformar esa Asamblea Popular de los Pueblos que luego se convirtió en una gran fuerza destinada a liberar de la opresión y la miseria a Oaxaca. Lo peor que pueden sufrir los movimientos sociales es su aislamiento y la falta de una gran cobertura social que impida la represión y la brutalidad gubernamental. ¡Basta ya de aislamiento y de luchas solitarias fácilmente reprimibles por el gobierno empresarial!


pedroe@cablered.net.mx

1 comentario:

  1. Interesante reflexión la que publicas en esta entrada, estoy de acuerdo con el fondo de lo que planteas, las luchas magisteriales aisladas seguirán sin obtener los efectos que se necesitan. La unidad es un elemento indispensable en todas las luchas. No obstante, dudo mucho que reproducir el modelo de la APPO en todos los rincones del país sea lo indispensable para el avance de las luchas populares, pues en cada comunidad del país hay condiciones distintas. Lo que hay que rescatar de la APPO es que la unidad del movimiento magisterial, las diferencias entre las corrientes que integran la sección 22 se dirimieron gracias a que el movimiento fue rebasado por la organización popular. Estoy seguro que en función que sea el pueblo quien se ponga al frente de la lucha, las diferencias de intereses entre las diversas expresiones de las izquierdas (locales y nacionales) se irán quedando en el segundo plano que deben estar. Tampoco estoy muy de acuerdo en tu comentario sobre la revolución de 1910, cierto que la dictadura intentó aparentar solidez y estabilidad en el gobierno, pero en realidad no existía tal, prueba de ello fueron las huelgas de Cananea y Río Blanco, pero un ejemplo todavía más contundente fue el surgimiento y penetración ideológica que tuvo el Partido Liberal Mexicano, que en los últimos diez años del porfiriato, pese a todas sus divergencias internas, logró sentar las bases de los revolucionarios de aquella época, tanto en su vertiente "democrátizadora" encabezada por Camilo Arriaga, como en la socialista encabezada por Ricardo Flores Magón. El problema en la situación actual es, si hemos desarrollado y socializado la teoría revolucionaria, porque la estabilidad en el gobierno evidentemente está reducida.

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